El Harem del Emperador - 23. Encuentro
La noche llegó y tal como fue acordado abandoné la mansión en uno de los carruajes utilizados por los sirvientes de nuestra casa con la única compañía de George.
Disfrazados cómo sirvientes y equipados con objetos mágicos para ocultar nuestra presencia nos mezclamos entre un grupo de sirvientes como camuflaje.
El secretismo en esta operación era esencial, por ello se había estado movilizando a grupos de sirvientes entre varias propiedades de nuestra familia con el pretexto de una gran fiesta, que se festejaría en conmemoración del retorno del frente de uno de mis tíos.
Pero todo era una un engaño para crear una venta para este día.
El carruaje siguió la misma ruta que había seguido todos los días desde hace una semana dejando el distrito noble Oeste y atravesando el distrito noble Norte. Más sin embargo al pasar por un túnel apartado de los caminos más concurridos, otro carruaje sin ninguna cresta en el se emparejó.
Esa era nuestra señal.
Sin perder ningún segundo las puertas de ambos carruajes se abrieron y en un parpadeo cruzamos de un carruaje a otro.
Ese fue solo el inicio, después de ese vinieron dos cambios más de carruaje e incluso se usaron señuelos para despistar a cualquier posible espía.
La ubicación del encuentro debía ser un secreto incluso para nosotros mismos, por ello también tuvimos que usar sobre nuestras cabezas un objeto mágico llamado “bolsa de Elsy” para recorrer el último trayecto del viaje.
La “bolsa de Elsy” es un objeto mágico que bloquea los sentidos del oído, olfato y vista. De manera de que incluso si se intenta usar magia, es imposible percibir lo que sucede alrededor.
Pero su efecto más notable es que también afecta la percepción del tiempo y la dirección de aquel que la lleva puesta.
Para cuando se nos permitió quitarnos los sacos de nuestras cabezas, ninguno de los dos tenía idea de dónde nos encontramos o si aún seguíamos dentro de la capital.
Lo único que podíamos ver era la oscuridad de túnel que el carruaje se encontraba transitando.
Pronto llegamos a una especie de cochera subterránea dónde un pequeño séquito de cuatro sirvientas nos esperaba.
– Me alegra ver qué ambos lograron llegar sin ningún contratiempo.
La que parecía ser la sirvienta en jefe nos recibió con una profunda reverencia apenas bajamos del carruaje.
– No, me temo que en esta ocasión soy yo el que tiene que bajar la cabeza en nombre de la familia Ronstadt como agradecimiento por está oportunidad.
George rápidamente se apresuró a inclinarse en agradecimiento y yo le seguí desde un costado.
Una vez ambas partes mostramos nuestros respetos, la sirvienta en jefe nos pidió que la siguiéramos.
Tal y como era de esperar, la cochera subterránea era parte del sótano de una gran mansión.
Apenas abandonamos el subterráneo la elegancia y el lujo se hicieron presentes a nuestro alrededor.
Anteriormente había ido a varias fiestas de te en mansiones de nobles afiliados a nuestra facción. Recordaba como todas las anfitrionas actuaban tan presuntuosas con respecto a lo lujosas y caras que eran las mansiones de sus familias. Más sin embargo, ninguna de ellas se podía comparar a lo hermosa que era esta.
Quiero decir, la familia Ronstadt no es pobre de ninguna manera, pero debo admitir que ninguna de nuestras propiedades se puede ni acercar a este nivel.
[ ¿Es tanta la diferencia entre una familia con una magia de línea de sangre y una que no tiene una?]
La pregunta pasó por mi cabeza mientras éramos conducidos por los pasillos y antes de darme cuenta nos detuvimos frente a una puerta.
– Está es la sala de espera
Señaló la puerta mientras miraba a George
– Una maid ya se encuentra dentro, ella se ocupará de atenderlo mientras espera el regreso de la joven señorita.
Después de asentir con la cabeza George me miró.
– Hasta aquí se me permite acompañarla joven maestra, el resto está en sus manos.
Después de asentir con la cabeza a las palabras de George, lo veo entrar en la sala.
A partir de este punto me encontraba sola.
Traté de soportar con todas mis fuerzas los escalofríos provocados por las miradas de todas las maids recorriendo mi cuerpo.
Oscuras y siniestras sonrisas aparecieron en sus rostros mientras me rodeaban en todas direcciones.
Sus manos se extendieron cómo garras mientras apretaba los puños con frustración al no poder huir o resistirme al terrible tormento que vendría a continuación.
Tragué saliva y me encomendé a los espíritus de mis ancestros mientras era tomada de los brazos.
– El Marquéz Reven nos informó por adelantado de su tendencia a huir o resistiré a los esfuerzos de las sirvientas de su casa de pulir sus encantos. Pero no sé preocupe joven dama, pronto se dará cuenta que el nivel de nuestro personal se encuentra en una liga diferente al de su casa.
Con esas terribles palabras, las oscuras sonrisas en los rostros de las sirvientas se volvieron más pronunciadas mientras aterradoras voces salían de sus bocas.
– Que piel tan suave, me muero por poner mis manos a trabajar sobre algo de tan alta calidad.
– Hehe, que par de ojos tan bellos tenemos aquí, es un completo desperdicio que una cara tan bonita nunca use maquillaje.
– Cielos niña, ¿Qué le has echo a tu cabello? No tienes que decirme nada, iniciaré un tratamiento de emergencia y verás que divino queda.
Inconsciente me sentí amenazada por tal sed de sangre he intenté liberarme, pero por más que lo intentara no logré mover mis brazos ni un milímetro.
– ¡¿Espera?! ¿Que? ¡¿Quién demonios son ustedes?!
Incrédula, pregunté a las tres mujeres sus identidades mientras intentaba resistirme.
– No te preocupes por eso joven maestra, nosotras solo somos unas “maids” comunes y corrientes.
Desconcertada por la respuesta tan ambigua, miré a la sirvienta en jefe en busca de una respuesta, pero en su lugar.
– Tenemos que movernos, el tiempo es oro.
Con esas palabras indiferentes, fui rápidamente llevada a rastras mientras un gran signo de interrogación flotaba sobre mi cabeza.
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(Pov Vettel)
Después de la comida, los baños representan uno de los pocos placeres (libres de culpa) que hacían qué valiera la pena vivir está segunda vida.
En mi vida pasada, una vez gané un premio en la rifa de navidad organizada por la compañía. Este premio fue un tratamiento completo en un conocido spa a las afueras de la ciudad.
Al principio yo trate de negarme a aceptar el premio, e incluso hubo varios compañeros que trataron de cambiármelo por algunos favores. Pero, para mí sorpresa fue el hijo del dueño (y principal explotador laboral) quien me convenció de aceptarlo y tomarme una tarde libre.
Aquella tarde se convertiría en uno de los pocos recuerdos felices que tuve desde que comencé mi vida laboral. Nunca imaginé que el resultado de la rifa hubiera sido arreglando por aquel bastardo, con el único propósito de hacerme trabajar como mula durante el siguiente mes, mientras tanto él se largó de vacaciones a Mónaco con su amante.
Recuerdos agrios aparte. Desde aquella vez siempre quise volver algún día a experimentar algo tan bueno como aquella experiencia de spa y para mí mala suerte la muerte tocó a mi puerta antes.
Sin embargo ¡quien diría que en mi siguiente vida, podría experimentar algo mucho mejor todos los días!
Enserio, llamarlo simplemente baño es un insulto para el equipo de profesionales encargado de ello. Y si hablo de un equipo completo de 9 personas cada una un profesional por mérito propio.
Desdé masajistas profesionales hasta expertos en herbolaria, incluso hay una profesional que se encarga de cuidar de mi cabello.
¡Enserio una especialista en el cuidado capilar!
Al parecer los nobles de este mundo le dan gran importancia al cabello el cuál es visto como símbolo de estatus. Por lo tanto, para los hombres poderosos de este mundo no existe enemigo más temible que la calvicie.
Bueno, aunque siendo justos, en la tierra era igual, ¿o porque otra razón se vendería tan bien todos esos tratamientos para la calvicie?
Cómo en cada ocasión, el baño terminó conmigo saliendo con una sonrisa de oreja a oreja mientras mi cuerpo despide toda una variedad de deliciosas esencias de los aceites utilizados en los masajes.
Esta clase de experiencia divina hace que casi valga la pena vivir en esta jaula de oro.
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Después del baño fui llevado por Priya atreves de los pasillos del palacio ámbar.
Y digo llevado, porque tuve que usar mi silla de ruedas, ya que a mí pasó nos demoraríamos demasiado en llegar al lugar de la cita.
Cuando llegamos a la habitación, esta ya se encontraba lista, a diferencia de las ocasiones anteriores, no se estaría utilizando mi dormitorio si no una habitación distinta.
La cama era un poco más grande que la que suelo utilizar para dormir y se encontraba ubicada en el centro de la habitación. Era casi como un escenario listo para recibir a las estrellas de está noche.
Alrededor un pequeño séquito de 4 maids que se encontraban en espera, algunas incluso portaban pequeños incensarios adornados de los cuales emergía un olor dulce con un ligero efecto embriagante.
Suavemente fui guiado por Priya atreves de la habitación hasta llegar a la cama. Una vez ahí, me ayudó a recostarme e incluso me ofreció una bebida que rechace en el acto.
Esta era la primera vez que subía a esta cama con pleno conocimiento del propósito de este ritual. Pronto me encontraría durmiendo con una desconocida con el objetivo de conceder un bebé.
(Vamos, contrólate)
Mi cabeza se encontraba hecha un desastre a medida que el sentido común y los valores de mi vida pasada chocaban con mi realidad actual. Por momentos, la idea de abrazar la creciente sensación de frío que surgía de mi pecho paso por mi cabeza, pero entonces la amenaza del viejo surgía en mi mente.
(No lo hagas por ti sino por Mary y el bebé)
No podía correr en este momento no solo mi vida se encontraba en juego. Ya había muerto una vez y no tenía miedo de morir de nuevo mientras fueran bajo mis propios términos, pero ahora no solo se trataba de mi.
Yo debo proteger a Mary y la hija que dio a luz, es mi responsabilidad por haberla involucrado en esto, por haberla obligado a llevar a mi bebé en su vientre.
(Se un maldito hombre, cálmate, la vida de tu hija está en juego)
Culpa, remordimiento e irá.
Con estos sentimientos clavándose en mis entrañas como si de dagas afiladas se tratarán. Yo no me encontraba seguro de si quiera poder levantar el ánimo de mi compañero.
Es más, no me extrañaría haber adquirido algún tipo de trauma que me impidiera poner mis manos sobre otra chica inocente por el resto de mi vida.
(Maldición, vamos respira hondo y tranquilizante)
De pronto se escuchó un leve llamado proveniente de la puerta. Y mientras Priya se disponía a atender, yo me encontraba en medio de una crisis.
(Vamos, piensa en algo rápido… agg si no puedo ponerlo duró, ese maldito viejo seguro cumple se amenaza)
Entonces, la puerta de la habitación se abrió y mis ojos se posaron en la chica que Claudia escoltaba.
(………)
Mi mente quedó en blanco y entonces todas mis dudas, irá, culpa y demás sentimientos negativos que habían inundado mi ser, fueron reemplazados por fascinación.
Lo peor es que la fascinación pronto dio paso al deseo y el deseo a la lujuria. En menos de tres segundos había sido completamente derrotado.