Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute! - Volumen 2: 1. ¡Disfrutemos del Desafío de la Diosa!
- Casa
- Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute!
- Volumen 2: 1. ¡Disfrutemos del Desafío de la Diosa!
Me desagrada.
Eso fue lo que Alexia murmuró en lo profundo de su corazón.
Ella estaba viendo la ceremonia de inicio del desafío de la diosa desde los asientos para los invitados de honor. En esos asientos, estaban ella, Natsume y Rose. Todavía había muchos más asientos con invitados especiales, pero estas 3 eran las principales. Obviamente, ella se daba cuenta que no era más que un sucio método para atraer espectadores, pero eso no le importaba.
No obstante, había 2 cosas que le estaban desagradando a Alexia. La primera.
Era el hecho de que el nuevo arzobispo, Nelson, estuviera luciéndose de forma egocéntrica en su saludo en el centro de la arena. Alexia, el día anterior, le había hablado sobre el asesinato del anterior arzobispo, pero Nelson se negó a investigar sobre el tema.
Todo empezó con la respuesta de Nelson, quien alegaba que ya no importaba, pues era la muerte de un criminal sospechoso. Alexia no se rindió e insistió en que debían investigar su muerte con más razón, pero Nelson se volvió a negar, dándole la opción de hacerlo, pero luego de obtener el debido permiso.
Aunque ella regresara a la capital a toda prisa, tomaría al menos 3 días, luego una semana como mínimo para el permiso, luego 3 días de regreso a Lindworm y quién sabe cuántos días para que Nelson aceptara ese permiso. El tiempo dependía de él, pero Alexia imaginaba que la haría esperar por lo menos otra semana más, semana en la que toda evidencia quedaría enterrada en la oscuridad.
Aun así, como una representante de este país, Alexia tampoco podía hacer demasiadas cosas en este caso. La religión no solo era muy importante en este país, sino que en muchos otros por ahí afuera. Si ella trataba de hacer algo insensato, no sabía si podría recibir represalias o presiones de los demás países, e incluso podría perder la confianza de los ciudadanos. En pocas palabras, la religión era algo que querrías tener como aliado, pero no como enemigo.
Así, mientras Nelson se lucía, Alexia lo miraba con rabia desde un lado, murmurando “maldito calvo” en su corazón. El asesinato del arzobispo todavía no se había hecho público, y sí, Nelson se estaba quedando calvo.
Alexia suspiró y luego miró de reojo a la tal Natsume. Natsume era la segunda cosa que le desagradaba.
Natsume se sentó de buena manera al lado de Alexia, respondiendo con una sonrisa a los gritos de sus fans. Ella tenía un hermoso cabello plateado y unos ojos azules como los de un gato, sumado a una magnifica expresión facial.
Natsume puso una sonrisa perfecta mientras saludaba con su mano a los fanáticos que quedaban absortos por su belleza.
Pero Alexia la miró como si sospechara de todo eso.
Podrá ser una escritora prodigio de esas que aparecen una vez cada mil años, pero Alexia no la conocía, hoy era la primera vez que escuchaba su nombre. En parte, era porque Alexia no tenía ni la más mínima pizca de interés en la literatura, y en su posición de princesa, ella conocía a muchas celebridades. Por eso, ella intuía que la fama de Natsume había empezado hace poco.
Pero todo, su fama, su comportamiento bien educado, e incluso sus expresiones… le parecían sospechosas.
No se trataban de celos. Más bien, era como un tipo de rechazo natural.
Alexia también se comportaba a la perfección frente al público. Ella siempre había vivido reteniendo su verdadera forma de ser y actuando como una princesa ejemplar. Aunque todas las personas en una posición alta deban hacer eso, pocas eran las que realmente lograban retener su verdadera forma de ser. Por eso, ella sabía bien que mientras más oculta estaba la verdadera personalidad de alguien, más oscura y despreciable era en realidad.
“Muchas gracias por el apoyo~” Dijo Natsume hacia los espectadores. Alexia no pudo evitar chasquear su lengua al ver eso.
Incluso esa voz es desagradable, su escote abierto, es irritante. Deja de inclinarte hacia adelante para que todos te vean, maldita puta. Deja de creerte tanto.
Así, incluso con esos pensamientos en su mente, Alexia seguía sonriente saludando a los espectadores.
No obstante, la reacción del público era menos comparada a la que tenían con Natsume. Alexia no se detuvo, y se cruzó de brazos, apretándolos con fuerza e inclinándose hacia adelante para que su escote resaltara.
Las voces del publico aumentaron un poco. Solo un poco.
B-Bueno, no puedo hacer más porque mi ropa no está abierta como la de esa zorra, dijo ella en autocomplacencia.
Ella miró a su otro lado de reojo, y allí vio a Rose, sonriendo alegremente. Ella había estado así todo el tiempo.
Y solo por si acaso, volvió a ver de reojo a su otro extremo… En ese momento, Alexia lo vio.
Vio claramente como Natsume se estaba riendo victoriosa.
Crack—fue como si algo se hubiera roto dentro de Alexia.
***
Me desagrada.
Beta, actuando como la novelista Natsume, murmuró eso en el fondo de su corazón.
Ella solo tenía una cosa que le desagradaba, y esa era la persona sentada a su lado, Alexia Midgar. La mujer que, según Beta, utilizaba su posición de princesa y compañera de escuela para acercarse a su amo, a quien ella tanto admiraba.
Para Beta, esta mujer era más que sospechosa y falsa, actuando como la princesa ejemplar mientras saludaba a las personas con una voz y sonrisa falsa. Era por regla general, que las mujeres que actuaban tan bien, eran las que más negras y podridas estaban por dentro. Por supuesto, ella no pensaba ni en lo más mínimo que su admirable amo fuera a ser atraído por una mujer así de simple, pero, nada era imposible.
E incluso si ese no fuera el caso, eso no cambiaría el hecho de que Beta no consideraba a esta mujer alguien digna de estar en ‘las crónicas de Shadow-sama’, así que era un estorbo.
Cuando Beta se enteró de que Shadow había rescatado a esta mujer en el incidente del secuestro de la princesa, algo dentro de ella comenzó a arder. Ella estaba enojada porque no había sido ella… mejor dicho, estaba enojada de que su amo tuviera que tomarse la molestia de rescatar a una facilona como ella. Sí, definitivamente no eran celos.
Para poder disipar esa ira, Beta reescribió esa escena en su cuaderno, cambiando a esa mujer por una linda elfa de ojos azules, mientras leía esa escena una y otra vez.
No obstante, ella seguía molestándose por la posibilidad de que esa mujer siguiera apareciendo en las crónicas de Shadow-sama. Aun cuando Beta le ganaba en belleza, habilidad y dedicación hacia su amo, ¿por qué él tiene que molestarse en tratar con esa mujer barata? T-Tiene que ser una broma.
Beta pensó en eso, enojándose con ella una y otra vez mientras respondía con total naturalidad a las voces de las personas.
Luego, al ver de reojo a su lado, vio a la princesa barata tratando de alegrar a los espectadores con sus pobres pechos.
Baah, qué desagradable.
Eso era otro tema, el tamaño de sus pechos eran claramente inferior a los de ella, eran normales.
Incluso en esto le gano, pensó Beta mientras miraba a esos pequeños pechos y soltaba un “puff” de forma burlona.
Ups, ¿me habrá escuchado? Pensó Beta y desvió la mirada, pero de inmediato, un gran dolor recorrió su pie.
“¡¿Ihhhg?!”
Ella miró hacia abajo mientras aguantaba el dolor, y allí estaba el pie de Alexia. Crack—Ella sintió como si algo dentro de ella se rompiera, pero aun así, guardó la calma.
“Alexia-sama, ¿podría quitar su pie, por favor…?”
Alexia miró hacia abajo sorprendida, y luego quitó su pie del de Beta, fingiendo no darse cuenta. Luego sin disculparse, Alexia la miró de reojo con un “puff”.
¡¡Maldita putaaaaaaaaaaaaaaa!!
Gritó ella en su interior, casi incapaz de guardar la calma, pero lo logró al recordar toda la admiración y amor hacia su amo.
Glip, glip…
La sangre comenzó a rodar de los labios de Beta.
Mientras tanto, Rose seguía igual de sonriente que siempre.
Estaba sentado en medio de la audiencia, viendo distraídamente el evento del desafío de la diosa.
Aunque en realidad, ahora mismo estaban en los saludos, presentación de invitados y desfiles. El desafío de la diosa comenzaba recién al atardecer.
Ahora mismo era un mob más, otro más en medio de la audiencia. Mientras pensaba en eso, suspiré al ver a las 3 chicas al frente, llevándose bien en los asientos de invitados.
Quiero hacer algo.
Quiero hacer algo como la Eminencia en las Sombras. Sería un desperdicio, sería imperdonable no hacer algo en un evento tan grande como este.
Si me dejara llevar por el cliché, podría participar en el desafío de la diosa ocultando mi identidad.
Ya saben, la escena donde apareces de la nada, muestras una gran diferencia de poder y la gente grita, “¡¿Quién diablos es ese?!”
Aunque el torneo sonaba divertido, solo se llevaba a cabo una sola pelea por participante, y por lo que había investigado, sería difícil pelear ocultando mi identidad. También pensé en alguna escena donde podría entrar a la fuerza, pero quiero guardarme eso para alguna pelea importante.
Aah, pero lo bueno es que mientras pienso en todo esto, el evento sigue avanzando.
Bueno, no importa. Si no se me ocurrió nada antes del evento, es obvio que no se me va a ocurrir nada ahora. Me di medio por vencido y decidí disfrutar de esto como un mob. A decir verdad, era bastante interesante, pues no era normal presenciar un evento así en otro mundo. Dado que se podía apostar, también aposté un poco.
Finalmente, el día comenzaba a acabarse, y el desafío de la diosa daba inicio. El suelo se iluminó de una manera hermosa, con letras antiguas saliendo del suelo y flotando en el aire.
Las letras siguieron aumentando hasta formar un domo alrededor de toda la arena, lo que hizo que el público se emocionara.
La batalla inicia cuando el retador entra a la arena cubierta por el domo y selecciona a un guerrero del santuario. Una vez el combate inicia, el retador no podía salir del domo hasta que no ganara o quedara fuera de combate. Al parecer, dicen que también pueden llegar a morir ahí adentro.
Eso de pelear hasta estar fuera de combate, hacía que me dieran más ganas de permanecer como mob. Si llegara a participar bajo esas reglas, sería demasiado fácil para los demás ver mi verdadero poder.
Mientras pensaba en eso, apareció el primer retador y entró al domo. Parece que era algún ex caballero o algo.
Sin embargo, no pasó nada.
Con lamento, él simplemente se retiró de la arena.
No me causa mucha gracia, ya que participar costaba alrededor de 10 mil Zenis. Y eso que había más de 150 participantes.
Aunque bueno, tiene sentido si se pensaba en el honor que supuestamente ganaban los que salían victoriosos. Además de la medalla, era como si te dijeran, “¿superaste el desafío de la diosa? ¡Aprobado!”
Miré cómo iban pasando los retadores uno tras otro, desesperado por ver a Alfa llegar a la arena.
El primer guerrero de la antigüedad apareció con el 14vo retador.
Luego de que Annerose, una viajera del país de la espada, Begalta, entrara a la arena, las letras comenzaron a brillar, tomando la forma de un guerrero semitransparente. Según el comentarista, se trataba de Borg, un antiguo guerrero.
Ambos comenzaron a pelar como si nada, y Annerose ganó como si nada. La verdad, ese guerrero del pasado lucia demasiado normal, pero al menos esperaba que uno más fuerte fuera invocado más tarde.
Así, mientras más avanzaba el evento, me di cuenta de algo, Annerose al parecer era fuerte. Luego de ella, 8 guerreros más fueron invocados, pero ninguno de sus retadores logró ganar. Viéndolo desde ese punto, puede que Borg-kun haya sido realmente fuerte.
La noche seguía su curso, ya quedaban pocos retadores.
Mientras todo parecía que iba a terminarse, el siguiente retador fue llamado.
“¡El siguiente retador es un estudiante de la academia de espadachines mágicos de Midgar!¡¡Cid Kagenou!!”
Cid Kagenou, ¿quién es ese? … Momento, ¡soy yo!
Cid Kagenou de la academia de Midgar, ese debo ser yo. Pero espera, no recuerdo haberme inscrito.
“¡Reciban al valiente retador con un aplauso!”
¡Espera, deja de hablar!
La gente comenzó a aplaudir, otros a silbar, y así, el estadio volvió a animarse. Esto es malo. Mientras pensaba en lo malo que esto era, llegué a una conclusión. Aquí tengo solo 3 opciones
Opción 1: Darme por vencido y participar. Si todo sale bien, debería poder terminar el duelo como otro mob derrotado, pero en el peor de los casos, puede que invoque a algún guerrero poderoso y descubran mi poder.
Opción 2: Huir. Solo soy un mob de una escuela de espadachines mágicos, no hay forma de que la gente recuerde mi nombre y rostro para siempre. El problema es que eso haría enojar a la iglesia, y puede que incluso me lleguen a expulsar de la escuela.
Opción 3: Hacerlo de la forma más cool posible. Sí, esta es la correcta.
Borré mi presencia, y a toda velocidad, desaparecí de la vista de todos, cambiándome la ropa a la de Shadow y saltando hacia el cielo.
Como ya saben, abogo por la teoría de que no importa qué tan bueno sea en las peleas, una bomba me haría trizas.
Por ende….
Que inicie la operación, “hacerlo a la manera de una Eminencia en las Sombras”. Aparecí en el centro del domo, con mi abrigo negro meciéndose por el viento.
“Mi nombre es Shadow… El que acecha en las sombras, y caza a las sombras…” La audiencia estaba consternada.
“Recuerdos antiguos que yacen en el santuario…”
Las letras reaccionaron y comenzaron a tomar forma… “Esta noche, yo los libero…”
Saqué mi espada negra y la alcé hacia el cielo nocturno.
Fue impactante ver a Beta con su boca totalmente abierta en el asiento de invitados.
***
“¡¡Shadow!!”
“¡¿Shadow?!”
“¡¿Shadow-sa…?!”
Beta estuvo a punto de llamarlo por su honorifico, pero se detuvo a tiempo.
Por suerte, todos los invitados estaban viendo a Shadow, así que ninguno escuchó lo que había dicho. Tanto Alexia, como Rose y el arzobispo suplente Nelson, no pudieron ocultar su asombro ante tal llegada repentina.
Beta, aun con la boca totalmente abierta pensó; “esto no era parte del plan”.
Pero al mismo tiempo, recordó que su preciado amo nunca haría un movimiento tan brusco como ese sin razón alguna. Por eso, debía haber una profunda razón para ello, y era su trabajo ayudarlo.
Beta al darse cuenta de eso, recobró su serenidad.
¿Qué hago?
¿Qué debo hacer?
“Ya veo, así que ese es el famoso Shadow”. Murmuró Nelson.
“No sé qué es lo que trama, pero hay paladines rodeando la arena. Ese tonto confiado no se saldrá con la suya esta vez”.
Nelson dio las órdenes para que los paladines lo rodearan.
Paladines. Se trataban de caballeros elegidos por la iglesia mediante un bautizo especial. Por supuesto, sus capacidades y fuerza, eran mucho mayores a los de un caballero común y corriente. Incluso Beta tuvo una mala experiencia cuando era niña al pelear contra uno para intentar salvar a una chica aceptada en la organización. Claro que ahora mismo, ella no era igual que antes, no mostraría la misma figura miserable de aquel entonces.
“Shadow, ¿por qué estás aquí…?” Murmuró Alexia.
“Me pregunto si él está a salvo… solo espero que no haya quedado envuelto en todo esto…” Dijo Rose, mirando a sus alrededores como si buscara a alguien al mismo tiempo que veía los movimientos de Shadow.
En ese momento, la escena frente a ellos se llenó de una luz blanca. Las letras antiguas se elevaron, tomando la forma del siguiente guerrero.
Beta trató de unir esas letras, y comprendió su significado.
“La Bruja del Caos… Aurora…”
“¿De verdad es Aurora…?” Dijo Nelson luego de escuchar las palabras de Beta.
Luego de que la luz se calmase, allí apareció la figura de una mujer. Cabello largo y ojos color violeta. Ella vestía una capa negra encima de un vestido púrpura oscuro que cubría su blanca piel. Su belleza era como la de una escultura con vida propia.
“¿Aurora?” Preguntó Alexia hacia Beta y Nelson.
“La Bruja del Caos, Aurora. La mujer que en el pasado llenó el mundo de confusión y caos”.
“La Bruja del Caos, Aurora… es la primera vez que escucho sobre ella”.
“Yo también. Pero veo que Natsume-sensei ya sabía de ella”. Dijo Rose y Beta respondió.
“Aunque solo el nombre”.
Eso no era mentira.
Cada vez que leía historias antiguas, ella encontraba el nombre de la bruja del caos, Aurora. Pero nunca encontró qué tipo de caos o destrucción había traído al mundo. Eso era otro de los misterios que el Jardín de las Sombras debía descubrir además del misterio del demonio Diabolos.
Pero hoy, finalmente había avanzado un gran paso, ahora sabían cómo era la bruja del caos, Aurora. Beta rápidamente tomó su libreta desde su escote y comenzó a hacer un sketch de Aurora, luego uno de ella y Shadow enfrentándose. De hecho, para ella este era el tema principal de hoy.
“¿Tomando ideas?” Dijo Rose.
“Bueno, algo así…”
Beta terminó de dibujar, dejando un “Shadow-sama también se ve magnifico el día de hoy” y cerró su libreta.
“¿Podría decirme un poco más sobre Aurora?” Dijo Beta, acercándose con una sonrisa seductora hacia Nelson.
“No culpo a las dos princesas por no saber de ella. De hecho, me sorprende que usted la conozca, Natsume-sensei. La existencia de Aurora es muy poco conocida incluso dentro de la iglesia”. Dijo Nelson sonriendo, todo mientras no dejaba de mirar el escote de Beta a través de su blusa.
“Pero, parece que no hará falta mover a los paladines. Shadow sí que tuvo mala suerte al llamar a Aurora…”
“¿Así de fuerte es?” Preguntó Rose.
“Ella es la mujer más poderosa de la historia. Obviamente, alguien como Shadow nunca le podrá hacer frente. Lastimosamente eso es todo lo que puedo decirles. Lo entenderán pronto”, dijo Nelson y luego cerró su boca.
Beta se enojó un poco, pues para ella era imposible que su amo perdiera. Aun así, eso no significaba que no estuviera preocupada.
La bruja del caos, Aurora, era tan poderosa como para dejar su nombre en la historia. Si su amo se agota en una batalla contra ella, los paladines podrían aprovechar eso… y quién sabe lo que ocurriría.
Pero fue aquí que Beta finalmente entendió lo que su amo quería hacer. Él había dicho, “liberaré los recuerdos antiguos del santuario”. Él actuó precisamente porque quería invocar a Aurora, porque decidió que valía la pena hacerlo.
Su amo decidió que Aurora era la clave, por ende, Beta decidió simplemente confiar en él.
Beta tocó sus lentes, esa era la señal para cambiar de planes. De seguro Epsilon, que estaba escondida en algún lugar, debió ver la señal. Incluso si no la vio, Beta confiaba en que Epsilon haría todo de la mejor forma incluso sin detalles.
“Va a comenzar”. Dijo Nelson mirando hacia la arena. Allí estaba Shadow con su espada negra en la mano, y Aurora cruzada de brazos con una sonrisa confiada. Aquella sonrisa guardaba una gran voluntad, una tan fuerte que no parecía ser de un mero recuerdo del pasado.
“No creo que Shadow vaya a ser derrotado tan fácilmente…” Murmuró Alexia. Ella estaba viendo seriamente a Shadow.
Beta se sorprendió un poco, como si estuviera diciendo, “al menos tú no estás ciega”. El aire alrededor de la arena comenzó a ponerse tenso.
Mientras tanto, el área era dominaba por un silencio asfixiante. Shadow y Aurora, ambos estaban uno frente al otro.
Para ambos, era como si fuera un momento en el que cada uno sentía algo importante dentro del otro.
Y luego…
La batalla empezó, con un pequeño ambiente de lamento.
Había pasado bastante tiempo desde que sentí esto.
No pude evitar sonreír detrás de mi máscara mientras veía a la mujer de ojos violetas frente a mí.
Ella también estaba sonriendo.
… Seguramente, ambos estamos teniendo la misma sensación ahora mismo. Las peleas, batallas o como quieran llamarlo, son una especie de diálogo.
La postura, el movimiento de las espadas, los pies, el intercambio de miradas, todo tiene un significado, y comprender esos significados y tomar las medidas adecuadas, es lo que conformaba una batalla.
No sería una exageración decir que la fuerza de entender hasta las más mínimas cosas de cada acción durante la batalla, y tomar medidas en contra de ellas, es la verdadera esencia de un combate.
Es por eso, que la batalla era un diálogo.
Mientras más alta sea la capacidad de dialogar de una persona, esta podrá adelantarse, luego tomar medidas, luego volver a adelantarse y volver a tomar medidas, y así, en un diálogo interminable.
Pero, si la capacidad de la otra persona es baja, habrá mucha diferencia de diálogo, lo cual hará que este no se establezca como es debido.
En tal caso, todo acabara en lo que uno, o tal vez ambos quieran.
Allí no había diálogo, ni tampoco procesos, solo un resultado. Si desde un principio alguien no tiene la intención de dialogar, entonces es mejor que solucione sus asuntos con un juego de piedra papel y tijeras. Sí Delta, te estoy hablando a ti.
Un juego irrazonable en el que no importa si sacas piedra, papel o tijera, de cualquier forma, saldrás volando.
Claro que, yo no soy quién para quejarme. Hace mucho que no dialogaba adecuadamente con alguien.
La única diferencia con Delta, es que al principio sí intentábamos dialogar, pero al final, todo terminaba en el juego de piedra papel y tijeras.
Por eso, me sentí realmente feliz de encontrarme con alguien como ella. Ella sí estaba viéndome, veía mi espada, mi mirada, mis piernas con una mirada y sonrisa audaz.
Me referiré a ella como Violeta-san. Sí, mi estimada Violeta-san.
Ambos nos quedamos dialogando con la mirada por unos momentos.
En ese tiempo, ambos nos entendimos el uno al otro. Ella era del tipo que peleaba a distancia, mientras que yo peleaba de acuerdo al estilo de mi oponente. Ella definitivamente no era el tipo de persona a la que podría vencer de un solo golpe.
Por eso…
Adelante, dije con mi mano, renunciando a tomar la iniciativa. Al siguiente instante, moví mi pierna.
Inmediatamente después, algo parecido a una lanza roja salió desde el lugar donde antes estaba parado.
Luego retrocedí un poco. No pensé que el primer ataque viniera desde tierra. La lanza roja se separó en dos, atacándome, cada una desde un lado.
Mi primer movimiento en cambio, fue esperar y observar. Esperé y observé la velocidad, fuerza y movilidad de las lanzas.
Por eso, evité la lanza de la izquierda y bloqueé la lanza de la derecha con la espada en mi mano. Era bastante pesada, lo suficiente como parar matar a alguien con facilidad.
La lanza que esquivé se volvió a partir en mitades, tomando la forma de estacas puntiagudas de color rojo, las cuales me rodearon y se dirigieron hacia mí al mismo tiempo.
Usé poder mágico en mi espada, y luego rechacé todas las lanzas.
“No puedes matar a un león ni con mil avispas”.
Violeta-san sonrió con gracia, y nuevamente, comenzamos a vernos.
Mientras más alta sea la capacidad de dialogo, cada uno puede darse cuenta un poco del poder del otro. Es por eso, que incluso a veces, eres capaz de comprender la situación de tu enemigo.
Yo, y es seguro que Violeta-san también, ya sabemos cómo terminará esta batalla. Luego…
De repente, una gran lanza, tan gruesa y grande como un tronco salió del suelo, rompiendo el silencio entre nosotros.
Luego de esa, salieron más, 9 en total.
Las comencé a esquivar, pero las lanzas se movían con total libertad, como si fueran extremidades.
Esta era su forma de pelear. Observar, dirigir desde la distancia y aplastar a su enemigo hasta la muerte.
Nuevamente, decidí observar. Observé los movimientos de las extremidades para tomar acciones prudentes.
Así, fui reduciendo poco a poco las medidas necesarias para esquivar todo. De un paso, a medio paso, de dos manos a una mano.
Una batalla no se ganaba solo esquivando, pero esquivar era la acción preliminar antes del contrataque.
Y, mientras menos sea la evasión, más rápido y certero será el contraataque. Sí, evasión y contraataque, al mismo tiempo.
Aprovechando eso, con un paso me paré en frente de ella.
En un abrir y cerrar de ojos, en sus manos, tenía una guadaña lista para usar. Aproveché ese ataque para devolvérselo y atacar a sus piernas.
La parte de las piernas de mi traje de Slime se transformó en cuchillas y llegó a sus piernas. Aunque últimamente he estado usando estas cosas para acciones diarias sin importancia, en general, son unas fuertes y confiables armas de combate.
En ese momento, sus movimientos se detuvieron, y eso fue suficiente para mí. Violeta-san simplemente se quedó sonriendo, aceptando con gusto el resultado.
“Hubiera deseado pelear contigo con todas tus fuerzas”. Murmuré de forma que solo ella escuchara eso, mientras la sangre flotaba en el aire.
“Tal y como dije, Shadow no puede hacer nada contra ella”. Dijo Nelson con orgullo, pero Alexia lo ignoró.
Cualquiera que estuviera viendo el encuentro entre Shadow y Aurora, podía ver como Aurora estaba acorralando a Shadow. Alexia veía con sorpresa como unas lanzas rojas salían del suelo a una velocidad increíble.
Sin importar como lo viera, eso no parecía ser un arma real. Era como si fuera una de las extremidades de Aurora, pues se movían tan naturalmente como si lo fueran. De seguro, tenía todo un arsenal.
Pero por eso mismo, no era algo con lo que uno debiera pelear solo con una espada.
Esta era una forma de lucha antigua, una que Alexia aceptaba, nunca podría competir contra ella.
“Es más escurridizo de lo que pensé, aunque se nota mucho la diferencia de poder”.
No.
Alexia negó en su interior las palabras de Nelson.
Aunque pareciera que Aurora estaba abrumando a Shadow con sus ataques, él todavía no había reaccionado. Todavía no había contraatacado, solo estaba observando los ataques.
Aurora era ciertamente fuerte, lo suficiente para luchar contra Shadow.
Pero, no había que ignorar el hecho de que ninguna de sus lanzas rojas, había siquiera rozado a Shadow.
“Al león no se lo mata ni con mil avispas”. Dijo Shadow luego de rechazar una de las lanzas de las miles que estaban volando hacia él.
De repente, las lanzas tomaron un gran grosor y tamaño; y atacaron a Shadow desde todos los lados.
La fuerza y potencia aumentaron de golpe, como si quisieran matar a un gran león, unas lanzas se dividieron y otras se unieron en una sola para atacar a Shadow.
Pero aun así, ninguna dio en el blanco.
Es más, todas las lanzas siguientes iban volviéndose cada vez más pequeñas. Seguido a eso, la potencia y el movimiento también se redujeron.
La defensa y ofensiva de Shadow en ese momento llegaron a un punto que Alexia jamás lograría alcanzar.
“Increíble…”
“Como esperaba…” Dijeron Alexia y Natsume al mismo tiempo.
La verdadera fuerza se consigue al presionar a tu enemigo al mismo tiempo que te proteges.
Esas habían sido las palabras que un maestro de la espada había dicho alguna vez.
Y el ejemplo perfecto estaba justo frente a sus ojos.
“¡¿Qué diablos está haciendo esa bruja?! ¡Que lo acabe de una vez!” Dijo Nelson con impaciencia y enojo.
Sin embargo, Aurora ya no podía detener a Shadow. El final del combate llegó en un instante.
Terminó con una pequeña ofensiva a los ojos de Alexia.
Shadow avanzó, rompió la postura de Aurora y antes de que se dieran cuenta, la sangre comenzó a salir de su cuerpo.
La derrota esta vez, fue para Aurora.
Fue de forma rápida y, simple. Como si un león torciera el cuello de un cordero.
¿Qué fue lo que hizo Shadow? ¿Qué clase de ofensiva había tomado? Nadie lo entendió.
Por eso, fue una lástima.
El silencio reinó en la arena, como si el combate que acababan de presenciar hubiera sido una ilusión.
“¿Ella… perdió? ¡Imposible, Aurora estaba ganando!” Gritó Nelson. De seguro, él pensó que Aurora estaba ganando hasta el final.
En tan solo un instante, la victoria y derrota se invirtieron, por lo cual Nelson no podía asimilarlo todavía. Él no era el único, de seguro, todos los espectadores estaban igual.
“¿Qué sucedió…? ¡No hay forma en que Aurora haya perdido! Esa mujer es…” Shadow agitó su abrigo negro y luego voló por el aire.
“¡E-Espera! ¡No lo dejen ir, persíganlo!” Gritó Nelson al recuperar la cordura. De inmediato, los paladines comenzaron a correr tras Shadow.
Alexia volvió a reaccionar, y grabó el estilo de la espada de Shadow en su cabeza, de forma que jamás fuera a olvidarlo.
“Como de costumbre, su espada es abrumadora…” Murmuró Rose al mismo tiempo que suspiraba.
En el momento en que Alexia estaba por darle la razón, una gran luz cegadora resplandeció en la arena.