Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 114. Viaje de negocios del Rey
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- 114. Viaje de negocios del Rey
—N-no…..no te acerques
Dentro de una casa destartalada, una joven temblaba de miedo en un rincón.
Entre las montañas había un pueblo pobre que había escapado a la destrucción del Dios Maligno. No tenían mucho más que sus vidas.
Ahora mismo un hombre y sus subordinados estaban atacando este lugar.
El nombre de este hombre era Midolfan. Había reunido a los subordinados de Marato y Maxim bajo su influencia y arrasó los alrededores. Ese hombre ahora tenía una mirada repugnante y perversa en su rostro mientras se acercaba a la chica con la BGM de la aldea siendo destruida.
—Pensaba que este pueblo no tenía mierda. Pero esta cosita tiene un buen cuerpo.
—N-nooo………
—No tengas miedo, este jefe será bueno. Te enseñaré cómo se divierten un hombre y una mujer de verdad.
Dijo Midolfan mientras se acercaba lentamente a la chica.
—Por favor Dios……..
La niña se acurrucó y rezó desesperadamente.
La niña más pequeña de la pobre aldea.
Su mera existencia parecía ilustrar la impotencia que sentían estas gentes ante estos lobos con piel humana.
—Kufufufu. Gracias por el regalo~
En ese momento…
—¡Jefe!
El subordinado de Midolfan corrió presa del pánico.
¡Bam! Midolfan ni siquiera dudó y lo golpeó con un revés.
—Ga, ahhh…….
—¿No había dicho que este Jefe… que a partir de ahora sería mi tiempo de disfrute? Dije que no me interrumpieran ¿verdad?
—Lo siento mucho. Pero hay un problema.
—…….¿Qué?
La cara de Midolfan ya parecía agria, pero después de oír eso parecía aún peor.
—El Rey Esclavo está–
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Seis gemas brillaban mientras un solo hombre que sostenía una Verdadera Espada Eterna se abría paso hacia el centro de la aldea.
Había unas diez casas en la aldea. De la mitad de ellas salía humo negro y la otra mitad tenía las puertas o las paredes destrozadas.
Había un montón de cosas ardiendo y una pequeña pila de objetos de valor.
—¡Maldita sea!
Uno de los perpetradores, otro de los subordinados de Midolfan, volvió a atacarle.
Su Espada Eterna destelló y fue dividido en dos.
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Seguí caminando junto al hombre y su cuerpo cayó a mis lados en dos mitades.
Seguí abriéndome paso entre las pequeñas patatas fritas y Midolfan salió del único edificio que seguía intacto.
Sus cejas mostraban lo sorprendido que estaba.
—Bastardo……¿Por qué estás aquí?
—Una coincidencia… aunque también puede contar como magia.
—¿Qué dijiste?
—¡Por favor, ayúdame!
Midolfan se enfureció aún más.
De detrás de él saltó una chica sola.
Se escabulló lo más rápido que pudo y trató de llegar a mi lado.
Sin embargo, fue detenida a mitad de camino.
Midolfan la atrapó y le rodeó el delgado cuello con el brazo.
—Ohho, no te muevas, ¿vale? Si lo haces… no sé qué le pasará a esta niñita.
—¿Un rehén?
—El Rey Esclavo es un buen tipo… así que creo que esto funcionará.
—………
—Ohh no, no soy tan mal tipo. Ni siquiera les guardo rencor. ¿Qué te parece, por qué no nos dejas pasar esta vez?
—……..
—¿Puedo tomarlo como un sí?
—¡Ugu!
La apretó con más fuerza y ella gimió de dolor.
Si no aceptaba entonces su vida no estaría garantizada.
—Déjala ir.
—Dejaré ir a esta chica una vez que esté bien y a salvo. Mantengo mis palabras, ¿sabes?
—……mejor que lo hagas.
Midolfan comenzó a moverse.
La abrazó mientras seguía caminando y estaba a punto de pasar a mi lado cuando en ese momento…
Un golpe seco y una luz fría destellaron.
¡Chinggggg!
Bloqueé su golpe con mi Espada Eterna.
Midolfan había atacado primero y volvió a blandir su espada.
Intentó atacarme por sorpresa.
—…..¿No vas a huir?
—¡Sería mejor matarte aquí, idiota!
—Ya veo.
—No pienses en devolver el ataque, ¿de acuerdo? Si lo haces entonces…
Midolfan dijo mientras empezaba a atacar de nuevo…….pero de repente se detuvo.
Tosió sangre y su espada cayó de su mano.
—¿Qué es esto?
Miró su cuerpo asustado y conmocionado.
Vio a seis niñas.
Eran seis niñas semitransparentes y adorables.
Cabello dorado y orejas puntiagudas… Esclavas Eternas.
Todas sostenían cuchillos cortos que se clavaron en él.
—¿Niñas…? ¿Cuándo…?
—Bueno, es así. Vuelvan todas.
Las pequeñas esclavas semitransparentes se convirtieron en luz y desaparecieron de nuevo en La Verdadera Espada Eterna.
Entonces una vez más blandí la espada mientras 6 luces salían volando. Se convirtieron en las 6 que rodeaban a Midolfan.
Entonces tomaron sus cuchillos y saltaron.
(LoD: Sin miedo a la funa xd)
¡Zakuzakuzaku!
El segundo ataque añadió otros seis agujeros en Midolfan. Ahora tenía una docena de agujeros en su cuerpo.
—Ga…..ha…………
Los ojos de Midolfan mostraban absoluta incredulidad mientras se derrumbaba lentamente en el suelo.
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—Puedes hacer la panacea usando magia pura.
—¡Bien, vamos todas!
Chasri salió corriendo con los otros chicos.
Una vez encontrada una persona herida usaron sus tarjetas para hacer medicina y la curaron.
El coste de la actuación era pobre pero no obstante podía dejárselo a ellas.
Así que les dejé hacer y me volví hacia la chica.
—¿Estás herida?
—¿Ha? ……no……..
—Ya veo. Entonces tuviste suerte.
Mi llegada aquí fue más que nada una coincidencia.
Había salido a probar el poder de mis pequeñas y usé la mágica Búsqueda de Enemigos que me guió hasta aquí.
Le tendí la mano y la hice levantarse.
Miré alrededor de la ciudad.
Casi no podía llamarse pueblo. Era sólo ligeramente mejor que la choza podrida original de Madway.
—¿Siempre has vivido aquí?
—Sí…….um…
—¿Hm?
—Umm, antes de que ese hombre…te llamara el Rey Esclavo.
—Oh, lo hizo, ¿verdad?
Me llamaban así muy a menudo.
—¿Será que ….. eres el Rey del nuevo país?
—Sí.
—Entonces……..
La chica empezó a decir algo.
Abría y cerraba la boca como si quisiera decir algo pero no supiera si debía.
—¿Quieres estar bajo mi jurisdicción?
—Sí… pero este pueblo no tiene mucho que ofrecer……
—No necesito cosas como esas.
—¿Eh?
Ella estaba sorprendida y parecía que no se lo podía creer.
—Chasri, Irina, Vuela, Arisa, Bella, Origa.
Grité con fuerza y vinieron corriendo.
—¿Llsamaste Maeshtro?
—Hagan una casa a poca distancia del pueblo. Estaremos trabajando aquí por un tiempo.
—Entendido.
Echaron a correr una vez más.
La chica se volvió aún estupefacta.
Sería mejor demostrarlo que explicarlo. En primer lugar deberíamos ayudar a reconstruir un poco este lugar.