Tsunpri: Aishite Ohimesama - 23. Mi querida Princesa (Parte 1)
PARTE 1
“Haah… Reaina-sama…”
Habiendo servido a la Princesa durante mucho tiempo, la mujer se acostumbró a cumplir incluso las peticiones más egoístas e irrazonables de ella con una sonrisa y una expresión amable en el rostro.
“Oh, Diana. ¿Te pasa algo?
La Princesa ladea ligeramente la cabeza, aparentemente no muy interesada en lo que su criada tenía que decir.
“Rou-sama… ¿Podrías explicarme qué significa esto…?”
“U- umm… Verás…”
La Doncella Principal, de aspecto brillante, continúo cambiando su mirada de Rou a su Señor, exigiendo algún tipo de explicación. Sin embargo, ni siquiera Rou fue capaz de sincerarse y explicarle lo que estaba pasando.
“Haah… santo cielo…”
En respuesta, la sirvienta en se colocó la mano en la mejilla y dejó escapar un profundo suspiro, pareciendo que de repente le ha dado un enorme dolor de cabeza.
Desde aquel día en que protegió a la Princesa con su vida y como resultado se convirtieron en uno después, la vida de Rou en el castillo cambió por completo.
“Aquí, Rou. \’Aaahm\’.”
“Oh, sí, \’Aaahm\’.”
Reaina sonríe y se lleva a la boca un trozo de filete bien cortado.
(Uh, no es que no esté contento, pero… Ugh, Diana-san seguro que me mira como un enemigo ahora mismo……)
Ahora mismo estaba comiendo con Reaina, lo que se había convertido en algo cotidiano. Mientras Rou masticaba el trozo de carne, se sentía avergonzado pero extrañamente feliz al mismo tiempo.
“Fufu… Por la forma en que lo estás comiendo debe ser realmente delicioso. Dime, ¿Rou? Después de eso, vamos a dar un paseo, y luego podemos tomar un baño juntos”.
Es más, la Princesa siempre exigía a Rou que se bañaran juntos. Últimamente, no sólo le lavaba la espalda con una toalla, sino que cada vez era más experta en usar sus propios pechos como esponjas para limpiarle. A veces incluso le pedía que se acostara con ella dentro de la bañera, con lo que su libido se disparaba por las nubes.
Al salir del comedor, la princesa siempre se pegaba a Rou, entrelazaban sus brazos, se cogían de la mano y apoyaba la cabeza en su hombro.
“Reaina-sama… me doy cuenta de que quieres mucho a Rou-sama, ¿pero no crees que esto es exagerar…?”
Dijo Diana mientras dejaba escapar otro suspiro, observando a la desesperada pareja que estaba el uno encima del otro mientras desatendían por completo su entorno.
“¡N-No es que lo quiera mucho ni nada por el estilo…! Es que, ya sabes… Sería muy molesto y demasiado ruidoso que Rou fuera atacado por los malos una vez más. ¡Eso es! ¡Eso es!”
“…Realmente no me importa…”
Gracias a los continuos esfuerzos y cuidados de la Princesa, las heridas de Rou desaparecieron en poco tiempo, y su estado general mejoró mucho. Pero aún así, Reaina era reacia a dejar a Rou por un largo periodo de tiempo.
Como resultado, la distancia entre ellos se hacía cada vez más corta. Actualmente, sería mentira colocar una etiqueta de ‘Pareja de enamorados’ sobre sus cabezas, viéndolos charlar ociosamente de esa manera.
“Dios mío… Esa Reaina-sama…”
Había poca o ninguna preocupación de que fuera atacada dentro del castillo, ya que después del intento de secuestro, todo el personal del castillo fue revisado a fondo y todos los espías fueron eliminados como resultado.
Al final, estaba más claro que el agua que la Princesa simplemente buscaba una excusa para estar con su amado caballero.
“Hm, ¿qué es eso? ¿Tanto odias caminar conmigo cogidos de la mano?”
Reaina frunció el ceño y sus ojos se volvieron afilados como dagas. Cuando lo dice de esa manera, no había forma de que el chico discuta con ella.
“N, no, no es eso. Todo lo contrario, en realidad…”
“Entonces no hay problema.”
Reaina se aferró a Rou de nuevo, con su sonrisa de nuevo en sus labios. Desde que estaba así de pegada a Rou, otras mujeres no tenían la más mínima oportunidad de siquiera intentar acercarse a él.
“Oh maldición… Esto es un poco problemático, en verdad…”
Karen y Mirianne parecían particularmente molestas por el estado actual de los acontecimientos. A Diana también le molestaba, pero como su rival ahora mismo era la Princesa, no podían hacer nada al respecto.
“Ahora entonces, vámonos, Rou.”
Siendo adicta a Rou en este momento, la Princesa reanudó su paseo con buen humor.
*
“Ahyii… me estoy corriendo, mi coño se está corriendo…!!! Kyafu, uuuuuuhhhhhh!!!”
El fuerte rugido resuena en el patio del palacio real. Allí, en la esquina del patio, Rou y la Princesa estaban bajo el árbol, la Princesa se volvió hacia Rou, y él la penetró violentamente.
“Uuuh, espera… R- Reaina-sama… Tu voz es demasiado alta…”
Dijo el chico, intentando razonar con la Princesa, pero su cintura no paraba de moverse. Su polla no paraba de rozar contra el coño de la Princesa, que aún era un coño virgen no hace mucho, mientras la Princesa seguía pegando su seductor culo hacia él, obligando a su polla a penetrarla aún más profundamente.
“Nhaaah… Iiiinnnhhh, cumming, cumming, cumming!!”
“¡Uh, aah! Yo también… Es inútil, ¡yo también me estoy corriendo!”
Justo antes de llegar a su límite, Rou agarró con más fuerza a la Princesa, abrazándola más contra sí y agarrando sus pechos que caían de las copas de su vestido. Se bamboleaban como fieras con cada una de sus embestidas.
“¡Aaahhh! ¡Aaahhh!”
“Hyah, dentro, se está viniendo dentro de mí… Tanta cosa caliente se está viniendo dentro de mí… Hiiiyyyaaaaaahhh!!”
Rou sacudió sus caderas unas cuantas veces más, y entonces todo su deseo acumulado se liberó dentro del coño de la Princesa.
(Aaah… Se siente tan bien…)
Tanto el chico caballero como la Princesa se pierden en el calor de sus respetados clímax, sin importarles lo más mínimo si van a ser vistos por alguien más en el jardín.
“Geez, Rou… Si sigues dándome placer así, me voy a enamorar aún más de ti… Qué problemático caballero eres…”.
Dijo la Princesa con expresión encantada en su rostro.
“E-esto es… Por tus pechos, Reaina-sama, y…”
“Te lo dije: ¡es R-E-A-I-N-A para ti! ¿Y qué es eso, dices que es mi culpa?”
“Ugh… Lo siento, todo es culpa mía…”
Estaban paseando, pero como la Princesa seguía frotando tanto su pecho contra él, no pudo soportarlo más. Además, no podía importarle menos si alguien los veía ahora mismo.
“… Por Dios, Rou… Por lo menos dame un beso cuando lleguemos al clímax…”
Cuando el chico intentó retirarse de sus entrañas, Reaina giró la cabeza y le pidió un beso. Era tan lianda ahora mismo que él no pudo evitar acercar su cara y hacer lo que le pedía.
”¡Aaaahhh~~~! Son Onee-sama y Rou-san~~!!”
“… Y yo que creía haber oído unas voces extrañas…”
Los dos, empapados en sudor, escucharon de repente dos voces que venían de detrás de ellas. Cuando se dieron la vuelta, tanto Karen como Mirianne estaban allí, tapándose la boca con las manos y con cara de asombro.
“¡Kyah!”
“¡Geh…! Ann-sama… Y Karen…”
El chico caballero se subió rápidamente los pantalones. La Princesa trató de poner en orden su vestido, pero la mezcla de sus propios jugos amorosos y el semen de Rou comenzó a desbordarse de su cavidad y a gotear por sus muslos y piernas.
“¿Está todo bien, Reaina-sama…?”
“Aah, nhh… Y, sí, ¡estoy bien! M-Más importante, ¡vaya afición que tenéis! ¡Mirar a los demás! Es un mal hábito, ¿saben?”
Al ser vista teniendo sexo por su hermana menor y su criada, Reaina intentó recuperar la compostura y la dignidad, mientras sacaba pecho.
“Mirando, ella dice… Onee-sama, es culpa de ustedes por tener sexo en un lugar tan expuesto como este.”
Al escuchar eso, Reaina finalmente logró arreglar su vestido en el área del pecho, entonces su rostro se puso rojo brillante.
“Esto es porque Rou prácticamente me rogaba que lo dejara tener sexo conmigo, así que siendo una buena Princesa, ¡no había forma de que simplemente le negara esta petición!”
“Eeh, eso no es realmente…”
Teniendo toda la culpa de esta situación sobre él, Rou intentó negarlo desesperadamente, pero la mirada de la Princesa le hizo detenerse de inmediato. No había nada que pudiera hacer al respecto, y quedarse callado era como admitir el crimen que había cometido.
“¿Es eso realmente cierto, Rou-san?”
“¡Es cierto, Rou! Hacer algo así en un lugar como ese… ¿En qué demonios estabas pensando?
Para las chicas que estaban encima de Rou no hace mucho, seguramente estaban enojadas con él por tener sexo con Reaina así como así.
“Espera un momento, dijiste que tu nombre es Karen, ¿verdad? ¡Me gustaría que dejaras de estar tan familiarizada con mi Rou!”
Reaina irrumpió en el espacio entre Rou y Mirianne y Karen, que se acercaban cada vez más al chico. Luego, las miró con ojos llenos de noble confianza, como para intimidarlas.
“¡Conozco a Rou desde que éramos niños! ¡Siempre le llamaba así!”
Dado que la relación entre Karen y Reaina era la de un amo y un sirviente, Karen se vio obligada a cuidar sus palabras al describir la relación que solía tener con el chico. Sin embargo, seguía mirando a la Princesa fijamente a los ojos, inflexible en mantener su propio terreno.
“¡Es estúpido y no es justo que intentes acaparar a Rou-san para ti sola, Onee-sama!”
Mirianne, sin embargo, era libre de expresarse como quisiera delante de Reaina, ya que su estatus era más o menos el mismo. También habló en nombre de todas las demás doncellas.
“¿De qué hablas, de acapararlo para mí sola? Para empezar, desde el principio Rou fue mi caballero, ¡así que no hay problema!”
Acto seguido, la Princesita se acerca al chico caballero y lo tomó del brazo, planteando el asunto de que al principio Reaina se obstinó en no aceptar a Rou como su caballero.
“Onee-sama, ¿no se suponía que odiabas a Rou-san?”
“P-pero aún así, ¡Rou admitió que me ama! Así que tal vez deberías pensar en los sentimientos de Rou y respetarlos…”
La Princesa trató de atacar a las dos de esa manera, pero como ambas estaban en una relación física con Rou antes, esa no era una estrategia muy efectiva. Así que en su lugar, comenzaron a criticar a la Princesa y su propio egoísmo, así como su naturaleza bipolar en general.
“¡Yo, nunca dije que lo odiara! ¡Además, Rou incluso arriesgó su propia vida para protegerme de cualquier daño!”
‘¿No es cierto?’ Se giró hacia el chico y lo mira así, buscando su confirmación.
“Eh… Umm, ahahaha…”
Arrastrado de repente en medio del conflicto, Rou no tuvo más remedio que dar una respuesta algo deslucida mientras sonreía irónicamente.
“Haa… Rou-san es realmente asombroso… Desearía que se convirtiera en mi caballero…”
“…R- Rou, ¿¡ya no te importo!?”
“¡N-no es que no me importes! Es sólo que… que….”
Honestamente hablando, a partir de ahora Rou era adicto a tener sexo con Reaina, y debido a eso, sentía verdadera lástima por las otras chicas.
“¡Ohohohoho~! ¡Los celos de una mujer son realmente algo aterrador! Ahora, Rou, ¡vamos una vez más!”
La Princesa era muy consciente de este hecho, y no tuvo ningún problema en usarlo contra las otras dos. Cuando se estaban alejando, empezó a reír, mientras su ego se hacía cada vez más grande, embriagado por esta repentina victoria.
(Lo siento…)
Al final, el niño caballero abandonó el jardín junto a su Princesa. Ella abrazó fuertemente al chico, mientras también miraba hacia atrás, hacia su hermana y su doncella, enviándoles una sonrisa llena de confianza.