Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute! - Volumen 5: 6. Epílogo, ¡Quiero conseguirla, incluso si tengo que destruir el mundo en el proceso!
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- Volumen 5: 6. Epílogo, ¡Quiero conseguirla, incluso si tengo que destruir el mundo en el proceso!
“Uhh…” Christina despertó de un profundo letargo. Su cuerpo se sentía pesado, su conciencia borrosa, y no recordaba nada de lo que había pasado después de que todos entraron a esa habitación con celdas.
“¿Dónde estoy…?”
Christina estaba atada. No tenía fuerza, era como si alguien hubiera sellado todo su poder mágico.
“Oh, ¿ya despertaste? Eso fue más rápido de lo que esperaba”. Dijo alguien. Christina miró a esa dirección y allí estaba Isaac. “¿Por qué estoy atada…?” Dijo Christina
“Porque vi la necesidad de hacerlo”.
“Ya veo”.
“¿No te sorprende?”
“Siempre me pareciste sospechoso. Ya me imaginaba que eras esta clase de persona”.
“Entonces supongo que debo mejorar mi actuación”.
“¿Dónde están los demás?”
“Dejé a la princesa Alexia y a Claire-san con mi amo”.
“¿Tu amo?”
“Sí, con mi amo”. Isaac repitió lo mismo. No dijo nada más aparte de eso.
“Por cierto, Suzuki-kun está allí durmiendo”. Dijo Isaac, señalando hacia una esquina de la habitación. Suzuki también estaba atado de la misma manera en que Christina lo estaba.
“Suzuki…” Christina suspiró con alivio.
“Yo que tú no me quedaría tan tranquila. Por desgracia, él ya no va a despertar”.
“¿Q-Qué quieres decir con eso?”
“El gas que usé para dormirlas es un potente veneno para las personas con poco poder mágico. Por lo general a esas personas les induce un sueño eterno”.
“Suzuki…”
“Me dejas sin palabras, Christina-san. Qué es Suzuki sino un simple noble de bajo nivel, un familiar de una rama inferior. ¿Por qué tendrías que estar triste por él?”
“No estoy triste. Es solo que…” Christina se dio cuenta de su estado de ánimo cuando Isaac se lo señaló. Y es que, él tenía razón. Suzuki era de una rama inferior, alguien realmente sin importancia a los ojos de la hija de un duque como lo era Christina.
“Solo me da un poco de pena, pensé que podría serle de utilidad a la casa Hope…”
“Oh, ya entiendo. Bueno, personalmente me da bastante igual si él o tú mueren o viven aquí”.
“¡¿Qué dijiste…?!” Gritó Christina.
“Lo que oíste. Me da igual. Lo único que me importa es terminar el trabajo que me fue encomendado…”
“¿Y qué es eso?”
“Tu cuerpo. Tu cuerpo guarda un potencial realmente alto. Algo que nuestra organización puede usar”.
“¿Qué organización? ¿Ese Shadow Garden del que todos hablan?”
“¿Shadow Garden? Oh, por favor. No te equivoques, nosotros no somos como esa organización de amateurs. Nuestra organización es la que está detrás de todos los sucesos en este mundo desde tiempos inme… no, olvida lo que dije. No tiene caso hablar de eso. De cualquier forma, pronto te convertirás en un cascarón vacío, sin mente ni corazón”.
Luego de decir eso, Isaac sacó una jeringa con un líquido rojo en ella.
“Mejor terminaré este trabajo aquí y ahora. Si me tardo más, llegaré tarde para presenciar el resurgimiento del gran brazo derecho. Con esto podrás ser un 2do. Pero lastimosamente Suzuki-kun solo será un 3er”. Isaac sonrió, poniendo la inyección sobre el brazo de Christina.
“¡Aléjate de mí…! ¡¿Nina-senpai?! ¡¿Dónde está Nina-senpai?!”
“Esa mujer desapareció…” Dijo Isaac con una expresión de frustración.
“¿Cómo que desapareció?”
“Pensé que el gas las había puesto a dormir a todas, pero cuando me di cuenta, esa mujer ya no estaba. De cualquier forma, no saldrá con vida de este santuario, pero soy yo el que tendrá que escribir eso en el reporte… Qué desgracia”. Dijo Isaac, presionando un poco más la jeringa.
“¡No…!”
“Es hora de decir adiós…” Pero de repente, algo se movió por la rendija de su ojo.
“¿No pueden hacer eso en silencio…? Por dios, no me dejan dormir”. La voz le pertenecía a Suzuki.
“¡Su-Suzuki…!”
“¡¿De-Despertaste?!”
“¿Y eso te sorprende? ¿O es que acaso me veo dormido todavía?” Respondió Suzuki casualmente.
“B-Bueno, da igual. Tampoco es que seas una gran amenaza despierto. Eso sí, eres molesto así que me encargaré antes de ti”. Dijo Isaac, acercándose esta vez a Suzuki con la jeringa en su mano.
“¿A qué te refieres con eso?”
“Hah. A que te convertirás en un cascarón vacío”. Respondió Isaac, poniendo la jeringa contra el cuello de Suzuki.
“Oh. ¿Así que acabarás conmigo…?” Dijo Suzuki, mostrando una sonrisa.
“Pues me parece que… eso no se va a poder”. Al instante, Isaac cayó sobre sus rodillas, y la jeringa con el líquido rojo cayó al suelo.
“¿Qué? Goff… Coff…” El brazo de Suzuki estaba contra el estómago de Isaac.
Le había dado un golpe limpio.
El golpe fue tan fuerte para Isaac que se cayó sobre sus propias rodillas.
“Imposible… estás atado… ¡No deberías poder usar tu poder mágico!” Dijo Isaac mientras trataba de ponerse de pie, con sangre saliendo de su boca.
“Eso se arregla fácilmente. Solo tengo que desatarme”. Dijo Suzuki, quitando las ataduras de sus brazos. Sus extremidades se movieron de manera en que las un humano jamás podría, y así logró zafarse.
Por supuesto, hizo lo mismo con sus dos piernas.
“¡Imposible…!”
“¿Y ahora qué harás? ¿No ibas a encargarte de mí?”
“¡No creas que ganaste solo por haberte zafado…!” Dijo Isaac con una mirada de odio.
“¡Te arrepentirás por haberte burlado de mí, maldito fracasado!” Luego, sacó su espada.
“Para tu desgracia, ya me deshice de tu espada”.
“Ah, ya veo”. Dijo Suzuki, sacando un bolígrafo de su bolsillo. Suzuki sacó la tapa del bolígrafo y dirigió la punta de este hacia Isaac.
“Esto será suficiente”.
“¿U-Un bolígrafo…? ¡Maldito!” Isaac liberó una gran ola de poder mágico. Después, dio el primer paso, atacando a Suzuki con la espada. El movimiento de la espada estaba dirigido a cortar ambos brazos de Suzuki, y así parecía que lo iba a hacer.
Si tan solo no se hubiera defendido con el bolígrafo.
Suzuki había bloqueado el ataque de la espada con la punta del bolígrafo, solo para después romper la espada de Isaac con el impacto.
El bolígrafo de Suzuki estaba intacto.
“¡¿Qué…?! ¡Gaah!” Sin perder el tiempo, la punta de éste se acercó a Isaac, quien retrocedió uno, y dos pasos.
No obstante, se quedó estupefacto al ver cómo de cualquier forma la punta del bolígrafo estaba presionada sobre su cuello.
“Coff… No puede ser que, solo con un bolígrafo…” Exclamó.
Al mismo tiempo, otro líquido rojo rodó por la punta del bolígrafo.
“¿Me lo puedes regresar? Mañana tengo que escribir en mi diario”. Dijo Suzuki, agarrando el bolígrafo clavado en el cuello de Isaac.
“Espe… espera… ¡Espera, esperaaaaaaaa!” Al retirar la punta del cuello de Isaac, grandes cantidades de sangre salieron disparadas de ahí. La sangre brotó, manchando el suelo poco a poco.
“Aaah… aah…” Isaac simplemente volvió a caerse sobre sus rodillas. Mirando con asombro a Suzuki.
Lo que vio fue el collar de Suzuki, o más específicamente, el ridículo número que ponía en el contador.
“¿Cómo…? ¡¿Cómo puedes tener tanto poder mágico?! Coff…” Isaac cayó al suelo vomitando sangre.
“No puedo… no puedo morir aquí… Coff… Aaah…” La sangre siguió saliendo de su cuello, hasta que finalmente su corazón dejó de bombearla. Suzuki por otro lado se quedó viendo el bolígrafo manchado con sangre.
“Ya se ensucio. Creo que mejor sí lo dejaré aquí”. Dijo él, tirando el bolígrafo encima del cadáver de Isaac.
Por otro lado, Christina miraba sorprendida, y claramente afectada a Suzuki, y especialmente a esa mirada que tenía en su rostro.
“Ah…” Su corazón latía rápido, sin saber por qué, ella solamente lo miró fijamente.
“Me alegro que estés bien”. Dijo Suzuki, quitando las ataduras de sus brazos y piernas.
“Gra-Gracias Suzuki.”. Murmuró en una voz muy muy baja.
“Solo hice lo que tenía que hacer. Ahora andando, tenemos que salir de aquí”.
“Ah. ¡Espera, Suzuki!” Christina detuvo a Suzuki antes de marcharse.
“Lo siento… creo que todo este tiempo he tenido una mala idea de ti. Siempre pensé que eras un estudiante mediocre, pero parece que no es así”. Dijo Christina un tanto apenada.
“No, no te equivocas, Christina-neesan. Suzuki ciertamente fue un estudiante mediocre”. Dijo Suzuki, sin girarse a verla.
“¿Eh? Pero acabas de…”
“No estás equivocada. Nunca lo has estado”. La voz de Suzuki era muy fría, la más fría que Christina había escuchado hasta ahora.
“¿Di-Dije algo que te molestó?”
“No, nada. Es solo que… creo que no deberías involucrarte demasiado conmigo. Mi camino es uno manchado con sangre, uno que las personas que viven bajo la luz del sol no deberían recorrer”. Dijo Suzuki, dándole la espalda a Christina como si estuviera dándole la espalda al mundo en general.
“¿Qué es lo que estás cargando sobre tus hombros…?”
“Un objetivo, y un deber. Los pecados de todo el mundo, y un destino del cual no puedo escapar… Por eso, si te involucras más conmigo, saldrás lastimada, incluso manchada con sangre”. Finalmente, él se dio la vuelta. Christina se quedó sin palabras al ver su mirada. Era una mirada tan pura como la de un cristal transparente, y a la vez vacía, sin ningún sentimiento en ella.
Eso a simple vista. Porque en lo profundo de esos ojos, se podía vislumbrar un sentimiento ardiendo como una feroz llama.
Suzuki extendió su mano hacia el cuello de Christina, luego alzó un poco su barbilla y Suzuki acercó su rostro al de ella. “Suzuki…” Murmuró Christina. Ella cerró sus ojos, perdiéndose en lo profundo de su mirada.
Después, algo sonó.
“¿Eh…?” Al abrir los ojos, se dio cuenta que ya no tenía puesto el collar.
“Ah… El collar… ¿Cómo lo hiciste?” Preguntó Christina, pero no hubo respuesta. En algún momento de la pelea, él también se había quitado su collar.
“Ya no tenemos tiempo. Démonos prisa”. Suzuki se dio la vuelta y comenzó a caminar. Esa espalda se veía demasiado solitaria…
“¡E-Espérame, Suzuki!” Christina corrió detrás de él para no perderlo de vista.
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“Yo que tú despertaría, pero ya. No creo que sea momento para seguir durmiendo”. De repente Claire despertó con esa voz resonando en su cabeza.
“¿Dónde estoy…?” Claire se encontraba todavía en medio de la niebla, aunque acostada en una sospechosa mesa de exámenes. A su lado también estaba Alexia.
“¡Alexia! ¡¿Estás bien?! ¡Despierta!”
“Uhh… ¿Dónde estamos…?” Alexia también despertó, y luego ambas miraron al espacio en donde estaban, quedándose sin palabras.
“¡Pero, qué…!”
“¡¿Qué diablos está pasando aquí…?!” Ellas vieron cuatro cápsulas cilíndricas, cada una con un líquido rojo y personas dentro.
“¿Son los estudiantes desaparecidos…?”
“Sí, no hay duda de ello. Todos ellos estaban en la lista de desaparecidos”.
“Pero ¿qué están haciendo con ellos…?”
“Les están absorbiendo su poder mágico para resucitar a Diabolos. Y será mejor que nos larguemos porque las siguientes seremos nosotras”. Dijo Alexia, tratando de zafarse de aquello que la estaba atando, pero no pudo hacerlo. Por supuesto, Claire tampoco.
“Sellaron nuestro poder mágico”.
“Esto tiene que ser obra del maldito de Isaac…” Dijo Alexia con resentimiento.
Al mismo tiempo, las cápsulas se activaron. Junto a un sonido sordo en claro movimiento, el líquido rojo comenzó a salir de dos de las cápsulas.
“¿A-Ahora qué pasa?”
“No lo sé…”
Y luego, una voz se escuchó desde atrás. “¿Ya despertaron? Me alegro porque es muy oportuno. Justamente dos cápsulas están casi listas para ser usadas, solo falta un 10 % aproximadamente…”
El que dijo eso fue un chico de cabello blanco. Su apariencia era atractiva, tan hermosa que parecía el personaje de un cuento de hadas y esto dejó a ambas sin palabras.
“¿Quién eres…?”
“Mi nombre es Fenrir. El quinto asiento de los Rounds”.
“¡¿E-Eres ‘ese’ Fenrir…?!” La apariencia del chico que se había presentado como Fenrir era la de un joven de la misma edad que Alexia o Claire, incluso se lo podía ver un tanto más joven.
“La edad y la juventud no tienen sentido cuando posees la vida eterna”. Dijo Fenrir, parándose frente a las dos cápsulas casi vacías.
“¿Qué es lo que planeas hacer con nosotras?”
“Por supuesto, las meteré en estas cápsulas. Las necesitamos para poder resucitar al brazo derecho de Diabolos. Al principio pensamos en gastar más tiempo usando los collares, pero nos hicieron un gran favor al bajar hasta aquí por cuenta propia”. Dijo Fenrir sonriendo.
Toda la escuela es un caos. No creas que te saldrás bien librado de esta”. Dijo Claire.
“Oh, ¿y quién será el que nos juzgue? ¿Los caballeros? ¿O su grupito de justicieros?”
“E-Eso…”
“Nosotros habitamos en el lado oscuro del mundo, un lugar al que ninguna persona del lado de la luz puede llegar”.
“Pero Shadow Garden sí…” Murmuró Alexia, y Fenrir dejó de moverse.
“¿Shadow Garden será nuestro verdugo…? Ja, ja”. Rio Fenrir.
“¡¿Qué es tan gracioso?!”
“No, perdón. Sencillamente no pensé que una princesa se pusiera del lado de una organización que ni siquiera conoce. Me causa mucha gracia, y pena al mismo tiempo…”
“¡…!” Alexia apretó sus dientes con fuerza, con su cara roja del enojo.
“Como dije, ni siquiera saben si ellos realmente nos condenarán, porque, en primer lugar, ni siquiera conocen qué tipo de organización manejan”. Dijo Fenrir, sacando los restos de lo que eran los estudiantes dentro de las cápsulas. “Al igual que nosotros, ellos también pertenecen al mundo de las sombras. No nos pueden juzgar, mucho menos condenar. Ya sea que nosotros salgamos victoriosos al final, o ellos, lo único que cambiará es el nombre de la organización que reinará desde este lado del mundo”. Dijo Fenrir, dándose la vuelta y mostrando sus ojos rojos.
“Bien, es hora del resurgimiento…” Fenrir miró a Claire. “Claire Kagenou. Según un informe, parece que puedes usar ciertas habilidades misteriosas”. Fenrir se acercó a Claire y levantó su barbilla.
“¡Quítame tus sucias manos de encima!”
“Tu sangre claramente es espesa, pero tampoco noto algo raro en ella. Aunque bueno, la verdad saldrá a la luz con sus debidas investigaciones”. Dijo Fenrir, presionando una jeringa con líquido rojo contra el cuello de Claire. Claire trató de resistirse, por supuesto, pero la fuerza de Fenrir era mayor. “No te resistas”. Nuevamente puso la punta de la jeringa en su cuello, y entonces…
“¿Se puede saber por cuánto tiempo más tengo que esperar?” La voz de Aurora resonó en la cabeza de Claire, y casi de inmediato, su gran poder mágico salió a flote. La jeringa salió volando por el aire y cayó al suelo.
“¡¿Qué?! ¡¿De dónde viene ese poder mágico?!” Fenrir dio un salto hacia atrás.
“Te prestaré un poco, solo un poco de mi poder”.
“Gracias, Aurora”. Respondió Claire, sacando su espada y cortando las ataduras de Alexia.
“Bien ahí, Claire”. Alexia se zafó y desenfundó su espada.
“¿Aurora…? ¿Eso fue lo que dijiste, Claire Kagenou?” Fenrir, por el contrario, se quedó viendo con sorpresa a Claire.
“¿Acaso estás sordo? Eso fue lo que dije. ¿Eres su amigo o algo?”
“Ja, ja… Ya veo. Esto podría ser interesante, si resulta ser la verdadera. Pero solo hay una forma de saberlo…. Responde a mi llamado, Colmillo Sangriento”. Fenrir sacó una espada desde la mismísima nada. El tamaño de ésta, sobrepasaba incluso su estatura, y la hoja brillaba de un color rojo como la sangre.
“Ese nombre… es el mismo que tenía la espada mágica del espadachín más fuerte del reino. No puedo creer que seas el verdadero…” Murmuró Alexia. No cabía duda de que su identidad era auténtica. La enorme presencia que emanaba la espada lo confirmaba.
“Ten cuidado Claire”.
“Ya lo sé. Más bien, ¿tú no vas a pelear?”
“¿Has visto cuánto poder mágico te queda? Si uso algo de poder en tu cuerpo el contador llegará a cero en segundos. Además, creo que ya va siendo hora de que aprendas a cómo usar mi poder”.
“En eso te doy la razón…” El poder mágico dentro de su cuerpo se había vuelto mucho mayor, y poco a poco ella iba sintiendo cómo dos poderes se mezclaban en su interior.
Con esa sensación recorriendo su cuerpo, ella acortó la distancia entre ella y su enemigo en un segundo.
Pero Fenrir bloqueó el ataque de Claire muy fácilmente.
“¿Eso es todo…? ¿Mm?” De repente, Fenrir se dio cuenta que una especie de tentáculos rojos estaban envolviendo al Colmillo Sangriento. Los tentáculos, moviéndose a voluntad de Claire, estaban tratando de apoderarse de la espada.
“¡Con este poder puedo derrotarte…!”
“No sueñes, mocosa”. Fenrir movió un poco su espada, y eso fue suficiente para hacer desaparecer todos los tentáculos rojos. Pero, Claire ya se había anticipado y se había movido.
Claire esquivó la hoja del Colmillo Sangriento y luego de tener a Fenrir a su alcance, lanzó una estocada a su torso.
Pero, al mismo tiempo, un sonido de metales chocando se escuchó. La espada de Claire había sido bloqueada con la empuñadura del Colmillo Sangriento.
“¡¿C-Con la empuñadura?!”
“No por nada ganaste el torneo Bushin… No obstante, aún eres una niña”.
Fenrir giró el Colmillo Sangriento, desviando la espada de Claire y al mismo tiempo acertando un golpe en su mandíbula.
“Ugh”.
El impacto, no obstante, fue ligero. Claire saltó hacía atrás en el momento preciso y eso disminuyó el daño. Sin embargo, se cortó un labio en el proceso, y su boca se manchó de su propia sangre. Ahora que su postura estaba rota, Fenrir aprovechó para contraatacar.
Pero, de repente se detuvo. Por alguna razón, tardó en darse cuenta que tenía una espada clavada en su hombro derecho.
“Nada mal. Si te hubieras movido un poco más, te habría atravesado el corazón”. Era Alexia.
“Ya sabía que estabas esperando el momento oportuno para atacar. Aunque admito que no me di cuenta de tu movimiento…” Fenrir bajó el Colmillo Sangriento y dio un paso atrás. La sangre salía de su hombro derecho, pero eso no parecía importarle en lo más mínimo.
“¡Hah!” Exclamó Fenrir, lanzándose al ataque una vez más. Sus golpes eran precisos, y acompañados con un gran poder destructivo.
Alexia trató de bloquear ese ataque con su espada. Su movimiento no fue rápido, y tampoco usó demasiado poder mágico, así que no había forma en que pudiera bloquearlo.
Pero, justo cuando estaba por recibir ese poderoso ataque, ella retrocedió medio paso, cambió la dirección de su espada y con eso escapó del Colmillo Sangriento.
“Ohh…”
Casi de inmediato, ella contraatacó. Sus movimientos no eran muy rápidos, con poco poder mágico, pero, aun así, eso era suficiente para apuntar a todos los puntos vitales de Fenrir.
Fenrir estaba al borde de la muerte. A simple vista parecía que lo único que podía hacer era tomar su Colmillo Sangriento y esperar a que la espada de Alexia lo atravesara.
Y, sin embargo, él dio un fuerte salto. El impulso fue tal que rompió el espacio donde estaba parado, esquivando así, con movimientos imposibles para un ser humano, el ataque de Alexia.
La espada de Alexia cortó el aire, aunque dejando una pequeña herida en la mejilla de Fenrir, el cual tomó distancia rápidamente.
“La espada de alguien común y corriente… una espada comparada con la de la princesa Iris, y al mismo tiempo despreciada…”
“Pero no está nada mal, ¿no crees?”
“Eso veo. Quisiera poder verte en unos 100 años. En el camino de la espada, la experiencia lo es todo. Eso es lo que hace la diferencia…” Dijo Fenrir, cerrando sus ojos.
“Ahora iré un poco más en serio…” Al instante, la atmósfera cambió.
Un poder mágico inmensurable comenzó a salir de su interior, y al mismo tiempo su cabello también tomó un tono mucho más blanco. Un montón de arrugas aparecieron en su rostro, y sus extremidades se volvieron más delgadas.
Finalmente, abrió los ojos.
La persona que antes tenía la apariencia de un adolescente, ahora se había convertido en un anciano.
“Supongo que esa es tu verdadera forma…”
Un anciano débil y enclenque, que parecía estar a punto de morir.
Sin embargo, ni Claire ni Alexia se dejaron llevar por esa apariencia. Especialmente porque sintieron una presión y un peligro mucho mayor ahora que había adoptado esta forma.
Un sudor frío recorrió sus espaldas.
“Ahora lo recuerdo… El demonio de Midgar”
“¿Demonio de Midgar?” Respondió Claire al comentario de Aurora.
“Un asesino que era muy temido en Midgar en el pasado. Se decía que mataba a la gente solo para hacerse más poderoso. Aunque ya pasaron muchos años, y debería ser un esqueleto…”
“Oh. Me sorprende que conozcas ese apodo. ¿Eso también te lo dijo Aurora?” Dijo Fenrir con una voz ronca.
“Así que eres la verdadera bruja de la calamidad… Dime, ¿planeas hacer de esa niña tu recipiente?”
“Aurora, ¿qué es lo que está diciendo?”
“No lo escuches. Él usa las palabras para distraer a sus enemigos”.
“¡Pero…!”
“¡¡Claire!!”
“¿Eh?”
Fenrir estiró su Colmillo Sangriento.
La espada se alargó, y como si se tratase de un látigo, se envolvió alrededor del cuello de Claire.
Al mismo tiempo, Claire vio la muerte acercándose. Sin embargo, al mismo tiempo sus ojos brillaron de un color violeta, extendiendo más de 100 tentáculos que bloquearon el ataque de Colmillo Sangriento y luego lanzaron un contraataque contra Fenrir.
“Ja, ja… Sí, ese es el poder que quería ver”. Fenrir esquivó cada uno de los ataques de forma muy diestra. Sin embargo, eran tantos que de vez en cuando lo agarraban, y destrozaban parte de su ropa. Pero, ni uno solo pudo hacerle daño. Al final, Fenrir hizo desaparecer cada una de los tentáculos de sangre.
“¡Mi poder mágico…!” Exclamó Claire, cayéndose al suelo. Ya solo le quedaban 36 de poder mágico.
Te falta mucho para llegar a ser lo que eras, Aurora. O tal vez simplemente me he vuelto más fuerte”.
“Este cuerpo es demasiado débil…” Respondió, pero rápidamente el Colmillo Sangriento la tiró al suelo.
“¡Ugh…!” A duras penas logró evitar un golpe fatal, pero estaba tan débil que no pudo hacer más que rodar por el piso, hasta que sus ojos volvieron a su color rojo natural.
“¡¡Lo pagarás!!” Gritó Alexia, lanzándose al ataque.
Sus movimientos, como de costumbre, no eran tan rápidos ni tan poderosos, pero esta vez Fenrir la superó con creces. Lo único que Alexia vio fue una imagen residual roja, y luego a sus espada rompiéndose en pedazos.
“A-Ahh…”
“Como dije, la experiencia lo es todo… Aún estás muy lejos de alcanzar la experiencia de mil años que poseo”. Dijo Fenrir, tomando una postura elevada.
“Mi espada…” Su espada se hizo añicos, y con eso recordó la vergüenza que había pasado antes. La vergüenza que la motivó a entrenar para no volver a experimentar tal miseria.
Pero ahora, había recibido un golpe de realidad. No importa cuánto entrenara, o cuánta experiencia acumulara, aún estaba lejos de acercarse al pináculo de la espada.
Las lágrimas comenzaron a aparecer en sus ojos.
“Muere…” Exclamó Fenrir, bajando su espada desde esa postura elevada.
Pero en ese mismo instante, se escuchó el sonido de dos metales chocando entre sí. El golpe de Fenrir fue bloqueado, y éste retrocedió lo más rápido que pudo.
Lo que apareció allí, enterrado en el suelo, fue un bolígrafo.
“¿Quién eres?”
“Tú eres…”
La persona que entraba a escena era el chico con mirada de pocos amigos, el estudiante común y corriente que habían conocido hace poco; era Suzuki.
“¿Se encuentra bien?” Dijo Suzuki, caminando lentamente, para luego recoger el bolígrafo enterrado en el suelo.
“Princesa Alexia, por aquí”. Dijo alguien a Alexia, haciendo que retrocediera. Esta vez la persona era Christina.
“To-Todavía puedo pe…”
“No sea tonta. Ya no le queda nada de poder mágico”.
El poder mágico de Alexia había descendido a menos de 100. Ella se mordió los labios con fuerza, y luego observó a Suzuki.
“Fenrir es demasiado fuerte. Él no será capaz de hacerle frente”.
“Puede ser. Pero ahora mismo no me puedo imaginar a Suzuki perdiendo tan fácilmente”. Dijo Christina con total confianza mientras observaba a Suzuki haciéndole frente por sí solo a Fenrir.
“Te lo pregunto una vez más. ¿Quién eres?” Preguntó Fenrir.
“Mi nombre es Suzuki. Soy estudiante de primer año en la Academia de espadachines mágicos de Midgar”. Dijo Suzuki mientras hacía girar el bolígrafo en sus dedos.
“¿Un estudiante…?” De repente, Fenrir movió el Colmillo Sangriento, estirándolo como un látigo y tocando apenas el flequillo de Suzuki.
“Pues para ser un estudiante, captaste muy rápido el alcance de mis ataques”.
“¿Alcance? ¿De qué alcance hablas?” Dijo Suzuki haciéndose el desentendido antes de dar un paso al frente.
Ahí estaba al alcance de Fenrir, pero este solo se lo quedó observando con duda. Las pisadas de Suzuki resonaron con fuerza. Una, y luego otra. Hasta que finalmente el Colmillo Sangriento volvió a atacar.
El arma se movió de derecha izquierda de arriba a abajo, como la hermosa danza de una espada que enamoraría hasta al espadachín más novato.
Suzuki, por el contrario, solo tenía unos bolígrafos como armas. Cuatro en cada mano, los cuales usaba como si fueran unas garras.
Las puntas de metal brillaban con intensidad, liberando chispas doradas cada vez que chocaba con la danza de espada rojiza.
El sonido se repitió una, y otra y otra vez, casi perpetuamente, dando la imagen de luces doradas y rojas bailando en sincronía en medio de la niebla.
“Qué hermoso…” Murmuró Alexia.
La espada de Fenrir le hacía honor a su título, pero la habilidad de Suzuki también era inmensurable al poder defenderse usando solo unos bolígrafos.
Los dos parecían estar por encima de cualquier caballero de Midgar, e incluso de todos los siete espadachines del imperio Begalta…
“Son demasiado fuertes…” Murmuró Christina.
Y es que era así. La fuerza y destreza que Suzuki estaba demostrando superaba con creces a la de un simple estudiante.
“¿Quién es ese chico?” Alexia hizo la pregunta más natural en este caso.
“No lo sé. Pero, creo que está cargando con un gran deber en sus hombros. Dijo que tiene una misión que debe cumplir a toda costa…”
“¿Una misión? ¿Ese es el secreto de su poder…?” Alexia apretó los puños.
“Claire-san, ¿está bien?” Christina se acercó a ayudar a Claire que seguía en el suelo.
Ma-Más o menos… Parece que el que está peleando ahora es Suzuki, ¿no?” Dijo Claire algo adolorida.
“Nosotras no podemos entrar en esta pelea. Debemos observar”.
“Sí, lo sé…” Dijo Claire, apretando con fuerza la mano en la que tenía el círculo mágico.
Suzuki y Fenrir seguían peleando dentro de la niebla, pero la balanza ya comenzaba a inclinarse hacia un lado.
La luz roja estaba eliminando la luz dorada. El Colmillo Sangriento poco a poco iba superando a los bolígrafos. El motivo era la diferencia en el alcance de ambos.
El Colmillo Sangriento de Fenrir era mucho más largo que una espada común, y por supuesto, el bolígrafo de Suzuki ni siquiera tenía la longitud de una espada.
Por eso, Fenrir era el único que estaba atacando, y Suzuki simplemente se estaba defendiendo.
“La batalla está decidida. Reconozco tu habilidad en el arte de la espada, y sé que tú mejor que nadie ya te has dado cuenta de eso”. Dijo Fenrir en medio de sus repetidos ataques.
“Oh, ¿en serio?” Respondió Suzuki, dando un salto en el aire. Luego, le lanzó sus bolígrafos justo al rostro de Fenrir.
Cuatro bolígrafos brillaron con una luz dorada.
“Tus trucos no sirven de nada…” Fenrir bloqueó los bolígrafos con Colmillo Sangriento al mismo tiempo que retrocedía.
Claro, no salió totalmente ileso, pero tampoco con heridas graves. En cambio, Suzuki ya no tenía forma de defenderse.
Al menos eso pensó Fenrir.
“¡¿Qué?!”
Todavía en el aire, Suzuki sacó cuatro bolígrafos más.
“Movimiento Especial: Tormenta Dorada”.
Los bolígrafos salieron volando, cayendo sobre Fenrir como una lluvia torrencial.
“¡Maldito…!” No obstante, Fenrir se defendió de forma extraordinaria.
Esquivó los bolígrafos con sus movimientos, y las que no pudo esquivar, las bloqueaba con su espada. De esa forma, ni un solo bolígrafo logró golpearlo, hasta que la lluvia se detuvo.
En el suelo había un montón de bolígrafos, y en el centro estaba Fenrir sin moverse; no, sin poder moverse.
“Jaque mate”. Detrás de él estaba Suzuki.
“Los bolígrafos solo fueron una distracción. Ya veo”.
“Ya sabes lo que dicen; las letras son más fuertes que las armas”. Dijo Suzuki, presionando un bolígrafo contra el cuello de Fenrir.
“Admito mi derrota en este primer round. Aunque creo que me confié demasiado, después de todo ha pasado mucho desde la última vez que me divertía tanto. Es lo malo de ser un viejo—”
“Sí, claro”. Suzuki enterró el bolígrafo en Fenrir sin siquiera escuchar hasta el final sus palabras. Seguido de eso, la sangre comenzó a salir de su cuello.
“Coff… Los jóvenes de hoy en día sí que son impacientes. ¿No te han enseñado a escuchar a tus mayores?” Los ojos de Fenrir se pusieron de color rojo sangre. Al mismo tiempo, un enorme poder mágico salió disparado de su cuerpo, que al mismo tiempo mandó a volar por el aire a Suzuki. La herida de su cuerpo sanó rápidamente, como si hubiera utilizado una especie de regeneración a gran velocidad.
“Pero ya basta de juegos. Primero acabaré con la más débil…” Dijo Fenrir mirando en dirección a Alexia. La primera presa era una de las chicas: Christina.
“¡Ah…!”
Christina se estremeció al observar esos ojos rojos, sintiendo una presión como nunca antes había sentido en la vida.
“Dulces sueños, señorita”.
Al instante, un ataque color carmesí arremetió contra Christina. Ella se quedó observando ese destello de luz, que significaba su propia muerte.
Pero, justo antes de impactar, una sombra apareció delante de ella. La sombra la cubrió con sus brazos y recibió el ataque en su lugar, dejando el aire bañado en sangre.
“¡Suzuki…!”
La sombra era la de Suzuki.
“¿Estás bien…? Coff…” Suzuki escupió una gran cantidad de sangre mientras hablaba.
“¡Suzuki! ¡¿Estás bien?! ¡Suzuki! ¡¿Por qué… por qué hiciste eso?!”
“Porque todavía no me he disculpado contigo…” Exclamó Suzuki, con su boca manchada de sangre.
“¡No tienes nada de qué disculparte! Tienes que curar tus heridas…”
“No. Ahora lo que debo hacer es disculparme contigo. Después de todo yo…”
“¿Eh…?”
“Yo… no soy Suzuki”. La voz de Suzuki cambió.
Su voz ahora sonaba como una proveniente desde lo profundo del abismo, y al mismo tiempo sus ojos iban tomando un tono rojizo.
“Suzuki está muerto. Mi verdadero nombre es…”
El sinnúmero de bolígrafos en el suelo se convirtió en una masa negra, que saltó hacía el cuerpo de Suzuki.
“Su-Suzuki…” Al ver eso, Christina retrocedió casi por instinto.
Los slimes negros cubrieron todo el cuerpo de Suzuki, hasta tomar otra forma.
“Mi nombre es Shadow. Aquel que acecha en las sombras y caza en las sombras…” Dijo un hombre con un abrigo negro y una espada azabache en su mano.
“¡¿Shadow?!” Gritó Alexia.
“Shadow…” Christina también estaba sorprendida. Pero más que eso, sintió una gran emoción en su pecho mientras miraba al hombre parado frente a ella.
“Así que tú eres el famoso Shadow. Imaginé que harías acto de presencia en algún momento…”
Pero Fenrir no se sorprendió. Rebosante de poder mágico, le hizo frente a Shadow.
“¿Tomaste la forma de un estudiante para encontrar una oportunidad de atacar? Qué hombre tan embustero…”
“Qué va. Solo estaba jugando un poco”.
“No seas descarado. Preparaste todo demasiado bien como para ser un simple juego. No estoy tan senil como para no darme cuenta de tus intenciones”.
“Ohh…”
“Los humanos mentimos para esconder aquello que queremos ocultar. Por eso detrás de una mentira siempre habrá una verdad”.
“Tiene sentido”.
“Escogiste la forma de un estudiante para evitar un enfrentamiento directo conmigo. Por eso lo que llamas diversión es la mentira en la cual se oculta el miedo que sientes por mí”.
“Hah… Qué anciano tan gracioso”.
“De ser el caso, sería una gran decepción. Quisiera ver de qué está hecho el Shadow del que todos hablan, o si eres capaz de superar el pináculo de la espada que conseguí con la vida eterna…” Dijo Fenrir, tomando una postura con Colmillo Sangriento.
“¿Y por qué no lo intentas?” Respondió Shadow, tomando su espada negra.
“Eso es lo que haré ahora mismo”. Fenrir se agachó un poco y preparó el Colmillo Sangriento.
“Shadow, no me decepciones”. Luego, desapareció entre la niebla.
“Técnica Secreta de Espada Antigua—Cigarra”.
De repente, Fenrir apareció detrás de Shadow. El Colmillo Sangriento regresó a su posición original y tomó una postura de alerta.
“Oh… Lograste bloquear eso”. Dijo Fenrir entre risas.
La capa negra de Shadow estaba visiblemente rota, con las marcas de la espada de Fenrir.
“Ya me han atacado muchas veces con espadas rápidas… pero la tuya, es lenta”. Shadow reparó su capa negra y se dio la vuelta.
“¿Te diste cuenta de mi velocidad solo con ese ataque?” La niebla envolvió el cuerpo de Fenrir.
“Interesante…” Mientras que Shadow se quedó observando el flujo del poder mágico que utilizaba Fenrir.
Después de un segundo, Fenrir volvió a desaparecer, y la capa de Shadow volvió a romperse. Aunque ahora las marcas eran mucho más profundas que antes.
“¿Otra vez lo bloqueaste?” Dijo Fenrir desde la espalda de Shadow.
“Sí, eres lento…”
Shadow puso su mano sobre su capa y nuevamente la reparó.
“¿Puedes ver la Cigarra?”
“Antes de que impactara sí, pero no su trayectoria”.
“¿Entonces cómo puedes bloquearla?”
“Retrocediendo en el momento en que la hoja está a punto de tocar mi cuerpo. Nada más, nada menos”.
“¿Así que esas son las técnicas ligeras? Escuché que son técnicas de artes marciales para esquivar ataques con la misma tranquilidad con las que se mueven las ramas de un árbol”.
“Pues nunca le he prestado atención al nombre”.
“Entonces debe ser talento natural”.
“Tampoco es algo tan complicado”. “¿Entonces cómo eres capaz de hacerlo?”
“Entrenando”.
“Oh… Entiendo. Ese es el verdadero camino de la espada, después de todo”. Fenrir se agachó y tomó el Colmillo Sangriento nuevamente.
“Entonces, trata de bloquear el ataque que este viejo lobo consiguió de su entrenamiento”. La niebla se amontonó como un remolino.
“Ya veo…” Shadow tomó su espada y la dirigió hacía un lugar vacío.
“Espléndido…” Fenrir desapareció.
Luego, este apareció detrás de Shadow, aunque con sangre cayendo desde su hombro.
“¿Pudiste seguir mis movimientos…?” Preguntó Fenrir mientras se agarraba el hombro.
“Tus movimientos no. Pero sí tu poder mágico”.
“Ya veo… Entonces ya descubriste mi secreto”.
“Tu Cigarra solo es una imagen residual creada por tu poder mágico. El verdadero golpe es un movimiento muy lento de tu espada, lo cual borra su presencia casi al máximo”.
“Correcto. En el momento en que tú ves a la cigarra, yo ya estoy moviendo mi espada en otra dirección. Excelente trabajo descubriendo el truco de mi ataque. Debo reconocer que tus habilidades son auténticas”. Dijo Fenrir, tomando de nuevo su espada.
“¿Piensas seguir peleando?”
“Por supuesto. Estuve esperando por este día mucho tiempo. Ahora es el momento perfecto para poner a prueba el resultado del entrenamiento de tantos años. Después de todo, uno no puede mejorar solo en el camino de la espada”. Respondió Fenrir, alargando el Colmillo Sangriento.
“Ahora intenta bloquear esta técnica, superior a la Cigarra”. Fenrir hizo retroceder al Colmillo Sangriento. Por supuesto, Shadow evitó el golpe.
Sin embargo, la niebla comenzó a dividirse, dejando rayones en el suelo. Como si fuera algún tipo de pista, el Colmillo Sangriento corrió por esos rayones.
En este ataque donde ahora la prioridad no era la defensa, Fenrir aceleró sus movimientos.
Es más, incluso parecía haber más Colmillos Sangrientos.
Primero solo era uno, luego dos, luego tres… y seguían aumentando con cada golpe de Fenrir, hasta llegar a nueve.
Fenrir sonrió mientras blandía los nueve Colmillos Sangrientos.
“Este es el pináculo de la espada… Colmillos Sangrientos de Cigarra”.
Las nueve espadas atacaron a Shadow desde distintas direcciones.
“Oh…” Exclamó Shadow.
“Así que todas las espadas son una ilusión”. Dijo Shadow, cerrando sus ojos.
Al siguiente instante, las nueve espadas impactaron en el cuerpo de Shadow. Desde la izquierda, derecha, desde arriba y abajo… Shadow comenzó a ser golpeado como un muñeco de trapo.
“¡Shadow!”
“¡Shadow-san!” Gritaron Alexia y Christina. Así de mal se veía la situación para Shadow.
Shadow quedó tendido en el suelo, mientras que Fenrir lo observaba. Finalmente, movió uno de sus dedos.
“¿Terminaste…?” Dijo Shadow.
“Hm. Pensé que al menos te haría un rasguño”. Respondió Fenrir.
La conversación entre ellos era rara. Como si los papeles de vencedor y vencido se intercambiaran constantemente de un momento a otro. Fenrir aprovechó que Shadow seguía en el suelo para tratar de darle otro golpe.
El golpe cortó el cuerpo de Shadow a la mitad y dejó un gran rastro en el suelo, pero… no salía nada de sangre.
Es más, el cuerpo de Shadow comenzó a desaparecer sin más.
“¿Una ilusión…?” Murmuró Fenrir.
“Gracias por mostrarme tu técnica”. Dijo él de entre la niebla.
Luego, se escucharon las pisadas no de una persona, sino de nueve. Eran nueve Shadows.
“¿Lo lograste con solo verla una sola vez…?” Exclamó con asombro Fenrir.
Nueve espadas estaban moviéndose a través de la niebla, tomando la forma de nueve cabezas de dragón.
“¡Espléndido!” Gritó Fenrir con voz de júbilo.
“Técnica Secreta—Cigarra Atómica”.
Así, los nueve dragones masacraron el cuerpo de Fenrir.
Uno mordió y cortó su brazo derecho, otro hizo lo mismo con el brazo izquierdo.
El tercero mordió la pierna derecha, el cuarto la izquierda.
El quinto y el sexto fueron a por su torso, el sexto atravesó su pecho, mientras que el octavo cortó su cuello.
Y finalmente, el noveno… se comió su cabeza.
“¿Aún sigues con vida?” Preguntó Shadow a la cabeza cercenada de Fenrir.
“Coff… Te agradezco… me mostraste al final, lo que es el verdadero pináculo… de la espada”. Dijo Fenrir con una voz apagada.
“Eso no existe”. Respondió Shadow de forma inexpresiva.
“¿No existe, dices? Pero sí tú eres el…”
“La montaña jamás termina. Luego de una cima, siempre habrá otra más alta…” “Ohhhh…”
“La gente se queda estancada cuando piensa que ya llegó a la cima”.
“Ya veo. Entonces por eso yo…” La frustración apareció en el rostro de Fenrir.
“Por eso yo aún no he podido ver la cima…” Con esas palabras, la novena cabeza del dragón cerró sus fauces.
La cabeza se rompió en pedazos. Shadow entonces guardó su espada y comenzó a desaparecer en la niebla.
“¡¡E-Espera, Shadow!!” Gritó Alexia, y Shadow se detuvo.
“¡Dime la verdad! ¿Quién eres? ¡¿Por qué estás peleando?!” Alexia esperó una respuesta. Pero Shadow solo se quedó de espaldas, sin decir nada.
“¡Quiero proteger a este reino! ¡No quiero que las personas que me importan sufran! ¡Decidí que esa sería mi razón de pelear! ¡¿Pero, y la tuya?! ¡¿De qué forma podemos confiar en ti?!” “Creo haberte dicho que, no te involucraras en todo esto”.
“¡¡La situación no es tan sencilla para hacer lo que tú dices!! ¡Nosotras también estamos peleando hasta donde podemos! Tú eres fuerte, por eso tal vez nada de esto sea importante para ti, tal vez para ti ninguna de las personas de este reino tenga importancia. Pero yo… ¡¡los débiles como yo, no tenemos otra opción que luchar con todas nuestras fuerzas!!”
Shadow se dio la vuelta lentamente, observando a Alexia con sus característicos ojos rojos.
“Nosotros simplemente nos deshacemos de los obstáculos, por el bien de nuestro objetivo…” Respondió, con esa misma voz que parecía provenir del abismo.
“¿Pero qué objetivo es ese…? Shadow, ¡¿qué es lo que planeas hacer con este mundo?!” Ante tal pregunta de Alexia, Shadow por primera vez, cambió su expresión. Él mostró una sonrisa.
Luego, movió la espada hacia un lado, cortando un misterioso dispositivo que estaba escondido entre la niebla.
Al mismo tiempo, se escuchó un sonido metálico y el objeto que llevaban todas en el cuello se partió por la mitad.
“Los collares…”
“¡Shadow!” Gritó Alexia, dándose la vuelta. Pero Shadow ya no estaba ahí, no quedaba rastro alguno de su presencia.
“Tengo que ser más fuerte, tengo que volverme más fuerte…” Murmuró Alexia, apretando los puños con fuerza.
“Claire-san… ¿está bien?” Preguntó Christina, ayudando a Claire a ponerse de pie.
“E-Eso creo…” Claire respondió, aunque no dejaba de apoyar su mano contra su estómago. Probablemente necesitaba atención.
“Princesa, deberíamos escapar rápido de este lugar. Aunque no sé en dónde está la salida…” Dijo Christina, y luego se escucharon pasos en la niebla.
“¡Heeey! ¡Por fin las encuentro!” De allí apareció una chica bajita: Nina.
“Nina… Qué bueno, estás bien. Pero, ¿y tú en dónde estabas?” Dijo Claire, todavía con una expresión de dolor.
“Lo siento, en serio. A duras penas logré escapar de Isaac-kun, pero me perdí en el camino. Aunque mira el lado bueno, ¡encontré la salida!” Dijo Nina, sonriendo mientras señalaba con su dedo la salida.
“Buen trabajo. Vámonos de aquí”. Dijo Alexia, parándose de espalda. Justo en ese momento, Nina se movió rápidamente.
Al hacerlo, la primera en caer al suelo fue Alexia. Luego cayeron Claire y Christina al mismo tiempo.
Fue un triple golpe en la nuca de las chicas a una velocidad impresionante.
Nina las vio a las tres desmayadas en el suelo y murmuró.
“Necesito un aumento de sueldo”. Murmuró entre suspiros. Después, volvió a hablar, pero esta vez hacía la niebla.
“Ya terminé con los preparativos, Zeta-sama”. Al mismo tiempo, aparecieron dos chicas: una mujer bestia de pelaje dorado y una chica de cabello rosa platino.
“Buen trabajo. Insisto, creo que deberías unirte oficialmente a Shadow Garden”. Le dijo Victoria a Nina.
“Creo que podrías volverte parte de las Numbers muy rápido…” Añadió, mirando a Zeta.
“Es mejor que no lo haga. De esa forma puede moverse más libremente y cubrir mejor su fachada”. Respondió Zeta.
“En ese caso, seguiré con mi papel como hasta ahora”.
“Sí. Sigue actuando como la amiga de Claire-sama. Al menos hasta que llegué el momento…”
“Sí señora…” Nina creó un abrigo blanco con slime y se cubrió con la capucha. Tomó a Claire en brazos y caminó hacia la salida del santuario.
Luego de eso, por órdenes de Zeta, ella acostó a Claire en un pedestal con círculos mágicos antiguos. Al verter algo de poder mágico en éste, se prendieron dos llamas de fuego, una en cada lado.
“Ya no hay vuelta atrás”. Le dijo Nina a Zeta.
“Lo sé”.
“Sabe bien que esta no es la forma en la que Alpha-sama…”
“Alpha es demasiado blanda. El resultado que está al final de los métodos de Alpha solo hará que el mal vuelva a crecer, y el mundo cometa los mismos errores una y otra vez. Por eso, debemos ser nosotros los que controlemos el mundo, para que el mal jamás vuelva a pisar esta tierra…”
Zeta miró fijamente el fuego en el pedestal, como si estuviera observando algo que yacía dentro de esas llamas moviéndose vívidamente.
“Una vez que Shadow-sama tenga la vida eterna, se convertirá en el dios de este mundo. No necesitaremos otra religión, porque las palabras sagradas serán las de Shadow-sama, y nosotras las encargadas de transmitirlas”. Dijo Victoria, con una mirada llena de emoción.
“A veces me pregunto si estamos haciendo lo correcto…”
“Lo que estamos haciendo es nuestro deber”. Respondió Zeta, vertiendo más poder mágico en el pedestal.
Los patrones mágicos en este se elevaron, y se unieron a la puerta sellada. De inmediato, las cadenas comenzaron a resonar.
“¡¡Guuh…!! ¡Gaah…!”
Claire comenzó a estremecerse, abriendo sus ojos rojos de par en par y gritando con una expresión de sufrimiento. “¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaah!!”
“¡Claire!” Gritó Nina.
“Está teniendo una reacción de rechazo. Pronto se calmará”.
“Pero…”
“Necesitamos su cuerpo para revivir por completo a Diabolos”.
Las cadenas fueron aflojando una a una, al mismo tiempo que un nuevo círculo mágico apareció en la mano de Claire.
“¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!” Gritó Claire.
De inmediato, las cadenas cayeron, y la última puerta se abrió.
Detrás de ella no había nada, solo una profunda e inmensurable oscuridad.
El círculo mágico de Claire brilló con intensidad.
“Parece que fue todo un éxito”. Dijo Victoria con una sonrisa encantadora en su rostro.
“Ahora tenemos los brazos derecho e izquierdo. Nina, de ahora en adelante, quiero que vigiles de cerca a Claire-sama”. Dijo Zeta, examinando detenidamente el círculo mágico que apareció en Claire.
“¿Es esta… su decisión final…?” Dijo Nina débilmente. Ella estaba limpiando el sudor de la frente de Claire.
“Pronto todos se darán cuenta cuál método es el correcto; el de Alpha, o el mío”. Respondió Zeta, dándose la vuelta y marchándose.
“Nosotras seguiremos escondidas en las sombras, hasta que ese momento llegue…” Desapareciendo finalmente en lo profundo de la oscuridad.
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Estaba parado en medio de un espacio totalmente en blanco.
Muy satisfecho, cabe decir. Había tenido una buena pelea y un buen juego de personajes como los que no había tenido en tanto tiempo.
La forma de usar la espada de ese viejito terrorista me dejó con más de una sorpresa. Se le notaba la experiencia en las canas. Su técnica final fue tan genial que hasta la copié, gracias a eso pude terminar el evento con un gran fatality.
Aparte, aprender las técnicas de tu enemigo para contraatacar también es un escenario genial.
En la escena de la revelación de Suzuki-kun también me la rifé. Creo que pude aumentar la profundidad del personaje de Shadow gracias a tomar la forma de Suzuki-kun. Les dejé saber que donde hay un santo, se esconde un malvado, donde hay luz se esconde la oscuridad, y en todos lados hay una eminencia en las sombras.
Así que, mientras pensaba en eso, terminé en este lugar.
“¿Dónde rayos estoy…?”
Miré en todas las direcciones. Me recordó al lugar en donde conocí a la Violeta-san loli.
“Hola, nos volvemos a encontrar”. En medio del espacio en blanco, estaba una pequeña niña sentada, abrazando sus rodillas.
La niña estaba llena de heridas.
“¿Estás bien…?” Le di algo de mi poder mágico para curarla.
“Uhh…” La niña alzó la mirada. Su cara estaba cubierta con lágrimas de sangre.
“Gracias…”
“No hay de qué. ¿Qué fue lo que pasó?”
“Nada. Lo de siempre”.
“Oh, lo de siempre”.
“Ajá”.
La niña me miró y sonrió.
“Finalmente nos encontramos, Onii-chan”.
“¿Cómo que finalmente?”
“Mi poder es más fuerte en este lugar”.
“Umm… Ah, mira esto”. Le dije, sacando una joya roja de mi bolsillo.
“Es algo muy importante para ti, ¿no?”
“¿Me lo estás dando…?”
“Te lo doy por un millón de Zenis. Me los puedes pagar del otro lado”.
“Gracias”. Dijo la niña, tomando la joya roja.
“Estaba esperando que esto sucediera”.
“Oh, entiendo. ¿Y puedes decirme qué es esa joya?” “¿Esto? Esto es…” La niña sonrió.
Ella levantó sus mejillas, en una mueca de felicidad.
“Esto es… mi…” Su rostro se deformó en el de un monstruo, uno malvado, y poco a poco su cuerpo comenzó a emanar un poder mágico nefasto.
El espacio que era blanco se volvió negro. La niña movió sus pequeños labios y murmuró:
“Mi maldad”. No la escuché realmente, pero estoy seguro de que dijo eso.
Al mismo tiempo, sentí un torbellino de emociones negativas.
Desprecio, un montón de desprecio de esta niña, de los hombres, mujeres, ancianos, niños. No obstante, en un abrir y cerrar de ojos, todas estas personas estaban siendo devoradas por un misterioso monstruo.
Aquello se repitió cientos, miles de veces, y para cuando me di cuenta, estaba de nuevo parado en la azotea de la academia.
Al inicio estaba en ese lugar donde conocí a la Violeta-san loli. Pero ahora estaba aquí, observando el atardecer a lo lejos, en la academia donde la paz y lo inmutable era el pan de cada día.
“Mm… Creo que no debí darle eso, ¿verdad?” Pensé.
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Una chica de cabello plateado estaba observando el pasillo con sus ojos rojos.
“La única prueba que consiguieron los caballeros fueron los testimonios de los estudiantes. No encontraron nada más…” Murmuró la chica de cabello plateado, recostada a la ventana de un aula vacía.
“¿Y por qué estoy aquí?” Al lado de la chica también estaba un chico común y corriente, de cabello negro.
“Porque estás involucrado en todo esto”.
“Ya te dije que estaba durmiendo en mi habitación…”
“Claire aún no despierta. Los caballeros quieren saber el por qué”.
“Ahh, ¿hablas de mi hermana? Pues sigue igual de dormida, así que no tengo mucho más que contarte realmente”.
“Eso imaginé. En serio no sabes nada. Ni cómo funciona este mundo, o qué tan profunda es la oscuridad que se esconde en las sombras…” Dijo la chica, sonriendo.
“Por eso te digo que no sirve de nada preguntarme sobre estas cosas”.
“De todas formas, no me esperaba mucho de los caballeros para este caso”.
“Bueno…” Dijo el chico de cabello negro con insatisfacción.
El frío aire de invierno entró por la ventana, moviendo el hermoso cabello de la chica.
“Hace frío, ¿puedes cerrar eso?”
“Pochi”. La chica ignoró la petición del chico y continuó.
“La paz en la que vives a veces me da envidia”.
“¿Te estás burlando o algo?”
“Para nada. Es más, deseo que sigas viviendo en esa paz por siempre”.
“No entiendo nada de lo que dices”. Respondió el chico, y la chica de cabello plateado sonrió ante su respuesta. Después, alguien llamó al chico desde el otro lado de la ventana.
“Me llaman los caballeros, nos vemos”. Dijo el chico, poniendo su mano sobre la puerta.
“Pochi”. Pero la chica lo detuvo.
“¿Alguna vez has pensado en… querer vida eterna?”
“Sí, como y sueño pensando en ello”. El chico respondió a una velocidad impresionante.
“Y-Ya veo”.
“Quiero conseguirla, incluso si tengo que destruir el mundo en el proceso”.
“Ya, creo que fue un error hacerte esa pregunta a ti”.
“Si encuentras pistas no dudes en enseñármelas, eh”. Dijo el chico, saliendo del aula.
La chica se quedó sola, sola con sus suspiros.
“La vida eterna… Shadow no es un animalito inofensivo como Pochi. Si Shadow obtiene la vida eterna, este mundo…”
La chica de cabello plateado miró al cielo, a ese cielo gris que continuaba hasta el infinito.