El Harem del Emperador - 39. El orgullo de una princesa de Rulma
Pov ofelia.
Me despoje de mi bata arrojándola a un rincón de la habitación. Fiel a mi palabra, no me encontraba vistiendo ninguna de esas vergonzosas prendas que Talestris me había mostrado en el vestidor. En su lugar, me encontraba desnuda, mostrando mi cuerpo con orgullo, tal y como las costumbres de Rulma exigen a toda mujer que se jacte de ser una.
– (Hahaha ¿vieron eso? Mi belleza es tan deslumbrante que acabo de dejar en shock a su patético maestro. Si tan solo Talestris estuviera aquí, ella podría dar fe y testimonio de que no se necesitan enormes ubres, ni un trasero gigante, para dejar boquiabierto un hombre.)
Me reí para mis adentros, mientras celebraba el triunfo de la elegancia sobre la grasa y el musculo.
¡Después de todo, eso era yo!
¡La más elegante, hermosa e inteligente princesa en la historia de Rulma!
¡En mi corazón siempre lo supe. Siempre supe que mi cuerpo no es pequeño, si no elegante!
¡Mi cuerpo es la encarnación de la elegancia en su máxima expresión!
Con mis ánimos exaltados por la boba expresión en el rostro de mi anfitrión, decidí tomar las riendas de la velada aparir de ahora. llena de confianza, me aproximo a la cama y vuelvo a subir a ella, acortando la distancia entre ambos.
Al fin dejaría atrás las burlas de mi hermana, así como también los susurros maliciosos de las demás nobles de Rulma. Después de esta noche, yo seré una mujer en todo el sentido de la palabra.
Sin perder más tiempo, me coloco sobre mi anfitrión y comienzo a abrir su bata, sin esperar permiso o reacción de su parte.
Para mi sorpresa y decepción, el no hace ningún amaño por reaccionar, quedándose inmóvil mientras mantiene su mirada sobre mí.
– (Bien, esto hará las cosas más sencillas).
Aquel pensamiento paso por mi mente mientras habría la parte superior de su bata exponiendo su pecho frente a mí. El cual, tal y como esperaba, carecía de todo gramo de encanto masculino.
– (Débil, apenas puedo sentir el mana circulando en su interior. De no ser por su talento y su magia de sangre, yo ni siquiera lo vería como un ser humano).
Deslicé mis manos sobre su pecho, mientras cuidadosamente trataba de evaluar las reservas de mana de su núcleo. La cultura de Rulma daba gran importancia a las reservas de mana de cada individuo. Incluso entre los hombres, cuyo único rol era la cría, tener reservas de mana competentes era de gran importancia para cumplir su papel.
Sin embargo, después de pasados varios segundos, no lograba ubicar su núcleo por más que me esforzara.
– (Esto es extraño, el núcleo de cada sangre noble se encuentra en su corazón. Pero por más que busco no logro… espera ¿dónde está su corazón?
Fue entonces que me di cuenta de una anomalía que había estado pasando por alto. Llevaba un rato revisando el lado derecho de su pecho, pero no había sentido los latidos de su corazón. No fue hasta que deslice mis manos a la izquierda, que por fin pude toparme con la que estaba buscando.
– (Sus órganos están invertidos).
Rápidamente vinieron a mi mente las clases de anatomía que había recibido como parte de mi formación. Según lograba recordar, este fenómeno era producto de un mal muy raro, que hacía que los órganos de los bebes se formaran del lado opuesto de donde debían estar. Este no era hereditario y parecía afectar nacimientos enteramente al azar. Sin embargo, loa afectados permanecían con problemas de salud toda su vida.
– (Defectuoso, pero aun así útil)
Medité, mientras sentía su corazón latir furioso bajo la palma de mi mano. Después de lo cual desaloje mi mente de todo pensamiento innecesario.
Evaluar las reservas de mana en el núcleo de otro, utilizando solo percepción. Era una proeza que pocos en Rulma podían lograr. Normalmente para lograr esta tarea se utilizaban complicados artefactos o los dones de personas especiales nacidas con alguna bendición.
Por ello creo que sobra decir, que lo que estaba a punto de hacer, era una tarea muy complicada que requería mucha concentración.
* pinchar *
Y fue por ello que la repentina aparición de un objeto extraño pinchando mi estomago me sorprendió más de la cuenta.
¡¡!!
Casi doy un salto justo donde me encontraba, cuan el desconocido objeto volvió a pinchar mi estómago, mientras me encontraba apoyada sobre mi anfitrión.
Tan pronto me levante descubrí un pronunciado bulto sobresaliendo de la entrepierna de mi anfitrión.
– Siento mucho a verla sorprendido .
Escuche a mi anfitrión disculparse en voz baja.
– Pero tenerla acariciando mi pecho tan apasionadamente, termino despertando inevitablemente mi masculinidad.
Mis ojos se abrieron de par en par, al comprender inmediatamente la naturaleza del objeto debajo de la bata de mi anfitrión. Yo era una adulta en términos del imperio, por lo tanto no era para nada extraño y mucho menos extraordinario que un hombre reaccione así ante mis caricias.
Lo verdaderamente extraño aquí era la magnífica torre que se levantaba de la entrepierna de mi anfitrión.
– *trago* Imposible, simplemente es imposible ¡Están mintiendo! ¡Los hombres del imperio son inferiores, eso es irrefutable!
Por alguna extraña razón, mi mente entro en pánico y antes de que me diera cuenta, me encontraba abriendo la parte inferior de la bata de mi anfitrión.
Tan pronto retire la tela, mis ojos quedaron atónitos ante la vista de lo que mi ninfómana madre llamaría un magnífico ejemplar. Todo desde la longitud, grosor, forma y curvatura eran exactamente iguales a esa odiosa replica que mi madre me obligo a estudiar hasta el cansancio.
Era como si alguien hubiera tomado la visión idealizada de un hombre perfecto de mi madre, y le hubiera dado vida para complacerla.
– No, no pude ser real.
Por primera vez en toda la noche sentí mi espíritu flaquear. Incluso antes de darme cuenta había tomado una almohada de los alrededores para cubrirme.
Por supuesto que este gesto no pasó desapercibido por mi anfitrión, quien rápidamente cerró su bata y trató de tranquilizarme.
– OK, nos tomaremos una pausa aquí. No hace falta apresurar nuestra cita. Podemos simplemente tomar un poco más de cidra y seguir charlando un poco antes de decir si continuar o no.
Tratando de aligerar el ambiente, el hizo un gesto para llamar a una de las Maids de servicio. Esta rápidamente responde trayendo una bandeja con dos copas de plata.
– Vamos, adelante. No hace falta conservar los modales, sé que debes estar pasando por un momento difícil y que debes tener tus propias circunstancias al respecto de todo esto.
Extendí mi mano para tomar una de las copas. Pero apenas las siguientes palabras entraron a mis oídos me detuve en el acto.
– Puedo comprender que para alguien de su edad, todo este asunto sobre dormir con un completo desconocido puede ser bastante aterrador y extraño.
– [¿Este pedazo de mierda acaba de llamarme niña?]
– Y bueno, a decir verdad, debo admitir, yo también me encuentro un poco asustado de todo esto. Así que no puedo ni intentar imaginar que tan aterrador debe ser para usted.
– […]
– Así que si usted no desea continuar, lo comprenderé desde el fondo de mi corazón y yo…
– Cierra tu maldita boca.
– ¿Disculpe?
– Dije ¡¡Cierra tu maldita boca sacó de semen!!
Tan pronto la irá dentro de mi explotó arrojé la almohada con la que me cubría y me puse de pie sobre la cama. Mis dientes chirriaban mientras los apretaba con irá. Nunca en mi vida, ningún hombre había osado pisotear tanto mi orgullo.
– Dime ¿Enserió te crees la gran cosa por tener una polla medianamente grande entre las piernas? ¡He! ¡¡Pues bien!! ¡Te voy a mostrar tu lugar y el de todos los malditos hombres como tú!
– ¿Disculpe? ¿Mi lady?
Sin esperar respuesta de su parte, avance hacía mientras el aún se encontraba recostado. Y tan pronto estuvo a mi alcance, levanté mi pie y con el aplasté su gran polla contra su pelvis.
Pero no me detuve ahí. Manteniendo la presión comencé a deslizar mi la planta de mi pie de arriba hacia abajo por todo lo largo de tan escandaloso miembro.
– ¡Grhu! Tan de repente… ¡Digo! Mi lady no tiene que ir tan lejos para… ¡Diablos! Está bien me rindo, haga lo que quiera conmigo. Estoy en sus manos… ¡Que diga pies! Estoy aahhh, ya ni se lo que digo.
Una sonrisa sádica apareció en mi rostro al ver la patética exhibición de mi anfitrión. Por cosas como esta, era justamente que los hombres eran inferiores a las mujeres. Tan solo había que observar lo miserables que volvían por algo tan pequeño como ser tratados con un pie, para darse cuenta del lugar que ellos debían de tener en el mundo.
– Vamos, vamos ¿Adónde fue toda esa charlatanería y confianza de hace un momento? ¿Eh? Mira, mira, mira, hay un montón de cosa pegajosa manchando mi pie.
Haciendo uso de las enseñanzas de mi madre, jugué con mi anfitrión mostrándole el desastre en qué se había convertido mi pie. Los fluidos lascivos que salían de su virilidad había hecho que cada vez que separaba los dedos se formara una vulgar telaraña de hilos transparentes.
Por un momento paso por mi mente la idea de acercar mi pie a su rostro y obligarlo a limpiarlo con su lengua. Pero una fugas presión asesina asalto mi espalda, casi asiendo qué perdiera el equilibrio y cayera en el acto.
No tuve que darme la vuelta para darme cuenta que esa Maid de cabello negro y monóculo era la responsable de ello.
– Tsch.
Chasque la lengua al darme cuenta que era una advertencia de que estaba llevando las cosas demasiado lejos. Y después pensarlo detenidamente, decidí que lo mejor era continuar con el plan original y no arriesgarme a perder la tiara que recibí como regalo.
– Es suficiente, ahora te montaré.
Mis palabras se ganaron una mirada de asombro y anticipación por parte de mi anfitrión. Era ridículo lo fácil que me resultaba leer sus expresiones faciales este momento.
Miré una vez más la virilidad de mi anfitrión antes de endurecer mi convicción y asentir para mí misma. Yo podía lidiar con ello, de eso no tenía dudas. Durante los simulacros de combate muchas veces me había roto varios huesos mientras entrenaba con mi hermana. Algo como de este nivel, era nada en comparación.
Sin pensármelo dos veces me coloque de cuclillas sobre la virilidad de mi anfitrión. Y haciendo uso de toda la confianza que poseo le lance una sonrisa desafiante.
– Será mejor que estés preparado, porque te haré chillar cómo cerdo.
Acto seguido, apoyé la entrada de mi vagina sobre el glande y tras utilizar un movimiento de caderas para centrarlo, dejé que todo el peso de mi cuerpo lo guiará a mi interior.
Un único “pop” se escuchó atravesó de la habitación, cuando mi trasero choco contra el. Esta era la forma en que las guerreras de Rulma perdían su virginidad. Aceptando la totalidad del hombre en su interior de una sola vez y sin chistar. Pero sobre todo, manteniendo un rostro estoico y lleno de convicción.
– [¡¡¡Mierdaaaaa, duele como el demonioooo!!!]
Tuve que hacer un gran esfuerzo para evitar las lágrimas comenzarán a formarse en la comisura de mis ojos. Sin duda, tener mi primera vez con una polla tan grande no había sido lo mejor.
– [¡¡¡Mierda, Mierda, Mierda!!!¡¡¡De a ver sabido que las cosas iban a ser así, mejor hubiera tomado a uno de esos esclavos de segunda para mí primera vez!!!! ¡¡¡Idiota!!!]
En busca de un poco de consuelo mis ojos miraron el rostro de mi anfitrión. Sin embargo, solo conseguí sacarme aún más de mis casillas al toparme con su estúpida cara sonriente llena de éxtasis.
– [Maldito infeliz, tienes suerte de que estemos en tu casa donde te cubren la espalda, o de lo contrario te metería uno de los juguetes de mi madre por el trasero.]
Decidida a continuar, apreté los dientes mientras obligaba a mis caderas a elevarse. La sensación resultante, fue tan extrema, que en cierto punto creí que mi útero estaba siendo tirado hacia abajo.
– [¡¡¡Mierda, mierda, mierda, no puedo más!!! ¡¡¡Mis, mis, piernas van a ceder en cualquier momento!!!]
Sobrepasando el límite, mis piernas cedieron permitiendo que mi propio peso enviará la virilidad de mi anfitrión de vuelta a mis profundidades.
– [ Esto es malo. A este pasó voy a tirar por suelo el honor de la familia real. Si no hago algo pronto me voy a quedar sin fuerzas para responder].
Con la vista desenfocada y saliva escapándose de la comisura de mis labios, realmente me encontraba sumida en una situación desesperada. Es este punto, mi orgullo era lo único que me dada fuerzas frente a la gran polla que apuñalaba la entrada de mi útero.
POV: Vettel.
– Será mejor que estés preparado, porque te haré chillar cómo cerdo.
Trague saliva ante la salvaje declaración de la chica sentada sobre mi pene. Tenía que admitir, que muy en el fondo esa frase me había excitado como el demonio. Tanto así que por un momento paso por mi mente la idea de tomarla de las cinturas y penetrarla a la fuerza.
Pero eso no fue necesario. En un único y temerario movimiento, mi invitada me engullo en sus profundidades. Acto que casi me provoca un derrame, producto de la estimulación resultante.
– [ ¡¡¡Santa mierda!!! ¡¡Esto es increíble!! ¡¡Esta vagina es totalmente distinta a cualquiera que recuerde a ver follado en cualquiera de mis dos vidas!!]
Mi sorpresa no fue para menos, después de todo, esta era la primera vez que una vagina loli lograba tomarme al completo sin mucho resistencia. Pero lo realmente me estaba llevando al límite, era la gran cantidad de pliegues que esta poseía.
Si tuviera que describirla en pocas palabras, la frase “Retorcida trampa para pollas” seria la descripción perfecta.
Y sorpresivamente había aún más por venir.
– grrrr.
Apretando con fuerza los dientes, mi invitada puso todo de si en un intento desesperado por montar mi polla. Lo que provocó, que los pliegues de su vagina se enrollaran con fuerza alrededor de mi pene a medida que este retrocedía.
En cierto punto sus piernas perdieron las fuerzas provocando que sus cinturas se fueran hasta el fondo. Lo cual nuevamente hizo la penetrara hasta las bolas.
– ~♡
Una voz ahogada se filtró entre los dientes mi invitada. Mientras que sus ojos se convertían en la viva imagen de una bestia acorralada.
En este punto era más que obvio que las cosas no habían marchado según sus planes. En especial por los pequeños espasmos que su cuerpo sufrirá.
– (Supongo que mi hora de brillar.)
Comprendiendo la situación, utilicé mi brazo derecho para rodear sus cinturas. Al mismo tiempo levanté la parte superior de mi cuerpo, y sin sacar mi pene de su interior, me senté sobré la cama cruzando las piernas.
– ¡Kyaaah! ¡¿Que rayos crees que estás haciendo?!
Mi invitada reaccionó bastante sorprendida, aferrándose a mis hombros y colocando sus piernas alrededor de mi cintura.
– Lo siento mi lady, es solo que pensé que hacerlo de esta forma puede resultar más conveniente para ambos.
Esta era la posición de flor de loto. Una de las pocas pociones sexuales con la que tenía una amplia experiencia desde mi vida pasada.
– (Ella tiene casi la misma altura y complexión que Iris, por lo que hacerlo en esta posición no debería ser mala opción.)
Un fugaz recuerdo de mi novia de preparatoria paso por mi mente, mientras cuidadosamente tomaba el trasero de mi invitada y la hacía subir lentamente.
– ¡Grrrh! ¡¿Qué demonios crees que estás haciendo estúpido saco de semen descerebrado?! ¡¡Para!! ¡¡Detente en este mismo instante o juro que las consecuencias políticas de está ofensa, serán el menor de tus preocupacioneeeeesss!!!!
Ignoraron las amenazas e insultos que salían de su boca, yo simplemente me concentré en disfrutar de la divina sensación de los pliegues de su vagina enroscándose alrededor de mi pene.
Esta sensación era tan adictiva, que sentía que podía fácilmente perderme en ella si me descuidaba por un segundo.
– (Mierda, solo he sacado la mitad de mi pene pero ya siento como si está obscena vagina tratará de aspirar directamente el semen de mis bolas.)
Vencido por la feroz resistencia que se oponía a mí, deje que el cuerpo de mi invitada cayera permitiendo que mi pene fuera devorado por ella hasta las bolas.
– ¡¡¡Kyaaah!!!… Maldito infeliz… Juro que te haré pagar por esto… La muerte no será suficiente… Te devolveré está humillación… Mil veces…
Con voz entrecortada mi invitada oculto su rostro en mi pecho. Ella lucía igual de linda que Iris cuando follabamos en esta posición. Incluso sus diálogos eran asombrosamente parecidos.
– Perdoné mi rudeza, mi lady. Pero necesitaba saber sus limites.
Dije mientras colocaba mi mano sobre su cabeza para consolara.
– Me importa un bledo, idiota. Además deja de tratarme como si fuera una niña pequeña que acababa de rasparse las rodillas.
Ella rápidamente alejo mi mano de su cabeza lanzando una mirada inquisitiva desde abajo como respuesta.
– Una vez más perdoné mi insolencia, mi lady. Pero creo que gracias a mi pequeño experimento, he logrado averiguar la forma correcta en la que deberíamos consumar nuestra unión.
Utilizando la mejor sonrisa de mi repertorio, trate de tranquilizar los ánimos de mi invitada. Más sin embargo, esto pareció disgustarla aún más por alguna razón.
– Cierra el maldito picó. Si vuelves a intentar algo como lo de hace un momento, te prometo que mi puño será lo último que verás en tu vida.
– ( Oh vaya, es realmente nostálgico volver a escuchar esas palabras de una chica con que estoy teniendo sexo.)
Una cálida sonrisa se formó en mi rostro, al recordar todas las veces que hice caso omiso de aquella advertencia mientras me encontraba en la preparatoria ¿El resultado? Un doloroso ojo morado y una tarjeta roja que me impedía volver a ponerme cariñoso con iris por al menos una semana.
– De acuerdo.
Asentí en respuesta, cediendo el control de la situación a mi invitada, al menos en apariencia.
– Muy bien, ahora es mi turno. Será mejor que estés preparado, porque te haré terminar antes de que puedas darte cuenta.
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– [ Tengo que reconocer que ese muchacho tiene cierto talento para la manipulación]
Esos fueron mis honestos pensamientos al ver el espectáculo frente a mí. Después de todo, no todos los días miras a una de esas arrogantes nobles de Rulma, tener sexo de una forma tan melosa.
De alguna manera el vip, se las había arreglado para guiar pasivamente todos los movimientos de la arrogante princesa desde que habían adoptado está poción.
De hecho tras observarlo durante todos estos encuentros, había llegado a creer que quizás el muchacho era algún tipo de prodigio en la cama.
– ¿Vez? Miserable sacó de semen. Tu nunca tuviste oportunidad alguna contra ¡Kyaaah! Digo, tu nunca ¡Aahhh! Tú, nunca…
– Por supuesto que sí mi lady. Un humilde hombre cómo yo, nunca podría ni soñar con ir en contra de una dama tan excelsa como usted. Es más, me encuentro increíblemente agradecido por tener el honor de haber sido elegido por usted cómo su pareja.
– ¿Pareja? ¡Aahhh!… No seas arrogante. Nunca dije que te convertiría en mi pareja. Solo te convertiré en uno de los tantos esclavos reproductores que tendré para mí misma. Tú estás todavía muy lejos de ¡Kyaaah!… Ser lo suficientemente valioso para ser mi pareja.
– ¿Esclavo reproductor? No sé porque pero ese título suena bastante atractivo cuando alguien como usted lo dice. Entonces está decidido, tendré que esforzarme está noche para al menos ser el número uno entre todos sus esclavos, mi lady.
– Debo admitir, que me gusta esa arrogancia.
Por alguna razón me sentí un poco irritado al observar dicho intercambio, en especial por el profundo y apasionado besó con que concluyeron.
– [Si,si, como no. Vamos apresúrense y denle un nuevo heredero a la casa, así yo podré volver a mis misiones de asesinato]
Desde el techo seguí observando la empalagosa escena de ambos amantes unidos en un fuerte abrazo.
– Mi lady, me temo que estoy próximo a llegar al final.
Apenas mis oídos entrenados logran atrapar el suave susurró, me desplazo del techo a una mejor posición que me permita dar fe que el chico ha llenado el vientre de la arrogante mocosa con éxito.
– Muy bien, ahora es hora de terminar por todo lo alto.
La mocosa hace un último intento desesperado por hacerse la fuerte. Derribando al muchacho y montado sobré él.
Acto que luce poco convincente. Sobre todo, porque las lágrimas escapan de sus ojos mientras ella trata de mover las caderas desesperadamente.
Yo por mi parte solo me límite a mirar la escena en silencio mientras esperaba el final.
– ¡¡Vamos!! ¡¡Vamos!! ¡¡Vamos!! ¡¡Quiero oírte chillar cómo el pequeño cerdito que eres mientras escupes tu repugnante semilla dentro de mí!! ¡¡Vamos!!
Un sonido similar al de alguien aplaudiendo se pudo escuchar por toda la habitación, mientras la mocosa ponía todo de si en mover las cinturas.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos no parecía que lo que ella buscaba fuera a hacerse realidad.
– ¡Oh siii! ¡Vamos ya casi estoy ahí! ¡Mi lady! ¡Por favor no se detenga!
Oh al menos no fue así, hasta que ella tuvo la bríllate idea de pellizcar con fuerza los pezones del muchacho.
– ¡¡Espere un minuto mi lady!! ¡¡¡Yo…!!
– ¡¡Te dije que chillaras para mí!!
– ¡¡¡¡Bugii!!!
(LoD: Que mierda estoy editando? :’v)
Acto seguido, ella le torció ambos pezones asiendo que un extraño chillido saliera de la boca del muchacho, pero también haciendo que se corriera en el acto.
– ¡¡Vamos!! ¡¡¡Siii!! ¡¡¡Lléname!!!
– [Vaya, esa mocosa sí que se metió de lleno en el asunto. Ni siquiera se dio cuenta de que la niñera del muchacho estuvo a punto de arrancarle la cabeza hace un segundo.]
Mire por el rabillo del ojo a la mujer en cuestión, siendo detenida por la sud directora y el resto de las Maids de guardia. Era incluso admirable como la habían logrado detener en secó, después de tan solo cinco pasos.
– [Si en lugar de ellas hubiera sido mi equipo, dudo seriamente que logramos frenarla incluso poniendo nuestras vidas en juego.]
En un rincón de mi mente di gracias a no tener que enfrentarme nunca a esa mujer. Pero sobre todo, que la noche acabará sin incidentes.
¿Quién diría que ese pensamiento mío alzaría una bandera?