Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 46. Las cosas se amontonan
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- 46. Las cosas se amontonan
—Mira, saca tu Tarjeta de Esclava.
Era por la mañana en la Mansión del Lord.
Mira obedeció y sacó su Tarjeta de Esclava antes de colocarla en el círculo mágico que yo había hecho.
Me corté el dedo con la Esclava Eterna Kai y dejé que una gota de sangre cayera también en el círculo.
Era un nuevo objeto que requería la mejora de mi tarjeta a platino y una Tarjeta de Esclavo (Normal).
Necesitaba dos objetos. Una Tarjeta de Esclavo (Normal) y la sangre del Maestro.
Cuando se colocaron juntos dentro del círculo se produjo una nueva Tarjeta.
—¡Muchas gracias, Maestro!
—Las otras dos ya lo hicieron, pero asegurémonos bien de los efectos.
Corté una mesa directamente por la mitad con la Espada Eterna Re.
Era una mesa que había sido hecha con la DORECA.
—Mira en tu menú, debería haber Reparación de Bronce en alguna parte.
—Lo encontré.
—Lánzalo sobre la mesa y mira.
—Lo entiendo.
Mira hizo lo que le dije y lanzó la magia reparadora sobre la mesa.
—¿Qué materiales se necesitan?
—Requieren la mitad de los materiales que se usaron para hacerla en primer lugar.
—Ya veo. Es igual que mi tarjeta original.
Igual que cuando tenían tarjetas normales.
Mira salió de la habitación de un salto para ir a recoger los materiales necesarios para las reparaciones.
Me senté en mi silla y me quedé mirando la mesa mientras pensaba.
Este es un momento decisivo. El hecho de que mis esclavos ahora puedan usar la magia Reparación de bronce es algo muy importante.
Hasta ahora, yo era el único que había podido reparar cosas la eficacia… era mala en más de un sentido.
El hecho de que ahora cada una de ellas pudiera hacerlo era un gran avance.
Mira volvió con los materiales y reparó la mesa.
—Fumu, parece que no hay problemas. Tiene la misma habilidad que mi DORECA.
—¡Sí! Ufufu
—¿Por qué sonríes así?
—Estaba feliz de poder ser aún más útil.
—Ya veo. De ahora en adelante por favor continúe trabajando por mi bien.
—Un!
Mira asintió con una sonrisa en la cara.
—Maestro
La puerta se abrió y entró Yuria.
—¿Qué pasa?
—Hay un enviado.
—¿Enviado? ¿Es Valeria?
—No es nadie de Kazan.
Dijo mi pequeña esclava mientras sacudía la cabeza con una mirada inusualmente seria.
********************
Cuando entré en la sala de recepción arrugué la frente sin querer.
Había un hombre sentado allí. Había un hombre lleno de cicatrices con la sombra de las cinco en punto sentado allí que llevaba una armadura y un manto sucio de color rojo oscuro.
A simple vista su aspecto le hacía parecer un bandido.
En cuanto a la castella que Risha proporcionaba a los invitados en esta habitación… se la estaba comiendo vorazmente mientras derramaba migas por todas partes.
Sus modales son terribles… ¿es este tipo realmente un ‘Enviado’ como dijo Yuria?
Cuando se dio cuenta de mi presencia, levantó la vista.
—Tu eres Akito huh…
—……Así es, ¿y qué?
Me senté frente a él. Mira, que había entrado conmigo, se colocó detrás de mí.
—Soy Jahn (pronunciado Yahn), estoy aquí bajo las órdenes de Maxim-sama.
—¿Y?
Jahn se relamía los labios mientras comía y hablaba. Era desagradable mirarlo mientras masticaba con la boca abierta.
—He venido a darte el decreto de Maxim-sama. Ven a verme dentro de 10 días.
—¿Dentro de 10 días? ¿Ven a verme? ¿Qué es esto?
—Tu actitud determinará el trato que recibirán estos cuatro pueblos. Asegúrate de no arruinar el buen humor de Maxim-sama.
—Espera, no entiendo. ¿De qué estás hablando? ¿Quién es ese Maxim? ¿Qué quiere?
—¡Ha!
Jahn soltó una carcajada despectiva.
—Oioi, el nuevo jefe de Ribek es esta cosita ignorante?
—¿¡Te atreves a tratar a mi Maestro de tonto!?
Mira gritó con fuerza.
—¿Qué eres… eres una esclava, verdad? ¡Si eres un esclavo entonces conoce tu lugar! Estoy hablando con tu amo, ¿cuando fue tu turno de hablar? ¿Hah?
—Ku…………
Mira se mordió el labio inferior y dejó de hablar con cara de frustración.
Era como si, como esclava, no pudiera rebatir aquella lógica aunque lo intentara.
—Mira, no hables con él. Es una orden.
—Lo entiendo.
Sobreescribí las palabras de Jahn con mi orden como su Maestro.
Esto hizo que se calmara su frustración, pero no su ira. Siguió mirando a Jahn.
Me volví hacia Jahn y le pregunté,
—Perdona por ser ignorante… explícamelo para que pueda entenderlo, por favor.
—¿De verdad no sabes nada de Maxim-sama?
Esta vez parecía asombrado. ¿De verdad era tan famoso?
—Umm, Maestro…
—¿Qué?
—Maxim es el nombre del Gran Señor del Norte. A través de múltiples guerras aquí y allá, obtuvo varias ciudades.
¿Así que básicamente un invasor?
Miré a Jahn, que tenía el pecho hinchado de orgullo.
—Bueno, así son las cosas. No te preocupes, a Maxim-sama no le gusta especialmente derramar sangre. Mientras vayas a saludarle y te conviertas en su subordinado, no pasará nada.
—…y…¿si me niego?
—Bueno… entonces los subordinados de Maxim-sama y dos mil soldados marcharán sobre tu ciudad.
Dijo Jahn con una sonrisa burlona.
—…… Lo siento, pero tendrás que darme tiempo para pensarlo.
—Haaa, vale. Aunque tu respuesta final está bastante decidida…
—……Risha.
Llamé a Risha, en lugar de a Mira, que estaba justo detrás de mí.
—¿Llamaste al Maestro?
—Guía a Jahn-san a un lugar donde quedarse…sé educada.
—Entiendo.
Risha guió a Jahn y salió de la sala de recepción.
—Fuu…….
Me senté en mi silla y suspiré.
Guerra.
La palabra me vino a la cabeza.
Así que estaba diciendo que te rindas… si no quieres morir, ríndete. Si no, entonces invadiremos con 2.000 soldados.
Hmm, qué hago…
***********************
Di un paseo por Ribek.
—Nee-chan ¿cuánto cuesta esto?
—5,000 yen.
—Es caro…vamos bájalo un poco.
La ciudad estaba animada. Antes de que me diera cuenta, la calle principal se había convertido en un mercado donde se hacían varios negocios.
Había cambiado mucho desde que Marato estaba en el poder.
—Milord.
Un hombre me reconoció y me llamó.
—Milord, he oído que Maxim apuntaba a este lugar, ¿es cierto?
—…¿de quien escuchaste eso?
—Hace un tiempo el subordinado de Maxim vino aquí. Tomó algunos de mis bienes sin pagar y dijo ‘todo esto será de Maxim-sama pronto de todos modos’.
Jahn huh……
—Pensé que era ridículo, pero vi a la esclava-sama de Milord con él pero no lo detuvo.
Risha huh……
Parece que ella confundió mi orden y le permitió la autoridad para hacer tales cosas.
—También se llevó algunas de mis cosas.
—Yo también.
—Me pegó cuando le dije que parara.
—Eso es ligero, me rompió la tienda.
Uno tras otro fueron hablando para contarme lo que había hecho.
Le di al hombre que había sido golpeado una Panacea, y reparé la tienda del otro hombre con mi DORECA.
—Lo siento pero es verdad…nos esta poniendo en la mira.
Después de escuchar mis palabras las cosas se alborotaron de golpe.
—Maxim me dijo que me rindiera. Si no me rindo y me convierto en un subordinado, él enviaría 2.000 soldados para conquistarnos.
Las cosas se calentaron aún más.
Bueno, sí … Supongo que eso es obvio.
Les decía que vendrían 2.000 personas.
Ribek era el pueblo con más gente…pero aun así solo había unas 1.000 personas en su interior.
Es obvio que tendrían miedo cuando les dije que vendrían 2.000 soldados.
Pensé cuando,
—Milord, ¿cómo vamos a proceder?
—¿Huh?
El hombre que llamó primero dijo.
—¿Cómo deberíamos proceder?
—¿Cómo debemos enfrentarnos? ¿Cómo debemos prepararnos para repeler a los 2.000 soldados?
—……
Me sorprendió, fue una reacción totalmente fuera de mis expectativas.
—Estás siendo estúpido…
Dijo una mujer.
—Lo que tenemos que hacer no ha cambiado. El Señor hará algo y nosotros reuniremos los materiales para hacerlo.
—¡Así es! El Señor hará algo asombroso que puede enviar a esos soldados a volar.
—Esa cosa de Nitoka. ¿Qué tal si hacemos muchos de esos?
La multitud armó un gran alboroto mientras hablaban y gritaban.
Parecían llenos de esperanza mientras discutían soluciones una tras otra. Ninguno parecía dispuesto a ceder.
Saqué mi DORECA.
Todos se dieron cuenta y se volvieron a mirarme.
Sus miradas estaban llenas de fuerte esperanza y confianza.