El Harem del Emperador - 46. Antes de-
Tras terminar mis negociaciones con el vejestorio, fui cargado estilo princesa por Claudia, devuelta a la superficie.
Y para mí sorpresa, Priya ya se encontraba en la escena repartiendo sermones.
– ¡Esto es el colmo! No tengo palabras para expresar lo decepcionada que estoy de ustedes. Bien podría despedir a ambas en este mismo instante, ante tal demostración de incompetencia. Pero incluso entonces estaría siendo demasiado amable con ustedes.
Frente a una enfurecida Priya, se encontraban dos maids de pie mirando el suelo. Una de ellas era Linet y la otra Rachel, la Maid bibliotecaria.
– Nana, se que debes estar furiosa conmigo por ponerme en peligro. Pero por favor, no castigues a Linet y a Rachel por mi travesura. Yo sabía que podía engañar fácilmente a Linet y fue por eso la convencí de acompañarme. Yo soy el malo, así que castígame a mí en lugar de ellas.
Haciendo uso de mis dones actorales, apeló en nombre de ambas maids. Yo no era ningún villano sin corazón, por lo que la idea de dejar a amabas mujeres a su suerte, me pareció demasiado cruel dadas las circunstancias.
– …
Claudia no dio respuesta alguna frente a mi repentina petición. Sin embargo, sus pies se detuvieron para después cambiar de rumbo y aproximarse al grupo frente a nosotros.
– Priya, el joven maestro quiere decir algunas palabras.
Visiblemente sorprendida por el anuncio, Priya paró su sermón y dirigió toda su atención hacia mí.
– Priya, no seas dura con Liney y Rachel. Yo mismo me puse en peligro, por eso aceptaré cualquier castigo en lugar de ellas.
Tras escuchar mi súplica, la mirada de Priya alterno entré Claudia y yo varias veces, antes de finalmente dar si veredicto.
– Si es su voluntad, así se hará joven maestro.
Sintiendo el peso de la culpa desaparecer de mis hombros, exhale un pequeño suspiro.
– Ustedes dos escuchen. Dado a qué el joven maestro asumirá la total responsabilidad de este incidente, no les daré un castigo por poner en peligro su vida.
Tan pronto fueron llamadas, los cuerpos de ambas maids se estremecieron.
– Por lo tanto su sentencia queda reducida a 6 meses sin privilegios y una reducción del 40% de su salario por lo que resta del año.
Tan pronto estás crueles palabras fueron dichas, ambas maids se cayeron de rodillas sobre el piso.
– ¡Espera un momento Priya, yo…!
– Ellas aún deben rendir cuentas por muchas otras faltas, maestro Vettel.
Adelantándose a mis palabras, Priya sacó dos objetos de sus bolsillos y me los presento.
Uno era una pequeña botella vacía y el otro eran los restos de lo que pareciese un reloj de bolsillo.
– Usted no está para saberlo, pero a todas las maids imperiales se les presta equipo para llevar acabo sus funciones. Cómo por ejemplo, un kit de pociones de curación de nivel superior para emergencias, o una terminal mágica para comunicaciones y localización.
Tan pronto escuché las palabras de Priya, mis ojos se estrecharon mucho mientras veía ambos objetos en sus manos.
Uno estaba destruido mientras el otro…
[¡¡Sabía que algo malo debían tener esas pociones si tenían tanto descuento!!]
Tan pronto aquel recuerdo golpeó mi mente, mi mirada paso a Linet quien se encontraba aún arrodillada en el suelo.
– ¿Vendiste las opciones y compraste unas más baratas para quedarte con el dinero?
Frente a mi acusación, los hombros de Linet cayeron confirmando mis sospechas.
– ¿Entonces debo suponer que la terminal destruida te pertenece a ti Rachel?
Dejando aún lado a Linet, mi mirada pasa a la Maid bibliotecaria.
– Yo solo quería ver cómo funcionaba por dentro, pero…
– Pero no pudiste volver a armarla ¿Cierto?
– (asentir)
Al ver a Rachel confirmar mis sospechas, exhale un pesado suspiro.
– Lamentó todas las molestias que te he causado Priya. Puedes hacer lo que creas más conveniente con ellas de aquí en adelante.
Decidido a no causarle más contratiempos a Priya, elijo sabiamente retirarme.
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<Pov: Elysia>
– ¡Última parada, distrito Black wood! ¡Repito, la siguiente parada, es Black Wood! Todos váyanse preparando desembarcar, la compañía no se hace responsable por objetos perdidos.
Con el fuerte anuncio del cochero, los pasajeros que dormidos en sus asientos comenzaron a despertar.
Abordo solo había sirvientes y mozos que regresaban después de haber hecho sus compras a las afueras de las murallas.
– Aún me sigue pareciendo increíble que alguien pueda dormir mientras viaja en algo tan incómodo.
Aun refunfuñando me puse de pie y seguí a mi adormilado guía, quien acababa de despertar.
– (bostezo) Los carros de segunda clase puede parecer incomodos desde su punto de vista joven maestra. Pero para nosotros los plebeyos, la modesta comodidad que brindan es todo un lujo.
Ambos descendimos del vagón en medio del flujo de criados y observamos los alrededores con curiosidad. Fuera la dirección a la que fuera nuestra vista, solo nos tomábamos con grandes casonas negras de aspecto bastante opresivo.
– Ahora veo porque le dieron el nombre de Black wood a este lugar.
– Solo había escuchado rumores, pero ahora lo veo con mis propios ojos, puedo comprender por qué existen tantas leyendas sobre este distrito.
Curiosa por el peculiar cambio tono en la voz de mi guía, le interrogue al respecto.
– ¿Leyendas? ¿Qué tipo de leyendas?
– Solo son algunas historias para contar a la luz de las velas, en una noche sin luna.
– Ahora estoy interesada en escuchar esas leyendas.
– Bueno ¿Entonces que le parece si le narró una mientras avanzamos? El sol casi se pone, y aún nos falta caminar un poco más para llegar a nuestro destino.
– Adelante, te escucho.
Mi guía procedió entonces a liderar el camino mientras narraba la historia Black wood. Su relato abarcó desde los tiempos de la fundación del imperio y la primera alianza, hasta tiempos modernos. Tal parece que este distrito tenía un gran legado histórico con grandes figuras alzándose, pero sobre todo, encontrando su final aquí.
– Según narran los viejos, no existe residencia en Black wood que haiga visto una gran tragedia dentro de sus muros. Estás casas son tan viejas que incluso los hechizos de los sacerdotes no alcanzan a mantener a los espectros a raya. Es casi como si el distrito entero hubiera sido víctima de una maldición que creció y germinó con el pasar de las eras.
Rápidamente iguale el pasó con el de mi guía, evitando quedarme atrás.
– ¿Este lugar está maldito? ¿Cómo puede existir semejante cosa dentro de los muros de nuestra capital imperial?
– Es más común de lo que imagina joven maestra. Los lugares que son habitados por humanos durante muchas generaciones suelen producir esté efecto, más aún cuando suceden tragedias con mucha frecuencia.
Sabiendo está información y con la noche cayendo a nuestro alrededor, no pude evitar sentir una creciente urgencia por llegar a nuestro destino.
Afortunadamente antes de que el sol se ocultara arribamos al sitio de entrega.
– ¿Este sitio es el punto de entrega? ¿Estás completamente seguro de ello? ¿Me lo juras?
Con mucho escepticismo mire las reja frente a nosotros y la horripilante casona más allá de está.
– Bueno, al menos eso dice la nota que nuestro guardia me dio en la posada.
– ¡Déjame ver eso!
Con un rápido movimiento de mi mano, le arrebate la nota sin que pudiera protestar al respecto.
– ¿Esto es un mapa?
Con mis ojos luchando contra la pobre iluminación de los alrededores, trato de descifrar los garabatos que contenía la nota. Incluso con ayuda de mi clarividencia, la tarea parecía complicada.
– ¿Son ustedes los viajeros cuya llegada han profetizado los cuervos está mañana?
– !?
–!?
Sorprendidos por la repentina aparición de un tercero, ambos nos giramos para encararlo y nos pusimos en guardia. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta que nuestra alarma era innecesaria.
– Oh, que grosero de mí parte. Por favor perdonar mi descuido, no fue mi intención asustarlos de esta manera.
Del otro lado las rejas de hierro un tembloroso anciano se disculpaba con prisas. El vestía unas muy anticuadas ropas de sirviente, mientras sus manos sostenían una pequeña regadera de jardín.
– Si, nosotros somos los viajeros que han sido convocados por el cuervo blanco.
Respondiendo con los que pareciese algún tipo de clavé secreta, mi guía dio un paso al frente.
– Excelente, al decir verdad ya había empezado a preocuparme al ver qué el sol se ocultaba y ustedes no llegaban. Por favor pasen, está casa es un santuario seguro que los cuervos suelen usar para anidar. Así que pueden estar tranquilos.
Con una notable emoción en su voz, el anciano se apresuró a guiarnos hacia el portón de hierro que se encontraba unos metros más adelante.
– ¿Que fue eso?
Mientras aquel sirviente trataba de abrir el gran el portón para permitirnos pasar. Yo interrogue a mi acompañante en voz baja.
– Un tipo espeluznante con una máscara sonriente me dio la contraseña junto a la nota. Usted no supo nada de esto, porque sucedió mientras dormía en la posada.
– ¿Y no se té ocurrió mencionarlo porque…?
– El dijo que solo yo debía saberlo. Lo siento mucho joven maestra, pero no se me da lidiar con esos sujetos.
Tras ese breve intercambio, el gran portón de hierro se abrió acompañado de un gran rechinido metálico.
– Adelante, pasen. Se ve que deben estar hambrientos, por fortuna la cena ya se encuentra lista y se servía en breve.
Con una extraña sonrisa de oreja a oreja aquel sirviente nos dio la bienvenida.
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– Una vez más me disculpo por el trato rudo joven maestra. Pero debido algunos desafortunados contratiempos y su llegada tardía, nos hemos visto en la necesidad de alinearla con otra invitada.
Recién había acabado de cambiarme mis ropas de viaje, cuando el anciano sirviente vino a mi habitación para escoltarme al comedor.
Con candelabro en mano, el tembloroso sirviente me guío por los oscuros pasillos de la tétrica casona.
Situación que honestamente no era para agradable.
Juntos bajamos las escaleras hacia la primera planta y cruzamos un salón para dirigirnos hasta donde se encontraba el comedor.
Ahí justo antes de llegar a nuestro destino, una puerta entre abierta me permitió escuchar una voz conocida.
– ¿Entonces normalmente no trabajas aquí linda?
– Oh cielos, hacía muchos años que nadie me coqueta de esta forma.
– Me cuesta creer que una preciosa dama con manos tan bonitas, no reciba cumplidos de hombres todos los días.
– Fu, fu, fu, losé. Es sólo que en mi puesto de trabajo no hay muchos hombres con los que pueda interactuar.
– Eso es el colmo, de colmos ¿Cómo podría alguien ocultar a tan preciosa y dulce lindura de los ojos de los hombres del mundo? Sin duda tu jefe debe ser un villano entre villanos para hacer semejante cosa
– Basta, me hará sonrojar si sigue así. Usted sin duda debe ser todo un don Juan.
– Para nada, yo solo digo la verdad.
Con ojos fríos observe al perro de mi querida hermana menor coqueteando con la cocinera.
Él se encontraba sentado en una pequeña mesa en un rincón de la cocina, mientras en su mano sostenía una copa de vino.
– ¿Sucede algo joven maestra?
Ante el llamado del sirviente, negué con la cabeza y apreté el pasó.
– No fue nada, solo recordé que no debo desperdiciar mi preocupación en idiotas.
Sin andar más en el tema, fui guiada hasta la puerta del comedor sin demora.
– Adelante joven maestra, puede tomar cualquier asiento.
Tan pronto la puertas del comedor se abrieron de par en par, mis fosas nasales se llenaron con la celestial fragancia de la comida recién servida.
Por un momento creí que mi mente me jugaba una mala pasada ante tal espectáculo.
– Se-se, (trago) ¿Se está celebrando algo?
Torpemente alcance pronunciar esas palabras, mientras evitaba ahogarme con mi propia saliva frente a la montaña de comida que fácilmente podría alimentar a cien personas.
– El cuervo blanco envío toda esta comida como muestra de hospitalidad. Por favor disfruté.
Antes de siquiera darme cuenta, un grupo de Maids apareció de la nada. Eran un equipo de seis mujeres con edades de los 20 a 30, todas ellas profesionales bien entrenadas.
– ¿He?
Antes de siquiera entender lo que pasaba, fui suavemente conducida a la mesa y forzada a tomar asiento. Frente a mí un juego de cubiertos y un menú fueron rápidamente presentados.
– El menú fue construido teniendo de referencia la típica cena de cuatro tiempos, pero por favor no se límite solo por ello. Actualmente contamos noventa y cinco platillos distintos, entre los cuales contamos con entradas ligeras como ensaladas, sopas y algunos mariscos. Pero en casó de no gustarle ninguno de ellos, también contamos con una cocinera en espera que puede atender sus peticiones.
Con voz clara y serena, una de las maids comenzó la introducción al menú que tenía frente a mí. Yo que aún me encontraba aturdida, pronto sentí cómo mi mente era mandada a volar lejos ante la mención de platillos extremadamente caros y exóticos.
– Esas son todas las entradas joven maestra ¿Desea algo del menú o hará alguna petición especial a nuestra cocinera?
Siendo devuelta a la realidad por la voz de la Maid, comenzó rápidamente a hojear con prisa el menú en mis manos, en un apuro. Pero antes de siquiera terminar de ordenar mi ideas, una voz perteneciente a una chica de mi edad, lanzó una recomendación desde el otro lado de la mesa.
– Te recomiendo encarecidamente probar la crema de setas espejismo. Ahora si los sabores dulces no son lo tuyo, también te puedo recomendar el consomé de huesos de dragón.
La voz provenía desdé atrás de una gigantesca ave rostizada, que evitaba que pudiera ver a su propietaria. Situación bastante incomoda, que las maids solucionaron rápidamente moviendo los platillos sobre la mesa.
– Disculpa que no me presenté apropiadamente, pero ya vez que debemos evitar compartir información personal entre nosotras. Cómo sea, mucho gusto conocerte~.
Con un semblante bastante desalineado una chica quizás un par de años menor que yo saludó.
Ella tenía una larga cabellera roja con ojos a juego, así como un par de granes gafas plateadas. Pero el detalle que más me llamó la atención, (hasta el punto de irritarme bastante). Fue su completa falta de modales a la hora de comer.
¡Ella literalmente, solo está ahí tumbada sobre la mesa, mientras pica trozos de fruta con el tenedor y se los lleva a la boca sin ningún tipo de vergüenza!
Al mirar tan indignó comportamiento para un noble, rápidamente recobre la compostura y comencé a ordenar.
– Por favor sírvame el consomé de huesos de dragón, para beber quiero cidra de manzanas y como plato fuerte probaré el ave de paraíso a la crema.
– Como ordené joven maestra.
Rápidamente las maids sirvieron la comida que les ordené y haciendo uso de todos mis modales, empecé a comer en silencio.
– ¿Simplemente vas a ignorarme?
Sin hacer caso a ésa otra persona en la mesa, yo continúe atacando el plato frente a mí.
– ¡Oh vamos! Las maids dijeron no hacía falta usar modales. Ya acabó de llegar hoy al igual que tú y entiendo el hambre que debes sentir en este momento ¿Porque no dejas de comportarte como una princesa por una vez y simplemente atacas esa gigantesca chuleta behemoth frente a ti? Recién acababa de comerme un lechón de jabalí dorado yo sola cuando entraste ¿Y sabes qué? No me arrepiento de nada.
Luciendo bastante complacida al compartir su hazaña, la chica sonrió mientras se llevaba otro cubo de fruta a la boca.
– Los modales son indispensables para un noble de buena casta. no sé de qué casa vengas o cuál sea su rango, pero no debe ser una con mucha historia si su representante se comporta de esta manera.
Sin inmutarse ante mis palabras la chica pelirroja solo se rió.
– Ya veo, eres una de esas princesitas que solo les importa mantener la frente en alto todo el tiempo, aún si se están muriendo de hambre. Es triste, pues yo creía que al menos podría llevarme bien con la familia del hermano de mi futuro hijo.
Irritada por su comentario, pero sobre todo irritada por la sopa que no saciaba mi hambre en lo absoluto. Levanté mi brazo y conjure el hechizo de magia ofensiva más básico que conocía.
Rock Shot.
Mi objetivo, el estúpido gran cabello que sobresalía de la cabeza de tan molesta chica.
– ¡?
Por un segundo lo ociosos ojos de mi objetivo se abrieron de par en par, cuando el proyectil pétreo se formó en la palma de mi mano. Pero casi inmediatamente, una sonrisa se dibujo en sus labios.
– ¡Aprende modales insolente!
Bastante enfadada disparé mi hechizo a máxima potencia con la intención de dejarla calva. Pero lejos de lo que esperaba, este nunca logro alcanzar a su objetivo.
En su lugar, el proyectil terminó detenido por la punta de su dedo extendido. Ella de alguna forma a había detenido sin esfuerzo mi hechizo con solo la punta de su dedo.
– Veo que no eres solo una princesa bonita como aparentas♪
Con una sonrisa de oreja a oreja, ella examinó mi proyectil personalizado con forma de cuerno de unicornio.