Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 81. Solicitud de ayuda
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- 81. Solicitud de ayuda
—Parece que se han establecido algunos países.
Yuria informó en mi oficina.
—¿Estás hablando de algunas de nuestras ciudades?
—No, son lugares que no tienen nada que ver con el Maestro.
—Ya veo.
Pensé que esto se iba a convertir en una rebelión…pero no fue así.
—Bueno, supongo que esas cosas pasan…
Me acordé de Marato y de Maxim.
Si había gente con tanto carisma como ellos, también debía haber otros.
Mientras fueran personas que no explotaran y saquearan sus tierras y, en cambio, las administraran adecuadamente, era natural que surgiera un país.
—Maya dijo que otros también cazan bestias esclavas.
—¿Así que se ha hecho bien sabido?
—¿Qué debemos hacer?
—¿Hm? Nada en realidad. ¿No es bueno? Más gente volverá a la normalidad.
—Bien entonces, no haré nada.
Así que ella quería saber cómo quería que lo manejara.
Mientras Yuria seguía informando, yo miraba el gráfico de la pizarra.
Tras el estallido de actividad en Belmi, sus necesidades habían descendido al nivel de las demás ciudades.
El país iba bien.
—Reúne información sobre ellos.
Ordené y Yuria asintió con calma.
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Al día siguiente llegó un enviado.
Yuria había escuchado y les permitió entrar en palacio, guiándoles hasta la sala de recepciones.
Cuando me dirigí hacia allí me sorprendí.
Allí estaba sentada una muchacha.
Tenía el pelo plateado, las orejas largas y la piel bronceada.
Tenía unos rasgos hermosos pero afilados.
Una especie de aura se filtraba de ella.
—¿Elfa oscura?
Sin querer, se me escapó la voz.
Los Esclavos Eternos parecían exactamente Elfos, pero esta chica era una Elfa Oscura la miraras por donde la miraras.
Se levantó e hizo una rápida reverencia.
—Es un honor conocerlo, Su Majestad. Mi nombre es Svetlana. Es un placer conocerlo.
—Sí. Un cordial saludo.
La chica con aspecto de elfa oscura parecía sorprendida y un poco nerviosa.
—Bueno, toma asiento.
—Por favor, discúlpeme.
Caminó hasta el otro lado de la mesa, me miró de frente y se sentó.
—Disculpe~
La puerta se abrió y entró Risha.
Nos dio té a Svetlana y a mí.
—…….
Risha miró atentamente a Svetlana.
Parecía interesada y un poco asustada.
Después de que Risha se fuera me disculpé.
—Lamento no haberle enseñado suficientes modales.
—No, está bien. Es obvio que me mirarían, eso es lo que quiero.
—¿Hm? ¿Qué quieres decir?
Ella dijo algo aparentemente lleno de significado.
—¿No lo sabías? Nosotros los ‘Arrepentidos’ éramos originalmente Esclavas Eternas.
—…….Oh?
Me costó todo lo que tenía reprimir mi sorpresa.
—Es la primera vez que lo oigo. ¿Por qué no me cuentas más?
—Es un cuento famoso.
Ella dijo como diciendo ‘No te preocupes por eso’.
—Los Esclavos Eternos viven para servir a un Maestro. Si se encuentran con su Maestro todo está bien…si no, entonces a cierta edad cambiarán…a este tipo de forma.
—¿Es así? ¿Así que antes eras una esclava eterna?
—Así es. Entonces me transformé en esta forma que se llama colectivamente… ‘Arrepentimientos’. Bueno, es un cuento famoso.
Reorganicé mis pensamientos.
Los elfos nacen como Eternos Esclavos y si no encuentran un Maestro se convierten en un elfo oscuro Arrepentido….
…….da una sensación como si hubieran ‘caído’.
—Lamento hacerte hablar de algo tan desagradable.
—No, no te preocupes.
Svetlana negó con la cabeza.
Su rostro parecía decidido, como si realmente no le importara.
Sea como fuere, intentaré no volver a hurgar en esa herida.
Tengo cinco esclavas y me basta con oírlo de ellas.
—De todos modos, ¿por qué has venido aquí?
—He traído una carta manuscrita de nuestra Reina.
Dijo y sacó un sobre de su bolso.
Estaba debidamente lacrado con cera.
—Reina… así que hicieron un país, ¿eh?
—Sí.
Ella asintió con franqueza.
Lo había escuchado de Yuria…pero parece que realmente ha sucedido.
Tendré que investigar más tarde.
—Ya veo. ¿Qué has venido a decirme?
—Nos gustaría comerciar con su país.
Dijo Svetlana y me miró fijamente.
Sus ojos casi parecían suplicarme.
Como si dijeran: ‘¡Ayúdenos!’