El Harem del Emperador - 24. Una noche de retribución
–Joven maestro, está haciendo esa cara otra vez.
Ignoré por completo el comentario de Priya, mientras ponía todo mi esfuerzo en quemar a fuego en mi memoria la vista frente a mi.
La chica que Claudia escoltaba, era una belleza sin duda alguna. Pero a diferencia de Marie que era una belleza torpe y Laila que era una belleza fría, la chica frente a mi era sin duda alguna una belleza salvaje.
Ella debía tener la edad de una estudiante de primer año de secundaria. Su cabello negro extremadamente rizado, se encontraba peinado en dos largas coletas que llegaban hasta la mitad de su espalda.
Dije peinado, pero por alguna razón pareciera que dicho estiló fuera más un intento desesperado por tratar de domar aquella salvaje cabellera que se negaba a ser domada.
A juego con aquel cabello negro que pareciera la orgullosa melena de un león un par de afilados ojos dorados me miraron por unos segundos antes de desviar la mirada.
– Hermosa.
Aquella palabra salió de mis labios involuntariamente cuando mis ojos recorrieron su cuerpo.
Existe un encanto casi mágico proveniente del cuerpo femenino en está etapa de la vida donde la metamorfosis de niña a mujer está en marcha.
Sea lo que sea, me atrevería a decir que no existe hombre sobre la fas de la tierra lolicon o no que sea inmune a este encantó mágico.
Y la chica frente a mi desbordaba ese encantó. Pero a diferencia de la figura esbelta y delicada de Laila, la figura de mi nueva compañera era esbelta y tonificada.
Ella llevaba puesto un Baby doll azul índigo con un muy alto grado de transparencia, el cuál por cierto acentuaba a la perfección su inmaduro cuerpo, qué apenas había comenzado a tomar forma de reloj de arena.
Mis ojos devoraron frenéticamente la vista de sus modestos pechos en crecimiento para después deleitarme con su pequeña cintura.
Pero lo que en mi opinión personal más me cautivó fueron sus largas y bien tonificadas piernas.
– Me alegra que nuestra invitada sea de su agrado.
Las palabras de Claudia me sacaron del trance en el que me encontraba, solo hasta entonces fui consiente de que me encontraba haciendo una cara bastante lasciva.
– La joven señorita aquí presente ha aceptado por propia voluntad convertirse en su compañera para está noche. Lamento profundamente que no pueda dar más información, dados los términos de está reunión.
Claudia se inclinó a manera de disculpa tanto para mí como para la chica que se encontraba a su lado.
– Si usted no tiene problemas con nuestra invitada…
– Primero me gustaría hacerle una única pregunta.
Sabía que estaba haciendo algo estúpido dadas mis circunstancias pero aún así continué.
– Necesito confírmalo primero de tu propia voz.
Miré a la chica cuyo rostro estaba tan rojo como una remolacha, y se mantenía todavía congelada en el mismo lugar. Ella debía encontrarse extremadamente avergonzada por el atuendo que llevaba, pues sus ojos no dejaban de nadar por toda la habitación.
– Dime ¿Estás de acuerdo con ser mi compañera está noche? Si no quieres continuar puedo…”
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POV (Loli salvaje)
– Quiero encontrar un hueco en la tierra y morir.
Una y otra vez repetí la misma oración en voz baja como si de un rezo se tratara, a su vez apretaba con fuerza la bata de seda que cubría mi cuerpo.
– ¿Joven señorita, se encuentra bien?
Apenas nos detuvimos frente la puerta, la sirvienta en jefe se giró para interrogarme aparentemente preocupada por mis murmullos.
– ¡No es nada! Es sólo… qué. Nunca esperé tener que usar algo como esto.
Dije mientras apretaba con aún más fuerza mis brazos alrededor de mí.
– Solo para verificar ¿Su familia le informo apropiadamente sobre la naturaleza de la actividad que hará para concebir un bebé está noche?
– ¡Claro! Mamá y mi nana me hablaron de las abejas y las flores… Y también me instruyeron acerca de la anatomía de los hombres incluso me hicieron ver a los sementales en los establos hacer “eso” con las yeguas.
Mi mente se extravió por unos instantes en los recuerdos de todas esas clases que tuve que tomar después de que le preguntará a mi abuelo en aquella reunión como se hacían los bebés.
Al parecer mi madre se presionó a si misma hasta el límite para instruirme apropiadamente para está noche.
– Bueno, me alegra saber que tiene la comprensión básica sobre el tema.
Después de asentir con la cabeza en aprobación ella continuó.
– Detrás de está puerta se encontraba el maestro al que sirvo, el será su pareja para esta noche. Y le recuerdo una vez más las reglas que tendrá que seguir, no se pueden dar nombres ni tampoco compartir información personal. Cualquier forma de agresión física de su parte también será motivo de finalización.
– Entiendo.
Después de verme asentir dudosa, ella relajó un poco su expresión.
– Mi maestro también es una persona muy amable, recuerde que si lo desea usted, también puede retirarse cuando guste. No tiene que continuar si no lo desea, nadie se enojará si usted desiste.
– No, sería muy grosero de mi parte rechazar esta oportunidad.
Mis palabras recibieron una cálida sonrisa como respuesta.
– Entonces si me lo permite.
Ella extendió su mano hacia mi y yo un poco dudosa procedí a quitarme la bata revelando el conjunto de lencería que llevaba puesto.
Con renuncia entregué la bata la cuál desapareció rápidamente apenas estuvo en su mano.
– Todo listo, vamos.
Después de eso ella llamo a la puerta y tras un breve momento de espera esta se abrió.
Apenas entramos a la habitación una dulce e indescriptible fragancia asaltó mi nariz. El interior se encontraba escasamente iluminado, pero aun así pude ver claramente toda clase de detalles en medio de la oscuridad gracias a mi entrenamiento.
Pude ver lo lujosos que eran todos y cada uno de los muebles, pude observar las figuras de cada una de las sirvientas ocultas en las sombras mientras llevaban inciensos en sus manos y por supuesto también pude ver al hombre con quién pasaría está noche.
El era un hombre de complexión delgada piel pálida y rostro sencillo. Su cabello marrón oscuro se encontraba muy bien cuidado, pero de ahí en fuera no podía notar nada que lo diferenciara de un simple plebeyo.
Fue mientras tenía esa clase de pensamientos que nuestros ojos se encontraron y yo desvíe la mirada.
Me moría de vergüenza.
Esta era la primera vez que exponía mi cuerpo a la mirada de un hombre.
– Me alegra que nuestra invitada sea de su agrado.
Esas palabras solo avivaron aún más la vergüenza que sentía. Si solo el futuro de la casa Ronstadt no estuviera en juego, yo ya abría derribado la puerta y huido.
– La joven señorita aquí presente ha aceptado por propia voluntad, convertirse su compañera para esta noche. Lamento profundamente maestro que no pueda dar más información dadas los términos de está reunión.
Solo entonces recordé que yo no era la única atrapada en esta situación. El hombre frente a mi también debía tener sus propias circunstancias, puede que incluso fuera está situación más incómoda para el.
Fue entonces que vi a la sirvienta en jefe bajar la cabeza a modo de disculpa.
Y mi mente se llenó de todos los comentarios e insultos que solían darme las otras chicas nobles durante las fiestas de té.
– Si usted no tiene problemas con nuestra invitada–…
– Primero me gustaría hacerle una única pregunta.
Inesperadamente, él levantó la voz interrumpiendo el monólogo de la sirvienta.
– Necesito confírmalo primero de tu propia voz.
Sorprendida por ser repentinamente llamada levanté la vista para verlo a los ojos y fue entonces que vi.
– Dime ¿Estás de acuerdo con ser mi compañera está noche?
Era un sentimiento de calidez y gentileza, uno que me hizo recordar porque estaba aquí.
– Si no quieres continuar puedo…
Era una gentileza a la que yo debía corresponder.
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– He aceptado por propia voluntad recibir su semilla está noche, mi señor.
Casi me ahogó con mi propia saliva cuando escuché esa oración sacada de un eroge. Y sorpresivamente a un quedaba más por venir.
– Me alegra saber que mi señor es una persona tan amable, por ello le suplico que perdone si no cumplo sus expectativas para esta noche.
De alguna manera logro recuperarme del duró golpe a mi corazón mientras conservo algo de compostura. Solo para encontrarme con que la chica, que hasta hace un momento parecía estar apunto de morir de vergüenza, ahora se encuentra armada de valor.
– Puede que sea una chica torpe y poco delicada, pero le garantizo que daré mi mejor esfuerzo y daré a luz a un bebé fuerte y sanó.
*Track* *Crac*
Un extraño sonido similar al de un cristal muy frágil rompiéndose se pudo escuchar por la habitación.
Esta era la tercera vez que lo escuchaba desde que reencarne y ya estaba seguro de que se trataba.
Ese sin duda alguna era el sonido de mi autocontrol yéndose por el inodoro.
– Ven, acércate.
Llamé a la chica con un tono de voz calmado, aunque la verdad yo me encontraba a nada de saltar sobré ella.
Después de un breve retraso, ella avanzó hacia mi. Su rostro ya no mostraba la misma timidez de antes pero su cuerpo era otra historia.
Ella marchó por la habitación como si de un juguete de cuerda se tratará, sus rodillas y brazos apenas se doblaban dando cómo resultado una vista cuando menos curiosa.
Me senté en el borde de la cama e invité a mi nerviosa pareja a tomar asiento de la misma forma a mi lado.
Ella se sentó a mi lado tal y como se lo pedí. Sin embargo, guardó un poco de distancia entre nosotros.
“…”
“…”
Me tomé unos minutos para poner mi cabeza en orden, antes de hacer el siguiente movimiento. Después de todo, no quería terminar atacándola de la misma manera que lo hice con Mary.
Con sumo cuidado extendí mi brazo por detrás de ella y la tomé del hombro. En respuesta a mi repentino movimiento, el pequeño cuerpo de mi compañera dio un lindo sobré saltó.
!?
Suavemente froté con mi mano la piel expuesta de su hombro esperando a que se recuperada del sobré saltó inicial. Y una vez calmada lo suficiente, comencé a deslizarme a lo largo de su delgado brazo.
Su calidad piel era todo un manjar al tacto, sintiéndose tan suave como los pétalos de una flor. Sin embargo, a diferencia de las dos anteriores musas con las que había tenido la dicha de compartir la cama, en esta ocasión debajo de este mar de suavidad podía sentir algo de músculo.
–¿Prácticas algún tipo de deporte?
Solo por curiosidad formule la pregunta.
– ¡Heee, ruego que me disculpe s-si, mi cuerpo es desagradable!
De manera sorpresiva, terminé pisando alguna clase de mina terrestre.
Sin embargo, rápidamente pongo mi cerebro a trabajar mientras presionado mi cuerpo con el suyo impidiéndole levantarse de la cama.
– ¡No, en lo absoluto! De hecho, creo que es bastante atractivo. Las chicas fuertes también son hermosas a su manera.
– ¡No mientas! Todos dicen que las chicas con músculos son repulsivas.
Inesperadamente terminé encontrando un poco de resistencia. Pero ya sea por miedo a lastimarme o la diferencia de nuestros status ella apenas lucha.
– No estoy mintiendo, realmente te encuentro bastante atractiva. Es más, si no me controlará, ya te hubiera arrancado la ropa.
– ¡No por favor! No puedo pensar bien, mi cabeza se siente rara. Yo sé que no soy femenina, no tiene que… si no quiere, no tiene que seguir.
Mientras ella se retorcía entre mis brazos, el contacto entre nuestros cuerpos hizo que nuestras respiraciones se volvieran más erráticas y pesadas. Los afrodisíacos en el incienso debían estar haciendo su trabajo porque incluso algunos dulces gemidos comenzaron a deslizarse en medio de su oración.
– Lo siento… pero no creo…que yo… pueda.
Mi voz estaba entre cortada y mi corazón latía como loco. La sensación de sostener entre mis brazos a una chica tan joven, y el dulce aroma del incienso tenían mi mente entumecida. Y antes de darme cuenta mis manos se movían de forma codiciosa debajo de su ropa.
– ¡kyaa! ¡Sus manos están agarrando mis pechos! ¡Haah!
Mis manos se encontraban debajo de su Baby doll masajeando sus dos pequeños y cálidos bultos.
– Eres increíblemente sexy…. Todo … Simplemente no pudo encontrar nada que sea desagradable en tu cuerpo.
– ¡Eshperaaa… mi cabeza…no puedo pensar!
– No se quiénes te dijeron tales mentiras, pero estoy seguro que solo estaban celosas de una belleza atlética cómo tú.
Mi mano derecha abandonó con renuncia el cálido bulto que masajeaba para comenzar a descender.
Mientras deslizaba la palma de mi mano saboree con deleite cada milímetro de piel. Y fue justo poco antes de llegar a mí objetivo que en el área del abdomen me tope con cierta sensación nueva bajo esa tersa piel.
– Increíble.
Ese fue mi sincera impresión al notar lo desarrollados que estaban los músculos de su abdomen.
– ¡Noooo por favor no toque más es vergonzoso!
Su forcejeo su volvió un poco más agresivo logrando liberar uno de sus brazos y levantarlo sobre su cabeza. Quizás se trataba de un intento de golpear mi cabeza desde arriba. Y digo quizás, por qué por el rabillo del ojo pude ver a Claudia alarmarse por este gesto. Sin embargo, yo reaccione antes acercando mi rostro a su axila y lamiendo largo y tendido está área antes de que pudiera bajar el brazo.
– ¡¡¡KYAAAAAA!!!
Un lindo grito salió de sus labios al mismo tiempo su cuerpo cedió ante el peso del mío y ambos caímos sobre la cama.
Con un poco de esfuerzo me las arreglé para que mi cuerpo terminara encima del suyo mientras con ambas manos inmovilice sus brazos para evitar que luchará.
Ella era hermosa tanto que incluso su rostro avergonzado y confundido era suficiente para dejarme sin aliento.
Más, sin embargo, por alguna estúpida razón ella parecía creer lo contrario.
– No entiendo… por qué. Yo sé que no soy atractiva, porque me miente de está manera.
Un lamento apenas audible escapó de sus labios, mientras con lágrimas en los ojos apartaba la mirada.
Sus palabras de auto desprecio, sin querer encendieron una llama de irá en mi corazón.
– ¡¡¿Mentir?!! ¡¡Que estupidez!! ¡Mírame a los ojos y dime qué son los ojos de alguien que miente!
Impulsivamente tomé con mi mano su barbilla e hice que nuestros rostros se encontrarán.
– ¡Escúchame! – Dije mientras clavaba la mirada en ese par de bellos ojos dorados– Tu eres hermosa tal y como eres, tanto que alguien como yo jamás en la vida podría agradecerle lo suficiente a los cielos por la dicha de tocar tu piel, aunque fuera solo un instante. Por eso por favor no hagas algo tan cruel como despreciaste a ti misma de esa manera.
– Pero… pero ellas. – Replicó mientras sus ojos se llevaban de lágrimas.
– ¡Están mintiendo! ¡Juro en nombre de todos los dioses que tú eres una belleza a la par de las estrellas en el firmamento! Y si alguien dice lo contrario lo golpearé en la cara incluso si se trata del emperador en persona.
Después de la última proclamación liberé sus muñecas e hice un gesto apretando el puño.
Honestamente pensé que me había ido un poco por la borda con esa última parte sin embargo no podía arrepentirme de ninguna de mis palabras en este momento.
Después de lamentarme un poco dirigí de nuevo mi atención a la musa frente a mí. Solo para encontrar que ella se había quedado sin palabras mientras me miraba con los ojos bien abiertos incrédula de lo que acababa de oír.
Fue entonces que tuve una nueva idea.
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POV LOLI SALVAJE
– No entiendo… por qué. Yo sé que no soy atractiva, porque me miente de está manera.
Mi corazón dolía, cada palabra habría una herida que yo creía olvidada. Todavía recordaba la primera vez que fui llevada a una fiesta de té.
La yo de aquel tiempo a un no comprendía que tan distinta era la gente de la capital. Estaba deseosa de conocer nuevas amigas y con una gran sonrisa hablé de los temas que a mí me gustaban.
Esgrima, cacería y por supuesto lucha. Más sin embargo las chicas con las que compartía la mesa me vieron con asco y con comentarios hirientes se alejaron de mí.
– Hueles a bestia aléjate.
– Nadie con un poco de clase se casaría con una salvaje como tú.
– Esa bonita ropa se desperdicia en una musculosa cómo tú, lucirían mejor en un goblin.
No sólo eso sí no que también con el tiempo comenzaron a burlarse de mí y yo incapaz de actuar con propiedad comencé a aislarme del resto.
Nunca tuve el valor de decírselo a mi abuelo, no podía poner más peso sobré sus hombros del que ya tenía.
Y todas las maestras de modales no hacían más que poner sal en la herida antes de rendirse.
Quizás por eso, antes de darme cuenta comencé a creer que ellas tenían razón.
– ¡¡¿Mentir?!! ¡¡Que estupidez!! ¡Mírame a los ojos y dime qué son los ojos de alguien que miente!
Y de repente fui confrontada.
El coloco su mano sobre mi barbilla y con un poco de fuerza obligó a nuestros rostros verse frente a frente. Apenas nuestros ojos se encontraron luché, traté de no ver esos gentiles ojos grises.
– ¡Escúchame!
Sin embargo, con un firme grito el apartado mis dudas fue entonces ya no pude escapar más.
– Tu eres hermosa tal y como eres, tanto que alguien como yo jamás en la vida podría agradecerle lo suficiente a los cielos por la dicha de tocar tu piel, aunque fuera solo un instante. Por eso por favor no hagas algo tan cruel como despreciaste a ti misma de esa manera.
No entendía, no podía entender porque esas palabras hacían que mi corazón se sintiera tan cálido.
Era una calidez igual y sin embargo distinta a la que sentía cuando hablaba con el abuelo.
– Pero. pero ellas…
Mientras trataba de contener mis lágrimas intenté apelar a sus palabras, sin embargo.
– ¡Están mintiendo!
Con firmeza rechazo mis palabras incluso antes de que pudiera hablar.
–¡Juro en nombre de todos los dioses que tú eres una belleza a la par de las estrellas en el firmamento! Y si alguien dice lo contrario lo golpearé en la cara incluso si se trata del emperador en persona.
* Doki doki*
De repente mi corazón comenzó a latir con fuerza y la calidez en mi pecho se desbordó.
Claramente pude sentir como la temperatura de mi cuerpo se disparaba y una sensación similar a la que sentí cuando el tocó mis pechos comenzó a sentirse por toda mi piel.
Me encontraba confundida, por alguna razón sentía como si un enjambre de insectos revoloteaba por todo mi estómago.
Quiero decir, varias veces había escuchado la expresión “Y si alguien dice lo contrario lo golpearé en la cara” era una frase muy popular entré los caballeros de mi casa he incluso mi abuelo la usaba.
Pero está era la primera vez que escuchaba a alguien usar el nombre de emperador en ella. Quiero decir mi abuelo es una persona muy fuerte y confiable pero incluso el nunca se atrevería a usar el nombre del emperador tan a la ligera.
Y por alguna razón el pensar que el hombre frente a mi lo había echó para alargarme hacia que mi corazón se estremeciera.
Fue entonces cuando pensaba en lo afortunada que era al tener a alguien como el como mi pareja, que sus manos abrieron su bata de seda exponiendo su cuerpo ante mis ojos.
– Ahora ve la prueba indiscutible de que todo lo que digo es cierto.
Dijo mientras mostraba su hombría frente a mí a la vez que contoneaba su cuerpo
– Un hombre nunca se pondría de está manera si no encontrará a la mujer frente a el atractiva.
Mis ojos viajaron de su rostro a su hombría y de su hombría de nuevo a su rostro todo esto mientras su cuerpo se retorcía cómo una anguila fuera del agua.
Pero la gota que derramó el vaso fue el comenzó a hacer sonidos para acompañar su imitación.
– He he he Hahahaha
Incapaz de contenerme por más tiempo exploté en un gran ataque de risa mientras perdía el poco decoro que aún me quedaba.
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Con mi plan habiendo sido todo un éxito miró a mi musa dar vueltas sobre la cama mientras sufre de un fuerte ataque de risa.
Esta es una de las pocas habilidades sociales de las que realmente me sentía orgulloso en mi vida pasada. Una habilidad pulida atravesó de muchos años de práctica y noches de copas con los ejecutivos.
No por nada el jefe de la compañía me llamaba el show Man de contabilidad he iba tan lejos como llevarme a sus fiestas familiares.
Nunca pensé que algún día usaría una de mis actuaciones improvisadas para hacer reír a una chica de secundaria en la cama.
Una vez más di gracias en mi corazón por está segunda vida. Y entonces con todos mis pensamientos en orden, me abalance sobre la belleza que reía frente a mi con el objetivo de hacerle cosquillas.
– ¡KYAAAAAA!
Mis manos no mostraron piedad alguna cuando atacaron sus costados expuestos.
– ¡Hahaha!..¡vasta!.. ¡Hahaha!…¡Hablo enserio!
Mis manos recorrieron su vientre, pies y axilas en busca de todos sus puntos débiles.
– ¡Hahaha!… ¡Espera! ¡Hahaha! ¡Ahí no!
Para mí sorpresa la chica frente a mi resultó ser muy cosquilluda y reaccionó de manera excelente a todos mis estímulos.
– ¡Hahaha!..¡Haah? ¡Espera eso se siente distinto!
De repente mientras mis manos se deslizaban sobre la parte interna de sus muslos ella los cerró con fuerza atrapando una de mis manos entre ellos.
De un momento a otro lado risas cesaron y fue en ese instante que nuestras miradas se encontraron.
–…
–…
Tras un leve silencio ella separó sus piernas o mejor dicho ella tomó posición mientras abría las piernas invitándome.
Tragué saliva sabiendo muy bien lo que significa esa mirada y esa posición.
Ella estaba declarando que estaba lista para continuar.
Suavemente correspondí su gesto tomando posición justo entre sus piernas.
Y tras un breve intercambio de miradas más, extendí mi mano hasta las cintas que mantenían su ropa interior de encaje en su lugar.
Con un leve movimiento el nudo cedió y la gravedad hizo el resto arrastrando la tela hacia abajo.
Al fin expuesta frente a mi, se encontraba la tan anhelada tierra prometida.
Yo no era un hombre de fe pero por alguna razón sentí la necesidad de orar ante tal milagro.
Había tantas cosas que quería hacer con la pequeña hendidura sin vello frente a mi. Sin embargo, después del incidente con Laila tenía entendido que algunas cosas como el sexo oral podían ser no bien recibidas.
Así pues, decidí ir a lo seguro y bajo la atenta mirada de mi pareja acerqué mi pene a su pequeña vagina.
Apenas el grande tocó la entrada, su cuerpo dio un lindo sobre saltó.
– Tranquila a un no lo meteré.
Miré con una sonrisa en mis labios su cara asustada.
– Primero quiero que te acostumbres de poco a poco a la sensación.
Fiel a mi palabra comencé a frotar la punta de mi pene a lo largo de su hendidura.
Primero fue suavemente sin casi ejercer presión. Con mucha determinación aguanté pacientemente a que los afrodisiacos en el aire y la estimulación hicieran su trabajo.
La pequeña hendidura que ya se encontraba húmeda pronto comenzó a gotear y el sonido de su respiración se volvió áspera.
Unos segundos después aumenté la presión y para mí sorpresa los labios de su vagina se separaron ligeramente prácticamente invitándome a entrar.
–Ahhh.. se siente extraño~.
Con una voz que parecía derretirse al final ella exclamó mientras sus jugos de amor comenzaban a derramarse cómo si un dique se hubiera roto.
Yo también me encontraba al límite de mi paciencia.
– Huh, lo siento… Necesito… Voy a meterlo.
Mi cabeza se encontraba entumecida mientras mi pene no dejaba de palpitar dolorosamente.
Podía sentir como mis bolas se encontraban repletas y ansiosas por explotar su carga.
Así que usé el pulgar de mi mano izquierda para cuidadosamente separar los labios de su vagina y así alinear mi pene con su entrada.
Un pequeño agujero rosa salmón me saludo contrayéndose apenas mis ojos se posaron sobre él.
Y yo inmediatamente puse mi pene sobre el y lentamente comencé a empujar.
–¿¡Hyaaaagh!?
El cuerpo de mi musa se tenso apenas mi miembro comenzó a invadir si interior. Asiendo la ya de por si difícil tarea de penetrarla casi imposible.
El tan solo pensar en la aterradora fuerza que tenían los músculos de su abdomen me hacía tener escalofríos.
– N-necesito que te relajes… Un poco.
Soportando las ganas de eyacular apenas logro exprimir una oración de mi garganta.
– Ah, hh, lo intento… Pero e-es ¡Hyaa?.
– Está bien solo hug… La mitad la mitad tendrá que bastar.
Con esfuerzo logro introducir la totalidad del grande pero cuando intenté ir más allá sentí claramente como algo se desgarraba a medio camino.
– ¡Ghhh, mgh!
Desesperadamente ella intentó ahogar su grito de dolor cubriendo su boca con una de sus manos.
–¡Me detendré! No creo que sea buena idea ir más allá, es obvio que es demasiado para ti.
Preocupado por ella me preparo para hacer retroceder mis caderas, pero antes de darme cuenta sus piernas me atrapan impidiendo me moverme.
– ¡P-puedo con el dolor! ¡Por favor continúa!
Mis ojos viajaron de su rostro adolorido a su vagina y ahí vi como una cantidad significativa de sangre salía del lugar donde ambos nos conectamos.
– No, es suficiente. No quiero hacerte sufrir más, paremos.
Dije mientras negaba con la cabeza determinadamente. Pero entonces ella.
– Eres sin duda una persona realmente considerada. – Dijo mientras me daba una sonrisa forzada. – Pero, me temo que yo no puedo retroceder, mi propio orgullo no me lo permite.
Entonces sus piernas me atrajeron hacia ella obligando a mi pene a penetrar su vagina.
– ¡Hyaaaagh!
– ¡Ghhgh!
Nuestras voces se sobrepusieron mientras intentaba resistirme.
– ¡Tonta! No tienes que ir tan lejos.
– ¡Lo haré! ¡Aceptaré todo de usted!
No podía entender, no entendía que la hacía ir tan lejos. Pero más importante aún no podía entender cómo una niña de secundaria podía tener tanta fuerza.
Por más que intentaba resistirme sus piernas no cedían ni un milímetro. Literalmente era como estar atrapado en una prensa hidráulica. Una prensa que me brindaba dolor y placer a partes iguales.
– ¡Espera tiempo fuera! ¡Tiempo fuera!
En pánico comencé a suplicar mientras sentí que mi pene alcanzaba el límite de la presión que podía soportar.
No sólo estaba la feroz resistencia que ofrecía esté pequeño coñito a ser penetrado forzosamente, si no que también estaba la presión aplastante que las fuertes paredes vaginales ofrecían al contraerse.
Todo junto se sentía increíblemente bien, pero también era terriblemente doloroso.
En mi mente recordé a un amigo de la secundaria en mi vida pasada. El aposto con unos amigos a qué podía usar su pene, pero penetrar una sandía, y lo logró, aunque los tipos de negaron a pagar después.
¿Porque razón? Sencillo, el había calentado la sandía en un microondas primero y según ellos eso le había ayudado aflojando la cáscara.
Sea lo que sea al final el solo ganó unas quemaduras en su amiguito y una historia para contar en los viajes escolares.
– ¡Oh por dios! ¡Se romperá! ¡Mi pene se va a romper!
Grité en pánico, ahora más preocupado por la extraña sensación de dolor asaltaba mi pene que por la cara de agonía de mi compañera.
– ¡Ya casi! ¡solo falta un poco más! ¡Aguanta! – gritó mientras aumentaba la fuerza en sus piernas.
– ¡Nooo! ¡Claudia ayuda! ¡Mi pene se va a romper!
Completamente dominado por el pánico busque ayuda alrededor. Pero cuando mis ojos se posaron sobre Claudia ella ni se inmutó.
No sólo ella, tanto Priya cómo las demás maids de guardia se quedaron quietas en su lugar.
Todas me dirigían la misma mirada prácticamente diciendo al unisonó [ Ésto es por nuestra pequeña Marie] [Pruebe una cucharada de su propia medicina]
Y tan pronto me di cuenta del resentimiento en sus miradas traté de disculparme.
– ¡Chicas lo siento! ¡Me disculparé apropiadamente pero antes ayu….#*"@?!
Fue antes de que pudiera terminar la oración.
Un sonido que se encontraba a medio camino del graznido de un pato y el chillido de un puerco salió de mi boca cuando la fuerza en la prensa mortal en la que me encontraba prisionero aumento.
Mi pene penetró todo el camino asta la base de manera instantánea. Sin embargo no tuve tiempo de preocuparme por la condición de mi herramienta cuando me di cuenta de que mi cadera se había roto.
El dolor resultante debió a ver sido tremendo, porque mi cerebro tenía problemas en procesarlo y aún no me llegaba a pesar de ser consiente de la lesión.
(Benditos espíritus de luz por favor sanen y protejan del dolor a esta alma [. ])
Claudia y el resto de las maids corearon al mismo tiempo un hechizo de curación justo antes de que mi conciencia se desvaneciera.
La luz sagrada nos cubrió a ambos y en una fracción de segundo las heridas junto el dolor desaparecieron sin dejar rastro.
Yo sólo quedé ahí en shock mientras un río de lágrimas salía de mis ojos.
– ¡Vez! Si pude hacerlo.
Mis ojos fueron atraídos por la enérgica declaración de mi pareja.
– Es cómo dice mi familia, el dolor sólo está en la mente. Si te preocupa algo que solo es pasajero no tienes lo necesario para proteger a otros.
Tenía muchas objeciones a su comentario, pero entre el shock y la linda sonrisa que ella me dio al final no supe que hacer.
– Ahora que he podido tomar por completo a mi señor… ¿Me honraría con su semilla?
Ella tímidamente junto sus manos frente a su rostro sonrojado y jugo con sus dedos mientras preguntaban.
No sabía que hacer, ella literalmente me había molido la cadera apenas empezar.
Pero por otro lado ella era tremendamente linda.
Quizás si no fuera por los afrodisíacos en el aire, hubiera tomado una decisión más sensata.
–Ah, hiah!?
Ella levantó la voz cuando yo sorpresivamente hice retroceder mis caderas y empuje.
No me detuve ahí, una y otra vez comencé martillar con mi pene su coñito de secundaria como si no hubiera un mañana.
– ¡Ah! Ah, ah, ahn, ahhh, esto es… ¡Increíble!
Su voz se volvió más fuerte ahogando incluso el sonido de mis propios jadeos.
No sabía porque, pero apenas el hechizo de curación hizo efecto la sensibilidad en mi parte baja se había disparado. Y por la voz de mi linda compañera podía intuir que no era el único.
– ¡Ah, ahh, sí, ahhh♡!
Su vagina se contrajo con gran fuerza a la vez que un gran flujo de jugó de amor se derramaba.
– ¡¡Hyaaaah!! ¡Mis entrañas! ¡Siento que arden♡!
– ¡Yo también! *jadeó* ¡Siento como si mi pene estuviera ardiendo! *jadeo*.
Controlado por el placer que me asaltaba me incliné sobre sobre ella para usar mis manos como apoyo y así poder penetrar su vagina con más fuerza.
– ¡Mas! ¡Ahh♡, vaya más adentro♡! ¡Quiero que usted me llene con su bebé♡!
– ¡Te lo daré! *Jedeo* ¡Te voy a impregnar si eso es lo que tanto quieres!
Me había convertido en una bestia, una con el único propósito de procrear.
Y siguiendo sus palabras usé mi pene para penetrarla de nuevo lo más profundo posible.
–¡Ah, ahh, sí, sí! ¡Ahí es! ¡Ese es el lugar donde se hacen los bebés p-puedo sentirlo♡!
Tan pronto la el grande se estrelló contra su cérvix ella usó sus brazos para atraerme.
Yo tampoco me resistí así que pronto nos encontramos abrazados el uno al otro mientras yo luchaba por mantener mi cintura en movimiento.
– ¡♡Es tan bueno♡! ¡No pares, quiero tu semilla dentro de mi! ¡Cuidare bien de el! ¡Seré la madre más feliz del mundo si puedo tener el bebé de un hombre tan gentil!
–¡Si dices algo como eso yo!
Fue entonces, con una última embestida yo liberé mi carga directamente contra su útero.
–¡Kyaaaaaahhhhh♡!
Una inmensa oleada de placer recorrió mi cuerpo a medida que el semen era disparando de mi uretra. Tanto que inconscientemente estuve a punto de morderme la lengua cuando mis mandíbulas se cerraron con fuerza.
– Ah, yo♡No puedo pensar♡Ay tanto ♡
Ambos nos hundimos en las reverberaciones de nuestro éxtasis mientras nos aferramos el uno al otro.
Sin ningún empacho libere asta la última gota de semen dentro de su útero.
– Gracias… gracias mi señor.
Solo mis jadeos y la voz entrecortada de mi compañera se escucharon en la habitación durante varios minutos.
Después de lo que me pareció una eternidad finalmente saque mi pene medio marchito. Para acto seguido, dejarme caer aún lado del cuerpo sudoroso de mi musa.
Durante los siguientes minutos solo me quedé tumbado boca arriba mientras trataba de recuperar el aliento. Me encontraba fatigado física y mentalmente, habían sucedido demasiadas cosas en tan solo un encuentro y eso me hizo preocupar por los que aún faltaban.
[ ¿Serán las demás chicas iguales?]
Mientras tenía esa clase de pensamientos cerré los ojos preparándome para partir al país de los sueños.
Sin embargo mi partida fue interrumpida por un repentino ataque a mis labios.
* Besó *
Abrí los ojos sólo para encontrarme con el lindo rostro de mi musa frente a mí. Ella en algún momento se había levantado de la cama y gateado hasta mí.
Yo por mi parte no encontré ninguna razón para rechazarla así que con gusto acepté su beso.
* Besó *
Dejé por completo la iniciativa a ella, por ello fue más mi sorpresa cuando de un tierno beso de repente paso a uno apasionado donde su lengua entró a mi boca.
* Sorber * * sorber *
Su lengua se movió sin ninguna restricción dentro de mi boca. Yo me encontraba aturdido y no reaccioné a sus provocaciones hasta que ella separó sus labios de los míos.
Ella se relamió los labios mientras me miraba con una expresión complacida.
– Mi señor aún es muy temprano para descansar.
Un escalofrío recorrió mi espina mientras eso afilados ojos dorados me miraban.
– L-lo siento, pero hoy e tenido un día ocupado y…Hiik.
Antes de que pudiera dar una escusa mi amiguito fue capturado.
– Ya veo… Pero está parte de aquí aún le queda mucho que dar mi señor.
Mientras aún mantenía sus ojos clavados en los míos, ella sujeto firmemente mi pene con su mano derecha.
– Pero si usted dice que está cansado supongo que no queda de otra.
Inconscientemente solté un suspiro cuando su mano liberó mi pene al final de su oración.
Pero justo antes de que cantara victoria ella se puso de pie sobré la cama y se colocó sobre mí.
– Entonces permítame encargarme de todo mi señor.
– Que estás hacien…!?
Antes de que mi cerebro logrará procesar la escena ella se sentó a horcadas sobre mi.
Su vagina se detuvo a escasa distancia de mi pene. Y entonces ella usó su mano derecha para guiarlo a la entrada.
– Fui instruida sobre está posición en caso de que mi señor no estuviera de humor. No se preocupe yo me ocuparé de todo usted puede descansar.
Su voz sonaba plana y sin emociones sin embargo sus ojos miraban mi pene de la misma manera que un gato mira un ratón indefenso.
Lo sabía, sabía que era mala idea continuar con esto, sin embargo tampoco quería detenerla.
– Tómalo con calma.
Fue la única oración que salió de mi boca mientras tragaba saliva en anticipación.
Y entonces ella comenzó a descender mientras la cabeza era tomada en su interior.
– Ah, ah, ahn, ahhh… Que bien se siente… ¿¡ah, kyah!?"
Ella debió bajar la guardia después de el grande entrará por completo, porque relajó demasiado las piernas y sus caderas cayeron hasta el fondo.
Mi pene penetró su vagina indefensa hasta el fondo produciendo un agradable sonido húmedo.
Nuestros pubis chocaron con fuerza.
–* jadeó* Ese lugar ♡ Me gusta cuando su cosa golpea ese lugar ♡.
Ella levantó la voz tan pronto logro recuperarse del shock inicial. Más sin embargo yo no corrí con suficiente suerte.
Ella comenzó a mover sus caderas completamente ajenas a mi propia condición.
Primero torpe y lentamente, pero a medida que su cuerpo se iba acostumbrando al movimiento fue aumentando la velocidad.
– Ja, ja, wow ♡ Es increíble ♡ Ahora entiendo ♡ Una vez que empiezas no quieres detenerte nunca ♡
Sus movimientos se volvieron bruscos al punto de casi sacar mi pene por completo antes de dejar caer sus caderas asta el fondo.
Ella se retorcía sobré mi cómo si hubiera mañana y yo solo podía quedarme ahí tratando de no ahogarme con mi propia lengua a medida que oleadas de placer sacudían mi cerebro.
Fue así que pronto llegue a mi propio límite y sople otra carga en su interior.
–¡Kyaaaaaahhhhh♡! ¡Lo amó! ¡Amo cuando la semilla entra en mi♡!
Su cuerpo se estremeció y sufrió fuertes calambres al tiempo que sus piernas perdían su fuerza y dejaban caer todo su peso sobré mí.
Yo por mi parte me encontraba siendo fuertemente ordeñado por su estrecha vagina la cuál no dejaba de contraerse alrededor de mi pene.
Por unos instantes sentí que mi propia vida se estaba escapando de mi cuerpo junto con mi semen.
– Ah, ah, ahn, tan bueno♡
Mi musa se encontraba extasiada mientras saliva escapaba de la comisura de sus labios y con ojos desenfocados miraba a la nada.
– * jadeó* Por favor ya no puedo más * jadeó*
Cómo pude junté el suficiente aliento para decir unas palabras. Mientras en un intento desesperado palme sus muslos indicándole que bajara.
Pero en su lugar ella subió sus caderas y las dejo caer una vez más.
* Goff *
El aire salió de mis pulmones cuando su pubis chocó con el mío con todo el peso de su cuerpo.
(LoD: Una loli lo esta matando a sentones xd)
– Ah, quiero más♡ Todavía sigue duró♡ Me dijeron que no me detuviera mientras mi señor siguiera erguido♡.
Fue entonces cuando ella se inclinó levemente sobre mí, que me di cuenta de un detalle que hizo que todas las alarmas en mi cabeza saltarán.
– Yo haré todo mi señor♡ Usted sólo quédese ahí y yo lo trataré bien♡.
Sus pupilas se habían convertido en corazones.
– No se preocupe me aseguraré de sacar el máximo provecho a esta noche♡.
– ¡Es-espera, no tienes que…!
Sin dejarme ni siquiera objetar sus caderas comenzaron a subir una vez más.
– ¡Por favor espera un segundo!
Y entonces como si el hacha de un verdugo se tratara sus cinturas descendieron ignorando mis súplicas.
* Goff *
El fuerte impacto nuevamente me pasa factura, incluso soy capaz de escuchar la madera de la cama crujir.
– * jadeó* Detente por favor * jadeó*
Entonces mis súplicas fueron ignoradas una vez más.
* Goff *
Otro fuerte impacto me llega, pero está vez el verdugo tarda menos en repetir la dosis.
En un último intento desesperado atrapó sus cinturas con ambas manos justo antes de que su cuerpo descienda.
– Por favor piedad.
Al borde de lo que mi cuerpo puede soportar suplico mientras la miro a los ojos tratando de racionalizar con ella.
– ¿Mi señor?
Sin embargo, mi voz no logra alcanzarle.
– ¡Ya veo! ¿es acaso que no le gusta que vaya lento? No se preocupe solo estaba probando algo. ¡En un momento comienzo con la cosa sería! Sólo esperé verá de lo que soy capaz cuando me lo propongo.
– No, no, no estás escuchado.
Mientras la sangre se drenaba de mi cara vi como ella tomaba mis manos y entrelazaban sus dedos con los míos apretándolos con tanta fuerza que pude escucharlos crujir.
– ¡Ahora todo listo!
– ¡¡Voy a morir Claudia!! ¡¡¡Por favor ayudaaa!!!
Tan pronto mi grito terminó, las caderas que me montaban comenzaron a subir y bajar a una velocidad vertiginosa.
Tan fuerte fue el estímulo que terminé desmayándome apenas me corrí dos veces más.
Una ilustración que hace referencia a Marie