El Harem del Emperador - 37. Una velada musical
[POV: Vettel]
Mentiría rotundamente sí dijera que no me encontraba algo “expectante”, sobre mi compañera de esta noche.
Losé, vaya remedo de hombre.
Sin embargo, ¿Qué acaso no todos los seres humanos somos motivados, únicamente por el deseo de obtener placer y evitar el dolor?
Sé que suena como una excusa barata, pero piénsenlo. Yo ya me he opuesto con todo lo que tenía, incluso puse mi propia vida en juego. En pocas palabras, ya no tengo más movimientos, ni fichas que jugar.
De ahora en adelante solo puedo actuar justo como el enemigo quiere que lo haga. Y de paso rezar con la esperanza de llegar a buen puerto.
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– ¿Es mi imaginación o remodelaron la habitación? – Vettel
Apenas cruzamos la puerta, mis ojos se fijaron en el papel tapiz y la alfombra de la habitación. Según mis recuerdos estos eran un tono más claro, que la última vez que estuve aquí.
No solo eso, una revisión más a fondo me hizo darme cuenta que la cama era distinta e incluso el tocador y las mesitas de noche habían sido cambiados.
–Su poder de observación me sorprende, maestro Vettel. – Priya
Dijo Priya, mientras miraba a algún punto indeterminado en el espacio.
– Aunque, me habría sorprendido aún más si se hubiera percatado, que no llevo puesto mi uniforme favorito, ni el delantal bordado qué mi hermanita hizo para mí. – Priya
Ante las inesperadas palabras de Priya, yo solo pude inclinar la cabeza en confusión. Quería interrogarla por más detalles, pero la expresión melancólica en su rostro, me hizo darme cuenta que era mejor no profundizar más en ese tema.
En completo silencio fui transportado en mi silla de ruedas hasta la cama y obedientemente permití que Priya me cargará y colocara sobre ella.
El ambiente de la habitación era muy distinto de las veces anteriores. Empezando por la ausencia del hostigante olor a incienso, terminado por la presencia de una mesa con aperitivos.
Había varios detalles a mi alrededor, que parecían advertir que está velada sería muy diferente a todas las anteriores.
–¿Ustedes no van a ocultarse en la parte de atrás? – Vettel
Sintiéndome algo curioso, interrogue a las Maids con rostros cubiertos, apostadas aún lado de los aperitivos.
Sin embargo, tras un breve silencio fue otra persona quien respondió en su lugar.
–Miss Claudia les dio instrucciones de mantener sus identidades en el anonimato. Lo hizo porque creé que usted actuara menos cohibido, si no las relacionaba con rostros conocidos. – Priya
Frente a la inesperada respuesta de Priya, estreche mucho los ojos y proclame.
–Birgit, Sanne, Claire y Olga. ¿Enserio piensa Claudia que no reconoceré a las perdedoras con las que juego “Tafl” casi todos los días? – Vettel
Con mis palabras como gatillo, las Maids finalmente rompieron el silencio.
–¡Aunque seas mi maestro, juró en nombre de mi título como dragón del oeste, que barreré el piso con usted a partir de mañana! – Birgit
– ¡Si! ¡Ya hemos tenido suficiente de su tiranía! – Sanne
–¡Por su bien, le enseñaremos a respetar a sus mayores! – Claire
–¡Recuperamos nuestro honor, como las mejores jugadoras del palacio ámbar sin falta! – Olga
–Sí, si, como digan. Solo desearía que fueran tan buenas jugando, como lo son… ¡Auch! ¡Auch! ¡Auch! – Vettel
Sorpresivamente mi oreja es tomada prisionera por Priya, quién no muestra piedad y la tira sin restricción.
– Deje de provocarlas maestro Vettel, no es educado hacer eso para un alto noble. – Priya
–¡¡Ok, ya entendí!! ¡¡Ya entendí!! ¡¡Solo quería jugar un poco con ellas!! – Vettel
Después de que Priya liberara mi oreja, se dirigió también al grupo de Maids.
–Y en cuanto a ustedes. Dejen de comportase cómo niñas, son Maids imperiales por el amor del cielo. Si vuelvo a verlas armar un escándalo, las mandaré a recapacitación por el resto del mes. – Priya
Frente a la amenaza de Priya las cuatro Maids, volvieron a tomar sus puestos en silencio.
–Bien, todo listo. Ahora solo resta esperar a que Miss Claudia traiga a la visita de esta noche. Maestro Vettel, si quiere puede comer algún aperitivo mientras espera. – Priya
Con la oreja aun punzando de dolor, le lance una mirada de reproche antes de finalmente abrir la boca.
–Si no es mucha molestia, quiero un poco de fruta mine. – Vettel
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[POV: Ofelia]
–Me alegra que el regalo fuera de su agrado. Sin embargo, creo que usar la tiara ahora mismo es un poco… – Claudia
–Lo hago por simple cortesía, no me malinterprete. – Ofelia
Ante mis palabras, la Maid del monóculo, se queda quieta frente a la puerta sin saber cómo responder.
– (suspiro) Según tengo entendido, cuando un hombre regala una joya a una mujer dentro del imperio. La etiqueta apropiada dicta que él, debe ser el primer hombre en verla portando dicho obsequio ¿Ahora entiende? Solo estoy tratando de ser respetuosa con mi benefactor. Como no tendré oportunidad de conocerle en persona, será su representante quien tendrá el honor de verme portando su obsequio. – Ofelia
– Ahora entiendo, disculpe mi error su alteza. – Claudia
Miré a la Maid bajar la cabeza frente a mí, mientras internamente no dejaba de reírme por haber logrado salirme con la mía. La tiara estrella Esfer, era una pieza de joyería tan cara y única, que estaba segura que mis oportunidades de usarla de nuevo serían extremadamente escasas.
E incluso entonces, lo más seguro es que tendría que derrotar en combate a mi hermana y madre por tener el privilegio de usarla en un evento formal.
– [De ninguna manera voy a permitir que las primeras en usarla, sea una musculosa sin gracias y una vieja bruja que aún se creé una jovencita] – Ofelia
–Le recuerdo una vez más las reglas. – Claudia
Rápidamente fui sacada de mis pensamientos por la Maid frente a mí.
– No se pueden compartir nombres, ni ninguna información que pueda ayudar a identificarse mutuamente. Usted tendrá la libertad de actuar, como mejor le parezca. Sin embargo, cualquier forma de violencia, o acto que ponga en peligro la integridad de la otra parte, será motivo de finalización ¿Quedó claro? – Claudia
Miro a los ojos a la Maid mientras cruzo los brazos mostrando mi descontento.
–Sí… entiendo. – Ofelia
La Maid asiente con la cabeza antes de continuar.
–Si bien la cabeza de la familia no lo menciono, también nos gustaría que mantuviera al mínimo cualquier acto obsceno de su parte. – Claudia
Apenas pude evitar rodar los ojos, ante lo mojigata que era la gente de este lugar. El imperio se jactaba, de ser una nación mucho más desarrollada que Rulma en numerosos aspectos. Sin embargo, era un hecho que, en temas de alcoba, el imperio se encontraba bastante rezagado.
La cultura del imperio, tenía normas bastante rígidas que convertían el sexo, como una actividad únicamente destinada a la procreación. Lo cual, tachaba de acto obsceno, cualquier acción que se saliera de los clásicos besos, abrazos y penetración vaginal.
En pocas palabras, esta mujer acababa de dejar fuera el 90% de todas las técnicas que mi madre me transmitió.
–Comprendo, no haré nada que pueda manchar el buen nombre de mi estimado benefactor. – Ofelia
Asintiendo a mis palabras la Maid se dio a la vuelta y extendió la mano para al fin llamar a la puerta.
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[POV: Vettel]
*Golpe* *Golpe* *Golpe*
Tan pronto escuché que llamaban a la puerta, me preparé mentalmente.
No tenía idea de qué clase de chica cruzaría esa puerta, pero sí me encontraba seguro de una sola cosa.
Que ella sería una belleza que no podría rechazar, incluso si lo intentara.
– ¿Mmm? Vaya, es incluso más lamentable de lo que esperaba. Tal parece que su preciada ideología de la pureza de sangre, les ha comenzado a jugar una mala pasada. – Ofelia
Con una voz bastante altiva, la pequeña figura en bata de seda se mofó, apenas sus ojos se fijaron en mí.
Su cabello era de un vivas color púrpura y sus ojos brillaban como hermosos rubíes.
Quizás fuera obra de su peinado a lo ojou-sama (señorita), con dos grandes rizos cayendo sobre sus hombros. O quizás la pequeña e intrincada tiara sobre su cabeza.
Pero por alguna razón apenas mis ojos se posaron sobre ella, mi mente coloco una gigantesca etiqueta con la frase “Princesa engreída” sobre su cabeza.
– Buenas noches maestro Vettel. – Claudia
Claudia ignoró el comentario de la chica y procedió rápidamente con su presentación.
– Es de mi agrado presentar esta noche ante usted, a tan… distinguida señorita. Ella ha aceptado la invitación por parte de nuestra casa, y … – Claudia
– Suficiente. – Ofelia
De repente, la chica interrumpe la presentación de Claudia, y sin ningún tapujo se acerca a la mesa de aperitivos.
– Veo que hicieron bien su tarea. Sin embargo, debo señalar que cometieron un error. A mí no me gustan los canapés de pez izu. Solo los como en los bailes, porque mi madre insiste en que lo haga. – Ofelia
Sin abandonar su actitud altiva, la chica se paró frente a la mesa dándome la espalda en el proceso. La bata blanca que llevaba puesta, la cubría del cuello a los pies. Y, sin embargo, está resultaba sorprendentemente seductora al enfatizar sus pequeñas y modestas curvas.
– Sirvienta, necesito que me sirvas tres Crostini y cuatro … – Ofelia
A penas comenzó a hacer su orden, ella se inclinó levemente dándome un primer plano de su trasero.
Mi mente fue instantáneamente capturada por esas pequeñas caderas, que se mecían suavemente de izquierda y derecha como el péndulo de un hipnotista.
Me resultó aterrador pensar, como a pesar de ser consciente del hecho, mi mente simplemente no podía resistirse al pequeño trasero con forma de corazón que se balanceaba frente a mí.
Creo que, si en este momento alguien me diera una orden, la obedecería al pie de la letra, como un zombi.
– (tos) (tos) – Claudia
Afortunadamente fui socorrido por una tos disimulada que me ayudo a despertar del perverso trance en el que me encontraba.
Aunque no fue lo suficientemente a tiempo.
– ¿Usted desea algún aperitivo? ¿O es acaso que la vista de mi trasero ha sido suficiente para robarle el apetito? – Ofelia
Mientras me miraba sobre el hombro, la pequeña princesa engreída sonreía maliciosamente revelando que todo había sido una trampa.
Cosa que hizo que algo se encendiera dentro de mí.
– Disculpe mi descortesía mi lady, pero debo reconocer que perdí por completo los estribos debido a su despampanante belleza. Le ruego su perdón. – Vettel
Rápidamente recompongo mi semblante y enderezó la espalda. Lo cual no pasa desapercibido ante su aguda mirada.
– ¿Mmm? Veo que no eres un caso perdido, como mi primera impresión me llevo a suponer. – Ofelia
Sin dejar que sus palabras me afecten, esforzó mi mejor sonrisa.
– Como dije, le ruego mil perdones mi lady. Es solo que nunca imaginé que mi compañera se trataría de una dama tan bella y con un porte tan elegante como usted.
Frente a mí la pequeña princesa engreída, perdió su aire petulante, y en su lugar me dirigió una mirada de auténtico interés.
– Veo que, mi estimado anfitrión es bastante hábil con la lengua ¿Quizás también posee algún otro talento con él, que me pueda sorprender? – Ofelia
Al escucharla lanzar el desafío, mi sonrisa se volvió aún más pronunciada.
– Bueno mi lady, ciertamente no soy lo que uno llamaría, un hombre interesante. Sin embargo, haré mi máximo esfuerzo para tatar de sorprenderla. – Vettel
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♪~♪–♪♪~♪-♪♪~♪–♪♪~♪-♪
A medida que avanzó en mi interpretación, puedo sentir como una a una todas las presentes son atrapadas por las dulces notas de mi laúd.
Esta era la cuarta canción que interpretaba durante la velada. Y era por un amplio margen, la más desafiante que conocía actualmente (dejando aún lado las que aprendí en mi vida pasada, claro está).
♪~♪–♪♪~♪-♪♪~♪–♪♪~♪-♪
Apenas terminó mi interpretación y bajo mi laúd, puedo escuchar una ronda de aplausos provenientes del cuarteto de Maids.
No solo ellas, también Claudia se une a la ronda de aplausos, mientras una gran sonrisa se forma en su rostro.
Ella parece una madre, que acaba de presenciar el primer recital de su hijo.
– Debo reconocer que esa, fue quizás la mejor interpretación de “Danza de los tres zorros” que jamás he escuchado en mi vida. Lo cual me recuerda, lo que un maestro de música me dijo una vez, que toma mucho tiempo y práctica poder interpretarla apropiadamente ¿Dígame cuántos años le llevo poder llegar a este nivel? – Ofelia
Ante su pregunta un recuerdo de un frío día nevado vino a mi mente.
<Hace 4 meses atrás>
– ¡No, no, no! ¡Todo está mal desde el principio! Se lo repetiré una vez más, la pieza va así ♪,♪, ♪, ♪~♪. Usted tiene que posicionar mejor sus dedos para obtener notas más limpias. – Gracie
– Oh ya veo, tienes razón Gracie, permíteme intentarlo de nuevo. ♪,♪, ♪, ♪~♪. ¿Así era verdad? Y luego seguía ♪,♪~♪, ♪, ♪~♪, ♪. Para luego terminar así ♪~♪~♪♪. ¡Jajaja! Si ya entendí el truco está en la muñeca. – Vettel
– ¡¡¡¿Cómo diablos logra tocar una pieza tan difícil solo de oírlo en el tercer intento?!!! – Gracie
(ノಠ益ಠ)ノ彡┻━┻
Díganme ¿Alguna vez tuvieron un profesor, al que simplemente de le cayeron bien sin importar lo que intentarán? ¿Si? Pues bueno está era la segunda vez, que tenía un problema similar con un maestro de música.
– ¡¡¡Es suficiente!!! ¡Si lo que realmente pretendía era ponerme a prueba, lo ha conseguido! ¡¡Me oyó!! Ahora mismo le enseñaré la composición más difícil que conozco ¿sabe? Incluso mi maestro, estaba muy orgulloso de que yo, una prodigio logrará tocarla con solo una semana de práctica. – Gracie
[ 1 hora después]
– ♪~♪♪~♪~… ¡Guau! Esa realmente, fue una pieza difícil de tocar. Enserio que me hizo pasar un tiempo difícil en especial en esa parte en la que… ¿Gracie estás bien? – Vettel
– ¡¡Whhaaaa!!! .·´¯`(>▂<)´¯`·. – Gracie
– ¡¿Que?! ¡Espera no fue mi intención! – Vettel
– ¡¡¡Lo voy acusar con Miss Claudia!!! ¡¡¡Maestro idiota!!! – Gracie
< Devuelta al presente>
Después de ese día, Gracie se rehusó a volverme a darme clases de música. Al parecer, accidentalmente herí bastante su orgullo.
– Ciertamente mi lady. Me tomó, un par de años de diligente práctica, lograr alcanzar el nivel de maestría que actualmente poseo. – Vettel
Complacida por mi respuesta, mi invitada asintió con complacencia, mientras se llevaban otro dátil a la boca.
No creo que haga falta aclararlo, pero ella se encontraba recostada en la cama, a no mucha distancia de mí. De hecho, lo único que nos separaba eran una pequeña brecha, donde se encontraban varios platos con frutas y aperitivos de los que ambos nos encontrábamos comiendo.
– Sin embargo. – Ofelia
Apeas ella termino de comer el dátil en su boca, sus labios esfogaron una sonrisa presuntuosa.
– Eso no es suficiente para sorprenderme. – Ofelia
Frente al obvio intento de fastidiarme, yo permanecí inmutable. Después de todo yo seguía siendo un adulto por dentro.
– Bueno entonces, me temo que me encuentro atrapado en un auténtico predicamento. Después de todo mi laúd, es lo único que poseo que puede llegar a ser interesante. – Vettel
Ante mis palabras, mi invitada pareció perder el interés en la conversación por un momento. Pero entonces, su rostro se iluminó, dejando entrever que se le había ocurrido algo.
– Si su laúd es lo único que tiene para sorprenderme ¿Entonces porque no toca algo de su propia autoría? Si usted logra interpretar una canción digna de una reacción de mi parte, entonces lo reconoceré como alguien dignó de ocupar un lugar en mi memoria. – Ofelia
Ante tal petición, tuve que hacer un esfuerzo para que mis pensamientos no se mostrarán en mi rostro.
– Bueno, ciertamente debo reconocer que, en mi tiempo libre suelo experimentar un poco con mi laúd. Puede considerarse algo así como un hobby. Sin embargo, no creo que los resultados sean del agrado de un público tan distinguido como usted, mi lady. – Vettel
Tras escuchar mi respuesta, mi invitada arqueó una ceja.
– Yo seré quien juzgue eso… Es más, ahora me encuentro auténticamente interesada por escuchar sus melodías. – Ofelia
Sin más escapatoria y con la advertencia planteada, decido proceder con mi presentación.
Esta vez salgo de la cama y tras rechazar la asistencia de una de las Maids, me pongo de pie por mí mismo.
El laúd que llevo conmigo, es un instrumento nativo de este mundo llamado “Juno”, este tiene un mástil hecho de hueso y la caja fabricada partir de la cáscara de la nuez gigante. Tiene 14 cuerdas agrupadas en pares, que van desde los tonos más agudos, hasta los más graves.
Aparte de sus materiales, no posee a primera vista ninguna característica que lo diferencie mucho de los instrumentos de la tierra. Entonces imaginen mi sorpresa, cuando descubrí que se le podía modificar su sonido agregando algunos cristales a la caja por una pequeña abertura en su lomo.
♪~♪~♪
Diligentemente giro las clavijas mientras rascó las cuerdas en busca del tono perfecto. Y una vez alcanzada la configuración que busco, abro la abertura en el lomo del instrumento y agrego tres cristales de distinto tamaño y color.
♪~
– Listo, mis preparativos se encuentran terminados mi lady. – Vettel
Tras dar mi anuncio, mi invitada me da luz verde para comenzar.
– (Muy bien, ha pasado algo de tiempo desde la última vez que toqué está pieza en público. Solo espero que mi interpretación, sea lo suficientemente emotiva para obtener una buena reacción de su parte.) – Vettel
Tras tomarme un par de segundos para mentalizarme, arranque dando todo de mí, en esta interpretación de “johnny b good”.
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– (jadeo) Oh vaya, (jadeo) eso fue más difícil de lo que pensé. – Vettel
Bajé mi laúd y me dejé caer sobré la cama, mientras trataba de recuperar el aliento. Me encontraba realmente satisfecho, con el resultado de mi adaptación de este clásico del cine y la cultura pop.
– (Ahora solo me resta ver la reacción del público) – Vettel
Lleno de emoción levanté la vista y exploré los rostros del público.
– “…”
– “…”
– “…”
– “…”
– “…”
– “…”
– (Mmm, ¿Supongo que si debí contenerme con el baile después de todo?) – Vettel
Demasiado cansado para preocuparme por el incómodo silencio que reinaba en la habitación, bajé la cabeza y me concentré en recuperar el aliento.
Laúd: Instrumento musical de cuerda parecido a la bandurria, pero de caja más grande y sonido menos agudo que ella.
Esfogaron: (De fogosidad) Excitación producida por una pasión.
https://www.youtube.com/watch?v=9qTdxotGHtY Canción sin copy-