Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute! - Volumen 5: 3. El caso se resolvió. ¡Ahora hablemos de una anécdota pasada!
- Casa
- Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute!
- Volumen 5: 3. El caso se resolvió. ¡Ahora hablemos de una anécdota pasada!
Válgame dios, ayer sí que pasó de todo.
El responsable de las desapariciones de los estudiantes resultó ser nada más y nada menos que el director de la biblioteca.
Ayer de pura casualidad vi cómo trató de secuestrar a Alexia y a mi hermana, atándolas en medio de un espacio lleno de una extraña niebla blanca. Qué desagradable.
Jamás se me ocurrió que ese viejito pudiera ser semejante pervertido—
Pero a pesar de ser un pervertido, al parecer tenía sus propios conflictos y circunstancias, lo cual no lo dejaba parar de cometer tales actos criminales.
Es decir, las personas viven su vida por diferentes motivos y objetivos, pero cuando esos objetivos son un mal para la sociedad, las personas deben tomar una decisión.
Corregirse a sí mismos, o seguir y morir por la causa.
Yo soy lo segundo, y el viejo de ayer también lo era.
No me agrada mucho comparar a un pervertido que secuestra estudiantes con una eminencia en las sombras, pero bueno, es la realidad y hay que aceptarla como es.
Los caballeros estaban entrando y saliendo de la academia desde muy temprano por la mañana, probablemente investigando el caso del director de la biblioteca.
“¿Hm? Esa es…”
Al lado de los caballeros, venía caminando una chica de cabello negro con la mirada cabizbaja.
“Es mi hermana”.
No quería que me viera para así evitar problemas, pero bueno, no creo que sea necesario ocultarme hoy.
Así como está, dudo mucho que se dé cuenta de mi presencia.
“Lalalalala~”.
Seguí caminando bajo los placenteros rayos del sol, tarareando una canción cualquiera.
Sí, ahora mismo era un estudiante común y corriente, un personaje secundario.
Pero, ¿cómo debería reaccionar cuando alguien me diga sobre la muerte del director? ¿Debería sorprenderme enormemente como lo haría un personaje secundario? ¿O tal vez ponerme a temblar del miedo…?
Pensé en eso al mismo tiempo que crucé al lado de mi hermana.
“Alto ahí”.
Pero de repente ella me agarró del cuello y me hizo retroceder.
“H-Hola, nee-san. ¿Notaste mi presencia?”
Me di la vuelta y noté a mi hermana viéndome fijamente.
“Claro que sí. Por cierto, ¿no tienes nada más que decir?”
“¿B-Buenos días?”
“Buenos, Cid. ¿Qué más?”
“¿Qué más…? Nada más, supongo”.
Pensé por un instante, pero no encontré nada más de lo que tuviera que hablar con ella.
“Estoy bastante deprimida, ¿sabes?”
“Ohh…”
“Estaba mirando hacia el suelo, con mis hombros caídos y muy triste, ¿lo notaste?”
“Aah…”
“Y me parece que cuando un hermano menor ve así a su hermana mayor, es natural que le diga algo, ¿no crees?”
“Hmm.”.
Pensé 3 segundos en ello.
“No pareces estar bien. ¿Te pasó algo?”
“… Aprobado, por poco”.
“¿Me faltó decir algo?”
“Pues podrías preocuparte más por mí, o tal vez intentar adivinar por qué estoy deprimida”.
“No pidas imposibles”.
“Bueno. No creo que lo sepas, así que te lo diré”.
“Bueno, no es que quiera saberlo…”
“… Claro que quieres saberlo, ¿no?”
“¡Pero por supuesto que sí!” Le respondí al mismo tiempo que sentí cómo me apretaba el cuello con más fuerza.
“Hay mucho ruido por aquí, vayamos a otro lugar”.
“¿Eh? ¿Y las clases?”
“Hoy no hay”.
Mi hermana dijo eso, y luego volteó la mirada hacia el edificio de la academia.
“… El director de la biblioteca fue asesinado”. Dijo ella con un tono conflictuado, así que decidí sorprenderme al estilo cliché.
*******************
Me encontraba bebiendo un rico té con leche en una elegante recepción.
Se suponía que esta era una sala especial donde solo los millonarios podían entrar, así que era un total misterio el por qué mi hermana, una noble de campo, tenía ingreso a este lugar.
“Lo siento, no puedo decirte los detalles. No quiero involucrarte en todo esto…” Dijo mi hermana con una expresión complicada.
“Pero los caballeros están tratando de ocultar la verdad sobre la muerte del director… y no sé qué hacer. Me siento tan impotente…”
“Oh, con que la verdad de su muerte…”
Pues claro que tratarían de ocultar la verdad de que el director de la biblioteca era en realidad un pervertido. No está de más proteger su honor, así que estaba bastante de acuerdo con la decisión de los caballeros.
“Yo creo que la verdad no siempre es buena…”
“¡¿Estás diciendo que me estoy equivocando?!” Dijo mi hermana con una mirada muy enojada.
“No es eso. Es solo que…”
“¿Solo que qué?”
Su mirada me decía claramente que no era buen momento para decirle un comentario tonto y sin sentido.
“La oscuridad del mundo siempre es profunda, y nada nos asegura de que todas las personas sean capaces de aceptar esa oscuridad”. “… ¿Dices que hacer todo eso público provocaría caos?”
“Probablemente”.
Se formaría un caos entre las chicas que confiaban mucho en el director de la biblioteca.
“¡Pero no por eso está bien tratar de ocultar la verdad en las sombras!”
“Por supuesto. Pero por eso, a veces se necesita de alguien que resuelva las cosas desde las sombras”.
“Resolver las cosas desde las sombras…”
“Exacto. Porque no importa qué tan oscura sea la verdad, las cosas no terminan allí…”
“En otras palabras, tengo que resolverlo todo desde las sombras, ¿no?”
“Ah, no. No me refería a ti”.
“Se necesita de alguien que pueda actuar con libertad y que conozca la verdad… Sí, soy la elegida para eso”. Dijo mi hermana, apretando la venda que tenía en su mano.
“No, es que no me refería a que tú fueras la elegida para eso”.
“Cid, yo soy la única que puede protegerte”.
“¿Eh? No, yo puedo protegerme a mí mismo”.
“Sí, lo sé. Ya sé que no quieres que me preocupe”.
Luego, mi hermana me abrazó lentamente.
“Pero tranquilo. Te juro que yo te protegeré… protegeré a la academia, y también al reino de Midgar”.
“… Bueno, haz lo que quieras”.
“No dejaré que las cosas se queden así”.
Seguí tomando mi té con leche mientras mi hermana me seguía abrazando.
No sé si lo he dicho antes, pero el té con leche sí que es rico.
**************************
Hoy las clases se cancelaron, y apenas regresar al dormitorio, Hyoro y Jaga irrumpieron en mi habitación.
“Wow amigo, ¿viste cómo mataron al director de la biblioteca? Sí que fue horrible”.
“¿Verdad que sí? Yo creo que fue obra de esa organización de la que todos hablan”.
“Sí. La verdad esto ya está comenzando a asustarme”.
“Sí, la cosa parece bastante seria”.
Hyoro y Jaga se sirvieron y bebieron el café de alta calidad de Mitsugoshi como si fueran los amos y dueños de este lugar.
Y eso que es mi habitación.
“¿No deberían estar haciendo la tarea de refuerzo?”
Les dije eso tratando de transmitirles mi gran deseo de que se marcharan rápido.
“Ya la haremos después. Gracias a estos días libres ahora tenemos tiempo de sobra”.
“Es verdad. Es de desquiciados no aprovechar la pequeña felicidad que hay antes de que llegue la fecha límite de las tareas”.
Respondieron ambos, sorbiendo tranquilamente el café.
“Pero al menos no vengan a mi habitación”.
“Pero es que tú tienes café de alta calidad de Mitsugoshi”.
“Ajá, incluso tienes los dulces más caros”. Dijo Jaga abriendo sin permiso el cajón de mi escritorio y sacando unos chocolates.
“Eso es mío”.
“Oh vamos, ¿qué más da? Somos amigos, ¿no?”
“Dejando eso de lado. Aún no sé cómo es que consigues comprar todo esto con la miseria de mesada que te dan”.
“Sí, a mí también siempre me ha parecido raro”.
De repente los dos dijeron eso y se giraron, mirándome fijamente.
“E-Es que…”
Es verdad.
Considerando que los chocolates y el café más caro de Mitsugoshi está en 2000 Zenis, era raro que un noble de campo y pobre como yo tuviera ambas cosas en su habitación.
Aunque la realidad es que solo los tengo porque Gamma siempre me envía un montón.
“Cid… Estás pidiendo préstamos, ¿no?”
“¿Eh?”
“Vamos amigo, nos lo hubieras dicho antes”.
“Espera, ¿de qué préstamos estás hablando?”
“Pues me refiero a esto. Este papel que encontré en tu habitación”. Dijo Hyoro mostrando el papel.
“El crédito rotativo de Mitsugoshi, el nuevo sistema del banco de Mitsugoshi. Amigo, ¿por qué no nos dijiste antes que tenías un préstamo tan genial?”
“¿C-Crédito rotativo…?”
Algo me olía mal, así que tomé el papel ese y leí sobre el nuevo sistema del banco de Mitsugoshi. Era el mismo sistema de crédito rotativo que existía en mi mundo anterior.
Ahora que recuerdo, una vez le conté a Gamma sobre eso.
“¿U-Ustedes también sacaron ese préstamo?”
“Pero claro. Yo obtuve unos riquísimos 2 millones de Zenis”.
“Yo 1 millón. ¡Este préstamo es genial, y lo mejor es que solo tengo que pagar 20 mil Zenis al mes!”
“Ah…”
Están acabados—pensé.
“¿Qué pasa Cid? ¿Por qué pones esa cara?”
“¿Y cuál es la tasa de interés?”
“Creo que del 2 % al mes”.
“Ajá, y al año es 24 %. Si lo piensas bien, es más barato que el interés de la mayoría de los prestamistas en la capital”.
Desvié la mirada.
“A ver, ¿estás seguro de que el préstamo fue de 1 millón de Zenis, diferido a 20 mil Zenis mensuales y con una tasa de interés anual de 24 %?”
“Sí”.
“¿Por qué lo preguntas?”
“¿Y ya calcularon la fecha de terminación de la deuda?”
Como el préstamo fue de 1 millón de Zenis y el interés de 24 % al año, se tiene que adjuntar un interés de 240 mil Zenis al año.
Y como el pago de las tarifas es de 20 mil Zenis mensuales, el total a pagar al año es de 240 mil Zenis.
Eso hace que el interés anual sea de 240 mil Zenis y el pago de la deuda anual también sea de 240 mil Zenis.
En otras palabras, de esta forma solo podrás pagar el interés cada año, pero la deuda te perseguirá por el resto de tu vida.
“Pues no sé, ¿unos 5 años?”
“¿Para qué deberíamos calcular eso? Basta con saber que tenemos que devolver 20 mil Zenis cada mes”.
“Los de Mitsugoshi sí que son increíbles personas, ¿no? Hasta nos ahorran la molestia de tener que calcular todo eso”.
“… Yo creo que deberían aumentar un poco más las tarifas”.
“¿Estás loco? Los de Mitsugoshi dijeron que con 20 mil al mes bastaba, ¿por qué íbamos a subirlo?”
“Es verdad. Además, he escuchado que muchos estudiantes han pedido prestado 1 millón de Zenis, así que parece ser una cantidad que cualquier noble o estudiante puede permitirse pedir. Y mientras tenga el dinero de mi familia, todo estará bien”.
No me quedó otra más que mirar hacia el cielo.
“Bien, es hora de empezar”.
“Ahora ya sabes para qué conseguimos tanto dinero”.
Dijeron ambos, sacando unas cartas.
“… ¿Póker?”
“Oh, ¿tienes miedo?”
“No vamos a permitir que te lleves, nuestro dinero, así como así. Y menos ahora que tenemos más reservas”.
“Bueno”.
“—Double Down”.
Y así, apilamos los billetes en la mesa.
********************
“¡Maldita sea, me las pagarás!”
“¡E-Esto es raro…! ¡De seguro estás haciendo trampa!” Dijeron Hyoro y Jaga quejándose.
“Lo que digan, pero guarden silencio, que ya es de noche”.
Los tomé a ambos por el cuello y los lancé afuera, al pasillo.
“¡Espera! ¡Solo una vez más, un juego más!”
“¡Me niego a terminar el juego de esta forma!”
“Lo siento, pero yo no juego con gente pobre. Suerte con la deuda por cierto”. Dije eso y cerré la puerta con fuerza.
“¿Cómo fue que pasó esto…? Mi entrenamiento en hacer trampas no sirvió de nada”.
“No puedo creerlo. ¿En serio volvimos a perder todo nuestro dinero?”
“¡Maldición! Andando Jaga, vamos a pedirle más dinero prestado a Mitsugoshi”. Escuché a ambos decir eso al otro lado de la puerta.
Obviamente me di cuenta de las trampas, y como ellos estaban usándolas, yo también usé las mías.
Miré al montón de billetes en la mesa y sonreí.
“Ahora Hyoro y Jaga son mis nuevas uchas. Bendito sea el crédito rotativo de Mitsugoshi”.
Hyoro y Jaga pedirán más dinero, y yo me quedaré con ese dinero.
Lo siento, pero en este mundo el más fuerte se come al débil.
“Lalalalalalan~” Tarareé una canción mientras guardaba todo el dinero que había ganado dentro de mi cajón de fondos.
Luego, hablé en dirección a la ventana.
“Lamento la espera, Zeta. Ya puedes entrar”.
Y de repente, apareció una mujer bestia de pelaje dorado sin siquiera hacer un solo ruido.
“Amo, feliz cumpleaños”.
“¿Hm? Ah, es verdad. Acabo de cumplir 16 años”.
Sin darme cuenta ya se había acabado el día, lo que significaba que hoy era mi cumpleaños.
“Feliz cumpleaños”.
“Gracias”.
La verdad no estaba muy feliz.
Cumplir un año más solo significaba que un año de los 600 que planeaba vivir desaparecía.
Y eso que aún no he alcanzado el pináculo de la eminencia en las sombras. La vida puede ser realmente cruel.
“¿Odia cumplir años?”
“No me gusta mucho. Cumplir años significa reducir la cantidad de años que te quedan por vivir”.
“Yo entiendo muy bien lo que siente”. Dijo Zeta sonriendo levemente. Fue una sonrisa muy natural, algo raro en ella.
“La vida es demasiado corta y el camino a cumplir nuestros objetivos demasiado largo”.
“Sí, lo entiendo”. Dijo ella nuevamente.
Luego me miró fijamente con una expresión seria.
“Hoy vine a decirle algo muy importante”.
“Hm”.
¿Querrá dinero o algo así?
Zeta me ha ayudado mucho, así que bien podría prestarle unos 1000 Zenis.
“Amo, usted desea la vida eterna, ¿no?”
“Por supuesto”. Dije sin titubeos.
Si vivía eternamente podría causar el evento de desaparecer por cientos de años y luego aparecer para que la gente diga: “E-Ese es el legendario…”. En otras palabras, podría jugar a ser la eminencia en las sombras toda la vida.
Ya tenía planeado vivir al menos 600 años gracias a mi poder mágico, pero la vida está llena de sorpresas y 600 años es demasiado poco para disfrutar de todas ellas.
Por eso quería vivir eternamente. Dios mío, ¿por qué no inventas un sistema donde pueda comprar la vida que los demás no quieren?
“Entiendo sus deseos”.
“Hm”.
“Siempre lo he entendido, y por eso he hecho mis propios movimientos”.
“¿Hm?”
“¿Recuerda el día en que nos vimos por primera vez?”
“Hm”.
Creo que fue un día lluvioso.
“Fue un día nevado”.
Sí, quise decir nevado.
“Era una poseída, y gracias a eso me di cuenta de la inmundicia que habita entre las personas”.
“Hm”.
“Y también pensé en todo. En las personas que nos querían atrapar, y en lo tonto que es este mundo”. Dijo ella con una mirada indiferente.
Zeta hizo esta misma mirada la primera vez que nos vimos. Me pareció bastante cool así que yo la imito de vez en cuando.
“Las personas cometen errores una y otra vez, perpetuamente, sin descanso ni fastidio. Por eso el mundo está lleno y seguirá lleno de estupidez”.
“Hm”.
“Al principio pensé que no tenía sentido vivir. Si moría, el mundo no cambiaría, y si vivía tampoco lo haría. Pero cuando lo conocí, me di cuenta de lo que tenía que hacer—” Y así Zeta empezó a contar una anécdota.
*********************
Ella nació en una tribu muy prestigiosa dentro de las demás de la raza de los hombres bestia.
La tribu de los felinos dorados.
Se decía que incluso el rey de los hombres bestia presentaba su respeto hacia los miembros de esa tribu.
Muchas otras tribus estaban bajo el mando directo de la tribu de los felinos dorados, y ella había nacido en la familia de los gobernantes de la tribu, su nombre era Lilim.
Lilim ya era una chica súper dotada desde muy pequeña, y su familia la cuidaba muy bien hasta el punto de dejarla permanecer en la familia en vez de forzarla a casarse con alguna otra.
El líder de la tribu, incluso conseguía libros muy valiosos para educarla, lo cual ya era raro en los felinos dorados a pesar de su vasta inteligencia.
Ella por su parte, amaba leer, y esperaba el día en que todos esos conocimientos fueran de ayuda para su tribu.
Así, Lilim siguió creciendo sin ningún conflicto, amando y siendo amada por todos.
Todo comenzó a cambiar cuando ella cumplió 12 años.
Un día de repente, una marca negra apareció en su estómago. Al principio era muy pequeña, por lo que no se preocupó por ello. Pero gradualmente esta marca fue creciendo, hasta que no pudo soportar más y decidió contárselo a su madre.
Su madre quedó con el rostro pálido.
Ella no dijo nada y llamó al padre.
El padre al llegar también se quedó helado.
Lilim entonces se dio cuenta de que esto era serio.
El padre, al revisar la marca en su estómago dijo lentamente…
“… Es la marca de una poseída”.
Poseída, posesión. Lilim se quedó en blanco.
Ella había leído sobre ello. Es más, ella sabía más que nadie más sobre ello pues ella era la que más leía en toda su tribu.
Sin embargo, la imagen que tenía en su cabeza, y la imagen de la marca en su estómago no coincidía totalmente.
Posesión.
Lilim repitió esas palabras en su cabeza una y otra vez hasta que finalmente se echó a llorar.
Ella ya lo sabía.
Al mismo tiempo que aceptaba la realidad ante sus ojos, sabía lo que le esperaba.
La posesión era una enfermedad, y las enfermedades debían ser exterminadas. Esa era la regla en su tribu.
Pero el problema no solo era que esta enfermedad había aparecido entre los felinos dorados, sino que justamente en la hija mayor del líder de la tribu. El problema no solo era de ella, sino que de toda la tribu en general.
“Padre, por favor quémame viva”.
“Pero…”
“La marca en mi estómago no es muy grande, es pequeña. Si me quemas ahora, aún estamos a tiempo, y estoy segura de que las personas de la tribu lo entenderán”.
“¡Pero tú eres mi…!”
“Por favor, padre. Esto es por el bien de toda la tribu, por el bien de mi hermano menor”. Dijo Lilim mirando al bebé que su madre tenía en brazos. Él había nacido hace medio año y era el tesoro de la tribu, el próximo heredero de la familia.
“… No lo haré”.
“¡Padre!”
“¡No me hagas repetirlo! Además, leí en los libros de los elfos que existe una forma de curar la enfermedad”.
“¡Nada nos asegura que eso vaya a funcionar!”
“El libro también decía que existe un elixir capaz de curar la posesión”.
Su padre se dio la vuelta y comenzó a buscar los libros.
Esa espalda a los ojos de Lilim se veía más pequeña de lo habitual.
“Padre, ¿qué es lo que te sucede? No es normal en ti confiar en ese tipo de cosas. Madre, por favor dile algo”. Dijo ella, pero su madre simplemente desvió la mirada.
“Aquí está, este es el libro”.
“¡Padre! ¡Por favor abre los ojos de una vez—!” Dijo ella, pero luego se detuvo.
Encima del libro que tenía su padre, lágrimas comenzaron a caer. Era la primera vez que Lilim veía a su padre llorando. “Padre…”
“Te juro que encontraré el elixir. Confía en mí, solo espérame”.
“¡Padre…!”
Su padre la abrazó con cariño.
Su madre también hizo lo mismo.
“¡Padre… madre…!”
Sin poder soportarlo más, Lilim también comenzó a llorar.
Al día siguiente el padre de Lilim salió de la tribu.
Mientras que su madre se quedó envolviendo una venda en el estómago de Lilim.
“Dijo que volvería en un mes. Tú solo aguanta y espéralo. Y bajo ningún motivo vayas a salir de casa”.
“Sí, madre”.
“No te preocupes, yo me encargaré de todos los quehaceres”.
Su madre la miró con una cálida sonrisa.
Lilim tocó las vendas y también sonrió. Sintió que tal vez, todo iba a salir bien.
************************
Y entonces pasó un mes.
De repente Lilim se despertó en medio de la noche.
Había mucho ruido afuera. Pensando que tal vez su padre había vuelto, Lilim y su madre salieron de la casa.
Y efectivamente, ahí estaba su padre.
Pero amarrado, y arrodillado en el suelo.
“¿Pa…dre…?”
Había muchas antorchas alrededor de su padre, y su ropa estaba manchada de sangre.
“¿Qué significa todo esto?” Preguntó su madre valerosamente.
“Supimos que surgió una enfermedad en la tribu”.
La persona que dijo eso era uno de los líderes de las otras ramas de la tribu de los felinos dorados. Él salió en representación del grupo con antorchas.
“Y las enfermedades deben ser erradicadas lo más antes posible. Así lo dicta nuestra ley”.
“…”
La madre se quedó en silencio, parándose en frente de su hija.
“¿Quién porta la enfermedad? Responde”. Dijo el hombre, apuntando hacia el hombro del padre con su espada.
“No lo sé”. Dijo el padre lentamente.
“Ya veo…”
El hombre entonces enterró su espada en el hombro.
Cuando la retiró, la sangre salió a chorros y el sonido de un hueso quebrándose fue escuchado por todos.
Pero su padre no se quejó; se quedó en silencio, sin mover ni un solo músculo.
“Qué penoso”. Dijo el hombre, tratando de enterrar la espada una vez más.
“¡Detente! ¡¿Quién te crees para apuntar con tu espada al líder de la tribu?!”
“Soy el nuevo líder de la tribu. Tomé el mando por la traición de este hombre”.
“¿Qué pruebas tienes de eso…?”
“Un sacerdote de la iglesia visitó la aldea hace poco y nos avisó que había una poseída cerca. Parece que ellos se encargan de recolectar y limpiar las impurezas de las poseídas en todo el oriente”.
Al decir eso, otra persona salió del grupo de personas. Era un hombre vestido con ropa de sacerdote, con una desagradable sonrisa en el rostro.
“Las impurezas deben ser exorcizadas. Si no se hace, la impureza se extenderá y causará estragos en toda su aldea—”
“… Qué gran mentira”.
Fue el padre de Lilim quién desafió las palabras del sacerdote.
“¿Dijiste algo, hombre bestia?”
Dije que estás mintiendo, humano”.
Aquella mirada llena de desdén del sacerdote fue dirigida hacia el padre.
“¿Exactamente en qué dices que estoy mintiendo?”
“En todo. Todo el tema de las poseídas no es más que un invento de ustedes los de la iglesia”.
“Oh, qué gran tontería. ¿Acaso ya perdiste la razón?”
El hombre de la otra rama de la tribu golpeó a su padre.
Todos los demás comenzaron a reír, e incluso Lilim y su madre no entendían de qué estaba hablando su padre.
Pero aquel sacerdote se quedó mirando al hombre sin pestañear.
“¿Y qué pruebas tienes?”
“Los líderes de la tribu de los felinos dorados somos descendientes directos de uno de los héroes de la antigüedad. De la heroína de los hombres bestia, aquella que junto a los demás héroes peleó para derrotar al demonio Diabolos”.
“¿Esa es tu prueba? ¿Un cuento?”
“Sí, pero el cuento tiene una parte que nadie más sabe. Esa parte es que los héroes no eran hombres, sino mujeres, y la posesión no era ninguna enfermedad sino una bendición”.
“¿Te das cuenta que tus palabras son un insulto hacia la iglesia?” Dijo el sacerdote con una mirada filosa.
“Siempre se me hizo extraño. Por qué la historia que se cuenta en nuestra tribu es diferente a la historia que cuenta la iglesia”.
“Qué tonto. Los cuentos se van modificando con el paso del tiempo”.
“¿En serio? Pues en nuestra familia siempre ha sido una leyenda muy importante. No creo que nadie se atreviera a modificarla. Además, nosotros somos de la tribu de los felinos dorados. Descendientes directos de una de las heroínas que derrotaron al demonio Diabolos, descendientes de la heroína Lily. Esa es la respuesta”.
“… ¿Qué respuesta?”
“Que la versión que se cuenta en nuestra tribu es la verdadera, y ustedes siempre han mentido sobre ella”. Dijo el padre seriamente.
El silencio recorrió el espacio por unos instantes.
Luego se escuchó una pequeña risa, que fue creciendo hasta convertirse en un montón de risas.
“Kuh, jajajaja. ¡JAJAJAJA! Qué bromas tan divertidas dices. En serio, ha pasado mucho desde que me reí de esta forma”. Dijo el hombre de la otra rama de la tribu, presionando su mano contra su estómago de la risa.
“Interesante”. Dijo el sacerdote con una sonrisa. Pero, sus ojos no parecían estar denotando ninguna diversión.
“Oh, ya entiendo. Entonces, básicamente lo que quieres decir es que; las poseídas solo son un invento de la iglesia, y en realidad son las descendientes de las heroínas y por eso no hay necesidad de exorcizarlas, ¿no?” Dijo el hombre de la otra rama entre risas.
“… Exacto”.
“¡¿Crees que esto es una maldita broma?!” Dijo enojado.
“¡¿Quieres poner en juego la vida de todos en la tribu solo por tu estúpida imaginación?!”
“Ya sé que suena increíble. Pero esta es la verdad—”
“¡Deja de decir estupideces—!”
El hombre comenzó a golpear al padre una y otra vez.
Lilim no pudo moverse, simplemente se quedó temblando mientras lo veía todo.
“Ya se acabó este juego”. Dijo el hombre con sus puños manchados de sangre.
“¿Dónde está la enferma?”
El padre simplemente sonrió.
“…”
“Si no me lo dices entonces los quemaré a todos”.
“De todas formas ibas a hacerlo. Lo único que siempre has querido es tomar mi lugar”.
El hombre no respondió, y ese silencio era su respuesta.
“Bien, si eso es lo que quieres, entonces así será”.
El hombre volvió a sacar su espada.
“¡D-Detente…!”
Dijo de repente Lilim y todas las miradas cayeron sobre ella.
“¡Yo… soy yo…!”
Las piernas de Lilim no dejaban de temblar.
“Y-Yo soy la pose…”
Con vergüenza, mucha vergüenza, Lilim trataba de formar sus palabras, con lágrimas rodando de sus ojos—
Pero en eso, ella miró fijamente a los ojos de su padre. Las miradas de ambos chocaron.
“—Escúchame”. Dijo su padre, con su tono gentil de siempre.
“La tribu de los felinos dorados somos descendientes de la gran heroína Lily. Hay una razón por la cual ella nos confió la verdadera historia, una razón por la cual ha pasado de generación en generación. Y es porque tenemos un deber que cumplir”.
“¡Padre…!”
“Y tú Lilim, eres la que más ha heredado la sangre de nuestra heroína. Eres fuerte e inteligente. Ahora ve al reino de Midgar. Hay alguien allí que sabe cómo curar a las poseídas. Allí es donde se encuentra nuestro deber a cumplir”.
“P-Padre, pero yo…”.
“Sé que puedes hacerlo”.
Luego de decir eso, el padre miró a la madre de Lilim.
“Protégelos”.
La madre asintió levemente y luego abrazó a Lilim.
“¿Crees que los dejaremos escapar?”
En un instante fueron rodeados por un montón de hombres.
“Tú no, pero yo sí. ¡Aunque me cueste la vida!”
El sonido de algo estallando comenzó a escucharse.
Pero no venía de ningún otro lado más que del cuerpo de ese padre.
Y, antes de que todos se dieran cuenta, el hombre hizo estallar las cuerdas que lo apresaban y liberó una enorme cantidad de poder mágico.
“¡¿Q-Qué es este poder?!” Gritó el hombre de la otra rama de la tribu.
“En nuestra raza existe la sangre pura de una bestia. Lo único que hice fue liberarla”.
El cabello del padre comenzó a crecer.
Era como una transformación, de un humano a un animal.
“¡I-Imposible! ¡Nunca había escuchado sobre eso!”
“Porque solo ha sido transmitida entre la familia que lidera la tribu, y el precio de esta técnica… es la vida misma”. Dijo el padre con lágrimas de sangre en sus ojos.
Su cuerpo estaba hinchado, y las venas comenzaron a brotar y estallar en su cuerpo.
“¡¡Gooaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!”
Finalmente se había convertido en un animal sin control que se lanzó a atacar al grupo de hombres.
Pero al mismo tiempo se posicionó para proteger a su familia.
“¡¡Ahora, corran!!”
“¡¡Padre, por favor ven con nosotras!!”
“¡¡Olvídense de mí!”
Lilim se quedó estupefacta al girarse y ver el rostro de su padre.
“¡…!”
La mitad de su rostro se había transformado en el rostro de un animal.
“Él se transformará en un animal por completo en poco tiempo. ¡Debemos irnos rápido…!”
“¡N-No… no quiero! ¡Padre…!”
Lilim trató de alcanzar a su padre, pero su mano no llegó a él.
“Qué intrigante. Quién pensaría que me encontraría a un descendiente directo de esa bestia”.
El sacerdote sacó unas cadenas rojas y las envolvió alrededor del padre.
“¡¡Gaaaaaaaaaaaaaaah!!”
Pero el padre usó sus garras para rechazarlas.
Las espinas que estaban en la parte frontal de las cadenas también salieron volando.
“¡Increíble…! La capacidad de regeneración de un poseído nos será de mucha utilidad”.
“¡¡Ve Lilim, corre!!”
Aprovechando ese momento, la madre de Lilim la tomó en sus brazos y salieron corriendo.
“¡Padre…! ¡¡Nooo, noooooooooooooooooo!!”
Y por esta última vez, la espalda de su padre que ella vio, se veía enorme.
**************************
La madre de Lilim corrió por lo profundo del bosque con ella en brazos.
Pero ni siquiera se escuchaban sus pasos; su madre era una experta en sigilo.
No obstante, aún las estaban siguiendo.
Dentro de la tribu de los felinos dorados había algunos con un olfato desarrollado. De seguro, ellos estaban guiando al grupo.
“Separémonos aquí”. Dijo su madre, deteniéndose frente a un río. El bosque era enorme, profundo y estaba lleno de nieve.
“Yo correré por la corriente del río hasta el suroeste. Lilim, tú corre hacia el este”. Dijo su madre, bajando al hermanito de Lilim y dándoselo a ella.
“Por favor, cuídalo bien”.
“¡No…! ¡Madre, vayamos juntas!”
“Por favor, no digas esas cosas. Solo ten un poco de paciencia. Nos volveremos a ver en el reino de Midgar”.
La madre la abrazó con fuerza.
“Entonces… ¿entonces por qué me estás dando a mi hermano?”
“Lilim…”
“Yo no puedo pelear como lo haces tú, tampoco soy tan rápida como tú”.
“Lilim, pon atención”.
“¡Es mejor si nos quedamos juntas!”
“¡¡Escúchame, Lilim!!”
“¡No…!”
Lilim presionó su rostro contra el pecho de su madre y negó con la cabeza.
“Lilim…”
“Todo esto pasó porque soy una poseída… todo porque no me prendí fuego a mí misma… ¡Por eso mi padre terminó así… por mi culpa!”
“Tu padre cambió cuando tú naciste. Él, que siempre pensaba únicamente en la espada de repente comenzó a leerte libros. No imaginas la sorpresa que me llevé cuando lo vi haciendo eso. Pero él siempre decía lo mismo, decía que nuestra hija, que tú eras muy inteligente, una niña súper dotada”.
“¡Padre…!”
“No te imaginas lo felices que fuimos con cada paso que dabas, con cada centímetro que crecías. Lilim… es verdad que no puedes pelear como nosotros. Pero eres muy inteligente, y sé que eres capaz de superar cualquier dificultad que se atraviese por enfrente. Por eso, no te preocupes”. “¡Madre…!”
“Así que, por favor, Lilim. Cuida de tu hermano”.
Su madre entregó al hermano de Lilim en sus brazos, y aquel bebé, con un rostro de inocencia pura, solo se la quedó viendo.
Lilim derramó lágrimas, lágrimas que el bebé atrapaba con las manos.
“Gracias, Lilim. Tenerte fue una bendición para nosotros”. “Madre… ¡Te prometo que nos veremos de nuevo en Midgar…!”
“Ve, Lilim. No olvides de borrar tu aroma en el río”.
Lilim comenzó a borrar su olor con el agua del río una y otra vez y después corrió hacia lo profundo del bosque.
Su madre se quedó viéndola por un rato y luego también corrió hacia la dirección opuesta.
Sus enormes pisadas hicieron eco por todo el bosque.
************************
Hacia el Este.
Lilim simplemente corrió en línea recta hacia el Este.
Era invierno, hacía frío y sentía como sus piernas y brazos estaban tan fríos como el hielo.
Finalmente, ella salió del bosque al amanecer.
“Esto es…”
Había llegado a una playa de arena, con agua a su alrededor, un paisaje que veía por primera vez pero que ya conocía gracias a los libros.
“… El mar”.
Solo por si acaso, ella decidió probar el agua del mar.
“… Salado”.
Ahora estaba segura de ello.
“Padre… aquí no hay nada”.
Su aliento blanco ascendió al cielo, cielo de donde caía más nieve.
Ella se sentó en la fría arena y bajó la mirada.
“Ya llegué al Este, pero no hay nada… ni el reino de Midgar, ni nuestro deber a cumplir… Madre”.
Sus piernas estaban tan tiesas como un palo, y no podía dar un paso más.
La marca negra en su pecho seguía extendiéndose, y ahora dolía.
Pero en sus brazos aún tenía a su hermano menor; una pequeña vida que Lilim debía proteger a toda costa.
“Vamos… crucemos el mar”.
Ella sabía que al otro lado del mar había un país, un reino. Ella no sabía si ese reino era el reino de Midgar, pero su padre así se lo aseguró, así que ella confió en sus palabras.
Allí su madre de seguro la estaría esperando, y probablemente también su padre.
Por eso ella decidió caminar por la costa, encontrar algún pueblo de pescadores y pedirles un bote prestado.
Lilim comenzó a caminar otra vez.
—Pero.
“Oh, vaya. Conque aquí estabas”.
Frente a ella apareció el mismo sacerdote de hace unas horas, haciendo resonar una cadena llena de sangre en sus manos.
“¡No…! ¡No te me acerques…!”
Ella retrocedió con sus piernas temblorosas.
“Ahora una pregunta. ¿En dónde crees que se encuentra la poseída que busco?” Dijo el hombre con una sonrisa desagradable, pero luego tirar una cabeza al suelo.
“Lo digo porque, al parecer, este hombre no era”.
“¡¡¡¡Pa…Padreeeeeeeeeeeeeeee!!!!”
Era la cabeza cercenada de su padre.
Esa cabeza llena de sangre era la realidad del cruel final de aquel hombre, su padre.
“Ah, y esta mujer tampoco lo era”. Dijo el sacerdote, lanzando otra cabeza más.
“¡¡¡Madreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!”
Era la cabeza de su madre.
Esta cabeza tenía los ojos abiertos de par en par, lo que significaba que había muerto con un rostro de sorpresa.
“¿Por qué…? ¡¿Por qué…?!”
“Bien, solo quedan dos más”.
El sacerdote dejó las cabezas en el suelo y caminó.
“Nooooooooo, padreeeee, madreeeee…”
“No se suele escuchar muchos informes sobre poseídos hombres, pero ciertamente existen”.
“… ¡D-Detente! ¡No te acerques a mi hermano…!” Dijo Lilim entre lágrimas, abrazando con fuerza a su hermano menor.
“Pero bien, ¿cuál de ustedes dos será el poseído?”
“Y-Yo… ¡Yo soy la poseída! ¡Por favor deja a mi hermano…!”
“Excelente. Me agradan las niñas obedientes”. Dijo el sacerdote, acariciando la cabeza de Lilim con sus manos llenas de sangre.
“¡Heh…!”
“Como nos veremos muy frecuentemente a partir de ahora, será mejor presentarnos, ¿no crees? Mi nombre es Pethos, sumo sacerdote de la iglesia. Y tú serás uno de mis valiosos sujetos de prueba”.
“¿Y-Y mi hermano…?”
“Tranquila. Un niño que no es un poseído no me sirve de nada”. Dijo Pethos, acariciando suavemente el cuello del bebé.
“Por eso te haré el favor de matarlo rápido y sin dolor”.
Y de repente, la sangre voló por el aire.
La cabeza del hermano menor de Lilim cayó desde sus brazos.
“¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!”
“Kuku, kukukukukuku. ¡Vamos, celebra conmigo!”
Pethos comenzó a reír exaltado mientras miraba a Lilim gritando desesperadamente debajo de él.
“¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!! ¡¿Por qué?! ¡¡¿Por qué?!!”
“Hoy es un día maravilloso, un día de celebración. Gracias a ti finalmente estoy a un paso de ser parte de los Rounds”.
Lilim vio las tres caras reunidas en el suelo.
La cara de su padre, de su madre y finalmente de su hermano.
“¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…! ¡Te mataré! ¡Juro que te mataré!” Gritó Lilim con una expresión de locura.
Pethos por otra parte la ignoró y le dio la espalda.
“—¿Terminaron?” Dijo él hacia el bosque. Desde allí apareció un extraño grupo de encapuchados.
“Sí, con todos ellos”.
“Veamos”.
Todos ellos tiraron un montón de cabezas cercenadas en la arena. Eran las cabezas de los miembros de la tribu de los felinos dorados.
“Con esto acabamos por completo con la tribu de los felinos dorados. No tenemos que preocuparnos más porque alguien pueda filtrar la información”.
“Ya veo. ¿No te alegra ver esto?” Dijo Pethos, pero esas palabras ahora estaban siendo dirigidas a Lilim.
“Ya vengamos a tu padre en tu lugar”. Dijo Pethos riendo, y luego lanzando la cabeza del hombre que pertenecía a otra rama de la tribu.
“¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!”
Lilim se impulsó desde la arena y saltó hacia Pethos.
No obstante, él la tumbó nuevamente usando sus cadenas.
“Coff… te… mataré… te mata… ré…”.
Su cuerpo se estaba quedando sin fuerzas y su conciencia poco a poco se desvanecía. “Átenla y llévenla al laboratorio de Valiora. Yo tengo que quedarme a construir la facción—” En ese mismo instante, Lilim perdió el conocimiento.
*****************************
Cuando Lilim despertó, se encontraba dentro de un carruaje.
Estaba atada de pies y manos y en su boca tenía un ligero sabor a sangre.
“Los mataré… los mataré a todos, lo juro”. Murmuró ella, y el hombre que la estaba vigilando simplemente se rio con un “Ha”.
“¡Te mataré…!”
Su ropa estaba manchada de sus lágrimas.
Y ahora lo único que la mantenía con vida era el odio.
Lo único que necesitaba era poder.
No necesitaba inteligencia, la inteligencia no protegía nada ni a nadie. Solo el poder en su estado más puro podía sobrepasar cualquier cosa.
“¡Quiero poder…!” Lilim deseó con fuerza.
Deseó poder para romper estas ataduras, poder para matar a ese sacerdote, y poder para…
“—¿Quieres poder?” De repente una voz resonó cerca de ella.
“¿Ah…?”
Ella miró a su alrededor, pero aparte del hombre vigilándola, no había nadie más.
“Te pregunté si quieres poder…”
Esta vez la escuchó de forma más clara. Una voz baja, que parecía surgir del mismísimo abismo.
“¡¡Lo quiero…!! ¡Quiero poder, si tuviera poder, podría hacer cualquier cosa!!”
“Jaja, miren, la mocosa ya se volvió loca”.
Al parecer el hombre que la vigilaba no podía oírlo, pero aquella voz llegaba de forma muy clara a los oídos de Lilim.
A ella no le importaba de quién fuera esa voz; no importaba si era la voz de un demonio o una voz en su propia cabeza.
Ella simplemente quería poder.
“Si deseas poder… déjame otorgártelo”.
Y de repente, un poder mágico púrpura apareció dentro del carruaje.
“¡¿Q-Qué es esto?!”
El carruaje se detuvo y desde afuera entraron varios hombres.
“¡¿Qué sucedió?! ¡¿Qué es este poder mágico?!”
El poder mágico tomó la forma de unos delgados hilos que a su vez formaron un espiral.
Y, en el centro de ese espiral, apareció un chico. Era un chico vistiendo un abrigo largo de color negro azabache.
“¡¿En qué momento se metió al carruaje?!”
“¡¡Atrápenlo!! ¡No lo dejen escapar!”
“I Am…”
El chico levantó una espada negra azabache, parado en el centro de su poder mágico.
El aire, el ambiente alrededor comenzó a estremecerse por el enorme poder mágico.
Y Lilim podía ver como ese enorme poder se concentraba en la espada negra.
Eso era lo que ella estaba buscando.
Un poder capaz de aplastar todo.
“—Atomic—Prototipo”.
Y el poder mágico salió disparado.
Todo sonido desapareció, y el mundo fue engullido de un color púrpura.
*****************
“… Unos 60 puntos, tal vez. Aún necesito mejorarlo”.
Lilim despertó gracias a la voz de ese chico. Al parecer se había desmayado.
“No es suficiente. Aún estoy lejos de mi objetivo…” Dijo el chico que se encontraba parado en el centro de un enorme cráter.
El carruaje había volado en pedazos y el grupo de hombres de hace un rato había desaparecido sin dejar rastro.
Lilim estaba temblando.
Pero no era por miedo, eso no es lo que estaba sintiendo.
“Disculpa…”
“¿Hm? ¿Ya despertaste? Bien, primero déjame curarte la posesión”. Dijo el chico, disparando un poco de su poder mágico púrpura.
Ese poder mágico envolvió la marca negra de Lilim y la hizo brillar.
Luego, fue sanando su piel como si estuviera regresando el tiempo.
“No puede… ser”.
Cuando la luz púrpura desapareció, la marca negra se fue junto con ella.
La posesión que tanto la había atormentado, había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.
“Y a esto le doy 90 puntos. Ya falta poco para completar esta técnica. Aunque es agotador”.
“Estaba en lo cierto…” Dijo Lilim, con unas lágrimas que parecían venir de su corazón mismo.
“Estaba en lo cierto… ¡mi padre siempre tuvo razón…!”
“¿Hm?”
“Todo lo que dijo era verdad… las poseídas son descendientes de los héroes, y en el Este sí existe alguien capaz de curarlas”.
“Vaya. No esperé que esa historia se extendiera hasta acá…”
“Pero entonces ¿por qué? ¿Por qué mi padre… mi madre… todos terminaron así? ¿Cómo terminó todo así si no estábamos equivocados…?”
El chico se rascó un poco la cabeza y luego…
“… Es por culpa del culto de Diabolos. Ellos tienen la culpa de todo”.
“¿El culto de Diabolos…?”
“Exacto. Los hombres de hace un rato en realidad no eran clérigos, eran miembros del culto de Diabolos. Son malvados que tratan de esconder la verdad, que tratan de enterrar en la oscuridad la verdadera historia de los héroes y revivir al demonio Diabolos. Por eso los descendientes de las heroínas son un obstáculo para ellos—” Dijo el chico, agitando su enorme abrigo negro.
“Y nosotros somos Shadow Garden. Acechamos en las sombras y cazamos en las sombras—”
“Acechar en las sombras, cazar a las sombras…”
El corazón de Lilim se estremeció. Ella sintió que todo finalmente se conectaba.
“Mi padre tenía razón”.
“Así es”.
“En el reino de Midgar hay alguien capaz de curar a las poseídas, y nosotros tenemos un deber, un destino que cumplir con esa persona… eso fue lo que dijo mi padre”.
“¿Hm? Ah, sí”.
“Entonces tú eres mi destino”.
Sí, este chico era su destino.
La muerte de su padre, de su madre, de su hermano, todo fue un sacrificio para mantenerla con vida.
“¡Quiero poder…! ¡Poder para poder cazarlos!”
“De acuerdo. De todas formas, ella ya está por llegar”.
“¿Ella…?”
De repente, algo apareció desde la oscuridad de la noche.
Era una hermosa elfa de cabello rubio con un traje negro ceñido al cuerpo.
“¡¿Ya ves?! ¡Por eso te dije que nos esperaras! Entiende que no podemos correr a la misma velocidad que tú”.
Estaba un poco enojada.
“No importa. La misión terminó”.
“Sí, ya me doy cuenta. Supongo que ese es el carruaje del culto, ¿no? Es un desastre, y eso que te dije que dejaras algo para tomarlo como prueba”. Dijo la hermosa elfa, quejándose con el chico. Aunque este simplemente se rascó la cabeza y la ignoró.
Entonces la elfa suspiró y se dio por vencida.
“¿Una chica nueva…?” Dijo ella mirando a Lilim.
“Sí. Te encargo el resto”.
“¿Eh? ¡Oye!”
“Nos vemos. Pregúntale cualquier cosa a Alpha”. Dijo el chico antes de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.
“¡Dios! También le he dicho que no desaparezca sin avisar”.
“Disculpa… ¿quién eres tú?” Preguntó Lilim y la elfa la miró y le sonrió.
“Lo siento, no era nuestra intención asustarte. Mi nombre es Alpha, el primer asiento de Shadow Garden. Un placer”.
“Alpha… Yo soy—” Lilim trató de presentarse, pero Alpha la detuvo.
“Espera. De ahora en adelante vivirás con otro nombre”.
“¿Eh?”
“Nosotros acechamos en las sombras y cazamos en las sombras. Por eso nuestra identidad al público no es más que una fachada, pues nuestra verdadera identidad está en las sombras. Y es probable que nunca más podamos volver a la luz…” Dijo Alpha, extendiendo una máscara.
Ella miró fijamente a Lilim con sus hermosos ojos azules.
“Si crees tener la convicción de aceptar ese destino, tómala. Si la tomas serás ‘Zeta’, el sexto asiento de Shadow Garden”.
“Zeta… seré… Zeta…” Lilim repitió ese nombre una y otra vez.
“Pareces estar decidida. Tu mirada es poderosa, pero…”
“… Quiero poder”.
“Tienes justo lo que buscamos. Y estoy segura de que muy pronto obtendrás un gran poder. Sin embargo, ese odio que guardas podría…”
Alpha estuvo a punto de decir algo, pero se detuvo.
Ella miró por un rato más con sus ojos azules a Lilim, y entonces—
“No, olvida lo que dije” Dijo en un tono de tristeza. Todo mientras la nieve seguía cayendo desde el cielo nocturno.
********************
“Hm, fueron momentos difíciles”.
Luego de terminar de escuchar la historia de Zeta, él dijo eso mientras veía hacia fuera.
Sin embargo, al mismo tiempo se escucharon como palabras reconfortantes para ella. Zeta no quería nada más, no deseaba palabras de lástima.
“Hm, sí lo fueron”.
Por eso Zeta respondió de la misma forma.
Desde ese día, ella enterró todo sentimiento de odio, pues esa clase de sentimientos innecesarios solo entorpecerían su plan.
Y desde cierto día, ella comenzó a hablar menos para evitar mostrar más emociones de las necesarias.
Gracias a ese crecimiento emocional, y también físico, ella sentía que poco a poco iba acercándose a su meta.
“No soy más que una gata solitaria, una pobre y pequeña gatita que usted recogió de la calle. Por eso siempre he intentado tratar de pensar en el tipo de mundo que usted desea. La verdad es que eso también me hace sentir a veces un poco triste porque usted no me dice nada”.
“Ya veo”.
“Sí, eso pasa”.
Él tomó una copa.
Zeta rápidamente tomó una botella de vino y le sirvió. Después, se acercó y pegó su cuerpo muy cerca del de él.
“Cuando supe que deseaba la vida eterna, finalmente lo entendí todo”.
“Me sorprende que lo lograras”.
“Lo hice porque me di cuenta que es el mismo camino que yo quiero recorrer”.
“Ya veo…” Dijo él. mirando hacia la profunda oscuridad que yacía afuera. Zeta también miró a la misma dirección.
“Haré que el demonio Diabolos resucite”.
“… Ya veo”.
“Lo sabía. ¿No va a detenerme?”
“No voy a negar una decisión que tú misma has tomado”.
“Amo, usted es demasiado amable. Por eso sé que usted no sería capaz de elegir esa decisión”.
“¿Tú crees?”
“Pero el mundo no funciona solo con amabilidad. Es esa misma amabilidad lo que ahora lo está encadenando”.
“… Puede ser”.
“Sí. Pero yo no soy amable, ni gentil. Por eso haré que resucite y no me importa poner a todo el mundo en mi contra si puedo conseguirlo”.
“… Todas te odiarán”.
“No me importa. Lo que haré es lo que el mundo necesita”.
Zeta por un momento dudó si apoyar su cabeza en el hombro del chico, pero al final lo hizo.
“—Porque, no importa si soy odiada por todo el mundo, lo único que importa es usted… mi destino”.
“Ya veo…”
Zeta se alejó de él y luego le dio la espalda.
“Y cuando llegue el momento, puede deshacerse de mí si así lo desea…” Luego de decir eso, ella desapareció en la oscuridad de la noche.
***********************
Zeta estaba parada en medio de la oscuridad de la azotea, con el aire frío de la noche de invierno moviendo su cola dorada.
“—El momento ha llegado”. Murmuró Zeta.
“Así que, finalmente es hora”.
“¿Ya tomó su decisión?”
De repente, dos sombras aparecieron detrás de ella.
Una de ellas era Victoria, y la otra una chica con una túnica y capucha negra.
“Resucitaré al demonio Diabolos”. Exclamó Zeta.
“¿Qué dijo Shadow-sama?” Preguntó Victoria.
“Se lo dije. Pero eso fue todo”.
“Entonces, ¿no le pidió su permiso?”
“Nunca tuve intención de pedirlo en primer lugar. Pero, pensé en detenerme si él me pedía que lo hiciera”.
“En otras palabras, no la detuvo”. Sonrió Victoria.
“Sí. Por eso, todo lo que haré, será por decisión propia”.
“¿Está consciente de que eso sería traicionar a todo Shadow Garden?”
“No importa. Alpha es demasiado indulgente. Ni siquiera tiene un plan a futuro luego de vencer al culto. Pero yo sí lo tengo”.
Ella entrecerró suavemente sus ojos azules.
“Resucitaré al demonio Diabolos y conseguiré la vida eterna. Con ello podré vigilar este mundo por la eternidad”.
“Y luego haremos de Shadow-sama el nuevo dios de este mundo”. Dijo Victoria con sus mejillas sonrojadas.
“… Todas la odiarán”. Dijo la chica con túnica que había estado guardando silencio todo este tiempo.
“Mi amo conseguirá la vida eterna, pero yo cargaré con todos nuestros pecados”.
“Así es. Es hora de actuar. Gloria a Shadow-sama”.
“… Seguiré con mi parte del plan”.
Victoria y la chica con túnica desaparecieron.
En la azotea solo quedó Zeta. Ella se quedó viendo fijamente a las lámparas de la academia.
“Me haré con todo. Con la vida eterna, y con el control de este mundo… de esa forma, construiré un mundo perfecto donde nadie vuelva a cometer un solo error…”
Las luces de las lámparas parpadearon en la oscuridad como las luces de las antorchas de aquel día, despertando una vez más aquellos recuerdos dentro de Zeta.
“¡Lo haré porque este es mi deber, mi destino…!”
Ella tomó su decisión y con sus propios brazos se abrazó como para no dejarla escapar.
Pero no había problema. Ella no estaba temblando. Y su corazón latía con total normalidad, serenamente.
Luego dejó escapar un aliento blanco hacia el cielo nocturno.
“Padre… Madre… yo, me he vuelto más fuerte”. Y murmuró eso, completamente sola.