Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 90. El romance de un hombre
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Antes de darme cuenta ya estaba sobre las nubes.
Encima de mí un cielo azul despejado y debajo unas nubes blancas interminables.
Al principio me sorprendió, pero pronto me acostumbré.
Al fin y al cabo, era la segunda vez que estaba aquí.
—Akito
—Como pensaba, eres tú.
La que apareció ante mí fue la Diosa.
La que me convocó a este mundo y me dio magia de creación -la DORECA-
—Pensé que me convocarías.
—¿Te lo esperabas?
—Sí, se trata de Seiya, ¿verdad?
—Eso es correcto.
La Diosa asintió.
Había pensado que esto llegaría.
Después de todo, Seiya y yo fuimos convocados aquí al mismo tiempo. Luego, Seiya había sido enviado en su camino………por mi mano.
Me preguntaba si pasaría algo…
—Realmente lo hiciste.
—¿De verdad?
—¿No podrías haber hecho nada diferente?
—Es posible.
Asentí, como ella había dicho, era posible que lo hubiera hecho de otra manera.
Pero… no lo hice.
—Quería a Raisa, y por eso Seiya era un estorbo.
—Veo…….. que te has vuelto fuerte, ¿verdad?
—¿Hm?
—Tienes la cara de una persona con poder. Una que se ha acostumbrado a ejercer el poder y no duda de tu poder.
—¿Eso no es un cumplido?
—No, no, te estoy elogiando. Si no fueras una persona así, revivir el mundo no sería posible.
En efecto, esta Diosa me había encomendado esa tarea.
La tarea de revivir este mundo que había sido destrozado por un dios malvado.
Esa fue su orden y mi meta también.
Por eso predije esto también.
Pensé que ella no armaría demasiado alboroto por retirar a Seiya que no había puesto ningún esfuerzo en restaurar el mundo.
—También…
—¿Hm?
—La mirada en tus ojos. Normalmente, los que tienen poder se vuelven arrogantes y egoístas.
—Yo soy egoísta. A la fuerza hice mía a su esclava.
—No estás extorsionando al pueblo, y haces las cosas no sólo para tu propio disfrute.
—Pues yo no he necesitado hacer esas cosas. La DORECA es mucho más eficiente que la extorsión.
Además a través del proceso consigo amar a mis esclavos y ver sus sonrisas.
Fue doblemente delicioso. No había necesidad de extorsionar a la gente con esto.
—…….Me alegro de haberte convocado.
Realmente no lo entiendo, pero la diosa estaba riendo suavemente.
Sin embargo, ya que esta es su reacción no necesito preocuparme.
—Entonces…sobre esto.
Saqué la DORECA de mi bolsillo.
Había sido de Seiya y ahora era mía, una Tarjeta Normal.
Se la mostré a la Diosa.
—¿Qué hago con esto? ¿Devolvértela?
Sinceramente, no la necesitaba.
Estaba pensando en dárselo a mis esclavas, pero, sinceramente, con sus tarjetas de esclava era suficiente.
No había necesidad real de llevar una segunda tarjeta.
—Llévatela contigo. Algún día será útil.
—¿Es así? Vale, me la llevo.
Me guardé la segunda DORECA en el bolsillo.
No tenía una verdadera razón para llevarla conmigo, pero tampoco tenía realmente una razón para negarme a hacerlo.
Siempre y cuando sea útil en algún momento, la llevaré.
—¿Es todo por hoy?
—Has hecho un país. cuyos ciudadanos han superado los 10.000.
—Sí, así es.
Aproximadamente 10.000.
Si crees que 10.000 era suficiente para un país, entonces sí que era espléndido.
—Una vez que llegues a 100.000 te daré algo bueno.
—¿Qué?
—Eso aún es un secreto. Te llamaré una vez más cuando llegues a los 100.000.
—Supongo que eso es todo entonces…….
100.000 personas ¿eh?
Incluso si ella dice que voy a conseguir algo bueno, extrañamente no me entusiasma. De todas formas, seguiré haciendo lo mismo que hasta ahora, y cuando llegue el momento, lo aceptaré.
—Por favor…
La diosa me miró fijamente agarrando mis manos.
Directamente a mis ojos me pidió.
—Dependo de ti.
La suplica de la diosa.
No era una mala sensación.
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Antes de darme cuenta estaba en mi habitación.
Dentro de mi habitación en la Capital Real Ribek.
Me levanté de golpe, pero me sentí normal.
—¿Eso fue……. un sueño?
No pude evitar pensar.
Sin embargo, parece que no era así.
Todavía podía sentir la sensación en mis manos.
La sensación de la Diosa agarrando mis manos.
—Era realmente suave……..y ella olía bien.
La sensación restante me convenció de que la visita a la diosa era cierta.
En realidad, fue un poco emocionante.
La parte en la que se agarró a mis manos al final.
Fue… una sensación extraña…
*Konkon*
Llamaron a mi puerta.
La puerta se abrió inmediatamente después. Allí vi a Risha asomándose por las rendijas.
—Ah, Buenos Días Maestro.
—Buenos días. Entra.
Recibiendo mi permiso, Risha entró.
—Buenos días Maestro.
—Sí, buenos días. ¿Qué hay de nuevo? ¿Está pasando algo?
—¿Eh?
—Tu cara lo dice todo.
Risha se tocó la cara como tratando de sentir qué cara ponía.
—Umm…….más que algo que quiera decir, hay algo que quiero que el Maestro vea.
—¿Algo que quieres que vea? ¿Dónde?
—En la oficina.
—Entendido. Ayúdame a prepararme para el día.
—Sí.
Risha asintió y cogió mi ropa.
Miré sus manos que me tendían la ropa.
Sin querer estiré la mano y la tomé.
—¿Maestro?
—……….
La agarré de la mano sin decir palabra.
—Risha.
—¡Sí!
—Por favor, agarra mi mano.
La solté y le ordené.
Risha ladeó la cabeza, pero obedeció.
Me agarró la mano.
—¿Qu-qué pasa Maestro?
—Hmm…
Retiré la mano y la olí.
Era un olor desconocido… algo que no se podía comparar con nada.
Pero olía muy bien.
—¡Maestro!
—Huele bien.
—¿Ehhh?
—Huele a esclava…
—Eso es……..porque soy una esclava después de todo.
Su cara parecía preguntar ‘¿Y qué?’.
—No es nada. Ahora, vamos a trabajar.
—¡Si!
Risha asintió con una sonrisa, la gema de su gargantilla parecía brillar.
Estaba convencido.
Me gustan mis esclavas más que cualquier Diosa.
(LoD: Que desperdicio)
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Llegué a mi oficina y vi a Nina esperando allí.
Nina me vio y se acercó corriendo.
—¡Quería verle su Majestad! ¡Mira, mira! Este es un nuevo plano. Es un plano en el que trabajé con su primer esclavo por su bien.
—Cálmate, cálmate… ¿Plano? Primera esclava… ¿te refieres a Risha? ¿De qué va todo esto?
—Algo que hicimos para su Majest-puu—
Mientras hablaba su excitación llegó al límite y su nariz empezó a sangrar.
De alguna manera u otra… lo había previsto y esquivé un golpe directo en mi ropa.
—Bien, cálmate. Explícamelo con Risha. Puedes cambiarte en un rato.
Después de todo ella probablemente necesitaría más de un cambio.
Risha asintió y comenzó su explicación.
—Umm, ¿recuerdas cuando nos hablaste del acorazado antes verdad Maestro?
—¿Hm? Sí, lo mencioné, pero sólo lo dibujé en el suelo para mostrártelo. ¿Lo copiaste, verdad?
—Sí. Ella y yo trabajamos juntos para hacerlo posible. Los resultados están en este plano.
Dijo Risha señalando el papel que había sobre mi mesa.
Le eché un vistazo.
Había un plano mucho más detallado que el simple dibujo que había hecho en el suelo.
Era tan detallado que no podía entenderlo.
Sólo podía reconocerlo como una ‘nave’.
—Fumu, ¿así que esto es…?
—Un acorazado que corre por tierra y-puu–
—Está bien, sólo deja que Risha te lo explique.
La explicación me la dio Risha.
Sin embargo, a partir de la única línea de Nina pude básicamente entender lo esencial de lo que estaba pasando.
Era grande, con muchas nitoka acopladas y una mejorada como pila principal.
Sí, definitivamente era un acorazado.
—Ya veo. Hiciste bien en pensar en esto.
—Maestro es muy fuerte así que no necesitas algo como esto.
—No, muy buen trabajo. Gracias también Nina.
—pu–
Le explotó la nariz y se desplomó.
Tenía una cara que parecía que había ascendido.
—Ok entonces, vamos a hacerlo.
—¿Eh?
Risha se sorprendió.
—¿Por qué te sorprendes?
—Umm………
Risha se removió inquieta y parecía no querer decirlo.
—Dime.
—Ok. Umm, la magia necesaria para construirlo…….. sería alrededor de 10.000.000.
—Ohh….
¿10 millones? Era una cifra bastante elevada.
—Y por supuesto, el Maestro es fuerte así que no necesitas algo como–
—Risha.
—¡Sí!
Sorprendida, enderezó la columna.
—Te doy la responsabilidad de construir esto. Puedes usar la magia.
—–Entendido.
Dudó un momento, pero como mi chica leal… Risha no se negó y aceptó la responsabilidad.
Un acorazado, ¿eh? No puedo esperar.