Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 170. Side Story - Yuria
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- Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei
- 170. Side Story - Yuria
Ubicación, Capital Real Ribek, Oficina de Administración del Palacio Real.
La Tercera Esclava Yuria estaba dentro recibiendo un montón de visitantes.
—Esclava-sama, he terminado mis entregas. Hice el bloque oeste yo sola.
—Yuria-sama, esto, encontré esta flor en el camino de vuelta. Hay muchas de ellas floreciendo al suroeste de Ribek.
—Dame más que hacer, como puedes ver todavía soy capaz de trabajar.
Mucha gente se acercó a hablar con ella.
Hombres y mujeres de todas las edades, cada uno diciendo cosas diferentes.
Sin embargo, todos tenían algo en común.
La adoraban y querían trabajar para ella.
Yuria le dio instrucciones una por una.
Mientras Dios aún era Rey dependía de su inteligencia y capacidad, dejándole gran parte de la administración a ella.
Incluso ahora eso no había cambiado mientras ella continuaba administrando el mundo restaurado.
Yuria continuó dando órdenes con calma.
Los devotos se reunían a su lado y trabajaban con todas sus fuerzas en un intento de hacerla feliz.
Esa era la vida diaria de Yuria en el mundo revivido.
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En la oscuridad de la noche Yuria continuó procesando el último papeleo.
Había terminado todo lo que tenía que hacer hasta mañana al mediodía. Ahora podría descansar.
Se masajeo el hombro mientras se dirigía al sofá.
Quería echarse una siestecita.
En el momento en que se sentó en el sofá, *creak* la puerta se abrió lentamente.
Una mujer abrió lentamente la puerta a altas horas de la noche y se asomó tímidamente.
Yuria miro quien era mientras se sentaba en el sofá.
Era Jenna. Ella era la mujer que prácticamente se había forzado a sí misma a ser la secretaria de Yuria (aunque Yuria realmente no lo había pedido).
Por supuesto ella era una de las personas que idolatraba fuertemente a Yuria.
—Wawawa-Lo siento Onee-sama. ¿Te desperté?
—…….¿Qué?
Yuria respondió con una voz vacía de desagrado.
Jenna suspiró aliviada mientras entraba y se ponía delante de Yuria.
—Terminé mi investigación y regresé. ¿Quieres mi informe ahora?
—Adelante.
—Entendido. Umm, recientemente algo extraño ha estado circulando.
—¿Algo extraño?
—umm…. se está extendiendo entre hombres y mujeres y….uhh
Jenna se sonrojó pero consiguió continuar.
—En verdad es una herramienta que usas así…
—……Ya veo.
—Está causando una perturbación en la industria del sexo por lo que creo que debemos manejarlo. Vine a pedir permiso para hacerlo.
—…está bien.
—¿Eh?
—Está bien… dejarlo solo.
Dijo Yuria sin apenas hacer una pausa.
—¿Está realmente bien dejarlo?
—Es porque hay tiempo libre que se puede desarrollar. La noche es tranquila así que hay espacio para ese tipo de cosas.
—Eso…….puede ser así.
—Mientras continúe la paz seguirá evolucionando.
—¿¡Evolucionar!? ¿Más que esto?
Jenna gritó conmocionada y puso cara de duda.
Ella no sabía los detalles exactos por lo que se sentía un poco dudosa.
Pero aun así ella creía en Yuria.
—Así es. Puede que sea así ahora, pero continuará desarrollándose a medida que la paz continúe.
—UU…..
—Pero…
—Entiendo, lo dejaré en paz.
—Un, ¿algo más?
—Todo lo demás está bien.
—Ya veo………
Yuria asintió y dejó escapar un suspiro.
Llevaba todo el día ocupándose de asuntos oficiales, así que ya estaba agotada.
Incluso Jenna podía ver que estaba agotada.
—Onee-sama ya es hora de descansar.
—……un
—Eso es, te prepararé un poco de leche caliente. Si bebes eso podrás dormir bien.
Con eso, Jenna empezó a salir de la oficina.
Quería aliviar aunque fuera un poco la fatiga de Yuria si podía.
No podía encargarse de todo ella sola, pero hizo su cama e hizo varias cosas como colocar incienso para aliviar la fatiga.
Estaba a punto de salir para hacer eso y varias otras cosas cuando se dio cuenta de que Yuria estaba mirando por la ventana.
—………..
—¿Onee-sama?
¿Qué estaba mirando?
Si había algo ahí fuera debería ocuparse de ello pensó Jenna mientras se giraba para mirar fuera.
Pero, en ese momento.
Fuera de la ventana, los jardines reales se iluminaron.
No, no eran los jardines los que brillaban, sino algo brillante que descendía del cielo.
—¿Q-Qué es esa luz? Ah Onee-sama ¿a dónde vas?
Yuria sin palabras salió corriendo de la habitación.
Jenna se enfurruñó por un momento con los labios fruncidos.
Sin embargo, pronto soltó un suspiro.
—Así son las cosas. No se puede evitar.
Jenna suspiró resignada.
Yuria corrió hacia la luz, hacia el lugar del descenso de su Maestro sobre el mundo. Corrió como si el cansancio que había mostrado nunca hubiera existido, con una sonrisa brillante como el sol.