Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 48. El verdadero poder
- Casa
- Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei
- 48. El verdadero poder
Ciudad de Akito.
Yo estaba de pie en las paredes de la ciudad mirando hacia fuera.
A un kilómetro de distancia, las tropas de Maxim eran visibles.
La vanguardia estaba formada por caballería montada en los caballos de dos patas y detrás de ellos había soldados que blandían lanzas.
—2,000 de ellos huh……
Es una estimación… pero parece correcta.
El hecho de que enviaran a toda esta gente parece probar que van en serio con esto.
—Maestro
Risha gritó desde detrás de mí.
—Los preparativos han sido hechos
—De acuerdo.
Asentí y miré detrás de mí.
El muro exterior de Akito estaba armado con 20 nitokas. Además, había 100 personas que manejaban gradiks.
Mira comandaba la división nitoka y Yuria se quedó al mando de la división gradik.
Mirándoles era obvio. La gente del pueblo sentía la presión de los 2000 soldados que se les echaban encima… estaban nerviosos, o asustados se podría decir.
—¡Maestro! ¡Han empezado a moverse!
Dijo Risha sonando nerviosa.
Miré hacia atrás y vi a la caballería levantando una nube de polvo mientras cargaban.
—Dispara el nitoka. No hay necesidad de apuntar con cuidado, sólo dispara.
—¡Ok!
Risha corrió hacia Mira. Entonces la división de la batería comenzó a disparar sus rocas.
El montón de rocas trazó una parábola en el cielo antes de deshacerse y caer a tierra. Muchas erraron sus objetivos, pero una parte de ellas se estrelló justo en medio de la caballería.
—No dejen de disparar.
Las rocas salieron volando una tras otra.
La carga de la caballería se estaba volviendo evidentemente lenta. La puntería estaba por todas partes, pero tener enormes rocas volando hacia ti no deja de ser aterrador.
Pero aún así no se detuvieron. Una vez que pasaron el alcance de las nitokas, una vez más aumentaron su velocidad y cargaron.
Entonces… entraron en el rango del arco.
—Unidad Gradik, disparen con todo lo que tengan!
Ordené y las 100 personas de Yuria tensaron sus arcos.
Y dispararon sus flechas todos a la vez.
Cien arqueros…equivalían a 500 flechas después de que se dividieran.
Las flechas cayeron como lluvia mientras atravesaban la caballería, derribando a uno tras otro de sus caballos.
A larga distancia teníamos el bombardeo nitoka, y a media distancia una línea de fuego gradik.
Enfrentamos a los soldados de Maxim con nuestro arsenal de flechas y piedras y no pudieron acercarse más.
—Parece que esto podría funcionar.
—Supongo…
Asentí y miré hacia el campo de batalla.
—¿Mmm, Maestro?
—¿Qué?
Miré a Risha.
—¿No vas a luchar? Si el Maestro saliera, entonces creo que podrías ganar fácilmente.
—Pero todo lo que conseguiría sería la victoria en solitario…
—?
Risha ladeó la cabeza, confusa.
Sinceramente, aniquilarlos por completo no sería difícil.
Si llevara a Risha en mi espada y pusiera mucha magia en las llamas, entonces debería ser capaz de eliminar a todos estos soldados.
Con la experiencia de luchar contra monstruos, los soldados normales no son mi oponente.
Pero no tiene sentido que salga a luchar yo solo.
Por ejemplo… ¿qué pasaría si saliera a luchar y fuera alcanzado por mil de ellos? ¿Qué harían los otros 1.000? Invadirían la ciudad.
Después de tanto tiempo, por fin tenía un buen número de habitantes y las ciudades estaban reconstruidas. Todo ese trabajo podría desaparecer en unos instantes.
Por eso es necesario el combate grupo contra grupo.
No necesitamos «sólo» ganar, necesitamos ganar con los menores sacrificios posibles.
Los soldados de Maxim intentaron de nuevo cargar.
Sin embargo, los nitoka y los gradik los bombardearon creando una línea invisible que no pudieron cruzar.
Los soldados fueron derribados uno tras otro.
—Mu~…
El flujo había cambiado.
Las cargas y las retiradas habían cesado por fin.
En su lugar, un solo hombre cargó.
Montaba un brillante caballo dorado de dos patas y sostenía una katana en cada mano.
—Concentrad el fuego en ese hombre.
Las rocas y las flechas llovieron sobre él.
Su katana bailaba en el aire mientras cortaba flechas y destrozaba rocas.
—¡Alto el fuego!
Grité y el bombardeo cesó.
El hombre cargó aún más cerca. Probablemente no cambiaría nada por mucho que le disparáramos.
—¿Maestro?
—Vamos Risha.
— – ¡Sí!
No es un hombre corriente, pensé, y aspiré a Risha con mi espada en previsión de la batalla.
Me enfrenté a él y comencé a cargar, el hombre aumentó su velocidad aún más.
*¡Clash!* y nuestras espadas se encontraron.
—¿Eres Maxim eh?
—¡Tu eres Akito!
—Sí. ¿No vas a parar esto? Somos todos compañeros luchando en este jodido páramo… ¡ya es bastante duro!
—¡Por eso lo tomaré todo! ¡Los recursos son limitados! ¡Los tomaré por la fuerza si es necesario! ¡Es la era de la supervivencia del más fuerte!
—¡No son limitados! ¡Los recursos que tengo son casi ilimitados!
—¡No me mientas!
—¡Eeeiii!
Grité mientras intercambiábamos golpes.
No puedo convencerle con palabras y no deja de atacar.
El punto fuerte de la espada de fuego es su capacidad térmica.
Esa alta temperatura no es capaz de alcanzar a Maxim así…
—¡Yuria!
Dije el nombre de mi otra esclava y toqué la joya blanca. Cambié de Risha a Yuria.
Ella entró en la espada y nos conectamos.
—¡Te lo dejo a ti!
(Sí)
De una espada de llama se convirtió en una espada de radar predictivo.
Yuria expandió mis sentidos.
Aleje la espada de Maxim creando una pequeña brecha por donde pude atravesar con mi espada.
Sin embargo… no dio frutos.
—Fuu
Definitivamente golpee su piel con mi espada…pero la hoja no la atravesaba.
—UOOOO!
Le metí magia a la espada y por fin pude divisar otra brecha…esta vez cuando lo golpeé le causé un rasguño.
Maxim controló su caballo dorado y tomó distancia.
Rastreó el rasguño y se lamió la sangre del dedo.
—Muy bien, ¿qué es eso?
—Espada Eterna. Una espada que me permite luchar en conjunto con mis esclavas.
—Espada Eterna……kukuku, ha-hahahahaha
Maxim miró al cielo y se rió.
—Ya veo, así que es eso…Fumu, estoy en desventaja. Tanto en mis soldados como en un uno contra uno.
—……
Yo no hablé. Estaba en ventaja, pero no sentía que pudiera ganar así.
Maxim tiró de sus riendas y se dirigió de nuevo a su ejército.
—Hoy has ganado. Admitiré… que no eres un hombre al que pueda vencer con ataques tan tibios.
—……
—La próxima vez te atacaré en serio, prepárate.
Maxim entonces se fue gallardamente.
Luego, él y todo su ejército se retiraron.
Al ver eso, la gente de Akito lanzó un grito de victoria.
Continué mirándolos.
En nuestro enfrentamiento de fuerzas armadas habíamos salido vencedores abrumadoramente, en nuestro combate uno a uno también lo había superado.
Pero, las palabras de Maxim me molestaron.
No parecía el tipo de hombre que usara semejante farol… parecía el tipo de hombre que respaldaría lo que decía con hechos.
Creo que nuestras fuerzas armadas pueden seguir como están… pero yo mismo necesito hacerme más fuerte.
Miré la espada que tenía en la mano.
Si fuera capaz de combinar a Risha y Yuria en la espada entonces habría sido capaz de ganar.
Sí, lo había pensado antes, pero si era capaz de combinar múltiples poderes entonces el poder aumentaría exponencialmente.
Rojo, Azul y Blanco.
Toqué las joyas de una en una,
Y pensé… si tan solo pudiera utilizarlas al mismo tiempo.
Después de un momento, mi bolsa comenzó a brillar.
Era mi DORECA, la fuente de todo mi poder.
Dentro de ella aparecía un nuevo objeto.
Espada Eterna True.
Tenía un nuevo objetivo.