Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 98. Aki-to
Sala de recepción del palacio.
Martha se sentó frente a mí y las dos miramos por la ventana.
Contemplamos la tenue vista del enorme acorazado que se estaba construyendo. Su tamaño lo hacía visible con sólo mirarlo.
—¿Qué será eso cuando esté terminado?
—Hmm, en una palabra… yo lo llamaría un fuerte móvil.
—¿Fuerte móvil?
—Sí, se moverá. Tendrá una fuente de energía y una batería de cañones de segunda versión Nitoka. Un disparo de prueba mostró que tenía un alcance que podía disparar a través de todo Ribek y dar en un blanco en el otro lado.
—Ohh, eso es increíble.
—Estoy agradecido por los materiales que trajiste.
—Oh, ese toroi negro. Eso fue bastante raro, a pesar de que teníamos un círculo mágico para guiarnos, fue bastante difícil.
—Sí, gracias.
—Bueno, es un toma y daca. Nos estás dando dulces periódicamente después de todo.
Dijo Marta como si no tuviera nada que ver con ella.
Como ella había dicho, yo había enviado periódicamente dulces a Kazán.
Más exactamente, había utilizado la impresora de alimentos y los cubos de comida para crearlos.
Colocabas el cubo en la impresora, pulsabas el interruptor para elegir la comida que querías… era un maravilloso objeto mágico.
Y así quedamos unidos en un contrato laboral.
—Entonces, ¿por qué has venido hoy?
—¿Eh?
—Es raro que vengas tú mismo. Si tienes algo trivial, normalmente envías a Valeria, ¿verdad?
Valeria era la criada y persona de confianza de Marta.
Si tuviera que decirlo, ella ocupaba la misma posición que Yuria.
—Si, tengo una petición. Algo que pedir como jefe.
—¿Qué es? Dime.
—Hay un gran río cerca de Kazan. Hubo una fuerte lluvia que cayó río arriba y el nivel del agua se desbordó.
—¿Se desbordó? ¿Está bien?
—Está bien, está bien… Kazan fue parcialmente destruida.
—¿Ehhhhh?
—Ah, eso es algo que suele pasar, así que no pasa nada.
Dijo Martha despreocupadamente como si nada.
—Ese río se descontrola a la mínima. Ya estamos acostumbrados.
—¿Es realmente así como funciona?
—Y así empezó la tradicional batalla de agua de Kazán.
—¿Qué?
¿Qué diablos es eso?
—El agua se desborda, entramos en el río y lo atacamos para ver cuánto podemos hacer retroceder al río. Es como un torneo o una exhibición marcial
—No…sigo sin entenderlo.
—Hmm…un torneo puede no ser lo suficientemente preciso……umm si lo llamo entrenamiento…¿lo entiendes?
—¡No es cuestión de cómo lo llames!
Aunque extrañamente pude captar lo que ella quería decir ahora.
Una imagen vívida de lo que esto podría parecer surgió en mi mente. Una imagen de guerreros furiosos gritando y golpeando el agua.
—Bueno, el ganador de este evento puede pedir una cosa de mí, la cabeza. Es una recompensa… ¿una especie de honor? Es por eso que se esforzaron tanto.
—Ya veo.
Podía entender más y más.
Pensaba ‘¿Qué diablos están haciendo?’ como siempre… pero empezaba a entender.
—Y así … aquí está la cosa. Esta vez ganó una chica… y quería tener una cita contigo.
—…………………¿eh?
—Una cita.
Debería haber sido fácil de entender… pero por alguna razón no me cabía en la cabeza.
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Ribek plaza, donde la gente va y viene.
Este fue el lugar donde fui coronado rey… aunque la plataforma hace tiempo que desapareció.
—U-umm
Y allí estaba la chica que debía conocer. Ella me llamó.
Llevaba gafas y una falda larga.
Me di cuenta por su aspecto, que le costó mucho llamarme.
—Wa, wata, watawata—
—¿Eres Larissa verdad?
—¡S- s- sí! Soy Larissa.
—Me enteré de lo que estaba pasando por Martha.
—S-s-s-s-siento haberte hecho esperar. La ciudad era muy grande…
—No, está bien, no te preocupes. ¿Nos ponemos en marcha?
—Sí.
Larissa empezó a caminar a mi lado.
La miraba de vez en cuando.
Según la descripción de Martha, debería ser bastante hábil y fuerte… pero yo no podía verlo.
De hecho, parecía más bien una chica de literatura.
En realidad no me importaba, pero me hizo preguntarme cuáles eran las reglas para la batalla de agua creciente.
—¡Um! ¡Muchas gracias por lo de hoy! ¡Siempre he admirado a Akito-san! ¡Es como un sueño que pueda estar caminando contigo así!
—Ya veo.
—¡U-umm!
—¿Hm?
—Esa es…..la verdadera Espada Eterna?
La mirada de Larissa se dirigió a mi cadera.
Llevaba La Verdadera Espada Eterna enjoyado en la cadera.
—Sí, es de verdad.
—Ahh, como pensaba……
Larissa parecía en trance.
Se sentía como los ojos que una persona que amaba ídolos tendría hacia el traje de ese ídolo.
—¿Tienes algo en mente?
—¡Si! Antes usaba un arma diferente, pero una vez que vi La Espada Eterna de Akito-sama cambié a usar la espada larga.
—Ohh, ¿qué usabas antes?
—Una bola de hierro.
—¿Eh?
—Una bola de hierro así de grande, con pinchos y una cadena… solía balancearla.
Larissa extendió las manos a modo de demostración.
—¿No era eso…..pesado?
—¡Sí! Pero una vez que lo hice girar pude usarlo con normalidad.
No….normalmente no podrías usarla.
Pero ella aumentaría el daño usando la fuerza centrífuga….eso es brutal.
Ver a una chica con brazos tan delgados balancear eso sería todo un espectáculo.
Pero no parece que esté mintiendo.
Una chica de literatura que parecía tan frágil… me hizo darme cuenta una vez más de que los kazanos eran todos guerreros.
—¿Así que ahora tu arma es una espada? ¿No la trajiste contigo?
—Ah, en ese caso está aquí!
Larissa se subió la falda y vi que su espada estaba oculta bajo ella y sujeta a su pierna.
Sus muslos blancos deslumbraban un poco.
—–Kyaa
Larissa soltó un pequeño grito y se bajó la falda.
Me aclaré la garganta buscando cambiar de tema.
—Bueno, ¿tienes algún sitio al que quieras ir? Pasear por ahí no puede ser muy interesante.
—T-T-Te lo dejo a ti. Akito-san puede tomar la decisión.
—¿Está bien? No creo que sea una gran recompensa.
—¡No!
Ella apretó los puños y enfatizó sus palabras.
—Caminar con Akito-san así es suficiente para hacerme feliz.
—Ya veo.
Parece que va en serio…pero aun así eso no significa que no deba hacer nada para hacerla feliz. Solo caminar por ahí mancharía mi buen nombre como hombre.
Ella no era una esclava…pero aun asi quería verla sonreír de todas formas.
Pensé un poco, antes de que el bar ‘Sirviente Agradecido’ me viniera a la cabeza cuando pasamos por delante.
En el momento perfecto Inessa salió.
Nos miró a los dos.
—¿Su Majestad tiene una cita?
—Sí. ¿Cómo es? Me refiero a la tienda.
—Va muy bien gracias a ti. Una vez que saben que nuestro letrero fue hecho por ti, vienen más clientes. Ahora allí—
Inessa señaló un asiento.
——es el asiento en el que mejor se ve el letrero…. se ha reservado con unos meses de antelación.
—¿Qué demonios?
Le están dando demasiada importancia.
—No podemos estar más agradecidos a Su Majestad. Muchas gracias. Si tienen tiempo, vengan a beber de nuevo.
—Bien. Te impondré una vez más.
Nos separamos de Inessa y seguimos caminando.
Larissa estaba inquieta a mi lado.
—Umm Akito-san…. esa señora dijo que el cartel fue dibujado por el Rey…
—Sí, al final fue así.
Miré a Larissa con aire interrogante.
—……que bonito…
—¿Qué… quieres un cartel?
—Sí. Un cartel es……. bueno si fuera de Akito-san entonces todavía lo querría… pero más que eso—
Naturalmente se arremango la falda y saco su espada.
Esta vez pude ver claramente sus bragas…pero ella ignoro eso y sonrió.
—Me gustaría la firma de Akito-san en esto.
—Entendido.
¿Una firma, eh? Ella estaba actuando cada vez más como una fan de ídolos.
Caminé mientras me acariciaba la barbilla y pensaba.
No tenía mucha idea de qué hacer en esta cita repentina… pero se me ocurrió algo.
—Ok entonces, tengamos una pelea.
—Eh?
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En las afueras de Ribek, yo estaba frente a Larissa.
Nos enfrentábamos con las armas desenvainadas.
Larissa sostenía una esbelta espada larga y yo sostenía La Verdadera Espada Eterna.
—Ok entonces, ven a mí!
—¡Está bien!
Larissa asintió y se acercó a mí sin dudarlo.
—mu
En un instante cruzó la distancia con un afilado tajo que cortó el aire.
Nuestras espadas se cruzaron y el choque hizo saltar chispas.
Sus delgados brazos estallaron con una fuerza increíble.
Mis manos estaban un poco entumecidas.
—¡Iyaaaaaa!
Larissa había tomado la iniciativa y utilizaba la fuerza rotatoria para atacar continuamente.
Y cuando estaba a punto de recibir su espada de nuevo… de repente desapareció de delante de mis ojos.
—De lado–no…de espaldas
Me giré y repelí el tajo frente a mis ojos.
Ella aumentó su rotación y comenzó a atacar como una tormenta.
Era potente…….rápido……….y fuerte.
Esquivé uno de los golpes y golpeó el suelo causando un cráter bastante grande.
Como era de esperar de esa gente de la guerra…….pensé.
—Akito-san firma Akito-san firma Akito-san firma Akito-san firma Akito-san firma Akito-san firma Akito-san—
Cuando escuché lo que murmuraba y murmuraba sentí un poco de miedo.
Pero también me sentí un poco halagado.
Definitivamente era toda su fuerza, sin guardarse nada.
Me hizo sentir que esta era la fuerza de su admiración.
—Definitivamente… lo conseguiré
Me hizo sentir que tenía que responder con toda mi fuerza.
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Larissa estaba de espaldas en el suelo con La Verdadera Espada Eterna apuntándole.
—Ese es el final.
——……..sí.
Dijo mordiéndose el labio inferior como si tuviera que exprimir esa única palabra… y asintió.
A pesar de haber perdido se mantuvo firme….era contra lo esperado.
—…..Ueeeeehhhhhhh
Al momento siguiente, Larissa empezó a llorar.
Alzó la voz y sollozó con fuerza.
—O-oi. No llores.
Esto también estaba un poco fuera de mis expectativas.
—pero…pero….Akito-san……
—Oh deja de llorar. Odio el llanto.
Larissa no era una esclava…pero a pesar de eso la seguía odiando.
Quería sonrisas.
—*sniff sniff*………
Como le pedí, Larissa dejó de llorar, pero parecía que hacía lo posible por aguantarse.
Estaba triste, pero contenía las lágrimas a la fuerza.
Esa cara ……. la odiaba.
—Sólo espera un poco.
Saqué mi DORECA.
Elegí una espada de hierro del menú y pagué diez veces la magia para hacerla.
Luego, utilizando ‘Desmontaje’ en mi dedo, escribí letras en la empuñadura.
Utilicé la magia para dibujar un diseño que me satisficiera.
Luego se la tendí a Larissa.
—Toma. Te doy esto a ti.
—¿Eh?
—Está autografiado.
—Pero …. no pude vencerte Akito-san…
—Sí… así que es sólo la mitad.
—¿A medias?
—Probablemente no puedas leerlo…pero esto es solo el Aki de ‘Akito’. Por lo general, habría más que eso.
—Mitad…….
—Te daré esto. Puedes venir a retarme otra vez… y si me ganas lo acabaré con ‘to’.
Larissa cogió la espada y la abrazó preciosamente.
—¡Muchas gracias! La guardaré para siempre.