Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 71. El dia libre del Rey
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- 71. El dia libre del Rey
Por la mañana caminé por las calles de Ribek.
No es que tuviera un destino en mente, sólo estaba paseando.
Me detuve frente a uno de los puestos callejeros.
El tendero estaba asando brochetas de carne sobre un lecho de carbón. No sabía qué tipo de carne era, pero olía delicioso.
—Eh, chico, ¿quieres una?
Dijo el tendero despreocupadamente.
—Esta es una especialidad de Bisk, son brochetas de Kurakadir. Es delicioso y puede ayudar a aliviar la tensión en su cuerpo.
—¿Kurakadir?
No sabía lo que era, pero tenía muy buena pinta.
En realidad…… Llevaba un rato oliendo cómo se cocinaba y empezaba a hacerme babear.
—Ok, tomaré uno.
—Aquí tienes, 500 yenes.
—–
—¿Qué pasa chico?
Dijo el tendero mirándome.
Hmm…..me ha estado llamando ‘chico’ todo este tiempo.
Saqué la moneda que había creado y le entregué 500 yenes. Me dio el pincho.
Lo cogí antes de continuar mi camino.
Mientras lo pensaba de nuevo… parecía que él no sabía quién era yo.
Caminé por el mercado mientras comía el pincho.
Ahora que miraba a mi alrededor podía ver muchas caras desconocidas.
Conocía de vista a la mayoría de la gente que había liberado de Marato.
Sin embargo, ahora mismo no veía muchas caras conocidas.
Esta gente no paraba de llamarme intentando venderme cosas.
Era divertido, así que caminé de puesto en puesto probando productos.
Era casi como un pequeño festival.
Me detuve frente a un puesto con pocos clientes.
—¿Cuánto cuesta?
—Uno cuesta 1.500 yenes.
—Es un poco caro.
¿Por eso no había muchos clientes?
—Bueno, el coste garantiza el sabor.
—Ya veo…..entonces dame uno.
Pagué y me dieron la comida.
Le di un mordisco………..y estaba horrible.
Era tan mala que dudaba de que fuera comida….casi al mismo nivel que el vómito.
No era porque fuera caro….no había clientes porque era caro y asqueroso.
Me alejé y miré hacia atrás un rato.
Ningún cliente se acercaba a la tienda.
—Huh…….. parece que va a cerrar dentro de poco.
Murmuré y seguí caminando.
Salí del mercado y caminé hacia el centro.
—¿Huh?
Me detuve frente a una casa particular.
Era una casa que había hecho usando la DORECA, pero por alguna razón la puerta estaba rota.
Vi a un ciudadano reparándola.
—Yo
—Ah, Su Alteza.
Esta vez era alguien que me conocía.
—¿Qué pasó?
—Umm…….bueno……
El hombre se rascó la nuca sonriendo irónicamente.
—Mi mujer se enfadó conmigo y….
—¿Este fue el resultado de la pelea?
—Sí…
—No se puede evitar.
Saqué mi DORECA, pero el hombre negó con la cabeza y las manos rápidamente.
—No, no, está bien Su Alteza. Puedo arreglar esto yo mismo.
—¿Puedes arreglarlo tú mismo?
—Sí. De hecho, casi he terminado con la reparación.
Volví a mirar la puerta.
Realmente estaba casi terminada.
—¿Está bien?
—Absolutamente, no podemos tener al Rey haciendo cosas tan menores.
—Ya veo. Entonces buena suerte.
Me despedí con la mano y me alejé.
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Hasta que casi se puso el sol, caminé por las calles de Ribek.
La ciudad estaba bulliciosa y animada.
Se habían abierto muchas tiendas y el comercio iba bien.
La gente del pueblo fabricaba y reparaba cosas sin necesidad de depender de mí y de mis esclavos.
Era el primer día en el que realmente no tenía que hacer nada.
No tuve que hacer nada, reparar nada ni derrotar nada.
No hice nada. Sólo me dediqué a gastar dinero.
Aun así, la gente del pueblo sonreía.
Todos parecían felices.
Después de todo el día sin hacer nada….mí DORECA empezó a brillar y a cambiar.
Se transformó de platino a negro.