Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 109. Refugiarse de la lluvia
- Casa
- Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei
- 109. Refugiarse de la lluvia
(TN: en vez de usar la palabra ‘usted’ usaré ‘señor’ que se acerca más al tono respetuoso que ella está usando para hablar con él)
—¿Así es como ha creado su país, señor?
—Así es. Básicamente hice este tipo de cosas una y otra vez.
Svetlana y yo mirábamos por la ventana de una casa de madera.
Fuera llovía a cántaros.
Habíamos visto que el cielo tenía un aspecto ominoso, así que nos apresuramos a volver a Ribek, pero no llegamos a tiempo. Nos apresuramos a levantar una casa de madera.
Dejé que lo hiciera Svetlana y ambos reunimos los materiales.
Acabábamos de terminarla cuando empezó a llover de verdad. Me había mojado un poco, así que me puse ropa que había hecho.
Svetlana también estaba un poco mojada, pero se negó a quitarse el vestido. A mí no me importaba.
Así que las dos estábamos ahora resguardándonos de la lluvia.
—He visto tantos de estos en la capital. Pensaba que eran maravillosos por lo bien que habían sido construidos, pero para que sean tan fáciles de crear…
— ¿Fácil?
—Al menos es fácil para usted señor.
Miró su tarjeta de esclava y luego me miró a mí.
Bueno, ciertamente fue fácil para mí.
—¿Cuánto tiempo se tarda normalmente en hacer una casa como esta?
—Si tuvieras alrededor de 5 adultos te llevaría al menos un día.
—¿Es así?
—Creí que era sólo cuestión de tiempo antes de que el señor se convirtiera en Rey.
—¿Es así?
—Ah.
Svetlana se asustó de repente y habló para matizar lo que acababa de decir.
—¡No es sólo por esta tarjeta! Quería decir que es porque el señor sabe utilizar bien la tarjeta y….
—Lo entiendo, no te asustes. Te enseñé sobre la tarjeta mágica, ¿verdad?
Le había explicado muchas cosas.
Las cosas que yo quería hacer y las cosas que Seiya había hecho.
Por eso creí que no tendríamos tales malentendidos entre nosotros.
Pero aún así ella se disculpó. No necesitaba que lo hiciera… pero lo hizo.
Me miró desesperadamente.
Una súplica desesperada para que no la abandonara.
Debía de ser porque una vez se había convertido en una Regret incapaz de encontrar un Maestro.
Definitivamente tenía la mentalidad de no querer perder algo que finalmente había obtenido.
—Svetlana
—¿Qué?
Empezó, parece que todavía tenía miedo.
—Solo hay una forma de que mis esclavas dejen de estar conmigo.
—Eh?
—Muerte.
—¿Muerte?
—Así es. No hay otra manera de que te deje ir. Mientras vivas estarás conmigo. No tienes permitido renunciar. Pase lo que pase.
—…….ah….
Fue un poco indirecto, pero logré que se entendiera lo que quería decir.
Svetlana parecía visiblemente aliviada.
Cuando conseguí calmarla, empezó a llover con más fuerza.
Llovía a cántaros.
De alguna manera, la casa de madera estaba resistiendo bajo todo esto… pero,
—No parece que vayamos a poder volver por ahora.
—Quizás ni siquiera hasta mañana.
—Eso parece. Bueno, piensa que Dios te ha dado un día libre.
El punto principal era que la lluvia nos mantenía encerrados.
Si yo estuviera en la ciudad, probablemente todavía tendría trabajo que hacer en el interior.
Pero aquí fuera no tengo dónde estar ni nada que hacer.
Abrí la DORECA.
Mi magia disminuía de vez en cuando y la población aumentaba de vez en cuando.
Era la prueba de que mis esclavas trabajaban y mi país progresaba.
Mis cinco esclavas tenían el poder de sus tarjetas. Podían manejar las cosas por una noche.
-Grrrrrrrrrrrrrr-
Oí un fuerte gruñido estomacal.
No era yo… era Svetlana.
Se sujetó el estómago mientras se sonrojaba de un rojo intenso.
—Lo siento.
—Está bien, no te preocupes.
Levanté mi DORECA.
—Haré algo de comida.
—Yo ayud—
—Las Tarjetas de Esclavos normales no pueden usar magia sola para crear cosas. No tenemos ningún material así que sólo mira.
—Si.
—Menú abierto. ¿Qué te gustaría comer?
Abrí la lista.
Había varios tipos de comida dentro de la Tarjeta Negra.
Si tuviera suficiente magia podría hacer casi cualquier cosa.
—C-cualquier cosa…
—¿Entonces lo mismo que yo?
—Eso sería maravilloso.
—Entonces tendremos lo mismo.
Tener lo mismo que su Maestro es ‘maravilloso’. Eso es tan lindo.
Usé la DORECA para crear pan caliente y sopa.
Le di uno de cada a Svetlana y empecé a comer.
Svetlana me miró fijamente.
—¿Qué pasa? ¿No vas a comer?
—¡No! ¡Comeré! Comeré pero……hay algo que estaba pensando.
Ella negó rotundamente lo que dije y siguió hablando tranquilamente.
—Estaba pensando que usted era asombroso señor…
—¿Hm?
—Esta casa, la ropa que llevas, este pan y esta sopa…los hiciste todos y cada uno de ellos en un instante. Estaba pensando que incluso si te enviaran a una isla estéril en medio de la nada seguro que podrías crear un nuevo país en el acto…
—Hmm, bueno, tengo confianza en sobrevivir si me enviaran volando a una isla deshabitada.
—Estaba pensando que asombroso.
—Sin embargo, necesitaría dos cosas conmigo.
—¿Dos cosas?
—La primera es la DORECA, y la otra es……
Le arranqué un trocito de pan y se lo metí en la boca.
—La sonrisa de mis esclavas.
—Ah…..
—¿Verdad?
—¡En ese caso!
Gritó Svetlana con entusiasmo.
—¡Entonces me quedaré al lado del señor siempre sonriendo! Si es parte de su asombro seguiré sonriendo.
—Está bien.
—Fu, fu HaHa HaHa
Svetlana se echó a reír.
Fue bastante forzada. Miró al techo mientras reía a carcajadas.
—…….pft…
No pude evitar soltar un bufido de risa. No era eso exactamente lo que quería decir.
No lo era… pero…
Era realmente una Esclava Eterna.
—Eres tan linda.
Dije tocando la mejilla de Svetlana.
-La magia se ha cargado en 50.000-
Ella se sonrojó tanto como si la hubieran hervido.