Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute! - Volumen 4: 3. ¡Intervengan en la ceremonia de bodas!
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- Volumen 4: 3. ¡Intervengan en la ceremonia de bodas!
Doem estaba viendo hacia el salón de ceremonias desde el segundo piso.
“¿La seguridad es perfecta?”
“Así es”.
“Estén muy atentos, puede que el jardín de las sombras intente hacer algo”. Luego de una reverencia, un agente del culto disfrazado de caballero se retiró.
Doem ya había recibido el informe de que el jardín de las sombras había atacado la fortaleza Saisho.
A pesar de que se movieron con cautela para que nadie se diera cuenta de sus acciones, por poco y casi le roban el Anillo Hereditario.
Para Doem, el jardín de las sombras era más que una molestia.
Por culpa de Shadow, su plan en el torneo del dios de la guerra fue forzado a detenerse y tuvo que tomar otras acciones para continuarlo. El culto finalmente había decidido tomarse más en serio la destrucción del jardín de las sombras, pero para Doem que ya había visto el poder de Shadow, sentía que todavía no se lo estaban tomando tan en serio como deberían hacerlo.
Por eso es que aún no habían podido dar con la base del jardín de las sombras.
Había muy poca información sobre ellos y Doem sabía bien que era parte por la negligencia del culto.
El culto todavía creía que el mundo giraba alrededor de sus manos.
“Pero al menos ya conseguí el Anillo Hereditario. Ahora lo único que debo hacer es conseguir el derecho a la herencia. Además, puedo sacarle información a Rose Oriana sobre el jardín de las sombras”.
Hubo muchos problemas de por medio.
Todo salió bien hasta el uso del rey como marioneta gracias a la ayuda de la reina, pero aun consciente del peligro, el rey había modificado el Anillo Hereditario. Ahora la dueña del anillo era Rose Oriana, por lo que Doem no podía usarlo si no se casaba antes con ella.
“En todo caso, no importa el proceso mientras los resultados sean favorables. Cuando esto acabe, finalmente entraré a la mesa redonda…”
Cuando su trabajo en el reino de Oriana termine, Doem tenía asegurado el doceavo asiento de la mesa redonda. Esto respaldado por Sir Mordred, el noveno asiento.
Luego, era seguro que Doem se uniría a la facción de Sir Mordred en la lucha por el poder dentro del culto.
Por el momento, el historial de Doem solo le permitía estar en el puesto más bajo de la mesa redonda, pero aun así, si conseguía más éxitos podía unirse a facciones mucho más altas. Pero por el momento, solo tenía que obedecer.
El culto no era un lugar donde los puestos fueran estáticos, por eso había oportunidades para ascender.
“Con este anillo yo…”
Doem sacó una pequeña caja de su bolsillo. Era aquí donde había guardado con cuidado el anillo.
Por supuesto, no era un anillo de bodas, era el Anillo Hereditario. Doem puso una sonrisa victoriosa y abrió la caja.
“… ¿Eh?”
Pero al instante él borró esa sonrisa de su cara, pues la caja estaba vacía. El anillo no estaba, se había esfumado.
“¿Eh, ah…? ¿Qué? ¿Eh?”
Él le dio vuelta a la caja, miró al reverso, saqueó sus bolsillos, miró debajo de sus pies y el rostro de Doem se puso pálido.
“No está…”
Esa era la respuesta.
“¡Lo perdí…!”
Pero el anillo estaba ahí, él lo había visto dentro de la caja cuando se lo entregaron. Él lo llevo a todos lados todo el tiempo, no había forma en que pudiera perderlo.
“¿C-Cómo pasó esto…?”
La única que sabía dónde estaba el anillo era la reina, pero ella no podría robarlo, tampoco tenía razones para hacerlo.
En ese caso, ¿fue el jardín de las sombras?
¿Shadow tenía la capacidad para robarle el anillo sin darse cuenta? No, para él sería más fácil matar a Doem primero.
En ese caso… era un enemigo dentro del culto, alguna facción en contra de Sir Mordred.
¡Había caído en una trampa al sacar el anillo de donde estaba! Se podía ver casi como el espíritu de Doem salía por su boca… “¡Bajé la guardia!”
La lucha por el poder del culto ya había empezado.
A este paso, no podrían recomendarlo para la mesa redonda, es más, Sir Mordred lo iba a matar antes.
“¡Mierda…!”
El sudor rodó por su mejilla como si de una fuente se tratara.
Aunque quiera buscar el anillo, no podía usar a las personas del culto bajo su mando, ellos eran subordinados directos de Sir Mordred. Doem estaría acabado si él se enterara de esto.
Sin duda alguna, definitivamente en el momento en que se enterara, Doem iba a ser asesinado.
“T-Tendré que buscarlo por mi cuenta…”
Por suerte, todavía no necesitaba del Anillo Hereditario.
Todavía podía poner una excusa para extender su tiempo de búsqueda a 3 días. Sí, él decidió hacer eso.
Doem recuperó un poco la calma, pero… “… Doem”.
De repente, la voz de Mordred resonó dentro de la cabeza de Doem.
“¡Hii!”
Está aquí.
Sir Mordred estaba aquí cerca.
“Regocíjate. Ya hice los preparativos para que tomes el doceavo asiento en cuanto termines este trabajo”.
“M-Muchas gracias…”
“Espero mucho de ti… no me decepciones”.
“P-Por supuesto que no señor…”
Luego Doem, sin poder pensar en nada más, se preparó para la ceremonia de boda.
***
Rose estaba subiendo por las largas escaleras exteriores que conectaban con el castillo real. El vestido de novia blanco que llevaba la hacía lucir hermosa, y nadie podía dejar de verla.
Abajo, el pueblo la estaba viendo, y aunque la mayoría le gritaban abucheos o maldiciones, a ella no le importó.
En el último escalón estaba esperando el duque Doem, su prometido. Aunque se veía algo intranquilo, y probablemente era porque Rose se veía confiada de sí misma.
Una vez terminara de subir las escaleras, ella tendría que hacer el juramento de matrimonio. Y aun así, su rostro era deslumbrante.
La nieve dejó de caer la noche anterior y ahora lo único que caía del cielo azul era la cálida luz del sol.
Ella ya no tenía dudas.
No tenía arrepentimientos, tampoco miedo. Pues ella ya sabía lo que debía hacer. Al llegar la última escalera, Rose se paró al lado de Doem.
Rose simplemente esperó mientras se preguntaba por qué Doem se veía pálido.
Las hermosas campanas resonaron y el sacerdote comenzó a leer las escrituras sagradas. Luego, esperó el juramento.
“… ¿Juran amarse siempre, tanto en la salud como en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?”
“Lo juro”.
El primer en jurarlo fue Doem. Luego, la atención recayó en Rose.
Un fresco viento recorrió la sala, meciendo su hermoso cabello color miel. Ella al recibir ese viento sonrió, y…
“… No lo juro”. Dijo ella.
De inmediato los invitados se conmocionaron.
“¡¿Q-Qué estás diciendo?!” Gritó Doem con sus ojos bien abiertos por la sorpresa.
Rose se dio la vuelta y vio a todas las personas frente a ella. Sus ojos color miel brillaban con valor, como si hubiera encontrado aquello que era realmente importante para ella.
“Fui yo quien mató al rey—”
Su voz resonó a través del cielo invernal.
De repente, los abucheos desaparecieron y el espacio se tornó en silencio.
“No diré ninguna excusa. Aceptaré mi error, mi culpa, mi pecado, y todo lo que tenga que aceptar… pero antes, quiero ponerle un fin a esto”.
Rose puso su mano sobre su vestido blanco.
“… Duque Doem, te declaro culpable”.
Rápidamente la confusión se extendió por todo el lugar.
“¿Qué estás diciendo? ¿Culpable de qué?”
“Has cometido un grave pecado. No solo manipulaste al rey y mancillaste el honor de la reina, sino que también planeabas derrocar a la familia real… eres el mayor traidor de este reino”.
“¡Deja de decir estupideces! ¡¿Qué pruebas tienes de eso?!”
“No tengo pruebas”. Dijo Rose de forma sincera. Ella no planeaba ocultarlo ni tampoco sentirse avergonzada por ello.
“Deja de pasarte de lista, maldita mocosa. ¿Te olvidas que tengo rehenes? Discúlpate por lo que dijiste frente a estas personas y completa el matrimonio, o lo pagarás caro”. Doem la amenazó en voz baja.
Pero Rose sonrió, una sonrisa tan hermosa de la que cualquier persona quedaría prendido.
“No lo haré. Decidí seguir el verdadero amor sin importar cuál sea el costo”. Dijo Rose,
metiendo su mano en el bolsillo del vestido y sacando un anillo.
Era el anillo de bodas que le había dado el hombre más importante para ella. Rose se sonrojó un poco.
“¡¿Q-Qué?! ¡¿P-Por qué tienes eso—?!”
Ella puso el anillo en su dedo anular izquierdo. De repente, el anillo liberó una deslumbrante luz.
La luz llenó el espacio entero de un color blanco y borró el ruido y la confusión de las personas.
“¡¿Qué?!”
Cuando la luz se calmó, apareció la figura del ya difunto rey de Oriana.
“¿Pa…dre…?”
“¿Qué… diablos…?”
Todos miraron hacia el cielo con asombro.
“Si todos están escuchando esta confesión ahora mismo, significa que ya estoy muerto”. El rey habló como cuando todavía estaba vivo.
Pero si figura estaba un poco difuminada y estaba flotando en el aire.
“Mi mente está deteriorándose con cada día que pasa. Estoy seguro de que tal vez, en unos días más quedaré vacío, y pierda toda la cordura que me queda. Pero antes de que suceda eso, quiero dejar esta verdad para ustedes”.
Este era el testamento del rey de Oriana.
“Lo que está afectando a mi salud mental es una droga. Alguien está usando una droga en mí. Tal vez en el agua, o en la comida, posiblemente de alguna otra forma. No sirve de nada pedirle a mi esposa que cambie mi comida. Aunque no sé el cómo, sé el quién. El responsable de esto es el duque Doem”.
La atención se fijó en Doem.
“M-Mentiras…”
“El reino de Oriana actualmente está siendo controlado poco a poco por la organización que está detrás de él. No puedo decir el nombre de esta organización, pero estoy seguro de que muchos debieron pensar en que algo no andaba bien. Pregúntense, cómo fue que un hijo adoptivo del duque Ketsuhat llegó a ser el centro del reino de Oriana en tan poco tiempo…”
Poco a poco, el rey comenzó a exponer las cosas que Doem escondía. Conspiraciones, extorsión, pruebas falsas, manipulación y traición… Luego de decir todo eso, el rey sonrió de manera satisfecha.
“… Pelearé por el bien de Oriana hasta el final. Pero, incluso si caigo, no deben preocuparse de nada. El futuro de Oriana estará en manos de la hija que tanto amo y confío, Rose. No importa lo que suceda, confíen en ella, estoy seguro de que ella podrá guiar a Oriana”.
Luego el rey miró hacia Rose.
Pero se supone que esto era una proyección, él ya no estaba en este mundo.
Sin embargo, los ojos del rey la estaban mirando, no había duda alguna de eso. Ella sentía como si algo, el alma de su padre, estuviera dentro del anillo.
Luego, el rey la llamó por su nombre.
“Mi querida Rose… el futuro de Oriana está en tus manos”. En ese instante, Rose recordó todo.
Aquellas palabras eran las mismas que su padre le había dicho cuando enterró su espada en su pecho.
Su padre la amó hasta el final.
“¡Padre…!”
Un gran calor emergió de su cuerpo.
Las lágrimas comenzaron a desbordarse de sus ojos mientras la figura del rey en el cielo comenzó a desvanecerse.
“¡Es una vil mentira…! ¡¿Quién diablos puede creer en esa estupidez?!” Doem gritó con enojo.
“Yo, la princesa del reino de Oriana… te declaró culpable”. Dijo ella mirando con fuerza a Doem con sus ojos color miel.
“¡Cierra la boca! ¡Guardias, q¿ué están esperando?! ¡Capturen a esta mujer!” Dijo él, pero nadie escuchó su orden.
Todas las personas lo miraban con desilusión y desprecio.
“¡¿Q-Qué creen que estás haciendo?! ¡¿Por qué no se mueven?!” Doem miró a su alrededor, extendiendo sus brazos mientras gritaba.
“¡¿Me van a abandonar?! ¡¿Van a desecharme, así como así?! ¡¿Cuánto creen que he hecho por la organización?!” Dijo él, reclamándole a alguien que nadie más veía.
“Terminemos con esto”.
Rose movió sus manos y de repente, una parte del vestido blanco se transformó en un traje de slime blanco y rápidamente creó una espada.
Rose apuntó a él con esa espada.
“Duque Doem… prepárate”.
“¡¡No me subestimes!! ¡¿Quién crees que soy yo?!”
Doem se dejó llevar por la ira y también sacó una espada. Las dos espadas chocaron liberando un fuerte ruido de metal. “¡¿Que…?!”
Doem frunció el ceño, pues no podía empujarla con su espada.
“¡¿Estamos iguales…?! ¡¿De dónde sacaste esta fuerza?!”
“Te equivocas… no estamos iguales”.
Primer ataque, la espada blanca detuvo la espada de Doem.
“¡Kuh…!”
Segundo ataque, una rastro blanco seguido de un gran impacto hicieron retroceder la espada de Doem.
“¡Es rápida…!”
Y al tercer ataque…
Un rastro de luz blanco atravesó el pecho de Doem.
“¡N-No puede ser…!”
Doem se quedó parado, viendo la espada que estaba atravesando su cuerpo.
“Tu estilo tiene demasiadas pausas, de esa forma, nunca podrás cortar a nadie”. Rose sacó su espada y él se derrumbó sin fuerzas en el suelo.
“Yo soy… el hombre… que será parte de la… mesa… redonda… no puedo… morir aquí…” Luego, la espada blanca fue puesta contra el cuello de Doem.
“No ganarás nada… con matarme… ese hombre va… a…”
“¿Ese hombre…?”
Unos ojos de furia miraron a Rose.
“¡Kuku… él… Mordre…guuuugh!”
En ese momento, Doem abrió los ojos lo más que pudo. Al instante, escupió una gran cantidad de sangre.
“Eh… ¿Por qué?” Rose retrocedió.
La cabeza de Doem había sido cortada.
Luego esa cabeza rodó por una, dos, tres escalones.
“¡N-Noooooooooooo!! ¡Rose, ¿qué hiciste?! ¡¿Por qué le hiciste esto?!” La reina corrió desde los asientos y recogió la cabeza.
“No, no fui yo…” Rose negó.
Alguien más, que no era ella, había matado a Doem.
El cuello de Doem fue cortado sin que nadie se hubiera dado cuenta.
“Qué fue—”
Ella miró a su alrededor.
Allí, en la misma sala de ceremonias, estaba un hombre parado, uno con una atmosfera extraña.
Aquel hombre tenía el cabello tan rojo como el fuego. Él poco a poco comenzó a subir los escalones.
Aunque estaba en un lugar donde debería llamar la atención de todos, nadie le estaba prestando atención aquí.
“Pensé que sería un poco más útil…”
Cuando él hablo, las personas recién comenzaron a notar su presencia.
“¡D-Detente ahí!”
Los guardias rápidamente lo rodearon.
Pero al siguiente instante, todos ellos perdieron su cabeza. Las cabezas rodaron por el piso, la sangre manchó el salón y los gritos de desesperación recorrían el aire.
“¡Esa persona es peligrosa, aléjense!”
Ni siquiera pudo ver una espada. Por eso Rose reconoció al instante de que este hombre era poderoso.
“¡¿Quién eres?!”
“Mordred, así me llaman”.
“Mordred…”
Rose había escuchado ese nombre antes.
Él era Sir Mordred, “El Super Hombre de la Espada Mágica” y también el noveno asiento de la mesa redonda.
“Sir Mordred, ¿qué lo trae por aquí?”
Rose tomó un poco de distancia por precaución.
“Vine a limpiar el desorden. Bien dicen que un aliado inútil es más molesto que un enemigo”. Dijo él, acercándose al cadáver de Doem donde también estaba la reina.
“… Quítate”.
“¡Madre, huye!” Gritó Rose, pero no llegó a tiempo.
Mordred cortó a la reina y quemó su cadáver junto al de Doem. Era un fuego misterioso, tan rojo como la sangre.
“Madre…”
Rose apuntó a Mordred con su espada blanca. Sin embargo, Mordred solo sonrió con indiferencia, ni siquiera tenía pensado pelear.
“… La llave ya fue heredada”.
“… ¿Llave?”
“… Pero no importa, contigo puedo abrir la puerta cuando yo quiera”.
“Qué estás…”
“Qué estás dicien—”
En ese momento, un poder mágico desagradable comenzó a llenar el lugar. Era tan denso y pesado que casi dejaba sin aliento a las personas del lugar.
“Se pondrá un tanto peligroso… pero lo dejaré suelto”. De repente, todo cayó en oscuridad.
El sol comenzó a ser tapado por las nubes.
Pero no, en realidad la oscuridad había llegado a cubrir todo el cielo.
“Esto es…”
“La Rosa Negra aniquiló a los 100 mil soldados de Begalta en una sola noche… pero al mismo tiempo la ciudad fue destruida”.
La oscuridad comenzó a reunirse en el cielo, formando un remolino que poco a poco fue tomando la forma de una flor.
“… Esta es la verdadera forma de esa leyenda. La Rosa Negra del reino de Oriana”. Y, la oscuridad llegó.
Desde el interior de la Rosa Negra, comenzaron a salir figuras negras, volando por le cielo mientras soltaban un desagradable sonido.
Eran criaturas raras que nunca nadie había visto—
“… Eliminar a todos los testigos, esas son las reglas del culto. Que empiece el banquete de la masacre”.
“¡H-Huyan todos!”
Al grito de Rose, la multitud confundida comenzó a correr desesperadamente. Pero las bestias los persiguieron a una velocidad tremenda.
“¡¡N-Noooooooooo!!”
Rose giró el rostro al escuchar un grito proveniente de una voz conocida. Era su sirvienta, Margaret.
“¡Margaret!”
Margaret estaba en el piso, con una de las bestias a punto de devorarla. Rose usó su espada blanca para alejar a la bestia de Margaret.
La bestia peleaba con sus garras y de su cuerpo salió sangre negra.
“Margaret, ¿estás bien?”
Ella levantó a Margaret que estaba temblando en el piso.
“R-Rose…sama”.
“Me alegro que estés bien. Ahora apresúrate, huye hacia el interior del castillo”.
“¡S-Sí!”
Margaret se levantó.
Luego, antes de huir, ella se detuvo y se giró.
“¡D-Discúlpeme por favor, yo estaba equivocada con usted, Rose-sama!”
“No te preocupes por eso… vamos, vete rápido”.
“¡Sí…!”
Rose la despidió con una gentil sonrisa.
Pero mientras ella hacia eso, las bestias seguían saliendo de la Rosa Negra. Se necesitaban al menos 10 soldados para detener a una sola bestia.
“No lograremos nada a este paso…”
Rose mataba a las bestias que tenía cerca, pero la cantidad era demasiado abrumante.
Las bestias persiguieron a las personas que iban huyendo, y cuando estaban a punto de alcanzarlas… de repente fueron cortadas a la vez.
“Como esperaba… finalmente decidieron mostrarse, jardín de las sombras”.
Mordred miró fijamente hacia la oscuridad, desde donde unas chicas estaban cazando a las bestias sin parar.
Ellas atacaron a las bestias con una formación y cooperación perfecta, cazándolas a todas como si estuvieran siendo absorbidas por un vendaval.
“N°664, N°665…”
Entre ellas también había dos chicas con las que Rose había familiarizado. Ellas vieron a Rose por un segundo y sonrieron.
Luego apareció N°559 e incluso 2 de las 7 sombras… Beta y Epsilon.
“Lo hiciste bien hasta aquí”.
Beta se giró y le dijo eso a Rose.
“Beta…sama”.
Beta sonrió y luego caminó hacia adelante, luego Epsilon se puso a su lado.
“Supongo que esta es la primera vez que nos vemos, Sir Mordred”.
El noveno asiento de la mesa redonda y dos de las siete sombras estaban enfrentándose.
“Así que las 7 sombras…”
“Disculparás mi atrevimiento, pero quisiera preguntarte un par de cosas antes de matarte”. Mordred río.
“¿Qué están diciendo? Debiluchas. Ni siquiera vale la pena perder el tiempo con ustedes”. Dijo él, luego sacó algo de su pecho y lo arrojó hacia la Rosa Negra.
“¿Qué hiciste…?”
“Un llamado—”
“¿Un llamado?”
De repente, un gran poder mágico comenzó a concentrarse en la Rosa Negra.
El poder mágico, tan grande que se desbordaba, se manifestaba en forma de rayos. De repente, del cielo oscuro salió un enorme brazo.
“… Un llamado al Gran Rey del Cuarto Infierno, Ragnarok”.
Un fuego tan rojo como la sangre envolvió su brazo, liberando todo su cuerpo poco a poco.
El gigante de acero que salió de la rosa negra, extendió sus grandes brazos, liberando unas enormes garras.
Todo su cuerpo estaba en llamas, mientras que en su espalda tenía unas enormes alas negras azabache que usaba para volar.
“E-Es como si fuera un demonio…” Dijo Rose, temblando en el suelo, siendo aplastada por una gran presión inevitable.
“Beta-sama, eso es…”
“Sí… no hay duda de eso”.
Ragnarok desde el cielo descendió rápidamente hacia Beta y Epsilon.
“Masácralas—Ragnarok”.
Sin embargo, al siguiente instante, un delgado rayo de luz púrpura atravesó la oscuridad.
“¡¿Qué?!”
Las secuelas de ese poder mágico tiñeron de púrpura la ciudad. Mientras tanto, luego de un gran grito de dolor, la sangre ardiente salió chispeando de una de las alas de Ragnarok.
El ala cortada de Ragnarok bailó por el aire y la bestia comenzó a caer del cielo.
Al mismo tiempo, un hombre vistiendo un abrigo largo tan negro como la noche, descendió de la oscuridad.
Él limpió la sangre ardiente que había quedado en su espada negra. “… ¿Un murciélago de fuego? Eso sí que es raro”.
“¡Shadow-sama!”
“Así que tú eres Shadow… aunque estuviera desprevenido, no es normal que alguien pueda cortar a Ragnarok”.
La voz de Mordred estaba mezclada con una ligera sorpresa.
Shadow en cambio, solo vio por un segundo a Mordred y luego le dio la espalda para comenzar a caminar.
Cott, cott.
Las botas resonaron y el abrigo se mecía con el viento.
“Pero no creas que puedes derrotar a Ragnarok cortándole un ala. Es más, solo lo harás enfadar—”
“… ¿Por qué sigues hablando? Debilucho”.
Shadow interrumpió las palabras que Mordred estaba diciendo.
“¡…!”
Mordred distorsionó su rostro con enojo.
Shadow mientras tanto, seguía viendo a otro lado, hacia lo lejos.
Allí estaba Ragnarok que había perdido un ala. El monstruo había caído en las afueras de la capital.
Shadow concentró su poder mágico púrpura y lo puso alrededor de sus piernas. Luego, él saltó hacia la oscuridad.
Con un gran impulso, él atravesó el cielo oscuro, pasando alrededor de las llamas y llegando hasta las afueras de la ciudad mientras el rastro de su poder mágico púrpura quedaba impregnado en el cielo.
“Ese exceso de confianza será su perdición, qué hombre tan ignorante… muy pronto Ragnarok lo masacrará”.
“Pronto te darás cuenta quién es el ignorante”. Dijo Beta.
“Reconozcan su posición. No hay forma que una sola persona pueda derrotar a Ragnarok”.
“Me das lastima. El no saber nada de Shadow-sama será tu perdición”.
“Dije que reconocieran su posición, mocosas”.
Rose tragó saliva y vio como el poder mágico de Mordred iba haciéndose más denso.
Mordred era una persona poderosa y anormal, pero las 7 sombras tampoco eran normales.
“Juguemos un poco con él. Le demostraremos quienes somos”.
Luego, los 3 sacaron sus espadas.
Así la batalla entre dos de las siete sombras y Mordred, inició.
Paso a paso, no medio paso a medio paso, Beta y Epsilon comenzaron a acortar la distancia. Luego, ambas se detuvieron al mismo tiempo.
Beta y Epsilon quedaron en una posición como de triangulo alrededor de Mordred, y no se acercaron más, como si algo las estuviese deteniendo.
El viento de la noche acarició sus cabellos, mientras que Mordred tenía una sonrisa en su cara.
Luego… “¡…!”
Beta y Epsilon saltaron al mismo tiempo hacia atrás.
Algo invisible cortó el aire, y luego, una pequeña herida apareció en la mejilla de Epsilon. Rose vio sorprendida como un poco de sangre salía de esa herida.
Ella, la “Precisa” había sido herida.
Eso demostraba lo anormal que era el poder de Mordred.
“Ya veo… así que esa es la famosa Espada Mágica”. Dijo Beta mirando a Mordred.
“Exacto. Aunque me sorprende que la hayan esquivado. Si hubieran dado un paso más les habría arrancado la cabeza, debería elogiarlas”.
“No es necesario. Además, todo el trabajo lo hace el truco de esa espada”.
“¿Truco…?”
La voz de Mordred bajó de tono.
“No pensé que fuéramos a encontrarnos con la legendaria espada mágica justo aquí. La espada mágica Invisible, una espada que nadie puede ver y a la vez un artefacto de la antigua civilización de los elfos”.
Mordred miró fijamente a Beta sin decir una sola palabra. Esa era la respuesta.
“No es necesario que respondas, de todas formas, puedo percibir el olor a elfo de esa espada. Los gritos de nuestro pueblo al ser destrozado, y los lamentos del herrero del momento en que creó esa espada…”
“… Tonterías”.
“Eso es un objeto que debe regresar a las manos de los elfos. No sé cómo o por qué lo tienes, pero… nos lo devolverás”.
“Ja… Inténtenlo”.
“Por supuesto—”
Beta sonrió y luego Epsilon continuó.
“… Tú no eres el único que usa una espada invisible”.
“¿Qué?”
Mordred dijo con duda, y en un instante… algo invisible recorrió la oscuridad, cortando parte de su cabello.
Un mechón voló por el aire.
“¡¿Q-Qué?! ¡¿Un ataque con poder mágico?!” Dijo Mordred con sorpresa. Usar el poder mágico puro para atacar no era nada fácil.
El poder mágico perdía control y precisión a la hora de salir del cuerpo. Por eso, para controlarlo era necesario un gran poder mágico y un gran nivel de control sobre él. Sin mencionar el enorme esfuerzo que se necesitaba para usarlo en medio de un combate.
Además, a esa edad, y con esa velocidad e impacto.
Era imposible pensar que alguien podría controlarlo de manera tan precisa.
Después de todo, si fuera tan sencillo de hacer, todos los espadachines mágicos tirarían sus espadas y lucharían con su poder mágico.
“Es ridículo…”
“Solo fue una pequeña advertencia. Puedo cortarte la cabeza cuando yo quiera, así que elige. ¿Vas a hablar por las buenas, o prefieres por las malas luego de llenarte de heridas?” Dijo Epsilon inflando su pecho con orgullo, y haciendo resonar sus tacones.
“¡¿Piensan que me van a ganar solo por eso?!” Mordred apretó sus dientes con furia.
“Espero que no estés olvidando que yo también estoy aquí… Por suerte, dudo que digas que 2 contra 1 es una injusticia”.
Beta y Epsilon se pararon una al lado de la otra, con un ánimo de competencia entre ellas.
“Como esperaría de un murciélago en un mundo diferente, la escala es muy diferente”. Murmuré mientras me enfrentaba con el murciélago en llamas.
Por varias razones, había decidido ver el despertar de Rose la gobernante desde la lejanía, pero de repente, la escena cambió a una de pánico por invasión de monstruos.
Pero no hay problema, todavía entiendo la situación.
Esto era básicamente, un evento donde las bestias de la oscuridad tratan de obstaculizar el nacimiento del nuevo gobernante. El viejo pelirrojo de hace rato había invocado a este murciélago gigante para obstaculizar el nacimiento de un nuevo rey.
No importa el mundo o la era, siempre existía la lucha por el poder.
“Oye te ves genial, es como si fueras una especie de rey demonio o algo”. Le dije al murciélago que estaba enojado por haberle cortado un ala.
Su respuesta fue un gruñido.
Parece ser que no será suficiente con cortarle las alas, ya se estaba regenerando rápidamente y su cantidad de poder mágico era increíble.
Si seguimos chocando así, la pelea terminaría en una simple comparación de fuerza. Aunque bueno, dudo que nos choquemos realmente.
“Bien, empecemos”.
Al ser una eminencia en las sombras, debía derrotar a esta cosa de la forma más elegante posible y luego marcharme diciendo alguna frase profunda.
Así que, lo primero que hice fue saltar ligeramente hacia atrás.
Luego, unas filosas garras cortaron el espacio en el que estaba parado hace unos segundos. Salté hacia los lados.
El enorme brazo que cayó al suelo formó un enorme cráter.
Con esta fuerza, podría destruir fácilmente 10 casas al mismo tiempo, sin mencionar que cada golpe que liberaba una gran cantidad de fuego.
Era un desastre natural en toda regla.
Me preguntaba cuánto poder mágico necesitaría un humano para lograr hacer esto.
Lo bueno de una bestia como esta, era que podía hacerlo y aun así no se quedaba sin reserva de poder mágico.
Aunque al final, una bestia es una bestia.
Suspiré mientras esquivaba fácilmente todos los ataques del murciélago. No era necesario pelear frente a frente contra una bestia.
Fui esquivando sus ataques al mismo tiempo que recopilaba información sobre el murciélago. Quería saber qué podía y qué no podía hacer este monstruo.
Qué estaba haciendo y que no estaba haciendo.
Qué movimiento tomaría en una situación específica o qué reacción mostraría ante mis movimientos.
Al final, la manera de pensar de la bestia era simple. Eran criaturas que repetían la misma situación para poder moverse de la misma forma.
Pero, a la vez era una criatura que se ponía en alerta cuando era dañada.
Por supuesto había criaturas irregulares en este sentido, aunque de esto solo lo digo al azar y no es algo que haya salido de un pensamiento o razonamiento profundo sobre el tema.
Así que, decidí esquivar los ataques mientras me concentraba en esa respuesta al azar. Era una pérdida de tiempo tratar de cortar a una bestia con esta cantidad de perder mágico.
Tampoco era necesario arriesgarme demasiado si normalmente su patrón era atacar y huir.
Poco a poco la tierra comenzó a llenarse de agujeros. Parece que hice bien en arrojarlo en las afueras de la ciudad. Bueno.
Ya me aprendí el patrón de movimiento del murciélago de fuego así que ya va siendo momento de actuar.
De repente, la cola del murciélago pasó justo frente a mí y las llamas obstruyeron mi vista. “Ah, este tipo es un irregular”.
En el momento en que me di cuenta, salté hacia atrás.
De inmediato sentí una gran onda de poder mágico acercándose hacia mí y un gran impactó tocó mi cuerpo.
Un tremendo poder mágico y velocidad, qué irrazonable.
Concentré mi poder mágico en la defensa, y luego giré mi cuerpo para tratar de detener el ataque.
Este era un movimiento que había practicado docenas de miles de veces, así que era imposible que lo fallara.
Luego, salté hacia el cielo, volando más alto que un Home Run.
Luego aterricé de forma elegante, como toda una eminencia en las sombras y verifiqué qué tanto daño había recibido.
Los huesos y órganos internos estaban intactos.
“Pero… me quemó el flequillo”.
Corté la parte quemada y luego lo arreglé para dejarlo como si nada hubiera pasado.
“Nunca imaginé que alguien pudiera provocarme estas heridas”.
Creo que no había nadie que pudiera escucharme, pero por si acaso, miré hacia el cielo y murmuré para verme genial.
Luego, el enorme murciélago voló con sus alas regeneradas y respiró profundo. Ah, ¿se viene un aliento de fuego?
Quisiera recibirlo para ver qué tan poderoso es, pero detrás de mí está la capital, así que pasaré por esta vez.
Igual los preparativos ya están listos.
Luego de investigar detenidamente cada una de sus reacciones, llegué a una conclusión… esta bestia ignora por completo el poder mágico en pequeñas cantidades.
Entonces, ya sabía lo que tenía que hacer.
“El cielo ahora está bajo mi dominio. Grábalo bien en tu carne – Bestia Alada Oscura”.
Moví un poco los hilos que había dispersado en medio de la oscuridad del cielo, e inmediatamente, puse un poco de poder mágico en ellos.
De inmediato, se pudo escuchar el gran grito del murciélago resonando por el cielo. Los incontables hilos envolvieron su cuerpo y lo cortaron sin piedad.
Luego de liberar una gran cantidad de sangre, el murciélago descendió hacia el suelo, cayendo y provocando un pequeño temblor.
Aun así, su poder mágico seguía siendo enorme.
No podía atravesarlo completamente por más poder mágico que pudiera poner en los hilos.
El murciélago comenzó a levantarse del polvo, con una gran mirada de ira. Sus heridas ya habían comenzado a sanar también.
Sin embargo… este era un tipo de bestia que se ponía en alerta cuando recibía daño.
Por eso, volví a mover una pequeña cantidad de poder mágico. Al hacerlo, el murciélago se puso alerta y listo para esquivar mi ataque.
Él ya no podía ignorar ni el más pequeño rastro de poder mágico que saliera de mí, pero a su vez, tampoco comprendía cómo había terminado así.
Por eso, ahora era muy fácil de controlar. Ya se acabó.
De seguro todavía puede pelear, pero su razonamiento no es suficiente para entender esta situación, por lo que esta batalla ya terminó.
“… Te concedo el título de ‘Aquel más ignorante que Delta’”.
Ahora solo tenía que darle un golpe final, así que comencé en pensar en qué tipo de ataque me haría ver más como una eminencia en las sombras.
“Ah, ya sé. Primero te cortaré los brazos, y luego—”
***
“No pensé que fueran tan fuertes…”
Rose miró con sorpresa a Mordred, quien tenía su rostro distorsionado con humillación.
Ella sabía bien que las 7 sombras no tenían un poder común y corriente, pero jamás esperó que la diferencia de poder entre ellas y Mordred fuera tan abismal.
“¡Malditas mocosas…!”
Mordred estaba en el suelo de rodillas y escupiendo sangre, mientras que Beta lo miraba de forma indiferente.
“¿Acaso estás pensando que perdiste porque somos dos contra ti?”
“¡Kuh…!”
Él la miró con odio mientras la sangre se desbordaba de los bordes de su boca.
“… Aun si pelearas contra una sola de nosotras, el resultado sería el mismo. Eres una persona lamentable si no puedes entender eso, o tal vez un tonto al entenderlo, pero ignorarlo. Dime, ¿cuál eres?”
“¡Cállate… entonces, ¿por qué no peleó una sola de ustedes desde el principio?!”
“Tenemos la ventaja numérica, ¿por qué debería desperdiciarla en una estúpida moralidad como esa?”
Además, ella no tenía demasiado interés en pelear, eso fue lo que pensó Rose al ver la manera de pelear de Beta. Sus ganas de pelear eran escasas.
Ella simplemente lo hacía de manera precisa, sin ninguna técnica especial ni tampoco estilo. Como si simplemente estuviera poniendo en práctica lo que le habían enseñado.
En el jardín de las sombras se enseñaba sistemáticamente el estilo de pelea que Shadow había ideado, y la persona que más fiel era a ese estilo era Beta “la Meticulosa”.
Ella en realidad, no tiene mucho interés en las peleas.
Por eso ella estaba satisfecha con lo que podía hacer, y no buscaba nada más, ni intentaba mejorar más en esa área. Probablemente, a ella se le daría bien la parte literaria—
“Aun no se acaba… Ragnarok todavía sigue vivo”.
“Es verdad”.
Y luego, sonó una risa.
Epsilon se había reído.
“Si eso es lo que quieres está bien, esperemos hasta que Shadow-sama terminé su pelea”.
“… ¿Qué quieren decir?”
“Tenemos dos razones para aceptar tu petición. La primera es que, como es obvio, nosotras estamos completamente seguras de la victoria de Shadow-sama”.
“… Tontas”.
Esta vez fue Mordred el que se rio.
“Y la otra razón ya te la dijimos al principio. Queremos respuestas. Quiero que nos digas qué es la Rosa Negra, qué son esos monstruos… y quién es Diabolos”.
“¿Y piensan que se los diré?”
“Si estás tan seguro de que Ragnarok va a vencer, entonces no veo el problema con que nos lo digas”.
Beta y Mordred se miraron el uno al otro, como si estuvieran viendo a través del otro.
Luego, Beta apuntó su espada negra hacia Mordred, y él…
“Está bien… de todas formas, aunque lo sepan, terminaran en medio de las llamas de Ragnarok”.
Luego de un pequeño silencio, Mordred empezó a hablar.
“¿Sabes que además de este mundo en el que vivimos, existen infinidades de mundos allá afuera?”
“No creo que te refieras al espacio”.
“Hablo de otras dimensiones. Nosotros los llamamos Infiernos”.
“Infiernos…”
“En las afueras de este mundo, existen infinidades de mundos diferentes. Un mundo donde el hielo reina por todas partes, otro impregnado de un veneno incapaz de permitir la vida en él, el mundo donde el fuego arde día y noche, el mundo del vacío, donde no hay color ni sonido. Y también… el mundo donde habitan poderosos monstruos”.
“Entonces, ¿esos mundos donde viven los monstruos son a los que se refieren como Infiernos?”
“No, todos los mundos allá fuera los conocemos como Infiernos”. Beta asintió y siguió escuchando.
“Todos los infiernos giran alrededor de un punto como su centro, y nuestro mundo también está en ese punto, aunque en una posición más alta”.
“¿Y qué hay en el centro?” Preguntó Epsilon.
“Ni idea. ¿Un dios, tal vez?” Respondió Mordred luego de mirar a Epsilon.
“En otras palabras, no se le puede observar”.
“… Así es. Pero el problema no es lo que está en el centro, sino la infinidad de Infiernos que giran alrededor de ese centro. Siguen girando y girando durante años”.
Mordred hizo dos círculos con sus dedos, haciéndolos girar mientras se acercaban más y más…
“Y luego, boom”. Dijo él, colisionando ambos círculos.
“Hay veces que esos innumerables mundos chocan. Cuando lo hacen, el impacto provoca una grieta en el mundo, por la cual dos mundos diferentes pueden conectarse. Como resultado, dos mundos diferentes intervienen uno con el otro”.
“Los mundos se conectan, e intervienen…” Beta murmuró.
“Pondré un ejemplo. Cuando revisamos los registros de la tierra de hace 10 millones de años, nos dimos cuenta que en ese tiempo, no existía el poder mágico. No había, no existía en ningún lado de este mundo. Entonces, ¿de dónde vino el poder mágico?”
“… Del Infierno”.
“Probablemente. El poder mágico no apareció en este mundo de la noche a la mañana, así como así. El poder mágico vino de un mundo exterior, del Infierno, el mundo de los demonios cuando se conectó con este mundo, arrojando una gran cantidad de poder mágico sobre él. Como resultado, la ecología en este mundo mutó drásticamente”.
“Entonces eso fue lo que llevo a la extinción de los dragones”. Mordred asintió levantando una ceja.
“Exacto. Antes el mundo era dominado por los dragones. Los que existen hoy en día solo son la sombra de aquellos que son llamados los dragones antiguos. Pero esos dragones de un momento para otro, se extinguieron. Sí, justo hace 10 millones de años… ellos no pudieron adaptarse al poder mágico que fue arrojado al mundo desde el mundo de los demonios. Y aquellos que sí pudieron adaptarse, prosperaron en lugar de los dragones. Esos somos nosotros, los humanos”.
Las dos chicas de las 7 sombras asintieron mientras escuchaban las palabras de Mordred.
Probablemente, ellas ya sabían la mayoría de las cosas que él había dicho. Por eso, ellas dijeron “queremos respuestas”.
Pero para Rose que no sabía ni un poco de lo que estaban hablando, estaba haciendo todo lo posible para no perderse en la conversación.
“Aunque eso no fue lo único que llegó del mundo de los demonios”.
“Te refieres a los monstruos, supongo”.
Mordred asintió.
“Hay dos hipótesis acerca del origen de los monstruos. Una de ellas es muy conocida dentro del campo científico de este mundo. Se trata de que son los animales de este mundo mutados por el poder mágico. Pero esta hipótesis tiene muchas incongruencias. La principal es que los monstruos y los animales son biológicamente diferentes. Además, ¿es posible que un animal muté hasta convertirse en un monstruo solo por el poder mágico?”
“No parece probable”.
“Los monstruos viven bajo un razonamiento diferente al nuestro, y a la vez, con leyes diferentes a la de los animales. Además, nos planteamos la duda de que tal vez ellos no sean los únicos que vinieron de otro mundo. Puede que nosotros los humanos, también hayamos llegado a este lugar de esa forma”.
“¿Eh…? ¿Las personas también?”
Beta por primera vez hizo una cara de sorpresa, por lo que Mordred sonrió.
“Los seres humanos todavía escondemos muchos misterios. Después de todo, en este mundo, somos los únicos que hemos prosperado en base a una gran inteligencia. Solo los humanos somos diferentes al resto de seres vivos en este mundo. Por eso, ¿realmente somos personas de este mundo?” Preguntó Mordred, pero nadie supo cómo responder a eso.
“El mundo de los demonios envía muchas cosas a nuestro mundo. Pero de la misma forma, nuestro mundo también envía cosas al mundo de los demonios”.
“… Los desaparecidos”.
“Exacto. Hace mucho, un reino enteró desapareció de la noche a la mañana. Me pregunto…
¿a dónde habrá ido ese país llamado Atlantis?”
“… El mundo de los demonios”.
“Esa sería la respuesta más cercana. ¿Ahora lo entiendes? Nuestro mundo y el mundo de los demonios están en constante contacto e interferencia. El culto está observando todo eso de cerca”.
“Entonces, ¿el demonio Diabolos también llegó desde el mundo de los demonios?”
“No exactamente. El demonio Diabolos es alguien que nació y existió en este mundo. Aunque su original no”.
“¿Su original…?”
“El ser que fue la fuente del demonio Diabolos”.
“Ya veo… nuestras especulaciones eran ciertas”. Beta y Epsilon cruzaron miradas y asintieron.
“Kuku… el demonio Diabolos original vino del mundo de los demonios. Nosotros observamos ese mundo y lo llamamos El Primer Infierno”.
“El Primer Infierno…”
“Y más abajo está el Cuarto Infierno donde Ragnarok es el rey. ¿Ahora lo entienden? Él nunca será derrotado por un humano”. Dijo Mordred en medio de una risa.
“Bien, sigamos con las respuestas… ahora quieren saber lo que es la Rosa Negra, ¿no?”
Luego de que las dos chicas de las 7 sombras cruzaran las miradas y asintieran, Beta dijo.
“La Rosa Negra es la puerta que une este mundo con el mundo de los demonios”.
“… Exacto”. Dijo Mordred con una sonrisa.
“La Rosa Negra acabó con los 100 mil soldados de Begalta, aunque eso no fue más que una coincidencia. Por casualidad, aquella noche ambos mundos se conectaron y los monstruos vinieron desde el mundo de los demonios. Supongo que Begalta tuvo mala suerte. Aun así, el reino de Oriana tampoco salió bien parado. A pesar de haber acabado con la amenaza de los soldados, los monstruos atacaron la ciudad y comenzaron a devorar a las personas del reino. Si nadie hubiera cerrado la puerta pronto, era seguro que el reino de Oriana hubiera sido exterminado esa misma noche”.
“Entonces el culto de Diabolos aprovechó para apoderarse del reino de Oriana”.
“Veo que saben de eso también. Aunque no me gusta la forma en que lo dicen. Fuimos nosotros los que les hicimos el favor de cerrar la puerta. En pocas palabras, nosotros, el culto, salvamos a este reino. Gracias a que controlamos a la Rosa Negra este reino logró sobrevivir, así que cobrar lo que nos es merecido no tiene nada de malo”.
“¿Cobrarles…?”
Rose se metió en la conversación, ella no pudo evitar no hacerlo.
“Sí. Nuestra petición fue sangre… la sangre de la familia real”.
“La familia real del reino de Oriana tiene mucha sangre heredada de uno de los héroes que derrotó al demonio Diabolos… ellos quieren esa sangre, para experimentos, claro”. Dijo Beta.
“¿Sangre…? No me digas que…”
“Sí, me refiero a ti, Rose Oriana. Dentro de la familia real, tú eres la que ha nacido con un mayor poder mágico. Se suponía que te entregarían a nosotros cuando aun eras un bebé, pero el tonto rey se negó”.
“Eso no fue lo único que pidió el culto. Ellos ordenaron al reino cobrar grandes impuestos para ellos, e incluso monopolizar el arte solo para el entretenimiento del culto. Sin mencionar que, con el desprecio hacia los caballeros mágicos, nadie podría ser capaz de armar una revolución en contra del culto. Tu padre trató de desligarse de todo eso. Por eso buscó una alianza con el reino de Midgar y trató de arreglar el reino desde su interior, para poder cortar toda conexión con el culto. Pero por eso… fue asesinado”.
“Entonces… entonces él me dio permiso de ir a estudiar a Midgar para…” Dijo Rose confundida, con sus labio temblando.
“Fue para que estuvieras en un lugar seguro. Lo lamento, sabía que tenía que decírtelo en algún momento. Lo habría hecho más rápido si hubiera imaginado que todo acabaría de esta forma…” Dijo Beta bajando la mirada.
“Fue un rey tonto… pero bueno, todavía podíamos aprovechar la situación. Por suerte, la puerta de la Rosa Negra todavía era inestable. Todavía no hemos podido descubrir con qué mundo conectará esta vez. Aunque será más complicado de manejar, el plan es que el reino de Oriana esté bajo el control directo y total del culto. De esa forma, nuestra investigación continuará, y—”
“… No te dejaré”.
Una pequeña voz llegó a los oídos de Mordred.
Era una voz pequeña, pero nada tenue.
“¡Yo heredaré la voluntad de mi padre… yo seré quien restauré el reino de Oriana!”
La chica en vestido blanco, Rose, se puso de pie con la ciudad envuelta en oscuridad a sus espaldas.
En sus ojos yacía una ardiente voluntad.
“Es inútil. Este país será quemado totalmente por Ragnarok—” Dijo Mordred con una sonrisa. Pero en ese mismo instante, una gran llamarada cayó desde el cielo.
“¡¿Qué?!”
Nadie supo reconocer de quién fue ese grito, pero las chicas ahí presentes saltaron y se alejaron de ese lugar al instante.
… Todos se alejaron, a excepción de Mordred que estaba herido.
Su pie derecho fue aplastado por la masa de fuego que descendió del cielo.
“¡Guhh…!”
Él trató de arrastrarse, pero no podía zafarse.
“¡¿Qué diablos es esto?! ¡¿Qué diablos es esto?!” Él pateó la masa de fuego en su pie.
Era un enorme brazo.
Un brazo derecho con forma extraña, desagradable y ardiendo de un color tan rojo como la sangre.
Mordred finalmente logró sacar su pie derecho de allí y luego vio hacia la masa de fuego.
“¿Eso es… Ragnarok?” Dijo Mordred con sorpresa.
No importaba las veces que abriera y cerrara los ojos, aquella masa de fuego era indudablemente el brazo de Ragnarok.
“N-No importa, solo es un maldito brazo. El rey del Cuarto Infierno no perderá por algo como—”
Luego, otra masa de fuego cayó del cielo.
Lo que cayó junto a un violento sonido… fue un brazo izquierdo.
“¡E-Es ridículo… ¿qué está pasando?!”
Mordred retrocedió.
Luego, mientras retrocedía como si estuviera tratando de huir de la realidad frente a sus ojos, llegó hasta donde estaba parada una elfa de cabello plateado.
“Parece que el tonto resultaste ser tú. ¿Ahora lo ves? Todo este tiempo solo estuviste bailando en la palma de la mano de Shadow-sama”. Dijo Beta, mirándolo con pena.
Luego, a una velocidad tremenda movió su mano, escribiendo algo en un cuaderno.
“¿Bailando… en la palma de su mano…?”
“Si piensas en por qué vinimos tan preparadas, por qué reaccionamos a la aparición de la Rose Negra y el por qué ella tiene la ‘llave’, deberías llegar a la respuesta”.
“I-Imposible… ¿estás diciendo que él lo sabía desde el principio?” Dijo Mordred hundido en confusión.
“Así es”.
“Y aun sabiéndolo, él dejo que—”
En ese momento Mordred se detuvo, dándose cuenta de algo.
“¡¿S-Solo nos estaba dejando para después?! ¡¿Acaso desde el principio planeó destruir por completo la Rosa Negra?!” Mordred gritó con asombro.
La respuesta fue la sonrisa de Beta y Epsilon.
“¡Eso no es posible! Incluso si lo sabía no hay forma de que Ragnarok… Ragnarok haya…” En ese instante, otra masa en llamas cayó del cielo.
Primero fueron unas alas.
Descendiendo como si fueran flores marchitas. Luego dos piernas y una cola.
Cayeron de forma miserable, como ramas muertas de un árbol viejo. Finalmente cayó un torso, junto a un hombre vistiendo un abrigo negro.
“¡S-Shadow!”
Su abrigo negro bailaba violentamente con el viento mientras él empuñaba su espada hacia abajo mientras caía, separando la cabeza del torso de Ragnarok y acabando con su vida.
El fuego rojo como la sangre, manchó el abrigo de Shadow, pero él lo limpió. Su figura al hacer esto se veía digna y a la vez resplandeciente.
Los rastros de sangre que quedaron, volaron en el aire y fueron desapareciendo poco a poco.
“¡No puede ser… ¿este es el poder… de Shadow…?!”
“… Se acabó”.
Las bestias que estaban atacando la ciudad también habían sido exterminadas. De hecho, fueron cortadas al mismo tiempo que nacían de la Rosa Negra.
Todas las chicas del jardín de las sombras estaban esperando a la bestias, por eso habían logrado cazarlas en muy poco tiempo.
La que estaba liderándolas era N°559. La mirada de N°559 y la de Rose se cruzaron por un instante, chocando chispas de enemistad entre ellas.
“Incluso los monstruos… entonces el jardín de las sombras tiene el poder suficiente para superar al Cuarto Infierno…” Dijo Mordred confundido, sonriendo, como si el alma se le saliera de la boca.
“¡Kukuku… kahahahaha, kuhihihi!”
Esa risa resonó de forma inquietante por todos lados.
“Qué miserable…”
“Kihihihihi… kuhahaha t-todavía no se ha terminado”.
De repente, Mordred abrió sus ojos con fuerza y comenzó a devorar la carne de Ragnarok.
“¡¿Eh?!”
“Este es mi poder, mi punto máximo—”
Gach, gach, gach.
Mientras más masticaba y más tragaba, su cuerpo iba cambiando. Su piel se tornó oscura y sus ojos cambiaron a un color rojo brillante. Sus músculos también se hincharon hasta donde pudieron.
Luego, su cabello rojizo comenzó a arder en fuego.
“Shadow-sama, ¿qué hacemos…?”
Beta pidió confirmación, y Shadow asintió levemente o quizás inclinó su cabeza, era una expresión difícil de entender.
“¡Como usted ordené!”
Aun así, ella entendió las intenciones de su amo y se mantuvo atrás, mirando a Shadow con una mirada de confianza absoluta.
“¡¡Admiren mi verdadera formaaaaaaa, mi gran podeeeeeeer!!!” Mordred gritó como un animal salvaje y su apariencia era como una fusión con Ragnarok.
“¡¡El poder fluyeeeeeeee!!”
Luego balanceó sus brazos en llamas contra Shadow.
Los escombros salieron volando del piso junto a una gran explosión.
“Kuku, ¿lo ves? Este es mi poder… ¿hmm?”
Pero, cuando Mordred alzó los brazos, ahí no estaba Shadow, solo un gran cráter vació en el suelo.
“¡¡¿A dónde fuiste maldito renacuaaaajaooooooo?!!”
“… Así que otro fracaso”.
Una voz profunda, como si viniera desde el mismo abismo se escuchó detrás de él.
“¡¡¿A quién le dices fracaso?!!”
Mordred se dio la vuelta y ahí estaba Shadow.
Shadow estaba de espalda, viendo hacia el cielo con sus ojos color negro azabache.
“Creo que el murciélago era más fuerte”.
“¡¡No quiero escuchar eso del hombre que está de espalda preparado para huir!!” Al escuchar eso, Shadow soltó una pequeña risa.
“Parece que hasta tu inteligencia bajó al nivel de un animal… pobre hombre”.
“¡¡Maldito fanfarrón!!”
Mordred trató de agarrar a Shadow con ambos brazos. Sin embargo, sus brazos solo agarraran el aire.
“¡¿…?!”
Sintiendo su presencia, Mordred rápidamente se dio la vuelta. Allí estaba nuevamente Shadow, de espaldas mirando al cielo.
“La oscuridad en el cielo anuncia su fin… ¿Lo oyes? Este es el nacimiento de un nuevo gobernante”.
“¡¡Cállateeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!” Rugió Mordred.
Pero de repente, un enorme poder mágico capaz de hacer temblar la atmosfera misma, comenzó a reunirse en el brazo derecho de Shadow.
Poco a poco, su fuerza iba en aumento, hasta que toda la capital comenzó a temblar. El viento aumentó su velocidad como una tormenta.
Los truenos resonaban y los rayos caían en forma de serpientes.
Y allí, en medio de un mundo donde ese poder mágico absorbía todo a su alrededor, las personas vislumbraron una luz púrpura.
Todo ese poder mágico se concentró en la espada azabache como un remolino, y en su hoja, apareció un patrón difícil de descifrar.
“¡¡Yo soy—”
Al compás de esa profunda voz, el poder mágico brilló hasta su punto máximo.
“¡¡¿Q-Qué es todo ese poder?!! ¡¡¿Realmente eres humano?!!!”
“—Atómico!!”
Y así, el mundo fue absorbido por una luz púrpura una vez más.
***
Cuando la luz púrpura se calmó, el mundo cambió por completo.
El cielo había vuelto a su azul claro, con los rayos del sol golpeando el suelo. El aire de invierno era frío, y Rose soltaba un aliento blanco cada vez que respiraba.
Shadow estaba en medio de ese mundo, alzando su espada negra hacia el cielo.
“Tú… acaso tú…”
Rose intentó decir algo, pero se calló.
Por alguna razón, ella conectó la figura de 2 hombres tocando el piano.
Pero no había forma de que eso fuera real, era simplemente imposible. Aunque ella lo sabía, no pudo evitar prestar atención en cada uno de los movimientos de Shadow.
“Shadow-sama, sabía que podía destruir la Rosa Negra…”
Beta y Epsilon miraron hacia el cielo, donde la Rosa Negra estaba desintegrándose. Él había hecho trizas incluso a la Rosa Negra de un solo golpe.
Poco a poco, fue desintegrándose, pero en el centro, había algo siendo absorbido. Era algo de piel oscura y cabello rojo… la cabeza de Mordred.
En ese instante…
“Dejaré que mi cuerpo se sumerja en la oscuridad, y viajaré al mundo de las sombras…” Diciendo eso, una sombra saltó hacia la Rosa Negra.
“… ¿Eh?”
“… ¿Ah?”
“…. ¿Shadow-sama?”
Shadow fue absorbido por la Rosa Negra, y las dos chicas se lo quedaron mirando con la boca abierta, y luego…
“¡¡Y-Yo también voy!!”
De inmediato, Beta saltó hacia allí con lágrimas en sus ojos.
Luego, la Rosa Negra se desintegró por completo, desapareció completamente de este mundo.
Por unos instantes el silencio dominó el área.
“… D-De seguro Shadow-sama tiene algo muy grande en mente. Sí, después de todo, la hermosa mirada de Shadow-sama posee un conocimiento divino, y su espada puede cortar incluso los cielos…”
Epsilon comenzó a murmurar palabras como si se tratara de alguna especie de hechizo misterioso.
“¡Aah, el anillo…!”
Por alguna razón, el anillo de bodas de Rose también se hizo añicos.
Al pensar que eso podría ser una representación de su destino junto a la persona que amaba, Rose se puso pálida.
Pero así, de esta forma, la batalla en el reino de Oriana llegó a su fin.