Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 37. Cumbre
De día, paseando por la ciudad.
Era mi hora de descanso así que estaba dando un paseo.
—Obachan, esto por favor
—Ok, 1,000,000 yen por favor
—Aquí tiene.
Oí la voz de una mujer mayor que sonaba amable y la de un hombre enérgico.
Estaban frente a un lugar que parecía una tienda con varios artículos y el hombre le estaba dando a la mujer un montón de billetes. Luego recibió su mercancía.
—Hey
Me acerqué a la tienda y les llamé.
—Oh si es usted Señor.
—¡Buenos días Milord!
Los dos me miraron y sonrieron felices.
Miré sus manos y comparé las mercancías y el dinero que se intercambiaban.
—¿Has empezado a usar el dinero?
—Sí, hemos empezado a utilizar el dinero que Milord nos ha proporcionado.
—Es muy conveniente Milord. Tener una cosa tan pequeña que se puede utilizar para comprar artículos es muy útil. Muchas gracias.
—Es muy útil para cuando necesites hacer una compra grande.
La mujer cogió uno de los billetes y lo mostró. Era un billete de 10.000 yenes.
—Nunca pensé que se pudiera hacer dinero así con papel.
—¿Nunca tuvisteis papel moneda? ¿Ni siquiera antes del dios maligno?
—Nunca. Es porque era muy fácil falsificarlo.
Así que había problemas con la falsificación eh….
—Pero el dinero que me diste es -Hurrrggggghhhhhhh-
La mujer cogió el billete de 10.000 yenes con ambas manos y empezó a tirar y retorcer.
Hurrrrggghhhh- su cara se puso roja y empezó a jadear con el esfuerzo de intentar separarlo.
El billete, que parecía hecho de simple papel, no se rasgó ni se estiró.
Permaneció con una forma rectangular perfecta.
—-Haa haa…. Ves que no puedes dañarlo. Si intentaras falsificarlo se vería a través fácilmente.
—Así que ese es el caso
—Para ser capaz de hacer tal cosa, su señoría es increíble.
—¡Sí! ¡Mi padre y mi madre dicen que Milord es increíble!
—Milord, por favor siga cuidando de nosotros de ahora en adelante.
—¡Estaremos a su cuidado!
—Ok
Me despedí y continué mi paseo.
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Dentro de la sala de recepción de mi mansión, me reuní con Madway, que había venido de visita.
—¿Qué pasa? ¿Por qué has tenido que venir hasta aquí?
Había dejado a Madway a cargo del pueblo de Akito.
Yo había sido el jefe de ese pueblo pero después de convertirme en el Señor de cuatro pueblos le dejé ese trabajo a Madway.
Debido a eso Madway se había vuelto mucho más ocupado.
Si no era importante no debería tener tiempo libre para venir de visita sin motivo.
—Actualmente Akito-san, encontramos un nido de esos monos de los que hablaste el otro día.
—¿Monos? Oh, ¿las bestias esclavas?
—Sí, y entonces nos reunimos y los derrotamos, convirtiéndolos de nuevo en personas.
—Ya veo, eso es bueno, ¿no?
Para seguir desarrollando las ciudades necesitábamos más gente. Uno de los mejores métodos para encontrar esa gente era derrotar a esas bestias esclavas.
Pensé que esto era algo bueno y que no debería haber ningún problema… pero la cara de Madway no tenía muy buena pinta.
—¿Qué pasa?
—El número es el problema
—¿El número? ¿El número de personas que volvieron a convertirse en personas?
Madway asintió con el rostro serio.
—¿Cuántos… hay?
—400
—……400 más?
Me sorprendió.
Sólo había unas decenas de personas en la ciudad de Akito.
Sólo tenía suministros e instalaciones suficientes para ese número de personas.
Si de repente hubiera 400 más de las que tuvieras que ocuparte entonces… supongo que acabarías entrando en pánico.
—Al principio sólo había diez de ellos. Después de derrotarlos… aparecieron diez más… y después de eso más… y más…
—Oh…
Podía creerlo.
Las bestias esclavas eran realmente agresivas… pero al mismo tiempo muy débiles. Si tuviera que compararlas con las personas, serían tan fuertes como un niño de guardería.
Con cosas tan débiles apareciendo una tras otra no es de extrañar que la cantidad de gente aumentara.
—Antes de darnos cuenta teníamos 400.
—Ya veo.
—Esto es demasiado grande para nosotros. Si no te pedimos ayuda y hacer más cosas entonces…
—Lo entiendo.
Comprendí por qué Madway había venido aquí.
—De acuerdo, vamos.
Agarré mi DORECA y me levanté.
Si había tal problema, no había otra opción que ir.
—Maestro.
En ese momento Yuria entró en la habitación
Se había acomodado completamente en la posición de mi secretaria.
—¿Qué pasa?
—Valeria de Kazan esta aqui.
—Valeria de Kazan…Oh a la que le di 500 pushinee.
—Sí.
—¿De qué se trata esto?
—Es algo muy importante. El único que puede manejarlo es el Maestro.
—¿No sirve de nada si no soy yo?
Yuria asintió.
Me quedé pensando un rato.
Muchas cosas han pasado desde que Yuria vino a mí, pero entendí sus habilidades como secretaria.
Si ella dice que tengo que ser yo… entonces probablemente tenga razón.
Enfrentado a un mensajero de otra ciudad, necesitaba estar aquí para manejar la diplomacia.
Sin embargo, la petición de Madway también era bastante urgente.
Estaba atrapado entre la espada y la pared.
—Estaría bien si enviaras a Risha y Mira.
—¿Enviarlas?
—Si
Yuria asintió y sacó su tarjeta.
La Tarjeta Esclava (Normal).
La sub-tarjeta de mi DORECA que puede hacer objetos de rango Normal.
—Las dos tienen esto.
—Ya veo.
Así es.
Me volví hacia Madway y le dije.
—Así son las cosas. Busca a Risha y Mira y que vayan contigo.
—¿Estará bien?
—Sí.
Asentí y me pregunté si debía explicarle un poco lo de la tarjeta de esclavo.
—Entiendo, si tu lo dices Akito-san, te creeré.
Dijo Madway y salió de la Mansión del Señor.
Parece que se confía bastante en mí.
—De acuerdo, llévame con Valeria.
—Sí.
Yuria me guió a través de la ciudad.
La ciudad se había vuelto más animada últimamente, pero por alguna razón era extra ruidosa.
Finalmente, llegamos a la entrada del pueblo.
Allí vi a Valeria.
Cuando me vio, se inclinó.
—Ha pasado mucho tiempo, Akito-sama.
—Sí, ¿cómo han ido las cosas desde entonces?
—Gracias a Akito-sama la ciudad se está recuperando poco a poco.
—Eso es bueno… ¿y esto es?
Me aparté de Valeria y pregunté.
Había una litera. Había varias personas transportándola y debía haber alguien a bordo.
Me pregunto quién será.
—Este es mi Señor, el Líder de Naga, Maruta.
—¿Eh?
—Maruta(Malta) pidió hablar con el Señor de Ribek, Akito.
Me sorprendí y miré a Valeria y a la litera alternativamente.
El Jefe del Pueblo vino de visita.
Miré a Yuria y nos saludamos con la cabeza.
Ciertamente, esto no puede ser manejado por nadie mas que yo.