El Harem del Emperador - 20. Nueva Meta
[ Creo que realmente estiré la pata]
Me encontraba dentro de un sueño bastante familiar.
Una infinita pantalla azul se extendía frente a mí mientras un negro abismo sin fondo se encontraba a mis espaldas.
Mientras tanto mi cuerpo se encontraba suspendido entre ambos mientras un frío mortal me envolvía.
Esta fue la última cosa que vi en mi vida pasada antes de morir.
Esté también es mi propio limbo personal.
Aquí no hay aire, pero extrañamente tampoco hay sensación de ahogarse.
Un lugar verdaderamente temible que podría volver loco a cualquiera, pero extrañamente no a mí.
–…
–……
[ Realmente quería vivir una vida de aventurero como en esas novelas de internet. Diablos y como olvidar las chicas con orejas de animal, realmente tenía expectativas muy altas en ellas ]
Mientras me encontraba lamentándome con lágrimas en los ojos, una luz azulada comenzó a moverse detrás de la gran pantalla.
Se movió rápidamente en todas direcciones como si buscará algo y de un momento a otro se detuvo sobré mí.
La luz intensificó su brillo antes de parpadear y emitir una extraña pero familiar voz.
[ Regresaste antes de lo esperado.]
[ ¿Señor voz misteriosa?]
[ ¿Aún insistes en llamarme así? Bueno da igual]
[ Entonces ¿Realmente volví a estirar la pata?]
[ No del todo. Aún queda un poco de tiempo para que te reanimen]
[…]
[ Y bien ¿Cómo fueron las cosas en tu nueva vida? ¿Lograste terminar el encargó que ella te dió?]
[ ¿Encargó?]
[Sólo se trata de algo trivial. Más importante aún ¿Lograste vivir sin más arrepentimientos?]
[ Sobré eso tengo algunas quejas ¿Quién fue el que me reencarnó en una posición tan mierda? ¿No había algo más sencillo como reencarnar cómo el hijo de unos panaderos o algo así?]
[Mmm, eso no es mi departamento, yo sólo soy un recolector. Recojo las piezas que se caen del tablero que nadie más quiere]
[ ¡Oye!]
[ Has oído el sabio refrán “La basura de un hombre es el tesoro de otro” eso es cierto en especial con las almas.]
[ Voy a ignorar que me llamaste basura solo por nuestra amistad]
[ Bueno, volviendo a tu pregunta. Estoy seguro que ella debe tener sus razones. Además la conozco y se parece mucho a mí en el aspecto de que también sabe reconocer el valor de las piezas más pequeñas]
Estaba apunto de responder cuando una agradable calidez comenzó a inundar mi pecho.
[ Vaya, por poco y no lo logran.]
Mi cuerpo comenzó a flotar y rápidamente me eleve hacia la pantalla azul.
[Sabes, me caes bien. No suelo hacer esto y menos aún en el caso de una ficha que ya vendí, pero te daré una ayuda]
[ Supongo que te daré las gracias, pero ¿Que quieres decir conque ya me vendiste?]
[ Justo lo que significa. Ahora espero que tardes más en venir la próxima vez. Ah y recuerda traerme unas historias interesantes]
Rápidamente me eleve hasta que la luz detrás de la pantalla fue tan intensa que me segó.
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Con mucha dificultad luché por abrir los ojos mientras todo mi cuerpo se sentía como si una aplanadora me hubiera pasado por encima.
Apenas logré mover un poco mi cabeza, la campana de servicio sonó a mi lado.
Inmediatamente escuché a la maid en guardia levantarse de su asiento y acercarse a mí.
– Maestro Vettel no intente levantarse, el doctor dijo que debe guardar reposo.
Rápidamente identifique la voz de Olivia una de las tantas maids del ala este.
– Ugh…
Intento hablar pero lo único que sale de mi garganta es un tenue gruñido. Incluso cuando logro abrir los ojos lo único que logro percibir son solo manchas borrosas.
¡plant!
Las puertas de la habitación se abrieron de golpe cuando el grupo de raritos entró encabezado por el doctor cara de papa.
Una sonrisa torcida apareció en mi rostro al darme cuenta de lo que estaba por venir. Involuntariamente apreté mi trasero cuando vi el grupo de siluetas borrosas precipitarse sobré mi con las manos extendidas.
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– ¿Ya puede hablar con más facilidad?
– Si, de alguna forma mi cuerpo se siente mejor.
– Ya veo, tómelo con calma al menos por una semana. Corrimos con suerte no hubo daño en el tejido cerebral que lamentar. La magia sagrada de su santidad se encargará de curar los tejidos que se vieron afectados por la falta circulación de maná.
Le di una sonrisa complicada al doctor Samson mientras mi cuerpo se encontraba siendo envuelto por la intensa luz. ¿El origen? Bueno está era proyectada desdé la punta del cetro dorado que el tipo de aspecto religioso levantaba sobre su cabeza.
Cánticos similares a los de las iglesias eran entonados por él mientras su cabello brillaba con una intensa luz dorada.
Quizás la atmósfera de la habitación no sería tan rara si la anciana con aspecto de bruja de cuento de hadas no estuviera sujetando mis pies con una sonrisa extraña en el rostro.
Ah y como no mencionar al doctor de la plaga trabajando con un set de química en una esquina de la habitación.
[ Que bueno es estar devuelta]
Mientras me lamentaba internamente Claudia entro a la habitación sin hacer mucho ruido.
Ella sólo se paró a un lado de la puerta y esperó pacientemente a que los doctores terminarán sus respectivos tratamientos.
Yo por mi parte le dirigí una pequeña mirada para rápidamente pasar a solo ignorarla.
– ¿Cuánto tiempo estuve dormido doctor?
El doctor Samson le dio una pequeña mirada a Claudia para después soltar un suspiro y responder.
– Cuarenta días exactos. De hecho ya habíamos comenzado a preocuparnos.
– ¿Cuáles son las posibilidades de que puedan traerme de vuelta si lo intentó de nuevo?
El doctor Samson hizo una cara complicada antes de responder.
– No sé cómo te las arreglaste para bloquear el flujo de maná desdé tu núcleo. Pero te advierto que fue un milagro el que logramos reactivarlo a tiempo, la verdad no creo que podamos repetir la hazaña con el equilibrio de tu maná tan comprometido.
Ante las palabras del doctor Samson la anciana de aspecto espeluznante comenzó a reírse como una vieja bruja y comentó.
– Jejejeje. Es natural que el niño pueda controlar el flujo de su maná hasta cierto punto, todos los sangre noble pueden hacerlo desde su nacimiento. Es un instinto tan natural como el impulso que empuja a las aves a aprender a volar. Lo que si es raro, es que pueda vencer su propio instinto de auto conversación ¿Supongo que eso lo heredó de su madre gloria? Todavía recuerdo todas esas veces que intento inmolarse cuando su majestad la capturó con vida. Nunca vi una princesa humana ser tan orgullosa.
Ante su comentario no pude evitar sentirme intrigado por sus palabras.
– ¿Usted conoció a mi madre?
La anciana soltó mis pies y con una sonrisa se sentó en la orilla de la cama para continuar.
– Yo fui la encargada de supervisar su embarazo y mis manos te recibieron el día que llegaste a este mundo. Ahora no me recuerdas pero yo he sido tu médico desde siempre. Aún están frescos en mi memoria los días que pase a lado de tu cuna cada vez que tenías fiebre.
La manera en que ella dijo esas palabras la hicieron parecer más como una abuela ante mis ojos.
– Gloria, era una mujer de gran orgullo y carácter fuerte, de hecho, recuerdo que los caballeros no paraban de hablar de cómo ella se lanzó espada en mano sobre su majestad el día que el reino de Welsh cayó.
– ¿Ella fue forzada a tenerme?
Con un nudo en la garganta lancé la pregunta.
– Imposible, ella hubiera muerto antes que ser tomada a la fuerza. Tu padre intento de todo para doblegar su voluntad y convertirla en un trofeo, pero ella se mantuvo firme. Al final su majestad tuvo que ceder he hizo alguna especie de trató con ella a cambio de que le diera un hijo.
Aún me costaba entender cómo se manejaba la nobleza de este mundo. No comprendía que clase de trató pudo haber convencido a mi madre de tener el hijo del hombre que destruyó su hogar.
– Sabes tú y tu madre son las únicas personas que he visto hacer ceder a su majestad.
Esas palabras captaron rápidamente mi atención.
– ¿Que quiere decir?
La anciana entonces se levantó de la cama y con una sonrisa aún en su rostro se dio la vuelta para comenzar a caminar hacia la puerta.
– Pregúntale a tu Maid. Esta anciana tiene que descansar sus viejos huesos.
La anciana abandono la habitación y no mucho después el resto de los médicos terminó su trabajo para marcharse.
Al final sólo quedamos Claudia, yo y la desafortunada Olivia que trataba de desaparecer en un rincón.
El ambiente era muy tenso entre nosotros. Claudia mantenía su póker face tan bien que hacía parecer su rostro una mascará, mientras yo no me quedaba atrás mantenido una cara indiferente.
Los segundos pasaron en completo silencio y al final fue la propia Claudia la que tuvo que romper el hielo.
– Su majestad me pidió que le dijera que a decidió permitirle hablar con Marie. El también dijo que planea darle la oportunidad de ganarse su reconocimiento como persona.
Ante las palabras usadas no puede evitar cruzarme de brazos.
– ¿Tengo que ganarme ser reconocido como persona?
– Su Majestad dijo que no puede reconocer como persona a alguien que es incapaz de valerse por si mismo.
Me sentía enojado. Si yo fuera el mocoso que se supone que era, estaba seguro que me sería imposible lograr valerme por mismo con un cuerpo tan débil y una educación a medias.
Después de todo por lo que tengo entendido, el “yo” de ese entonces apenas pudo tener una educación a nivel de primaria antes de caer en coma.
Pero por fortuna el “yo” de ahora tenía todos sus recuerdos de antes de reencarnar.
– Lo haré. Pero quiero su palabra de que si lo logró me dará mi lugar como persona.
– Puedo asegurar que su Majestad es la clase de hombre que siempre mantiene su palabra.
Internamente sonreí, no por nada en mi vida pasada me dieron entre mis muchos sobré nombres el de “mago de contabilidad”.
Entonces mientras yo me encontraba haciendo planes dentro de mi cabeza Claudia se acercó aún más a la cama.
– Maestro Vettel.
Su llamado me saco de mis pensamientos y antes de que me diera cuenta ella se encontraba a poca distancia de mí.
– Usted ya logro sacar de su majestad lo que usted quería. Ahora, quiero que en este mismo instante me prometa que nunca volverá a hacer una locura como la que hizo.
–…
Claudia me vio con una mirada severa mientras me decía esas palabras. Su rostro seguía igual de inexpresivo pero su voz dejaba entre ver sus emociones.
– Prométamelo maestro Vettel.
Una extraña opresión atacó mi pecho, sin embargo, la parte racional de mi cabeza logro controlar la situación.
– Prometo no volver a intentarlo siempre y cuando ustedes no me empujen a hacerlo.
Claudia me vio durante varios segundos antes de apartar la mirada de mí.
– Comprendo.
Después de eso se dio la vuelta y antes de salir de la habitación ella agrego.
– Yo le notificaré cuando haya fecha para la reunión. Hasta entonces concéntrese en su recuperación y no haga otra locura.
Claudia abandono la habitación en completo silencio, incluso la puerta no hizo ruido cuando ella la cerró.
Pasé varios segundos en completo silencio antes que Olivia soltara un gran suspiro lo que me recordó su existencia.
– (Jadeó) Creí que mi corazón (Jadeó) no lo soportaría.
Incliné la cabeza ante el estado de la maid.
– ¿Estuviste conteniendo la respiración todo esté tiempo?
– Maestro Vettel (Jadeó) usted no lo entendería (Jadeó) es una técnica muy avanzada para borrar la presencia de uno.
Sin poder comprender a la mujer frente a mí decidí dejarla a un lado y volver a pensar sobre el curso de acción que tomaría a partir de ahora.
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La rehabilitación tomó un poco de tiempo, demostrando que la cantidad de daño que mi sistema nervioso sufrió debió haber sido significativo.
Tarde alrededor de un mes el poder volver a caminar por mi cuenta, e incluso ahora todavía me faltaba mejorar para volver a mi condición de antes.
Por otra parte, mis estudios han progresado y ahora soy capaz de leer la escritura del imperio así como también usar su sistema numérico.
Gracias a ello ahora suelo pasar la mayor parte de mi tiempo devorando cualquier libro que llegue a mis manos.
El conocimiento es poder y necesito ese poder para lograr ganarme el reconocimiento del vejestorio.
Fue así mientras pasaba mis días con la nariz metida entre libros que el día de mi reunión con Marie llegó.
Una tarde simplemente fui conducido en mi silla de ruedas hasta una habitación. El lugar parecía algún tipo de resección sólo que no tenía ninguna ventana y su decorado, aunque elegante resultaba oscuro.
Era un estilo gótico que hacía pensar que en cualquier momento alguien sacaría un tablero ouija y comenzaría una sección espiritista.
– Por aquí maestro Vettel.
Priya me invitó a tomar asiento en una silla colocada en medio de la habitación. Mientras tanto Claudia se encargaba de correr unas cortinas que ocultaban un gran espejo en la pared.
Frente al gran espejo pude verme reflejado de pies a cabeza. Esta no era la primera vez, sin embargo, aún sentía un extraño sentimiento al ver el reflejo de mi nuevo cuerpo.
Cabello castaño oscuro, ojos grises, piel pálida, ojos hundidos y una constitución física tan deplorable que parecía que incluso la más leve briza podría derribarme.
[ Vaya que si parezco alguien con un pie en la tumba]
Mientras tenía esa clase de pensamientos, Claudia saco un reloj de bolsillo y vio la hora.
– La transmisión empezará en diez segundos, 9….2, 1, ahora.
A la señal de Claudia el espejo frente a mi comenzó a brillar y al poco tiempo la imagen en el comenzó a cambiar.
El cambio fue similar a la forma en que las ondas en el agua distorsionan un reflejo en la superficie. Sólo que cuando las ondas en el espejo se calmaron éste ya no estaba reflejando lo que se encontraba frente a él.
En su lugar se mostró la imagen de un rostro familiar acompañado de una Maid desconocida y un caballero que portaba una armadura negra azabache.
– Marie…
Su nombre se filtró de mis labios cuando su identidad quedó claro para mí. Ella se encontraba sentada en una silla similar a la mía mientras vestía un vestido holgado que llegaba hasta sus tobillos.
Pero lo que se robó mi atención fue la barriga abultada que ella se encontraba frotando con ambas manos.
..
…
….
El silencio se hizo en la habitación mientras ambas partes nos mirábamos.
Yo era incapaz de interpretar la expresión en el rostro de Marie, está no había cambiado en lo absoluto desde que la transmisión comenzó lo cual provocó que yo no supiera cómo reaccionar.
Estaba mentalmente preparado para recibir toda clase de insultos que ella pudiera lanzarme en un ataque de irá. Incluso para verla llorar o entrar en pánico cuando estuviéramos frente a frente.
Después de todo esas eran el tipo de reacciones que la televisión me hizo esperar de una chica confrontando a su violador.
Sin embargo, en su lugar ella solo se quedó ahí en silencio viéndome.
Es extraño como el silencio pode ser más doloroso que cualquier palabra.
Quería disculparme, bajar la cabeza ante ella y mostrarle cuánto me arrepentía de mis actos.
Sin embargo, sabía que eso tenía que hacerse cara a cara y no por una ¿video llamada?
– Marie, yo… Asumiré responsabilidad por ti y el bebé.
No sabía que palabras eran las correctas para esta situación. Pero, si sabía una cosa, tenía que asumir responsabilidad por mis actos.
– Voy a negociar con mi padre para que ambos puedan tener sus propias vidas libres de responsabilidades con esta familia. Se que es tarde, pero quiero que sepas que nunca fue mi intención involucrarte en todo esto.
La expresión en su rostro apenas cambio ante mis palabras.
– Yo mismo me ocuparé de darles apoyo económico a ambos por el resto de sus vidas. Creo que eso es lo menos que puedo hacer en vista de mis actos. Sólo pido reunirme una vez más contigo cara a cara para presentarte mis disculpas… Aunque si no quieres verme nunca más, también aceptaré eso.
Bajé la cabeza al no poder contemplar más el rostro de Marie.
La culpa que sentía en mi pecho me estaba matando. Nunca en mi vida creí que me convertiría en este tipo de monstruo, en un violador.
– Helena.
Mis pensamientos fueron rápidamente despejados por la voz proveniente del espejo.
– Así decidí llamarla.
Lentamente levanté la mirada para encontrarme con Marie frotando su barriga mientras la veía.
– Pensé en muchos nombres. Pero, finalmente decidí a llamarla como el personaje de una novela que me recomendó una amiga. Espero que cuando crezca sea una joven de voluntad fuerte y decidida como aquel personaje.
Marie era hermosa. Por increíble que parezca su belleza había aumentado exponencialmente desdé la última vez que la vi.
Si cabello había crecido y su rostro adquirió un aire más maduro. Ella a pesar de ser una niña de edad de secundaria ya tenía toda el aura maternal de una madre cariñosa.
– Maestro, esfuércese a partir de ahora para que ambos podamos hablar cara a cara en un futuro. Estaré esperando ese día.
Ella entonces levantó la vista y me vio directamente.
– Ambas estaremos esperando ese día.
Después de que ésas palabras sacudieran todo mi ser, la imagen del espejo comenzó a cambiar volviendo a mostrar mi reflejo.
Incluso después de que Claudia anunciará que la transmisión había acabado me quedé inmóvil en la silla por casi una hora.
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La vida al interior del palacio ámbar era realmente pacífica, supongo que por ello las maids eran propensas a hacer estupideces.
Digo, si no tienes alguna meta con la que mantenerte ocupado, como yo. Puede que este ritmo de vida pacifico pueda volverse pesado con el tiempo.
Sin embargo, esa misma tranquilidad me permitió hacer avances gigantescos en mis estudios en muy poco tiempo.
Antes de darme cuenta las primeras nevadas caían en los jardines del palacio, anunciando con ello el comienzo de la temporada de agua.
Sólo para que quede claro, resulta que en el calendario del imperio el año se encuentra dividido en cuatro temporadas de cuatro meses cada una.
Y cada mes tiene 42 días en total.
Lose, que loco.
Las temporadas son invierno/agua, primavera/tierra, verano/fuego y finalmente otoño/viento.
Aunque usé las estaciones del año en la tierra para dar un ejemplo, la verdad cada temporada tiene matices distintos que sus contrapartes en la tierra.
En fin.
Con la llegada de la temporada del agua y con mis estudios ya en el nivel superior. Fue hora de que conociera un rostro nuevo.
– Es un gusto conocerlo maestro Vettel, mi nombre es Óscar Lonzot Urret y soy secretario personal del ministro de finanzas.
Ante mí un joven increíblemente atractivo se inclinó. No me malinterpreten, pero es que él era tan bien parecido que era imposible negarlo.
¡Quiero decir, tan solo mírenlo! Parece un personaje salido de un juego de citas para chicas.
Larga cabellera negra como la obsidiana, rostro con facciones delicadas. Un físico delgado pero bien entrenado que me recordaba al de los gimnastas profesionales.
Mientras en sus ojos tenía una mirada fría y afiliada que similar a la de un lobo al asecho.
El debía encontrarse alrededor de los 20 al igual que yo, pero había un mundo de diferencia entre ambos.
Lo que más me llamó la atención fue el contraste entre su mirada con la atmósfera educada y sería que proyecta con sus modales.
– Mucho gusto igualmente, desde hoy estoy a su cuidado.
Me incliné respetuosamente para responder a su saludo.
Desde hoy comenzaré a recibir clases de él.
– Su Majestad me comentó que usted a avanzado mucho en sus estudios y está interesado en incursionar cómo funcionario público.
– Efectivamente, pero la verdad me sorprende que hiciera venir a alguien de un puesto tan alto solo para darme clases.
– Más que darle clases, lo que voy a hacer es introducirlo de llenó en el campo. Él fue muy puntual sobre el punto de que no perdiéramos tiempo en teoría y fuéramos directo a la práctica.
Al mismo tiempo que el decía esas palabras una pila de hojas tamaño A4 apareció sobré sus manos y las empujó hacia mi.
Yo sorprendido las tomé por inercia y casi me voy de cara al piso por el peso de estás.
– Ahora tomemos asiento y empecemos. El tiempo es oro y al ministerio de finanzas no le gusta desperdiciarlo.
Con esas únicas palabras mis clases como funcionario público empezaron.