El Harem del Emperador - 19. Por lo que todo hombre debe luchar
En mi vida pasada me gustaba mucho ver documentales sobré la naturaleza.
Siempre fui un gran admirador de los ambientalistas y sus grandes esfuerzos en la conservación de especies en peligro de extinción.
Por ejemplo. Ahora viene a mi mente un documental sobre un equipo de cuidadores expertos, que milagrosamente lograron conseguir que dos muy raros ejemplares de tortugas de las Galápagos se reprodujeran.
Todavía recuerdo la muy vivida tención en los rostros de los cuidadores, cuando el macho fue introducido en el hábitat de la hembra y mantuvo su distancia sin signos de ser proactivo.
Ahora mismo entiendo perfectamente como debió sentirse esa tortuga.
* Tragó *
Miré por el rabillo del ojo a Priya y Claudia que se encontraban paradas contra la pared mientras veían con ojos atentos cada movimiento que hacía.
Parecían las dos cuidadoras de la última pareja de rinocerontes blancos del mundo.
Mientras me mantenía sentado sobré la cama en posición de seiza, devolví mi atención a la belleza frente a mí.
Nuestros ojos se encontraron y desvíe la mirada. Casi al mismo tiempo una leve sonrisa de superioridad apareció en sus labios.
Ella se encontraba sentada frente a mi mientras mantenía una posé bastante sugerente. Que combinado con el muy ligero camisón blanco sin mangas que llevaba puesto, daba como resultado una vista demasiado estimulante para los ojos.
– Mmm, mi señor es una persona bastante tímida por lo que veo. ¿Quizás mi apariencia no se encuentra dentro de sus preferencias?
Mientras lanzaba esas palabras con un ligero toque de veneno. Discretamente hizo que uno de los tirantes de su camisón se deslizara, mostrando una leve vista de uno de sus pequeños pechos.
Involuntariamente mis ojos fueron atraídos por la fugas vista de un pequeño y rosa pezón.
Ella era una puberta no mayor a los 15 años, pero aún así me tenía bailando en la palma de su mano.
Cuando pensé en ello, la idea de saltar sobré ella y enseñarle una lección o dos paso por mi cabeza.
Sin embargo su belleza y la fría mirada en sus ojos, le daban una autoridad casi divina que me frenaba de acercarme un centímetro más.
No, no solo era su aura. También se encontraba presentes los últimos remanentes de mi conciencia frenándome.
Aunque siendo sinceros no era mejores que cadenas echas de papel maché mojado.
* Toser *
Las cejas de la chica frente a mí se contrajeron en una obvia expresión de fastidio, cuando Claudia tosió desdé su posición.
– Entiendo, suficiente de juegos. ¿Pero que esperan que haga si el no se mueve? ¿Que lo derribe sobre la cama y haga todo el trabajo?
[¿He?]
Su fría mirada seguía puesta sobré mi, pero era más que obvio que se estaba dirigiendo a Claudia.
Tras unos segundos de silencio chasqueo la lengua en respuesta.
– Muy bien. Que así sea.
Deslizando el tirante restante, dejó su camisón caer exponiendo su cuerpo frente a mí. Provocando un extraño crujido dentro de mi cráneo.
*Crack*
Después se inclinó sobré mi y mientras apoyaba sus manos en mi pecho, susurro para que solo yo pudiera oírla.
– Espero que entiendas lo afortunado que eres en este momento.
Esas palabras soltadas con aire de desprecio asestaron el último golpe.
*Track* * crack *
Sus manos empujaron intentando derribarme.
Sin embargo.
– ¡¡Kyaaaa!!
Quién terminó derribada fue ella.
– ¡¡Tu!! ¡¿Cómo te atreves ha?! ¡¡Hyaa!! ¡¡Detente!! ¡¿Naaa?! ¡¡Bestia!! ¡¡Para cuando te estoy hablando!! ¡¡Hyaa!! ¡¡Espera!! ¡¿Donde crees que estás lamiendo?!
Mi cuerpo ardía como si me encontrará envuelto en llamas mientras usaba mi lengua para saborear cada centímetro de piel frente a mí.
Desde su cuello deslice mi lengua hasta su mejilla.
Después de su pecho hasta sus clavículas.
Desde sus costillas hasta sus axilas.
– ¡¡Pervertido!! ¡¡Naah!! ¡¿Que clase de hombre encuentra placer en lamer bajo el brazo de una doncella?! ¡¡Kyaa!!
Mi rostro fue forzado a abandonar su axila cuando sus manos me apartaron a la fuerza.
Sin embargo en lugar de retirarme por completo hago un cambio brusco de objetivo y voy directo a su ombligo.
– ¡¡¡Naaahh!!! ¡¡¿Acabas de meter tu lengua en mi ombligo?!! ¡¡Pervertido!! ¡¡Hyaa!! ¡¡Bestia detente!!
Sus manos intentaron apartarme mientras alternaba entre besar y saborear su ombligo.
Sin embargo antes de que se diera cuenta mi objetivo cambio una vez más.
– ¡¡¡Aaaaaa!!!
Apenas logré acercarme a su vagina sus muslos atraparon mi cabeza con fuerza.
– ¡¡¿Que planeas hacer pervertido?!! ¡¡¿No conforme con toda la humillación que ya me has hecho pasar, ahora intentas esto?!! ¡¡Soy una orgullosa hija de la casa Percis, no una prostituta!!
Mientras mi cabeza se encontraba atrapado entre sus muslos, pude ver la expresión de irá en su rostro.
– ¡¡Si vas a tomarme hazlo cómo es debido!! ¡¡No toleraré más actos obscenos de su parte. Aún si usted es un alto noble!!
Después de lanzarme una mirada de muerte liberó mi cabeza.
Yo me quedé congelado unos instantes antes de disculparme.
– Lo siento.
Entonces ella abrió las piernas y tomó posición.
– Estoy lista. Sólo ponlo dentro y termina de una vez.
Ella escupió con disgusto ésas palabras antes de apartar la mirada, dejando caer la cabeza a un costado.
Rápidamente me despoje de mi pijama y tomé mi miembro con mi mano, al mismo tiempo que alineada mis caderas.
Cuando ya me encontraba en posición y listo para comenzar a empujar, me congelé al darme cuenta de que me había saltado algo importante.
Sabía que era estúpido a estás alturas, pero aún así continúe.
– Disculpa, se que es un poco tarde… Pero, me gustaría saber tu nombre antes de continuar.
La diosa frente a mi volvió a fruncir profundamente las cejas ante mi estúpida pregunta. Pero de todas formas respondió mientras volteaba para confrontarme.
– Laila Rinder Percis. Nunca olvides lo afortunado que eres por… ¿He?
Su fría mirada bajo lentamente hacia mí entrepierna y apenas sus ojos se encontraron con mi pene, estos se abrieron como platós.
– Bueno Laila, voy a entrar.
– ¡¡¡Espera un segundo!!! ¡¡¡Eso no se parece a lo que vi en el libroooohhhaaa?!!!
Al borde de lo que mi nulo auto control podía soportar, empuje mis caderas con todas mis fuerzas contra la pequeña abertura.
La resistencia era feroz y en algún punto del camino me tope con la sensación indescriptible de haberme encontrado con algo. Sin embargo mi pene atravesó el extraño obstáculo de una sola embestida enviando una poderosa ola de placer directo a mi cerebro.
– ¡¡Hughrr!!
Un extraño gruñido salió de mi garganta mientras inconscientemente me aferraba al cuerpo de Laila y comenzaba a mover mi cintura sin consideración.
– ¡Ahhhhhhhh! ¡¡¡Duele bruto!!! ¡¡¡Sácalo!!! ¡¡Naaahh!! ¡¡No solo muevas tus caderas como un animal!! ¡¡Ahh!! ¡¡¿Me estás escuchando?! ¡¿?!
La boca de Laila fue silenciada cuando uní mis labios a los suyos en un profundo beso
–¡Cchu … nnn … chu … haa, haa …… nnnmm!
Aprovechando que se encontraba confundida por el sorpresivo besó tomé sus piernas y las levanté. Cambiando el ángulo de sus cinturas y facilitando la tarea de penetrarla.
Sin embargo ella apartó sus labios de los míos a la fuerza.
– ¡¡Ahh!! ¡¡Mi estómago!! ¡¡Naa!! ¡¡Estás revolviendo mi interior!! ¡¡Ve más despacio bruto!! ¡¡Ahh!!
Yo me encontraba bajo trance mientras me hundía en mi propio placer. Cada movimiento de mi cintura enviaba descargas directo a mi cerebro que mantenían mi conciencia adormecida.
La punta de mi pene golpeaba la ardiente y suave carne del fondo de su vagina. Provocando que el resto se retorciera en respuesta.
Con precisión grabé la sensación de cada pliegue al detalle en mi cerebro. El sexo a pelo era fantástico en este aspecto. Realmente nunca podría volver a usar condones después de hoy.
* Zukk, Zukk, Zukk*
Sonidos húmedos y obscenos comenzaron a oírse producto de mi pistón. Casi al mismo tiempo pude sentir la primera corrida de la noche subir por mi pene.
– Aaaaaaaaaaah, Naaaaaaaa, Noohhh.
Laila había dejado de gritarme en algún punto y ahora solo se limitaba a dejar salir dulces gemidos y cálidas bocanadas de aire.
Fue así que sin avisar, aceleré el movimiento de mis caderas y me preparé para liberar mi carga.
– ¡¡¡Kyaaaa!!! ¡¡Espera!! ¡¡¿Porque tan de repente te vuelves loco?!! ¡¡Termina de una vez!! ¡¡¿Crees que tengo toda la noch-Eeeeehhhh?!!!!
Sin permitirle acabar su oración hundo la punta de mi pene contra la suave carne del fondo y eyaculó.
Al mismo tiempo utilizó mis brazos para sujetarme a su cuerpo con todas mis fuerzas.
Fue casi como mis propios instintos como macho ordenarán asegurarme que la hembra frente a mi recibiera mi semilla.
Sin embargo yo no era el único que obedecía instintos que no entendía.
– ¡¡AAAAHHHH!! ¡¡GHHGH!! ¡¡¿PORQUE HAY TANTO?!! ¡¡NO PARA DE LLENARME!! ¡¡AHH!!
Las piernas de Laila se cerraron instintivamente sobre mí cuando empecé a eyacular. Al mismo tiempo su pequeña y aún inmadura vagina se contrajo estimulando mi pene.
Esta era prueba irrefutable que su cuerpo me había aceptado como hombre y deseaba mi semilla. Lo cual hizo que mi cuerpo le correspondiera soltando la corrida más larga y grande que jamás hubiera liberado.
Aún después de que la última carga abandonara mi uretra, mi pene se mantuvo erecto sin ninguna señal de marchitarse.
Así que volví a mover mis caderas tal y cómo me encontraba en ese momento.
– ¡¿Heeee?! ¡¡Es-espera!! ¡¡Ghhgh!! ¡¡Es suficiente!! ¡¡E dicho suficiente!! ¡¡bájate de mí!! ¡¡Animal!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ayuda!! ¡!
* Zukk, Zukk, Zukk*
Mi semen mezclado con los jugos de su vagina hicieron una fantástica sinfonía de sonidos obscenos que repercutió por toda la habitación.
Laila era tan linda cuando trataba desesperadamente contener los dulces gemidos que salían de su garganta.
Lo cual me animo a mover mi cintura con más velocidad tratando de obligarla a revelar más expresiones lindas.
– ¡¡Ahh!! ¡¡Ustedes dos!! ¡¡Ghhgh!! ¡¡Quítenme de encima a esté animal!! ¡¡¿GHHGH?!!
Accidentalmente pierdo el control de mi mismo un segundo y termino eyaculando sin previo aviso en medio de mi acometida.
– Nnhhnm ?… .uuuhh… nnnhmm.
Apretando con fuerza los dientes Laila trata de ahogar su voz a medida que mi semen es obligado a entrar por la fuerza en su jardín secreto.
Sin embargo no pierdo tiempo y apenas terminó de liberar mi carga reanudó mi pistón con la misma fuerza de antes.
– Nnhhnm.. No más… Porfavor noOO♡!!
Ignorando las súplicas de Laila seguí desbastándola el resto de la noche.
No recuerdo en que punto ella se desmayo.
Sin embargo si recuerdo el trato tosco que seguí dándole a su cuerpo a pesar de ello.
Aún desmayada su cuerpo seguía siendo tan hermoso que simplemente no pude detenerme ni sacar mi pene de ella ni un segundo.
En algún momento mi conciencia se desvaneció y eso fue el final de aquella noche.
******************************************
Al día siguiente me desperté ya pasado el medio día.
Las sábanas de mi cama se encontraban limpias y Laila no se encontraba por ningún lado.
Enfurecido con Claudia pero más aún conmigo mismo, exigí reunirme con ella. Sin embargo la única respuesta que obtuve de las maids fue que Claudia se encontraría fuera durante todo el día.
Con un cuerpo fatigado por la intenso “ejercicio” de la noche anterior no pude hacer nada a pesar de mi enojo.
Fue así mientras yacía en cama que formulé un plan como última y desesperada resistencia.
Fue así que con las palabras de Bob Marley como único apoyo decidí apostar todo.
*******************************************
Al día siguiente Claudia se presentó en mi habitación a primera hora de la mañana.
Tenía tanto enojo dentro de mi, pero de alguna forma me logré controlar y solicitar una reunión con mi auto proclamado padre.
Después de ello no dije ninguna palabra y despedí a Claudia en el acto.
Ella actuó ligeramente sorprendida pero obedeció y se marchó sin más.
Podía haberme comportado como un mocoso y explorar. Sin embargo sabía que eso no solucionaría nada en este momento.
En su lugar elegí guardarme estos sentimientos para mí mismo y reforzar mi convicción.
Cuando llegara el momento no debía dudar.
******************************************
Días pasaron y mi relación con Claudia paso de distante a completos desconocidos.
Mi trató frío hacia ella fue el resultado obvio de su emboscada.
Ahora me era imposible confiar en ella y como resultado la evito dentro de lo posible.
Incluso cuando ella me impartía lecciones trataba de dirigirle la palabra lo menos posible. Hecho que fue bastante marcado por lo rápido de mi aprendizaje.
Al parecer muchos conocimientos básicos se encontraban sepultados dentro de mi cabeza y solo había falta un poco de esfuerzo para desbloquearlos.
Fue así que después de una semana tuve fecha para reunirme con el vejestorio.
Por supuesto ya tenía mi resolución bien preparada y solo restaba mostrársela.
Con ello en mente le pedí a Priya un platillo especial como una especie de última cena antes del día acordado.
********************************************
La reunión se realizó al Interior jardín de ultra mar.
Y bueno… Resulta que es un maldito lago.
Un lago de agua salada con algunas especies de animales acuáticos en su interior.
Incluso por lo que oí, hay un túnel submarino de cristal.
Si, mundo acuático puede irse a la mierda.
Pequeños detalles a parte.
Me reuní con el vejestorio sobré un gran quiosco que se encontraba en una plataforma sobre el agua.
Al parecer este lugar fue diseñado cómo un salón de fiestas.
– Bueno, creo que debo quitarme el sombrero ante el gran trabajo que hiciste. Nunca pensé que lograrías poner un bebé en el vientre de la niña Percis en un solo intento.
Tuve que hacer un gran esfuerzo para no hacer una escena.
– Sin duda alguna esto eleva tu valor ante mis ojos pero que no se te suba a la cabeza. Ya tengo listas un par de chicas para el siguiente evento. Ellas son hijas de unos viejos conocidos y están dentro de los mismos parámetros de edad.
– No lo haré.
Interrumpiendo el parloteo de vejestorio dije lo que tenía que decir.
– Me rehusó a ser usado como un animal de cría y no como una persona. Exijo algo de libertad. Exijo ser tratado y recocido como un ser humano. Pero sobré todo ¡Exijo poder hablar con Marie!
Golpeando con mi puño sobré la mesa declaré con fuerza ante todos los presentes.
El vejestorio no cambió ni un poco su expresión y en cambio la dio un sorbo a su taza de té.
– ¿Crees que no hablo enserio?
El vejestorio puso su tasa de nuevo sobré la mesa y entonces declaró con indiferencia.
– No puedes oponerte.
Con aire de superioridad esa palabras fueron dichas.
– No, en eso te equívocas.
Tomando todo el valor que tenía conmigo respondí mientras lo miraba a los ojos.
– No tengo que vivir está vida si no quiero. Esa es una libertad que tú no puedes quitarme.
Acto seguido cerré los ojos y me concentre.
No me llevo mucho tiempo encontrar una extraña sensación dentro de mi.
Era como una gotera muy pequeña que amenazaba constantemente con bloquearse.
No sabía dónde estaba, pero había una cosa de la que si estaba seguro.
Bloquear esa gotera era lo único que necesitaba.
Y eso fue lo que hice.
El efecto fue inmediato. La temperatura de mi cuerpo cayó en picada cómo si acabará de saltar en agua helada.
Después de shock inicial no hubo dolor de ningún tipo, sólo frío y mucho sueño.
Antes de darme cuenta me encontraba cayendo de mi asiento.
Sólo por reflejo abri los ojos para darme cuenta de que Claudia se precipitaba sobré mi a gran velocidad y el vejestorio me veía con los ojos bien abiertos.
Después de eso mi conciencia fue devorada por las tinieblas.
< POV Vejestorio>
– ¡¡¡Maestro Vettel!!! ¡¡No, esto no es bueno, su flujo de maná se encuentra completamente muerto!! ¡¡Su majestad necesito su permiso para llevarlo al santuario inmediatamente!!
Ante las súplicas de Claudia que sostenía en sus brazos a mi hijo no pude evitar chasquear la lengua en respuesta.
–Toma esto y ve. No permitas que ese mocoso muera todavía.
Rápidamente silbo y en respuesta un vendaval se desató a poca distancia.
* ¡Weeeck! *
Acompañado de un fuerte viento mi grifo personal desciende a poca distancia y Claudia no dudó ningún segundo en saltar sobré su espalda con el niño en brazos.
– ¡¡¡Vamos, no tenemos tiempo!!!
Mi montura entendió rápidamente las órdenes de Claudia y levantó vuelo sin mediar más palabras.
En un instante me he quedado atrás con la única compañía de mi mayordomo.
– Maestro Fergus. ¿Cómo planea tratar con esto a partir de ahora?
Ante la pregunta de mi asistente no puede evitar soltar un suspiro antes de tomar otro sorbo de mi té.
– Aún no tenemos ningún barón y me siento demasiado cansado para hacer apuestas de riesgo a estás alturas.
No era ninguna broma, hasta hace unos meses yo me encontraba completamente resignado a los mandatos de los dioses.
En este punto solo deseaba sacar la mayor cantidad de ganancias corriendo la menor cantidad de riesgos posibles.
– Dile a Claudia que si el muchacho sobrevive estoy dispuesto a ceder en sus demandas.
Sin embargo aún estando en esta posición había cosas que no toleraría.
– Pero serán bajo mis propios términos dejando claro que si intenta algo más yo mismo lo decapitare con mi propia espada.
– Como ordené.
Mientras daba el último sorbo a mi taza de té el recuerdo de cierta persona vino a mi cabeza.
[ Tu hijo es un dolor de cabeza igual que tú, Gloria]
<Mejor morir luchando por la libertad que ser preso todos los días de tu vida.-Bob Marley.>