Kasei to Kinboshi Rikonshita - Epilogo:
Yamaki Kotarou se graduó de la universidad con honores en 2015. Estudió leyes e hizo una carrera política. Se volvió embajador y dedicó su vida promover la paz a donde quiera que estuviera.
Fumizuki Himawari hizo una breve carrera como Idol en la que ganó fama local en varias prefecturas. Se retiró luego de ofrecer un concierto a diez mil personas, a los veintitrés años, para casarse. Vive con su esposo y dos hijos en su departamento en Osaka.
Inui Azumo falleció durante el conflicto, a los dieciséis años de edad. Al salir del dormitorio, en medio de la conmoción, fue herido en el estómago por varios objetos punzocortantes. Dos de las personas responsables estaban muertas también cuando la policía pudo intervenir.
Karahara Katou fue arrojada desde uno de los pasillos de un segundo piso. Posteriormente llevada de urgencia al hospital a causa de sus heridas, un golpe en la cabeza y uno en las costillas, que le provocó una hemorragia interna, falleció a causa de estas, de camino al hospital, a los diecisiete años de edad.
Usami Temari, fue llevada al hospital donde se le sometió a una cirugía por los daños en el cráneo. Posteriormente enfrentó cargos por lesiones en primer grado y daños no premeditados, salió en libertad condicional. Se casó luego de aquello, sin terminar el instituto, tiene una hija de siete años.
Sazanagi Mikazuki murió por sus heridas dos días después del enfrentamiento. Fue llevada al hospital con el cráneo roto y en estado de coma. Los médicos no pudieron hacer nada por ella.
Pontaru Goto fue hecho prisionero en medio de la conmoción, murió a manos de sus captoras, se hallaron marcas de tortura. Tenía diecisiete años.
Segaki Tanenashi fue encontrado muerto en las habitaciones de lo que fuera el club de música ligera. Un corte en la garganta. No se obtuvieron detalles de su asesino, se presume que pudo haber sido suicidio.
Amizura Shiho huyó como muchos otros estudiantes cuando comenzó el conflicto. De todos, fue la única que recibió una condecoración por sus esfuerzos al intentar mantener la paz, aunque la rechazó dos veces. A consejo de sus padres y familiares terminó aceptándola. Hizo una carrera en economía y se casó con un extranjero. Actualmente trabaja y vive en Vladivostok, en la Federación Rusa.
Katsuko Nao se recuperó en el hospital de Sapporo, su declaración fue una pieza vital para la serie de juicios que siguieron al desastre. Terminó la universidad en Tokio, donde se convirtió en profesora. Actualmente trabaja en un colegio en Tokio.
El conflicto entre los estudiantes de aquel instituto, dejó un saldo final de trescientos noventa heridos, doscientos de ellos de gravedad, treinta y cinco muertos, y una desaparecida.
Mizumi Ari, desapareció antes de que el conflicto violento comenzara, pero jamás pudieron encontrar sus restos. La única pista que la policía tenía, fue el material robado del club de jardinería, al parecer con intenciones de abrir la valla protectora de la escuela, para poder sacar algo grande de allí sin ser vista ni oída. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, nunca se supo qué había sido de ella.
Todos los profesores fueron despojados de sus licencias y varios de ellos enfrentaron cargos graves desde negligencia jurídica hasta promoción del acoso sexual y complicidad en conductas criminales. Varios de ellos cumplen sentencias al día de hoy.
De todos los estudiantes involucrados, cuarenta y dos cumplieron condenas penales que fueron desde los ocho meses a los doce años en distintos centros de readaptación social. Algunos de ellos siguen encerrados en dichos centros. Muchos más fueron sometidos a tratamiento post traumático. Sus nombres fueron clasificados por el gobierno bajo la ley de protección a testigos del ministerio de justicia.
La escuela fue cerrada inmediatamente y se prohibió el acceso a sus instalaciones permanentemente. Aun así, hay quienes afirman haber estado allí, y haber visto a los fantasmas de los muertos volver para seguir luchando.