Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 117. ¿Eres Dios?
La mañana del día siguiente salí a la puerta de mi casa preguntándome en qué empezaría a trabajar hoy cuando…
—¡Maeshtro, emergenchya!
Mi hija mayor, Chasri, se acercó corriendo presa del pánico.
—¿Qué pasa Chasri?
—¡Una emergencia! ¡Vuela se ha ido!
—Oh, ¿Vuela?
—He buscado por todas partes, todo el mundo lo hizo, pero no podemos encontrarla!
Dijo Chasri apresuradamente.
Le di unas palmaditas en la cabeza para calmarla.
—Vuela está fuera por trabajo.
—¿Eh?
Chasri se sorprendió, al mismo tiempo las otras cuatro asomaron la cara y miraron hacia aquí.
—Como mensajera. Llevó un mensaje a Maya. Así que ella no está desaparecida así que no te preocupes–
— — — — —¡No es justo!
Me sorprendió.
Sus cinco voces encajaban perfectamente. Sus voces todas juntas gritando tenían una fuerza sorprendente.
—¿No es justo?
Pregunté y Chasri respondió.
—Claro, Vuela fue y consiguió trabajo por su cuenta… no es justo.
—Ahh, así que es eso…
Aunque eran pequeñas eran Esclavas Eternas. Se sentían como si ella les hubiera sacado ventaja consiguiendo trabajo en otro sitio.
Eso era propio de ellas.
Bueno, honestamente reaccionaban diferente a sus madres.
Basándome en lo que yo entendía de sus madres… ellas se sentían felices y bendecían al que les daba trabajo y esperaban tranquilamente a que les diera su trabajo.
Eran ese tipo de esclavas.
Bueno, de cualquier manera eran encantadoras y adorables.
—No se preocupen, ustedes también tienen trabajo.
—¿De verdad?
Chasri se aferró y las otras cuatro salieron corriendo de la casa.
-La magia ha sido cargada por 3.000-
-La magia ha sido cargada por 5.000…
-La magia ha sido cargada por 7,777-
-La magia está cargando.
-La magia ha sido cargada por 4.000-
La voz resonaba en mi cabeza afanosamente.
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Las niñas esclavas corrían por la ciudad y seguían creando cosas.
Corrían de un lado a otro haciendo diferentes trabajos que les hacían parecer koro-pok-guru o hadas.
Era encantador verlos.
Corrían de un lado a otro después de terminar su trabajo y buscaban elogios era adorable. Distraídamente adorables.
—¿Su Majestad?
Anna se acercó a mí y me llamó tímidamente.
—¿Qué pasa?
—Tengo que hablarte de algo……
—¿Hmm?
Parecía algo serio.
—Bien. Chasri.
—Sih~
—Necesito ir a hablar un rato. Te dejaré este lugar a ti.
—¡Entendido!
Ella respondió alegremente.
Fuimos a un lugar sin gente.
Sin embargo, como este pueblo estaba originalmente en plena decadencia… casi cualquier lugar estaba apartado.
Avanzamos hasta que ya no pudimos oír las alegres voces de las niñas, así que me detuve y me volví hacia Ana.
—¿Esto está bien?
—Sí.
—Bien. ¿De qué querías hablar?
—Umm. Queremos ser parte del reino de Su Majestad.
—Bien, eso estará bien.
Lo había previsto desde el principio.
Es por eso que había usado mi DORECA para elevar el nivel de esta aldea a las especificaciones de mis Reinos.
Sería problemático si dijeran ‘no necesitamos estas cosas después de todo’.
Pero, eso sería más fácil a su manera.
—Umm…….uhh……….
—¿Hm?
Anna se retorcía y le costaba mucho decir algo.
Me pregunto qué era.
—No sabemos…….si podemos o no…….pagar el impuesto…..
—Ohhhhhhhh
Así que eso fue todo.
Ya veo. Anna… y los aldeanos estaban preocupados.
Esta aldea moribunda con tan poca gente…normalmente pensando que sería muy difícil pagar impuestos.
Si esto era todo entonces la charla iría rápido.
—Además, no sabemos si podremos….. pagar las reparaciones de la aldea…
—No te preocupes por eso. No puedo hacer que no paguen absolutamente nada porque sería un mal ejemplo, pero si realmente no pueden pagar ya se nos ocurrirá algo.
—¿Algo?
—No te presionaré mucho. Es mi garantía. Garantizo lo más básico de la vida. Garantizo comida, casa y ropa. Si son lo básico puedes pedirlo cuando quieras gratis. Eso es lo que estoy haciendo ahora.
—¿Gratis?
Anna estaba completamente sorprendida.
—¿Nn? ¿No les dije chicos?
—Umm……….uhhhhhhhhh…….
Anna estaba completamente alterada. Le sonreí.
—Así son las cosas. No te preocupes.
Anna abrió mucho los ojos y al cabo de un rato su expresión volvió a la normalidad.
Era una cara que decía que estaba aceptando poco a poco lo que le había dicho.
Finalmente se resolvió en una expresión compleja con gratitud mezclada con algunas otras cosas.
—Su Majestad……. ¿es usted Dios?
Preguntó finalmente.