Haru No Yurei - Volumen 4: 7. Obligaciones de un Hombre con futuro.
Capítulo 7: Obligaciones de un Hombre con futuro.
Cuando me di cuenta me había quedado estático.
Mi secretaria entró de nuevo y salió como unas dos veces, pero no le presté atención. Todo lo que hice por la atención de esa persona y ahora no me importaba.
– ¿Estas bien? –
Preguntó ella después de un momento.
Pensé que estaba preocupada por mí, hasta que recordé que ella se molestaba si yo no la miraba.
–Si… lo estoy. Yo… necesito llamar a alguien. –
Respondí, y poniéndome de pie, salí de la oficina al sitio donde solían salir los empleados por un cigarrillo o un café.
Estaba solo y todavía hacía un poco de frio, pero no importaba. Era un piso alto y la ciudad se veía desde aquí. Temblando, en parte por los nervios, en parte por el frio de salir afuera por la mañana sin mi saco, tomé el teléfono.
Había algunas personas a quienes quería hablar. Empezando por la personita a quien sometí a un tormento parecido.
Contestaron casi al momento.
…Moshi–Moshi…
…Moshi–Moshi. ¿To–Toshikane? ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? …
Eso era justo como Kurimo era.
…Si estoy bien, no es que haya pasado nada, es solo que estaba pensando en ti. Es todo…
Aquello la puso a la defensiva. Creo que mi repentina llamada la había puesto nerviosa en más de un sentido.
…Pensando… pero tú…
Tú nunca hablas por nada.
Es lo que ella iba a decir. Y tendría razón, y eso no estaba nada bien.
…Quería decirte que, bien… yo… te amo…
Eso la descolocó, y se puso a llorar al teléfono. Suspiré. No es que fuera mi intención hacerla llorar, pero tenía que decírselo. Si hay algo que no quiero, es que ella se sienta como yo me sentí.
…Dime que no te ha pasado nada, por favor…
…No me ha pasado nada, es solo que estaba pensando que debería solo hablarte y decírtelo. He sido malo contigo antes, y sentí que no era justo si no era honesto contigo solo por una vez, solo para compensar…
Ella se puso a llorar más.
…Pero tú no dices esas cosas asi… Ni siquiera puedo responder adecuadamente… tu sabes lo que siento y…
Kurimo comenzó a desesperarse.
…No tienes que responder ahora. Sé cómo te sientes, solo pensaba en decírtelo yo, ya sabes, por si no estabas segura…
Solo por si alguna vez te sientes mal de nuevo. Es lo que quería decir, pero no quise decirlo asi, podía ser que ella se desanimara por ello.
…Estoy segura… lo estoy…
Hasta aquí podía escuchar que ella estaba feliz. Su llanto desapareció cuando estuvo al tanto de que nada malo había ocurrido.
…¿De verdad? ¿Qué tal una cita entonces? ¿Te agradaría?…
…¿Eh?…
Eso la tomó por sorpresa.
…Una cita, es decir, ¿Por qué?…
Preguntó Kurimo, con esa vocecita que tenía cuando estaba sorprendida.
…Si no quieres está bien, yo…
… ¡Si quiero!…
Kurimo gritó eso al teléfono. Era raro escucharla gritar. Creo que era la primera vez que ella me gritaba algo sin estar enojada.
…Bien, yo realmente quiero tener una cita contigo. ¿Puedes estar lista para esta tarde?…
…Si, si puedo. ¿Estás seguro de que quieres hacer esto?…
Preguntó ella, un poco más calmada. Suspiré. ¿Qué me estaba preguntando exactamente? Era más que lógico si tomábamos en cuenta lo que ocurrió esta mañana. ¿Estás seguro de que no prefieres sexo? Sonreí penosamente para mí mismo.
Creo que ya entendí porque no pude solo deshacerme de Kurimo. Ella me recordaba a mí mismo.
…Bueno, considerando que, no hemos tenido una cita, pensé que podrías acceder…
Creo que ella había planeado para algo diferente. O más bien no incluyó la parte de la cita, espero que esto saliera bien, incluso si la intimidad tenía que esperar… Ella lo merecía.
Kurimo se merece atención real.
Que ella se pusiera a llorar cuando se lo dije, era la prueba de que no lo digo lo suficiente.
Soy un hombre ahora. No puedo vivir escondiéndome de ello para siempre. Tengo que superar a Yagami.
…Claro que sí, es decir, no pienses mal, yo siempre accedería a una cita…
Es que yo nunca la invitaba a estas cosas, y la única vez que lo hice salió tan mal que no quería acordarme.
…Entiendo. En tal caso, te veré más tarde ¿De acuerdo? ¿Está bien a las 6? Iremos a algún sitio bonito…
…Claro que si… ¿Pasas por mí?…
El tono de su pregunta me decía que aquello le hacía ilusión.
…Seguro. Ocúpate de estar lista…
…Claro que si….
Iba a colgar.
…Kurimo…
…¿Si?…
…Te extraño…
Fin de la llamada.
Ni siquiera la deje responder a eso.
––––––––––
Sonreí para mí mismo mientras buscaba el siguiente número. Minase. Necesito su ayuda. Ella me metió en esto.
…Moshi–Moshi.
…Hola. ¿Minase? ¿Estas allí?…
Hablé un poco alarmado. Pero es que cuando me di cuenta de que no tenía un plan, me puse nervioso. ¿Tan poco sé sobre Kurimo? Me preguntaba.
…Si ¿Qué ocurre? Está entrando una llamada de Hatami–chan y…
…Que espere. Esto es importante…
Respondí. Eso la hizo ponerse seria. Lo que no se esperaba, fue lo que le dije.
…Está bien, está bien… después hablaré con Hatami–chan. Seguro que se pregunta por qué no le contesto, asi que espero que sea importante…
Se quejó Minase.
…Lo es, tengo una cita con Kurimo esta tarde…
Estoy seguro de que, de haber estado frente a mí, Minase me habría golpeado.
…¿Y eso que? Entiendo que Hatami–chan quiera contarme pero…
Preguntó ella, evidentemente desconcertada.
…No quiero contarte, necesito ayuda, urgente…
Respondí, apresurado.
…¿Ayuda? ¿De mí?…
Preguntó Minase incrédula.
…Es que quiero que ella esté feliz…
…Ehhh… ¿sí?…
No entendió. Suspiré.
…Quiero que me digas si hay algo que le guste, algo que ella considere bonito o importante…
…Lo hay pero… ¿Cómo es que no lo sabes?…
Eso me aplastó. ¿Cómo es que no lo sé? Pues porque soy tonto, por eso.
…Por favor…
Fue lo único que le dije. Minase suspiró, pero en lugar de darme un sermón, solo lo dejó pasar.
…Bueno, ahora sé lo que Hatami–chan quiere decirme, aunque haré como si no lo supiera. A ella le gusta el helado, pero no creo que eso sea una buena idea, también le gusta el cine…
Esas dos ya las sabía, pero la cita con el pafrait salió muy mal, y el cine… bueno, es que ya hicimos eso. Minase estaba al tanto de ello.
…Escucha, hay algo que puede ayudar, hay un programa con el que ella está obsesionada. No lo sabrías porque ella lo ve en secreto. Si te digo qué programa es, tienes que prometerme que no le dirás nunca que yo te lo dije…
Me advirtió. Parecía seria al respecto.
…Entiendo. Lo prometo…
…Solo tienes que comprarle un regalo de ese programa…
…¿Qué programa?…
…Ehhh, no sé si debería decírtelo…
Se quejó Minase.
…Por favor. Lo necesito…
…Está bien. El programa es Maiko–kyun. NO–LE–DIGAS–QUE–TE–LO–DIJE–YO…
Maiko–kyun era un programa de un cerdito que tenía aventuras al más puro estilo isekai. Yo no diría que es extraño, pero era más bien infantil. Creo que entendía por qué Kurimo lo mantenía en secreto.
Por el modo en que Minase se puso una vez que lo soltó, yo diría que era la información correcta.
…Gracias, te debo una…
…Por otro lado, a ella le gusta el parque de diversiones, aunque tiene mucho tiempo que no va. Una vez fuimos todas juntas, y creo que esa fue la última…
…Si bueno, no es como que lo haya intentado. Es una buena idea…
…¿Verdad que si? Solo no esperes que se suba a la montaña rusa ni nada por el estilo porque eso no va a pasar…
¿Lo decía por experiencia?
Pero ahora que sabía esto, había una buena posibilidad de que todo saliera bien.
…Te lo agradezco tanto…
…Si bueno, ahora déjame hablar con Hatami–chan, que lleva marcándome todo este rato y te recuerdo que soy su amiga antes que tu amiga…
…Lo siento. Muchas gracias…
Muy bien, la feria tendrá que ser.
–––––––––
Siguiente llamada.
Prometí que lo haría. No puedo seguir siendo negligente con ella. Hablo de que marqué el número de Mizuki. Me contestó una voz temblorosa del otro lado del teléfono.
…Moshi–Moshi, Ayasara al teléfono…
Dijo.
…Mizuki. Es Toshikane. ¿Es un buen momento?…
…¿Eh? Si… es decir, si es un buen momento… no ha ocurrido nada malo ¿cierto?…
El que respondieran asi solo confirmaba lo malo que había sido con ellas. Cielos.
…No, no ha ocurrido nada malo…
Respondí, escuché como algo se cayó del otro lado, posiblemente un cucharón. Ella estaba cocinando o algo asi.
…¿Entonces qué ocurre?…
Preguntó, pude notar la preocupación en su garganta.
…Bueno, es que yo…
Me trabé. Quité la vergüenza de enfrente y suspiré.
…Es que yo, mira, solo quería escuchar tu voz…
Lo solté.
…¿eh?…
Preguntó ella con una vocecita. Escuché que se movió bastante. Creo que salió de la cocina.
…Eso, quería escuchar tu voz, es eso…
Repetí, solo por si ella pensaba que no me había escuchado bien.
…¿Pensabas en mí? ¿Justo ahora?…
Preguntó ella, incrédula y también sorprendida. No es extraño que se sorprendiera, pero su voz sonaba tierna al teléfono.
…Bueno, sí, un poco…
Ella pareció incorporarse.
…Pensé que nunca ibas a llamar…
Admitió. Yo sabía por qué lo decía.
…Que gracioso. Yo estaba esperando el momento de llamarte, incluso me preguntaba si no pensarías que te estoy molestando demasiado…
Respondí. Ella se rio del otro lado del teléfono.
…¿De que estas hablando? Claro que no me molestas, esperaba tu llamada y…
Se quedó callada.
…Aún recuerdo que te prometí una cita. Sólo tienes que darme tiempo de planearlo adecuadamente ¿De acuerdo?…
Ayasara suspiró. Creo que ella pensó que me olvidaría de eso también. Bueno, no me olvidé de ninguna cosa esta vez, eso la hizo tranquilizarse.
…De acuerdo. Si tú dices que tengo que esperar entonces lo haré. Además, quiero decirte ¿Sabes? Tengo un regalo para ti…
Me dijo, al parecer bastante feliz.
…¿En serio? Dime qué es…
…No. Tienes que ser paciente…
Respondió ella. Venganza, yo creo. Pero decidí que la molestaría un poco.
…Una motocicleta…
Dije, como tratando de adivinar.
…¿Qué? No… bueno, si eso quieres yo podría…
Oh, cielos, lo olvidé. Esta mujer tiene complejo de sacrificio.
…Estoy bromeando. Estoy bromeando. Ni siquiera puedo montar esas cosas. Es una broma…
…No hagas esa clase de bromas. Además, no tiene nada que ver. Es algo bonito…
Ella dijo eso con un tono que dejaba notar complicidad sexual.
…¿En serio? Estaré esperando por ello entonces…
Hablarle despacio, seguro. Como si no fuera un problema para mí en absoluto. En cierto modo el tono de un maleante escolar, prendido de una chica linda, pero fingiendo que no es tan importante.
Es que a ella le parece genial.
Mizuki se rio.
…Eres un tonto. Por supuesto que tendrás que esperar. Además, ya sabes las reglas…
Dijo eso con su voz de niña digna. Se corrigió inmediatamente.
…Aunque, bueno… si a ti no te gustan las reglas, las puedo romper… por ti…
Es decir, en su casa y en la cama, como una chica decente. O lo que ella piensa que la vuelve decente.
…Mantendremos tus reglas. Mientras pueda…
Le advertí. Eso hizo un silencio algo extraño, que duró unos momentos, luego Mizuki se enfadó, o hizo la enfadada.
… ¡Eres un tonto! Yo… ¡Tengo que cambiarme!…
Creo que le gustó la idea. Por algo “tenía” que cambiarse, pero no lo mencioné.
…Ponte ropa bonita…
Respondí, burlándome de ella a medias.
…Eso… Eso haré ¡Adiós!…
Y colgó.
Unos momentos después, recibí una foto de Mizuki en mi teléfono. Era una blusa de esas que se usan en verano, color celeste y una falda–vestido con holanes.
“Espero que esto sea lo suficientemente bonito para un maleante. Tú disculparás, pero la ropa no hace milagros. De todos modos, hice caso a mi novio y es mi mejor blusa. Agradéceme.”
Era lo que decía. Hablaba de que yo le dije que se pusiera ropa bonita. Yo solo sonreí y le respondí.
“Es perfecta”
Y suspiré. Ella me envió siete caritas avergonzadas una después de la otra después de eso.
–––––––––––
Invitar cita. Listo. Re–afirmar mi compromiso. Listo. Agradecer apropiadamente… esa me falta.
Llamé a Akane esta vez.
Tardó bastante en responder.
…Moshi–Moshi…
…Toshikane ¿pasa algo? Yo…
Respiraba con dificultad.
Un reclamo. Eso estaría bien. Soy su esposo. No su novio.
…Akane ¿Por qué has tardado tanto en responder?…
…¿Qué? Pues… estaba ocupada…
Respondió Akane, como si fuera más que obvio, y si, lo era.
…¿Ocupada? Eso sí que es extraño. No pensé que estarías tan ocupada como para no responder tu teléfono, Akane…
La escuche resoplar del otro lado, se estaba enfadando.
…¿Qué estas insinuando, Toshikane?…
Preguntó ella, del otro lado del teléfono. Hice el tonto.
…Yo no insinuó nada, es solo que, pues te tomaste tu tiempo…
…¿Qué quieres decir? Dilo de una vez ¿Me estas acusando de algo?…
Los ánimos se estaban calentando. Ahora sí, el remate.
…No te acuso de nada, es solo que eres muy bonita, y seguro que hay muchos en el vecindario que no podrían resistirse….
¡BOOM!
Eso la dejó sin habla por unos momentos. Hasta acá pude sentir como su coraje se desvaneció.
…Etto… no sé cómo se supone que responda a eso…
…No importa lo que respondas, solo hazlo pronto. Es todo. Es simple…
Yo nunca antes exigí algo asi a Akane, pero recientemente, me he dado cuenta de varias cosas que… no están bien. Ningún marido va a querer que su esposa se tome su tiempo para responder el teléfono. En realidad es algo por lo que cualquier esposo se enojaría.
…Es mi hora de lavar la ropa ¿Ya? Es eso… cielos. No sé si debería estar enojada o si debería estar feliz. Ya no sé nada contigo. ¿Qué es lo que quieres, Toshikane?…
Se notaba mucho que estaba feliz. Quería colgarme, podía escuchar sus risitas por el halago implícito en un reclamo matrimonial.
…Quería agradecer…
Respondí.
…¿Agradecer?…
Preguntó ella.
…Por casarte conmigo. Por no salir huyendo cuando tuviste la oportunidad. Por todo el tiempo que me dedicas a diario. Porque tú eres la única razón por la que nuestro matrimonio funciona…
Akane me detuvo.
…Espera, espera ¿Qué estás diciendo?…
Preguntó Akane, nerviosa.
…Bueno, es que recientemente me di cuenta, de que nunca antes te he dicho cuanto aprecio el esfuerzo que haces, y que fuiste la primera mujer en mi vida que me trató como a un ser humano. Incluso si tú te sientes mal por ello, antes de ti, ni siquiera tenía un nombre…
Confesé. Akane tenía una idea media de lo que estaba hablándole. A ella le perseguía la idea de haber sido mala conmigo. Pero eso fue lo que me enamoró. Es la verdad.
Después de estar con una chica ambigua y sin compromiso que simplemente nunca me quiso, prefiero esto. Akane fue mala, cruel, despiadada, burlona y su aire de superioridad me hizo rabiar muchas veces.
Pero cuando me quiso, me quiso. Cuando dijo que sería mía, lo fue. Y se comprometió, aterradoramente, a ello. Puede que no haya sido su idea, pero desde que le dijeron “te vas con él” ella puso todo lo que tenía por sostener su matrimonio. Quería decirle que eso la hacía especial.
…Y bueno, quería decirte que aprecio mucho todo lo que haces por mí. Eres la mejor esposa que alguien pudiera desear, y… Te amo. Gracias por ser parte de mi vida…
Fue lo que dije, mocos sonaron del otro lado. Akane se explicó, o lo intentó.
…Wow… tu nunca antes… es decir… estoy llorando, Toshikane…
…No quiero que llores, quiero que seas feliz. Esa es mi única intención…
Respondí. Ella trató de controlarse.
…Es que… yo me esforcé mucho… y tú nunca me habías dicho algo asi. Yo estaba tan feliz de casarme contigo, y no sabía… no sabía lo importante que era para ti…
Explicó entre sollozos. Yo sabía que ella estaba feliz.
…Pues lo es. Y quería dejártelo claro, lamento que haya tenido que ser justo ahora pero, sentí que si no lo decía…
…No importa si es ahora, está bien… yo estoy muy feliz de haberme casado contigo. Eres el mejor marido del mundo. Eres el mejor…
Era su muletilla, pero es la primera vez que ella lo dice en modo sentimental más que sexual. Lo digo porque ella pareció secar sus lágrimas luego.
…Bueno, estoy feliz de que mi esposa todavía piense eso de mí, a pesar de todas mis fallas…
…No son importantes, eran tonterías. Ninguna de esas cosas es importante ahora…
Hablaba de que ella tenía altas expectativas de cómo debería ser un marido. Todavía no dejaba de llorar, por cierto.
…Tú dices que no son importantes. Pero aun asi, quiero cumplirlas todas, al menos las que pueda, quiero ser un príncipe…
…Ya eres un príncipe…
Rezongó ella.
…Y tener mucho dinero y llevarme bien con tu padre y…
…No. Yo te quiero asi. Quiero al tú que aprecia lo que hago, y que me mima, y que se preocupa por mí, y que me acepta. Ese es el hombre del que me enamoré…
…Como quiera mi dulce esposa…
…No puedes venir ahora mismo ¿cierto?…
Preguntó. Creo que ella quería, agradecer personalmente, por tomarme el tiempo de hacer esta llamada, pero aunque si quería, sabía que en cierto modo ahora mismo era una mala idea.
…Bueno, todavía tengo que trabajar, y tengo un compromiso en la tarde. Pero si mi esposa quisiera, me gustaría pasar con ella todo el dia de mañana, solo nosotros dos…
Lo decía porque mañana no tenía que trabajar. Ella tomó la oferta inmediatamente.
…Pues, soy tu esposa. Yo siempre estoy allí para ti. Eso no ha cambiado y no va a cambiar. Y si me prometes que mañana será solo para mí, entonces acepto…
…Claro que si…
…Está bien… Toshikane…
Llamó ella.
…¿Qué pasa?…
…Pues te amo. Eso pasa…
Y colgó.
–––––––––––
Suspiré. Eso debería estar bien por ahora. Y ahora, la mujer que al parecer no podía dejar de enterarse de lo que hacía o dejaba de hacer, no podía dejar de seguirme ahora.
Que irónico.
–Y bien, Amatsune… –
Ella hizo como si no estuviera poniendo atención, aunque estaba aquí desde que hablaba con Minase.
– ¿Qué? ¿También tienes algo cursi que decir? –
Preguntó, estaba furiosa, por lo que veía.
–Pues cursi no. Pero si tengo que agradecer. –
Tengo que dejarla ir. Tengo que superarla.
– ¿Eh? ¿Y a mí por qué? –
Preguntó ella, todavía enojada, pero de todos modos curiosa.
–Por qué, es gracias a ti que tengo lo que hoy tengo, en cierto modo. Me enseñaste muchas cosas que me han servido para seguir adelante, y por ello, te lo agradezco. –
Expliqué.
–Ah, comprendo, pues no es que yo haya hecho mucho. –
Respondió.
Mentira. Yo recordaba sus palabras claramente. Cada una de ellas.
“No eres muy bueno, pero eso está bien”
Dijo ella. Esa fue su opinión de este chico en su primera vez.
Pero ella estaba tratando de halagarme. No hace falta mucho para darse cuenta de cuáles eran sus razones.
–Si estas esperando a que te persiga como cuando estábamos en el colegio, Yagami, puedes olvidarlo. Eso ya no va a pasar. –
– ¿Qué quieres decir? –
Amatsune jugaba ahora nerviosamente con sus dedos. Pero mejor ser sincero con ella. Podía acabar con esto con la sinceridad que ella nunca tuvo para conmigo.
–Eso. Que soy un adulto ahora. Ya no tengo tiempo para perder con mujeres que simplemente no se comprometen. –
Y aun en caso de que lo tuviera, bueno, la lista de espera es larga. Estoy en deuda con Minase, por ejemplo. Aunque esa no es la verdadera razón.
–Yo nunca dije que… –
Comenzó a reclamar. Yo asentí con la cabeza.
–Es cierto. Tú nunca dijiste algo como eso. Fui yo el tonto que lo imagino todo y que no quiso entender que era un juego. No estoy tratando de culparte. Todo lo contrario, estoy tratando de agradecerte… –
Expliqué. Ella dio un paso al frente, acercándose a mí.
–Entonces por qué no solo… –
Insistió.
Si estaba tan agradecido con ella, ¿Por qué no se lo agradecía en el modo acostumbrado, es lo que ella quería decir?
Que si la conozco.
–Porque aunque lo agradezco, ya no me queda tiempo para jugar. Nunca quise decirte como a ti te gustaba, y no lo pienso ahora tampoco. –
Hablaba de que a ella le gustaba que le dijeran… pues puta.
– ¡No sabes nada! –
Me gritó ella.
–No, y… ya no es importante a estas alturas. Asi que, te agradecería que dejaras de insinuarte y coquetear conmigo a cada paso que doy. –
Respondí. Recordaba ahora las palabras que Sanae dijo a su exnovio.
–¡Eres un idiota! ¿Sabías? Yo había pensado que… –
Se quejó ella.
–Yo nunca dije… nada como eso. –
Respondí. Era lo mismo que ella me había dicho. Y su principal punto de defensa.
–Tú pretendías convertirte en mi dueño. Estás loco. –
Culparme y acusarme siempre le funcionó. Esto es por la ocasión en que le reclamé por acostarse con otros. Pasé de ella y sonreí.
–Es cierto. Eso es exactamente lo que quería. Pero no se puede y ya lo entendí. ¿Por eso es que dejaste a Tanaka? –
Eso le dolió. Pude sentir el coraje crecer detrás de mí
–Todos son iguales, quieren convertirse en tus dueños, quieren controlar cada cosa que haces o dejas de hacer. Ni siquiera sé por qué me esfuerzo… –
Se quejó ella.
–Lamento eso. No se puede. Lo entendí. Ya no lo intentaré. –
Sí, eso es lo que quería, quería su corazón. Quería que me quisiera. Quería atención y cariño. Si eso es adueñarte de una persona, no lo sé y no me voy a quebrar la cabeza con ello.
Amatsune se acercó a mí desde la espalda.
– ¿Entonces es un no? Otagane–kun. –
Preguntó ella. Irónicamente, esa fue la primera vez que, ella me habló, por mi nombre.
–Lo es… lo siento. –
Respondí, tenía que dejarlo bien en claro de una vez.
–Te vas a arrepentir de esto… –
Se quejó Amatsune. Es que todavía era mi secretaria, todavía tenía que verla y seguiríamos trabajando juntos.
–Solo volvamos al trabajo. –
Respondí. Aún tenía bastantes cosas que hacer allí y todavía quedaban varias horas.
Es que no puedo pensarlo demasiado, verán, tengo una cita con Kurimo en unas horas, a quien he tratado tan mal durante todo este tiempo a pesar de que ella no se merecía mi lado frio, la traté igual o peor de lo que me trataron a mí, y ella me perdonó de todos modos. No puedo decir que no entienda sus sentimientos, está enamorada de mí, en la más amplia extensión de la palabra, y por eso no puedo fallarle.
Y después de eso tengo que dedicarle cariño y atención a mi dulce esposa que, de un dia para otro decidió que sí, que estaba dispuesta a entregar su vida a hacerme feliz. Alguien de cuyo nivel de compromiso hasta yo estaba asustado. ¿Cómo voy a olvidarlo?
Y luego de eso, hay que planear la cita con la maestra que arriesgó todo lo que tenía y todo lo que podía tener por un estudiante tonto que lo único que hizo, al menos al principio, fue aprovecharse de su soledad para satisfacerse y escapar. Hay que reparar eso.
Eso sin contar con la constante atención y energía que tengo que prestar para que esa niña malcriada, a quien yo tomé para mí, sea feliz como le prometí que sería. Quien, de paso, abandonó a su familia porque no la dejaban tener el novio que ella quería tener. Mantenerla sexualmente satisfecha no es nada fácil y no voy a herirla haciéndola a un lado porque no tengo ganas de cumplir con mis deberes.
Usaré la imaginación y la atención restante de la semana para complacer a Mizore, quien a pesar de mis constantes infidelidades aun asi decidió que ella quería seguir conmigo. Ahora mismo estará hastiada y dolorida, y muy probablemente querría echarme lejos, seguro, pero volverá, reclamando atención para hacer sus días felices, y un poco de mi imaginación para hacer sus noches interesantes. Ella estaba allí primero, y le prometí que no la haría menos otra vez por culpa de las circunstancias.
¿Es eso querer ser dueño de ellas?
Tal vez, tal vez no. No importa. Porque mi único trabajo ahora es hacerlas felices, ellas ya me hacen feliz a mí.
No, en verdad no tengo tiempo de perseguir a Amatsune, que tan fríamente me llamaba “chico solitario” como si no fuera yo nada. Y si no tuviera este empleo, seguro que ella no estaría tan interesada en mí.
¿Saben porque nunca me tomó en serio?
Porque nunca me vio como a un hombre, con un futuro por delante. Por eso me llamaba asi.
Y ahora tengo muchos desastres de los cuales hacerme cargo, eso es lo que significa ser un hombre.
Y tengo un apodo para ella.
“Chica fácil”
Y las chicas fáciles, tal cual los chicos solitarios, NO TIENEN FUTURO.
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Muchas Gracias a:
—- Guto Yobu. —-
—– Oliver Huerta —–
Sin yo merecerlo estas personas han decidido apoyarme en lo que hago, y eso es algo por lo que no puedo pagar, aun asi, de todos modos lo voy a intentar.
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Seguiré esforzándome.