Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 163. Khorkina
—Cuánto tiempo sin ver a Akito-chan~
—S-sí
Khorkina salió a saludarme y una vez más me quedé perplejo por su alta tensión.
Como de costumbre, su alegría desenfrenada y su sentido de la distancia eran una locura. Era sólo la segunda o tercera vez que nos veíamos y, sin embargo, actuaba como si fuéramos amigos íntimos que llevaban años sin verse.
Ella era la única en este mundo que me llamaba Akito ‘chan’.
—Eres la misma de siempre.
—Akito-chan es tan genial como siempre también.
Khorkina contestó ligeramente, pero se calló y me escrutó.
Me miró a la cara y movió la cabeza mientras me miraba de arriba abajo.
—¿Qué pasa?
—No es como siempre… estás mucho más fresco que antes. ¿Qué ha pasado?
—Bueno, eso es…..
—Nos conocimos~
En mi lugar la Diosa del Mal respondió desde detrás de mí.
Era extraño pero el aura la atmósfera que tenía…no cambió incluso después de perder sus poderes.
Pudo haber sido mi imaginación pero se sentía más fuerte.
—Se conocieron eh~ y Akito-chan…¿quién es esta persona?
—Pobre niña, aferrándose al pasado a pesar de que no queda nada.
—??? ¿De qué estás hablando?
Khorkina ladeó la cabeza como diciendo ‘No tengo ni idea de lo que está diciendo esta persona’.
—No es nada, no la escuches. Sólo guíanos.
—Un, sígueme.
Dijo Khorkina y empezó a guiarnos.
La seguimos y nos adentramos en el bosque.
Se parecía al bosque que rodeaba el Castillo del Rey Demonio. Tenía una sensación de pesadez.
—Ten cuidado Akito-chan, si me pierdes estarás perdida~
—¿Si te pierdo?
—Un si me pierdes.
—¿Ocurre algo en este bosque?
—Es un secreto.
—Ya veo
Asentí con una sonrisa irónica.
Definitivamente había algo pero ella no hablaba.
Bueno, era Khorkina después de todo no debería ser una mentira.
Decidí quedarme a 2 metros de ella.
Decidí hablar con la Diosa del Mal detrás de mí.
Bajé la voz para que Khorkina no pudiera escuchar.
—¿Qué quisiste decir con eso de ‘Pobre niña’?
—¿Qué piensas?
—No me vuelvas a preguntar…..hmm…..
Me toqué la barbilla y pensé.
—Lo dijiste sugestivamente pero no soltarías cosas al azar.
—Niño listo. Así que siguiendo esa lógica…
—Y dijiste que se aferraban al pasado. ¿El pasado? ¿La Era de las Esclavas Eternas?
—Sí.
—¿Pasó algo en el pasado?
—¿Le preguntas a otra mujer sobre el pasado de otras mujeres?
—Eres su Dios, ¿verdad? No sólo una mujer común.
—Niño travieso. Algún día serás castigado~
¿Lo seré?
Básicamente era tan efectivo como decir que recibiría ‘Castigo Divino’.
Pero ahora mismo no había ningún Dios en este mundo.
La Diosa aprovecho esta oportunidad para infiltrarse en mi ciudad y tratar de vivir una vida normal.
En resumen no recibiría ningún castigo pronto.
—Si hay un Dios entonces le ofrezco mis más sinceros sentimientos.
Dije mientras me alejaba. Di dos palmadas e hice una rápida reverencia.
—¿Qué es eso?
—Es la alabanza a los dioses en mi mundo anterior. ‘Junta tus manos dos veces y haz una reverencia’
—Qué barato
—Bueno, es básicamente para calmar las cosas a nivel de un dios de la tierra sin embargo.
Saqué mi DORECA y creé algo dulce.
Le entregué al Dios Maligno un pastel de arroz relleno de mermelada de frijoles.
—Eso está un poco mejor.
—¿Tienes ganas de decírmelo ahora?
—Niño tonto. Es la naturaleza voluble de un dios.
—¿Comes sin pagar?
—Eso es lo que hace un dios.
—…lo recordaré.
Decidí dejarlo pasar aunque ella no me dijo nada. La razón era que al verla rellenarse la cara con el pastel parecía un hámster. Era adorable.
***********************************************
Las Esclavas Eternas se parecían a las Elfas de mi mundo, pero ese era el único rasgo que conservaban.
Eran una raza con un fuerte espíritu de servicio.
La felicidad de recibir órdenes y trabajar junto a sus hijas bajo el mismo Maestro.
Aparte de su apariencia no se sentían nada como los elfos.
Los Regrets.
Parecían Elfos Oscuros.
Su pelo plateado y su piel morena… muchos tenían ojos afilados que miraban al mundo con enemistad.
Había oído que se transforman si no encuentran un Maestro después de un cierto número de años.
Sentí algo parecido a la naturaleza élfica en ellas.
Salimos del bosque con Khorkina.
Había un pueblo.
Un pueblo escondido en el bosque que realmente encajaba con mi imagen de los elfos.
Todo eso estaba muy bien……pero tenía que preguntar.
—¿Qué es este lugar?
—Este es nuestro país.
—¿País? ¿No es una ciudad?
—Un, país. Esto es todo.
Esto es todo…….
—Esto es mucho menos de lo que pensaba. Cuando oí País, pensé que habría más.
—¿No podías hacer el cálculo inverso basándote en la comida que diste?
—……Le dejé eso a Yuria.
Mi tercera esclava, Yuria.
Su personalidad tranquila y su talento para los asuntos domésticos me permitieron dejarle esos asuntos a ella.
Yuria no lo mencionó… pero también es mi culpa por flojear…. dejemos eso de lado.
Ya veo, así que esto es todo lo que había.
Estaba fuera de mis expectativas pero parecía haber un poco más de cien personas.
Además…
—La atmósfera es realmente pesada.
Pude sentir las agudas miradas de varios Regrets.
Todas parecían enfadadas o deprimidas.
Por eso todo el lugar se sentía pesado.
—Esto es realmente…
—Bueno, sólo un poco~
—Esto es completamente diferente de la imagen que tú y Svetlana me disteis.
—Bueno eso es… enviamos a las dos chicas más alegres como vanguardia.
—¿¡Las dos mejores!?
Me sorprendió.
—Tu aparte…Svetlana?
Svetlana mi sexta esclava.
Ella había sido un pesar y se enredó en todo.
Si tuviera que describirla…. era una militar sin refinamiento.
Su forma de hablar era como tal y su personalidad igual.
No era oscura y depresiva como todas las Regrets de aquí.
Sin embargo, no se la podía confundir con alguien alegre.
Con su personalidad, Svetlana era…
—Un, las dos mejores.
—Así que básicamente la número uno y la segunda…
—De cualquier manera~
Khorkina se rió ligeramente.
Ya lo había pensado antes, pero lo comprendía de verdad.
Ella era única entre los Regrets.
Al mismo tiempo, recordé las palabras de la Diosa del Mal.
Khorkina ocultaba algún tipo de pasado.
Ese brillo cegador ocultaba algo.
Me molestaba.