El Harem del Emperador - 25. Después de la primera visita
Era el comienzo de un nuevo día en la capital imperial.
El Sol comenzaba a asomarse en el horizonte y los primeros rayos caían sobre las puntas de las torres del castillo Averion.
El Emperador Fergus abrió los ojos en su cama solo para ser recibido por una figura envuelta en ropas negras y con una máscara blanca con una expresión de tragedia.
Él era el líder de la fuerza de asesinos al servicio de la casa Lafou.
– La operación fue un éxito.
Dijo la figura mientras se mantenía de pié cerca de una de las esquinas de la habitación.
– La chica regreso segura, sin que ningún tercero se diera cuenta de su ausencia.
Fergus miró de reojo al asesino mientras se sentaba en la cama y entonces pregunto.
– ¿El cumplió con su deber de manera apropiada?
– Según el informe de la sombra que presenció el encuentro, sí.
Fergus jugó con su larga barba blanca satisfecho por la respuesta.
– Dile a la sombra asignada a la chica que informe en cuanto haya algún resultado. Repetiremos el mismo operativo con la visita de esta noche, solo cambia la ruta.
El asesino asintió con la cabeza antes de hundirse en las sombras. En la habitación solo quedó Fergus mientras esté meditaba.
Durante varios segundos miró al vacío antes de que una sonrisa maliciosa se formará en su cara.
– Esos imbéciles no sabrán ni que les golpeó.
Después de que esas palabras fueran dichas las puertas de la habitación se abrieron.
Sin embargo, para cuando las Maids reales entraron, su rostro había vuelto a su semblante estoico y melancólico de siempre.
El plan estaba en marcha, pronto la casi extinta casa Lafou florecería nuevamente.
Sin embargo, pasará un tiempo hasta que los brotes crezcan lo suficiente para soportar los fuertes vientos de la capital por su cuenta.
(Hasta entonces)
Pensó el emperador mientras se disponía a empezar otro día.
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Abrí los ojos mientras sentía mi garganta adolorida y los párpados hinchados. Apenas logro percibir los tenues rayos de sol que se filtran entre las cortinas, vuelvo a cerrar los ojos de manera involuntaria ante el dolor que me provocan.
Sin mucha demora escucho la campana de servicio sonar aún lado de la cama, e inmediatamente le hago una seña a la maid de guardia.
Sin abrir los ojos me siento en la orilla de la cama mientras la maid se acerca con un vaso de agua fresca y me da de tomar con sumo cuidado.
Apenas pido otro vaso de agua, las puertas de la habitación se abren y el equipo encargado de alistarme por las mañanas entra como todos los días. No necesito abrir los ojos para saber que la persona a la que quiero ver se encuentra a la cabeza.
– Buenos días joven maestro.
Mis cejas se fruncen involuntariamente al escuchar su voz plana.
– Como vi que no iba a despertar antes del medio día me tomé la libertad de ajustar su agenda. Le sugiero que vaya con calma el resto del día y guarde reposó algunas horas más.
Mis cejas se fruncen aún más cuando las cortinas de la habitación fueron abiertas bruscamente permitiendo la entrada del sol de medio día.
– El cocinero hizo un platillo especial para ayudar con su recuperación así que le aconsejo no ser quisquilloso por hoy.
Hago un esfuerzo por abrir los ojos y encarar a Claudia.
Ella se encontraba con su póker face de siempre por ello me era difícil saber en qué estaba pensando.
Entre más cosas aprendo de esta mujer más me doy cuenta del gran abismo que ella representa.
– Claudia.
Llamé su nombre en cuanto me decidí.
– ¿si? Joven maestro.
– Quiero disculparme conti…
Hago una pausa mientras pienso mejor mis palabras y miré al resto de maids.
– Quiero disculparme con todo el cuerpo de sirvientas por mis acciones hacia Marie.
Todas las maids se detuvieron y miraron en mi dirección al escuchar mis palabras.
– Entiendo que debí discúlpame apropiadamente antes con ustedes y me disculpo por ello. Ahora me encuentro consciente de lo que le hice pasar y de la peligrosa posición en la que se encuentra. Sé lo que piensan de mí. Y créanme, estoy de acuerdo con ustedes, no hay excusa para lo que hice, fui un estúpido, me deje llevar por mi lujuria y me aproveche de ella y de verdad lo siento, yo solo espero que a pesar de todo me den otra oportunidad. Admito que me lo merezco, pero si fueran tan generosas en perdonarme sé que recuperare su confianza .
Puse todo lo que tengo en esta disculpa y bajé la cabeza ante todas las maids presentes en la habitación.
– Joven maestro.
Claudia se acercó a mí y colocó su mano sobre mi hombro mientras yo permanezco con la cabeza abajo.
– Usted es joven y tiene mucho que aprender. El procrear nueva vida tiene que ser un acto delicado, cariñoso y lleno de caricias mutuas donde ambas partes formen un vínculo, aunque solo sea por un momento. Usted debe tomar la experiencia de anoche y aprender de ella.
Levantó la cabeza al darme cuánta del cambio en el tono de voz de Claudia. Ahí estaba ella dirigiendo me una calidad mirada maternal como la primera vez que la conocí.
– Entonces usted podrá disculparse de todo corazón con Marie, quién es con quien debe disculparse realmente.
Asentí a las palabras de Claudia y las demás maids hicieron lo mismo.
– Por nuestra parte usted puede estar tranquilo, solo recuerde que si algún día usted siente deseo por algún miembro del servicio del palacio ámbar solo “debe pedirlo” y con gusto le ayudaremos.
Con un pequeño énfasis Claudia me advirtió sutilmente.
– Prometo que nunca volverá a suceder.
Poniendo mi mano sobre mi pecho juré mientras miro a Claudia a los ojos.
Ella me responde con una cálida sonrisa y entonces continúa.
– Muy bien ahora coma que está noche tiene otra invitada que atender.
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Mansión Ronstadt, distrito noble Oeste.
Había pasado apenas la una de la tarde cuando una pequeña campana sonó en el interior de una de las habitaciones más internas de la mansión Ronstadt.
Inmediatamente después un pequeño equipo compuesto por las sirvientas más leales a la familia y su doctora de cabecera se había apresurado a atender su llamado.
Los minutos pasaron y al cabo de media hora las tres mujeres con mayor rango dentro de la familia también acudieron al llamado.
El grupo encabezado por la hermana menor del actual jefe de la familia le fue inmediatamente permitido el pasó a la habitación.
– ¡Astrid cariño como te encuentras!
Con lágrimas en los ojos, Úrsula se precipitó por la entrada de la habitación casi derribando a las sirvientas a su pasó con su robusto cuerpo.
– Tía Úrsula, ten cuidado o podrías hacer enojar a George si vuelves a derribar otro muro.
Recostada en la cama Astrid sermoneo un poco a su tía abuela la cuál era bien conocida por ser la reina del drama dentro de la familia. Ella tenía 85 años y en su juventud fue una talentosa usuaria del martillo de guerra.
– ¡No me interesa lo que ese viejo amargado tenga que decir! Ahora solo me interesa tu bienestar mi pequeña.
Úrsula rápidamente llegó al lado de la cama y se apoyó sobre está para tomar una de las manos de Astrid.
– Como te encuentras mi niña, tienes a tu querida tía Úrsula aquí contigo, ya todo se pondrá bien.
Astrid solo podía sonreír ante la manera de ser de Úrsula.
– Úrsula deberías dejar ser tan sobreprotectora con Astrid, además, ya no es apropiado que la sigas tratándola como una niña.
Detrás de ella entró por la puerta una mujer de cuerpo delgado sin curvas y con un largo cabello dorado.
Ella era Renalda esposa del segundo hermano menor del padre de Astrid, y también segundo candidato a jefe de la familia.
Ella era una mujer con excepcionales dotes en la administración, y por lo que Astrid había escuchado también excepcional arquera.
– ¡Como puedes ser tan fría Renalda! Nuestra pequeña acaba de pasar quizás por uno de los peores momentos de su vida.
Úrsula regañó mientras hacía gestos de lo más exagerados.
– Renalda tiene razón, creo que primero deberías prestar más atención antes de sacar conclusiones apresuradas.
La última mujer que entró mientras hacia un gesto a las sirvientas para que abandonarán la habitación.
Ella era Nora madre de Astrid y esposa del actual principal candidato a convertirse en jefe de la familia.
Ella era de quién Astrid había heredado su cabello negro rizado y también era una usuaria de alabarda bastante sobresaliente.
– La señora Nora tiene razón, Úrsula ya he hablado con Astrid y he hecho un chequeo mientras las sirvientas limpiaban su cuerpo, puedo asegurar que ella está bien.
Antes de que Úrsula pudiera montar una escena la doctora de la familia salió al rescate.
Ella era una mujer bastante mayor y era una de las pocas personas que a pesar de no ser de sangre noble pura podía dirigirse con tanta familiaridad con Úrsula.
– Díganos doctora ¿Es cierto? ¿Astrid se encuentra bien?
Ahora con solo la familia presente en la habitación Nora le pidió a la doctora continuar.
– Claro que se encuentra bien, ella es una Ronstadt después de todo.
Con una sonrisa ella declaró como si fuera lo más obvio del mundo. Después señaló con la barbilla a Astrid para que ella continúe por ella.
– Mamá, tía Úrsula, tía Renalda, no tienen por qué preocuparse, estoy bien.
Astrid les dio una calidad sonrisa a las tres en respuesta.
– ¡Oh, mi pequeña!
Sin embargo, la bonita escena es interrumpida por Úrsula que entre lágrimas abrazó la cabeza de Astrid enterrado su rostro en su escote en el proceso.
– ¡No tienes que actuar fuerte para nosotras! ¡Dinos adelante puedes hablar! ¡Nosotras escucharemos tu dolor es lo menos que podemos hacer por ti!
– ¡Oye, que estás haciendo Úrsula!
– ¡Resiste hija, mamá irá a salvarte!
Rápidamente y sin demora las otras dos se apresuran a liberar a Astrid de los brazos de Úrsula.
Era una característica muy conocida de Úrsula el no medir su fuerza cuando ella se ponía sentimental.
Esta sin querer ya había dejado fuera de combate a varios integrantes de la familia en el pasado con sus “abrazos” he incluso en algunos casos se necesitó magia de curación.
Por suerte Astrid era lo suficientemente fuerte para aguantar un abrazo de la tía Úrsula aunque fuera por solo unos segundos.
– whaaf, cof, cof, cof
Astrid tosió apenas su rostro abandono el escote de Úrsula.
– ¡Lo siento mucho! ¡Perdóname cariño! ¡Yo sólo, yo solo…!
Úrsula por su parte se disculpaba con lágrimas en los ojos mientras Nora y Renalda la sostenían por los brazos y la apartaban de la cama.
– ¡Siempre es lo mismo contigo!
– ¡Por eso los chicos siempre te evitan! ¿Recuerdas cuando Franco se marchó a su primera campaña? ¡La peor lesión que sufrió en esa campaña se la diste tu antes de partir!
Astrid observó con una sonrisa la cómica escena de Úrsula siendo sometida y regañada. Al decir verdad no le desagradaba para nada éstos peculiares momentos familiares.
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Después de lograr que Úrsula se calmará Astrid por fin pudo hablar tranquilamente.
– Estoy tan agradecida con el abuelo por permitirme conocer aún hombre tan gentil y amable. Él fue todo un caballero conmigo, he incluso me colmó halagos cómo los héroes de las historias.
Tímidamente platicó sobre su experiencia mientras ocultaba su rostro avergonzado detrás de la almohada que abrazaba.
Ante tal comportamiento femenino que distaba mucho del comportamiento habitual de su hija, Nora se quedó sin palabras.
No sólo ella, también Renalda y Úrsula se quedaron con la boca abierta mientras se miraban mutuamente.
– Fue bastante considerado, he incluso me permitió tomar la iniciativa cuando yo se lo pedí… Realmente me entristeció mucho no poder despedirme de él.
Dándose cuenta en la tristeza contenida en esa última oración, Nora abrazo a si hija para consolarla.
– Lo siento mucho Astrid, pero el acuerdo fue bastante claro en ese punto.
Nora se sentía terrible al saber que el primer amor de su hija terminaba de esta manera. Por norma general el primer amor de un noble siempre tenía un final triste y doloroso, eran muy raros los casos en qué estos llegaban a buen final.
Incluso para ella misma ese había sido el caso. Los matrimonios nobles rara vez se producían por amor, he incluso era común que ambas partes no se conocieran hasta el día de la boda.
Después de acariciar la cabeza de su hija un buen rato Nora se separó de ella permitiéndole terminar.
– Lo sé… Pero aun así estoy agradecida. En condiciones normales posiblemente nunca nos hubiéramos conocido, pero al menos de esta forma nuestros corazones pudieron estar juntos por una noche.
Con una sonrisa Nora observó a su hija, la cual nunca pensó oír usar palabras tan profundas.
– Además, ahora tengo un fragmento de él conmigo, para recordarle de aquí en adelante, hasta el día que los dioses permitan nuestros caminos volver a cruzarse.
Nora abrió mucho los ojos seguida por Renalda y Úrsula. Las tres mujeres vieron a Astrid sonreír de oreja a oreja mientras apartaba la almohada que sostenía y colocaba sus manos en su vientre.
– Acabo de formar un vínculo mientras estábamos hablando.
La primera en reaccionar fue la doctora de la familia quien rápidamente saco una lágrima de la diosa de su bolsillo y se la entregó a Astrid.
Ella extendió su mano derecha para tomarla y apenas está tocó su piel comenzó a cambiar.
Las tres contuvieron la respiración durante los pocos segundos que duró el cambio de la piedra.
– Vaya, la compatibilidad entre ambos debió haber sido muy alta. Doce horas es todo un récord.
Las palabras de la doctora actuaron como gatillo haciendo que Eirene y Renalda abrazaran a Astrid.
Por supuesto que Úrsula se contuvo, por más sentimental que ella fuera ella nunca pondría en riesgo a la nueva madre.
– Felicidades hija, lo lograste.
– Eres asombrosa Astrid, realmente lo lograste en un solo intento.
Mientras los abrazos llovían sobre ella Astrid se concentró en establecer un flujo de maná estable para alimentar la nueva vida en su interior.
Y fue para su sorpresa el flujo se estabilizó casi por su propia cuenta, era como si el nuevo inquilino intentará no ser una molestia.
[ Eres tan gentil y amable como tú padre ¿Verdad? No te preocupes, mamá se encargará de protegerte y darte mucho amor, tu solo enfócate en crecer y convertirte en alguien de gran corazón.]
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¡¡Bola!!
* Swing *
Sigo con la mirada la trayectoria de la bola mientras está surca el cielo y comienza a descender justo sobre la cabeza de una Maid desprevenida.
La Maid es cuestión es Mera quién se encuentra demasiado distraída cavando cómo para darse cuenta del proyectil que defiende a toda velocidad sobre su cabeza.
O al menos eso yo pensaba, hasta que un segundo ante del impacto parece percatarse y levanta la vista sólo para recibir la bola directo en su frente.
– ¿¡GEEK!?
En un asombroso derroche de torpeza Mera termina perdiendo el equilibrio y cae de espaldas volteando la carretilla que se encontraba llenando de tierra sobre ella misma.
– (°_°)
Yo solo podía quedarme ahí parado viendo incrédulo cómo las piernas de Mera se sacudían mientras el resto de su cuerpo permanencia sepultado bajo un montón de tierra.
– ¡¡Hoyo en uno!! ¡Hahahahahaha!¿Que dices Linet, ochenta puntos?
– Mmm… Yo le daría sesenta y cinco.
– ¡Heeee! ¡Estás ciega chica! ¡Ese efecto de retroceso es muy difícil de lograr!
– Mera siempre ha sido propensa a perder el equilibrio debido a sus grandes pechos… Por otro lado, si fuera Federica te daría noventa sin dudar.
Por otro lado, también me quedé incrédulo al escuchar la conversación entre Regina y Linet.
Nos encontrábamos en el jardín del cáliz tratando de jugar unas rondas de lo que sería la versión de este mundo del golf.
Y por si se lo preguntan.
No, no se dan puntos en este juego por golpear personas con la bola.
De hecho, Regina acaba de cometer una falta al mandar la bola fuera del campo de juego.
– (Suspiro) Mejor hubiera traído a Gracie.
Ante mis murmullos las orejas de Regina se movieron un poco antes de romper en risas.
– ¡Hahaha! Que cosas dices maestro. Gracie puede verse muy serena por fuera, pero puedo garantizar que ella encontraría la manera de golpear a Federica y hacer que parezca un accidente.
Ante tal declaración Linet que se desempeñaba cómo su caddie asintiendo con la cabeza.
Yo ya me encontraba al límite de lo que mi paciencia podía soportar en este momento.
Aparte de tener que lidiar con las tonterías de estás dos también tenía que soportar el incómodo casco que Claudia me obligó a usar. Eso sin contar la presencia de cierta incómoda persona.
– (Jadeó) (Jadeó) (Jadeó).
Sin poder soportar está situación ni un segundo más, termino rompiendo el silencio.
– Teodora das miedo.
Por el rabillo del ojo veo la brillante armadura plateada estremecerse y enfundar su espada a regañadientes ante mi comentario.
Claudia dijo que debía ser paciente y comprensivo con ella, pero me es imposible actuar así cuando ella se encuentra cortando cualquier objeto que se acerca a mí.
Enserio ¿Que pudo haber pasado para que ella actúe de esta manera cada vez que salgo al aire libre? Por más que pregunto todas parecen evitar el tema como si fuera un trauma para las involucradas.
– ¡¡¡Estúpida montañesa me las pagarás!!!
Soy rápidamente sacado de mis pensamientos por la voz iracunda de Mera quién se encuentra gritando en nuestra dirección.
– ¡Hahaha! ¡¡Vamos princesa, no seas cascarrabias fue solo un accidente!!
– ¡¡¡Accidente mi trasero!!!
Mis ojos se posaron sobre la cómica Mera quién se encontraba agitando el puño en nuestra dirección mientras su cabello se encontraba echo un desastre.
En algún momento la suciedad de su uniforme había desaparecido dejando solo su cabello cubierto de tierra.
Es entonces que me percató de la figura de una Maid al borde de mi campo de visión. Ella tiene un largo cabello violeta atado en dos coletas y lucha con un gran balde de agua en los brazos.
– Regina préstame el palo, aún necesito cobrarle una a esa soplona.
Rápidamente Regina intercambia lugar con Linet quién toma posición y se prepara para golpear.
Mientras ambos vemos desde un lado aprovechó el momento para hablar con Regina en privado.
– Oye Regina, quería decirte algo importante sobre Marie.
Desde hace meses había tratado de juntar el valor de decirle a Regina la verdad.
El incidente de anoche y la charla con Claudia está mañana me hizo darme cuenta que no debía seguir aplazando este tipo de cosas o podían terminar mordiéndome el trasero cuando menos lo esperé.
Sin embargo, cuando me encontraba apunto soltar la verdad Regina me sorprendió con su respuesta.
– Lo sé maestro Vettel.
Mis ojos se abrieron mucho en respuesta mientras Linet golpeaba la bola.
– ¿Te lo dijo Claudia?
Regina mantuvo sus ojos sobre la bola que se elevada en el cielo.
– Ayer nos hicieron firmar un nuevo contrato mágico de confidencialidad y después nos pusieron a todas al corriente. No fue muy difícil de deducir lo que pasó en especial porque usted siempre actúa como alguien que acaba de cometer un crimen.
La respuesta de Regina me había dejado sin palabras. A estas alturas debía suponer que todo el personal del palacio ámbar ya sabía lo que realmente había pasado con Marie y realmente no sabía cómo sentirme al respecto.
Mis ojos fueron entonces atraídos por la bola que descendía a toda velocidad sobre la cabeza desprevenida de Federica.
–¡¡Hyaaa!!
La bola la golpea en el momento justo, haciendo que pierda el equilibrio y caiga de espaldas mientras el valde de agua en sus brazos se vacía justo sobre su rostro.
– ¡Hahaha! ¡Hoyo en uno! ¿Vistes eso Regina? ¡Es una nueva marca!
No fue hasta que Linet lo señaló qué fui consientes de la gran hazaña. Ella había superado el tiro de Regina por un nos 150 metros, para una estimación total de unos 420 metros.
¡¡Ella había dado deliberadamente en el blanco a más de 400 metros!!
– (Suspiro) Muy bien me rindo, iré a jugar yo solo.
Completamente desmotivado por las habilidades de estás cabezas huecas, decidí marcharme no sin antes darle una señal a mi caddie (Teodora) para que me acompañe.
– Oh vamos maestro, no sea tan amargado. Prometo tomarme el juego más enserio de ahora en adelante.
Mientras procedía a abandonar la Colina en la que nos encontrábamos Regina me llamo desdé atrás. Yo por mi parte no me detuve y le respondí sin voltear.
– Realmente solo te invite porque quería decirte la verdad sobre Marie, pero ahora que sé que ya todas lo saben, entonces solo resta trabajar duro para asumir la responsabilidad y traerla de vuelta.
Apenas termine de hablar el sonido de dos risas se pudo escuchar atravesó de todo el jardín.
– ¡Hahaha haha!
– ¡Hahaha haha!
Ante la inesperada respuesta me detengo y me giró hacía el dúo de Maids.
– ¿Qué es tan gracioso?
Ambas se encuentran riendo con mucha intensidad, pero de alguna forma logran contenerse lo suficiente para responderme.
– Nada, es sólo que es gracioso ver cómo intenta comportarse cómo un adulto.
– ¡Hahaha! Incluso usa palabras complicadas para intentar lucir genial.
Ante los señalamientos de ambas Maids yo casi grito “soy mayor que ustedes cabezas de chorlito” pero decidí dejar la cosas así y marcharme.