Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 94. Viento del Rey
Zawal y los ciudadanos estaban alineados frente a la estación de Bragadeleu.
A la luz del sol poniente había subido al tren solo habiendo terminado el trabajo que me había propuesto.
—¡Muchas gracias por lo de hoy!
Dijo Zawal y todos se inclinaron.
—Por venir el Rey en persona!…….Estoy realmente muy agradecido.
—No sería diferente si fuera yo o mi esclava?
—¡Claro que no! Todos esperaban la llegada de Su Majestad, y de hecho hoy trabajaron más duro.
—Sólo una cosa, ¿de acuerdo?
—¿Qué es?
—Puedes gritar Bragadeleu repetidamente… pero no lo hagas mientras juntas las manos.
—¿Por qué?
Tanto Zawal como los ciudadanos parecían estupefactos.
—Para ya.
Sólo repetirlo hacía que parecieran palabras de agradecimiento, pero una vez añadidas las manos en posición de rezo no se podía ver como otra cosa.
Daba una sensación como de Sieg Ze○n (ジーク・ジ○ン).
—Lo entiendo. Si su Majestad lo dice.
—Eso está bien. Si pasa algo más dínoslo.
—¡Ok!
La gente me despidió mientras el tren comenzaba a correr.
—Bragadeleu Akito
———Bragadeleu Akito
—Bragadeleu Akito
———Bragadeleu Akito
Siento como si las palabras que dijeron hubieran evolucionado de alguna manera… pero decidí que sólo era mi imaginación.
El tren aumentó rápidamente a la velocidad adecuada y circuló de forma estable.
Creo que podré llegar a casa antes de que el sol se ponga por completo.
—Menú Abierto
Saqué mi DORECA para echar un vistazo.
Tipo de carta, población del país, aumento y disminución de la magia.
Sólo mirarlo me producía cierto placer.
Ahora, gracias a todas las cosas que había hecho, podía saber de una forma u otra lo que estaba pasando por el aumento y la disminución de los números.
300 magia se dedujo de repente dos veces seguidas.
—300? Panacea ¿eh? ¿Le sangró la nariz a Nina o algo así?
Me lo imaginaba mientras pensaba.
Ya estaba bastante acostumbrado, pero Mira y las demás parecían seguir siendo víctimas de la ducha de hemorragias nasales.
—Sería mejor que se familiarizara con ella.
Creo que una vez que te acostumbrabas a ella, Nina era bastante linda.
Seguí observando cómo los números aumentaban y disminuían.
Se hacían casas, se hacían ropas, se hacían pushinee a granel…
Solo con ver que los números disminuían podía sentir que mi país estaba creciendo, era una sensación feliz.
Finalmente cerré mi DORECA y miré por la ventana.
A cierta distancia de la vía férrea aún quedaban zonas salvajes.
Yo también tengo que recuperar zonas como esta.
—Mu
De repente vi una figura humana.
Tiré de la palanca y paré el tren.
Bajé del tren y corrí hacia la figura humana que yacía desplomada en el suelo.
Estaba tumbada boca abajo en el suelo, con el pelo largo y un manto cubriéndole el cuerpo.
¿Una mujer?
—¿Estás bien?
Grité pero ella no se movió.
¿Se está muriendo? ¿Está muerta?
—Hey, vamos…-Que?
Corrí y los recogí… y me di cuenta.
No era una persona.
Era una cosa que parecía una muñeca con hilo negro por pelo.
Esto no fue hecho naturalmente, fue claramente hecho para parecerse a un humano.
‘¿Por qué? ….. ¡Esto es malo!’
Pensé, mientras el suelo empezaba a brillar.
La muñeca y yo estábamos en el centro de un círculo mágico.
Brillaba con una luz negra y tenía unos 10 metros de diámetro.
La luz envolvía mi cuerpo restringiéndome.
—¿Una trampa eh?
—¡Hyahahahahahaha! ¡Caíste en la trampa! ¡El idiota cayó en la trampa!
Oí una voz cuando unos hombres aparecieron de detrás de una roca.
Uno de ellos iba delante y otros le seguían.
Sus ropas estaban desgastadas y rotas……pero todos vestían de forma similar.
—Los restos de Marato y Maxim huh…
—Es cierto, soy Midolfan.
El hombre llamado Midolfan se acercó mientras se burlaba.
Se detuvo justo en el borde del círculo mágico y me sonrió burlonamente.
—Nunca pensé que sería verdad, pero realmente funcionó. Con solo mostrarte una sola perra te atraía. Eres terriblemente barato para ser un Rey.
—Lo que sea… ¿por qué haces esto? ¿Venganza?
—¿Venganza? ¿Eres idiota?
¿No se trataba de Marato y Maxim?
—¿Me equivoco?
—Imbécil~, esos tipos no importan para nada. Ellos son los idiotas por perder.
—Idiotas…
—Estos tipos eran pájaros de un plumaje, llegaron aquí por ser todo músculos y nada de cerebro. Por eso perdieron.
……..este tipo.
—Olvídate de eso, hagamos un intercambio.
—¿Un intercambio?
—Así es. Es sobre las coronas.
—…..Oh
Ahora que lo decía, lo entendía.
Así que fueron estos tipos.
Los tipos que ocupaban las coronas de Magatan y las vendían a precios más altos.
Recuerdo que me dijeron que eran las sobras de Marato y Maxim.
—Oh Rey~, no es que estemos locos, solo queremos dinero para comida y cosas…
—Entonces no vayas estafando a la gente. No voy a interferir en las prácticas comerciales normales.
—No, no.
Midolfan reaccionó teatralmente y sacudió la cabeza.
—Mire a estos chicos su Realeza. Todos ellos son mis pequeños subordinados.
Midolfan señaló detrás de él a todos los hombres que sonreían y hacían muecas.
—Tengo el deber de verlos vivir bien, ¿entiendes? Como Rey tienes que entenderlo, ¿verdad? ¿Hm?
—…..¿Qué quieres de mí?
—Escucha, realmente no quiero mucho. Sólo quiero que dejes de cultivar coronas.
—¿Si digo que no?
—Gyahahahahahaaha. Su Realeza, usted no es tonto y ni siquiera puede darse cuenta de eso?
—¿Crees que puedes ganar contra mí con este nivel de círculo mágico?
—No fanfarronees. Este es un círculo mágico que fue desarrollado durante la Guerra del Dios Maligno, un anti ma–
—¡Nuuuuuuuuuuuuuuuu!
Agarré La Espada Eterna por la cintura y saqué magia de mi DORECA.
Resistí la luz mágica que se enroscaba alrededor de mi cuerpo.
—Gyahahahaha, (muda muda) es inútil!
—¡Uuoooooooooooo!
Lo llené con más y más magia.
10…….100…….1000……..10,000………
—H-hey Jefe, esto puede ser malo ¿ves?
—El círculo mágico no se ve bien.
—Y… se está moviendo.
Varios de sus subordinados hablaron.
—Esto no puede ser…
—¡Uoooo!
En ese momento aplasté el círculo mágico en pedazos con un rugido.
Había cargado 100.000 de magia en total.
Era suficiente magia para hacer una pequeña ciudad.
Podía entender de donde habían sacado su confianza, el círculo mágico era bastante bueno.
Empuñé mi espada y miré a Midolfan y a sus subordinados.
—Y entonces…
—……..eh?
—Si digo que no… ¿qué harás?
Dije amenazadoramente.
—E-incluso sin el círculo mágico tenemos más gente. Oi chicos, ¡a por él!
A su orden los hombres se abalanzaron sobre mí.
Esta vez los conté con más precisión… eran 38 en total.
Con tantos ni siquiera necesitaría usar magia.
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—Bienvenido a casa Marst–… ¿¡Qué ha pasado!? Estás cubierto de sangre!
Mira me miró con los ojos muy abiertos cuando llegué a la estación de Ribek.
—¿Qué hay de ti? Estás cubierta de sangre como yo… era Nina, ¿eh?
—Sí…..una vez más….sangre por la nariz…
Mira pareció deprimirse, parece que aún no se acostumbra.
—Ah, no importa lo que me pasó. ¿Qué le pasó a usted Maestro?
—No fue gran cosa, unos rufianes me atacaron.
—Ohh, ¿así que fue eso?
Mira parecía despreocupada después de escuchar eso.
Entiendo que es una prueba de su confianza en mí, pero era algo triste en sí mismo.
—De todos modos, están todos amontonados junto a la barandilla. Cúralos de cualquier herida fatal.
—¿Eh? ¿Quieres que les demos panacea?
—Sí.
¿De verdad? Mira parecía preguntar con la mirada.
—Si es una orden del Maestro entonces lo haré…..¿Pero está realmente bien?
—Sí.
—Entendido, me voy.
Mira subió al tren.
La despedí cuando se iba.
Sólo espero que dejen de hacer cosas malas con esto… tal vez incluso ayudar. Un hombre puede soñar.