El Harem del Emperador - 27. Detrás de la segunda visita (2)
“Las puertas del juicio” era el nombre con que la gente se refería a la entrada noroeste de la ciudadela. El nombre se acuño a raíz de que está era la entrada designada para todos los enjuiciados por el ministerio de justicia. Esto se hizo así por varias razones, pero la principal fue enviar un poderoso mensaje a todos los que fueran a comparecer ante el ministerio.
– ¡Abran las puertas!
Tras el enérgico grito de uno de los guardias, los gigantescos portones negros se abrieron para permitir la salida de un lujoso carruaje de ébano. El carruaje en cuestión tenía una cresta noble con un puente de piedra con tres horcas colgando de el. Era la inconfundible cresta de la casa Pierrepoint.
El cochero sacudió las riendas dándole la señal a los caballos para que comenzarán avanzarán. El carruaje atravesó lentamente los portones mientras los guardias bajaban la cabeza con una mezcla de repulsión y miedo en sus cuerpos.
No por nada de entré todas las profesiones existentes dentro del imperio, la de verdugo era por un amplio margen la más repudiada, infame y estigmatizada. Incluso una casa noble tan poderosa y rica como lo eran los Pierrepoint no se salvaba de esto.
Pero sobré todo lo anterior, la razón por la que los guardias tenían estos sentimientos al ver la cresta de los Pierrepoint era porque ellos eran los autores del siniestro paisaje más allá de estás puertas.
– ¡Piedad!
– ¡Por favor mátanos!
– ¡Pierrepoint malditos!
– ¡Malditos!
– ¡Muerte a este imperio corrupto!
– ¡Monstruos!
Un coro de lamentos, súplicas y maldiciones se levantó en los campos apenas el carruaje cruzo los portones.
A ambos lados del camino un espectáculo digno de los pasajes de la divina comedia se erguía bajo el cielo azul plagado de aves rapaces. Desde crucifixiones hasta escafismo(Método de tortura), pasando por algunos métodos de ejecución menos populares como las águilas de sangre, escalando a otros más conocidos como el empalamiento y la infame rueda. Todos y cada uno de ellos se encontraban expuestos a ambos lados del camino como si de una enfermiza exposición de “arte” se tratara.
Todo esto se hizo con el único objetivo de entregar un mensaje alto y claro. Y este era “esto le pasa a todo aquel que rompa la ley”
*****************************************
A los Pierrepoint solo se les permitía poseer las mansiones y palacios contiguos a las infames puertas del juicio, esto fue concedido originalmente como una forma de acoso por parte de los demás nobles. Sin embargo, los beneficiados por esta decisión al final del día fueron los propios Pierrepoint, después de todo para bien o para mal los Pierrepoint eran personas que amaban su trabajo ¿Y qué cosa podría alegrar más a una persona que ama su trabajo que la posibilidad de admirar su trabajo desde casa?
– Bienvenido de vuelta maestro Eliot.
– La vista es tan hermosa como siempre♪.
Ignorando al mayordomo que bajaba la cabeza frente él, Eliot solo se limitó a admirar la vista. No por nada la mansión principal de los Pierrepoint había sido construida sobre una gran colina que contaba con una vista “privilegiada” de las puertas del juicio.
– Maestro, lamento interrumpir otro de sus “momentos”, pero el sol ya ha comenzado a ponerse y la joven señorita aún no ha salido del “taller” en el sótano.
– ¿Desde cuándo está ahí? Y más importante aún ¿Que está haciendo mi esposa que es más importante que supervisar a nuestra hija?
– Sí, bueno… ella entro ahí está mañana diciendo que solo se tomaría unas horas para repasar su lección de ayer, pero no hemos vuelto saber nada de ella. Y en cuanto a la maestra Verónica ella salió alrededor del mediodía y le dejó esta nota.
En un apuro el mayordomo sacó un trozo de pergamino arrugado y se lo paso a su maestro. Este levantó una ceja al ver el estado del mensaje, pero aun así lo recibo y leyó.
“Para mí querido esposo ¿Enserio pensaste que no me daría cuenta de tus sucias mentiras? ¡Teníamos un trato! El día que nos casamos lo prometiste, prometiste dejarme a Eleonora y a toda su pandilla para vengarme de todo el acoso que ellas me dieron en la academia. Entonces ¿Puedes decirme porque tengo que enterarme por mi cuenta de que ella y su esposo fueron detenidos por el hurto de las espadas? ¡¿Enserio creíste que nunca me di cuenta de cómo mirabas sus enormes pechos cuando estábamos en la academia?! ¡Hahaha! ¡Puedes decirles adiós a esas enormes ubres de vaca! Para cuando estés leyendo este mensaje yo ya debería de haber terminado mi trabajo, así que no tienes nada de qué preocuparte.
Pt. Encárgate de sacar a Hortensia del taller por tu cuenta mentiroso”.
Tras leer el mensaje Eliot solo pudo quedarse ahí mirando el atardecer en el horizonte mientras una lágrima rodaba por una de sus mejillas. Este era el dolor de un amante de los pechos que había perdido la última oportunidad de cumplir uno de sus más grandes sueños de la adolescencia.
– Las mujeres de pecho plano sí que son vengativas.
Ante el comentario de su maestro el mayordomo solo se limitó a asentir ligeramente con la cabeza.
********************************************
Dentro del sótano de la mansión Pierrepoint existía una instalación especial conocida como el “taller”. Este lugar era fuertemente custodiado por varias barreras mágicas y solo los integrantes de la rama principal tenían acceso a él.
El lugar en cuestión, distaba bastante de un calabozo tradicional al contar con salas de un inmaculado color blanco bien iluminadas. Si se tuviera que ponerse en términos simples, parecía más una instalación de investigación científica que una mera cámara de tortura.
–♪~♪~♪.
Eliot avanzo por los corredores del “taller” mientras tarareaba una pegajosa tonada tratando de levantar el ánimo. Después de todo, tenía que levantar su espíritu antes de que su esposa regresará, oh de lo contrario podría tener que dormir en su despacho durante las próximas semanas.
Después de caminar varios minutos sus pies al fin se detuvo frente la puerta que buscaba. Frente a esta había un pequeño letrero de madera con la leyenda “Taller de Hortensia toque antes de entrar” escrito en el.
Los ojos de Eliot miraron por algunos segundos el letrero colgado en la puerta antes de hacer lo que todo padre que se jacte de serlo haría en esta situación.
El simplemente coloco su mano sobré el pomo y abrió la puerta sin ninguna pizca de consideración.
Apenas entró en la habitación un olor ocre bastante familiar asaltó su nariz. Ahí en medio de la habitación, una mesa de acero no muy distinta a la que el usaba en sus interrogatorios se encontraba y sobre ella un pequeño cuerpo se encontraba inmovilizado.
La vista de aquel cuerpo mutilado era algo que podría helar la sangre a cualquier persona “normal” que lo viera. Ojos, nariz, labios, dientes, orejas y genitales, así como la piel habían sido extraídos con precisión quirúrgica mientras aquella pobre alma aún seguía con vida.
– Mmm… Aún sigues cortando de más al desollar por lo que veo.
Con una mano en la barbilla Eliot evaluó el “trabajo” frente a él mientras se acercaba para inspeccionarlo.
– ¿Cuánto tiempo vivió está vez? ¿2? ¿3 horas? Y de paso dime ¿Que herramienta usaste para remover los ojos?
Con ojos agudos Eliot observó el cadáver expuesto sobre la plancha de acero analizando hasta el último detalle.
– Fueron cuatro horas y media. Y sobre la herramienta… Empleé una que yo misma la mandé a hacer.
Ante las inesperadas palabras Eliot giró la cabeza para mirar hacia el escritorio al lado opuesto de la habitación. Ahí se encontraba la figura de una chica de secundaria trabajando en un bloc de notas.
La joven se encontraba vistiendo una versión femenina personalidad de la misma instrumentaría que el usaba para trabajar en el ministerio.
– ¿Tu diseñaste una herramienta?
– Tuve que hacerlo, el modelo original fue diseñado para ser usado con la mano derecha, pero yo prefiero utilizar mi mano izquierda. Además, la forma no se adaptaba las cuentas oculares de los goblins.
Ante la respuesta de su hija Eliot no pudo evitar asentir con la cabeza de forma satisfecha, después de todo su hija por fin comenzaba a caminar por su cuenta dentro del negocio familiar. Ahora sí solo pudiera arreglar un último problemita no tendría que preocuparse más por su educación.
– Me alegro mucho de ver qué mi pequeña mariposa por fin extiende sus alas. Pero dime cariño ¿Porque aún sigues usando tu máscara a pesar de que te la hemos prohibido tantas veces?
Ante el señalamiento la chica detuvo su trabajo, para acto seguido llevarse las manos al rostro y palpar la máscara blanca con forma de pico de pájaro.
– ¿Realmente olvidaste que la llevabas puesta?
– (Suspiro) Lo siento, pero aún no logro acostumbrarme al olor de la sangre… La sangre de goblin tiene un olor menos repulsivo, pero aun así no me gusta para nada.
Eliot no pudo evitar hacer una cara complicada ante las palabras de su hija. Después de todo ¿Quién en su sano juicio consideraría la sangre de goblin menos repulsiva que la humana?
– Hortensia, me gustaría que fueras un poco más consciente de tu posición actual. Tu abuelo no se encuentra para nada contento con tus progresos, tus manos aún muestran demasiadas dudas y los cortes lo demuestran.
– ¿Por eso quiere que dé a luz a un remplazo?
Una respuesta completamente inesperada fue disparada de regreso. Tanto fue así que instintivamente levantó la guardia y con ojos afiliados analizó a su hija.
– ¿Remplazo? ¿Qué te hizo pensar en algo como eso?
Eliot rápidamente sospechó que el aparente “descuido” de su hija había sido un movimiento planeado. Después de todo las habilidades de lectura facial tan importantes para todo noble resultaban inútiles si el oponente no muestra la cara en primer lugar.
– Se que tú y mamá han intentado durante los últimos años tener otro bebé, pero no lo han logrado. Entonces cuando tuvimos aquella charla con el abuelo pensé que si me esforzaba no me obligarían a tener ese bebé.
– ¿Fue por eso que has estado tan enfocada en tus prácticas en las últimas semanas?
En respuesta la chica asintió con la cabeza.
Al ver esto Eliot sintió que una migraña podría llegarle en cualquier momento, así que optó por el caminó más directo y simplemente ordenó.
– (Suspiro) Hortensia quítate esa máscara y ven aquí.
La chica obedientemente se levantó del escritorio y caminó hacia él, pero a pesar de llegar has estar frente a frente, no hizo el mínimo esfuerzo por quitarse la máscara.
Al ver este acto de desobediencia Eliot se preparó para desatar su maná. Sin embargo, esto no fue necesario porque en el último segundo Hortensia cedió.
– Has estado tentando demasiado a tu suerte jovencita.
Con un tono severo regañó a su hija mientras la observaba quitarse la máscara revelando al fin su rostro.
La jovencita era una belleza de eso no cambia duda. Ella había heredado los mejores rasgos faciales de su madre, así como el color de cabello y ojos de su padre. Sin embargo, sus ojos se encontraban vacíos y desprovisto de toda luz.
– Hortensia.
Eliot suavemente uso una de sus manos para acariciar la mejilla de su hija. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos el dirigió su mano a su cuello y comenzó a estrangularla.
– ¿Cuántas veces tengo que recordarte que tú opinión no importa en lo absoluto? Esto fue una orden directa de tu abuelo y tú deber es obedecer.
La chica permaneció inmóvil incluso cuando la fuerza del agarre sobré su cuello aumento aún nivel en que podría romperle el cuello en cualquier segundo.
Ella en ningún momento apartó la mirada de la de su padre, mientras esté amenazaba con arrebatarle la vida en cualquier momento.
Eliot miró el rostro de su hija cambiar de color mientras la vida lentamente escapaba de ella. Sin embargo, a pesar de que la muerte ya tocaba a su puerta sus ojos permanecieron tan vacíos como en un principio.
Esos eran unos buenos ojos en la opinión de Eliot, los ojos que todo integrante de esta familia debía tener.
– Pasaste.
Con ese simple comentario Eliot al fin liberó el cuello de su hija la cual se desplomó sobre el suelo tosiendo y jadeando por un poco de aire.
– Recuerda esto y nunca lo olvides, los únicos innecesarios en esta familia son aquellos que temen morir o arrebatar una vida ¿Entendiste?
– (Jadeo) Si padre (toser) lo entiendo.
– Me alegra. Ahora limpia este desastre y sube para que las sirvientas te preparen para esta noche… Y sobre la herramienta que diseñaste me gustaría verla.
Mientras permanencia tumbada sobré el suelo la chica débilmente señaló a una pequeña mesita no muy lejos de ella. Al ver esto Eliot avanzo hasta la mesa y tomo la herramienta que se encontraba sobre ella.
– Interesante diseño.
Después de soltar ese pequeño comentario dio media vuelta y abandonó la habitación en completo silencio.
.
..
…
Los segundos pasaron y la chica permaneció inmóvil sobre el frío piso. Atentamente escuchó los pasos de su padre alejarse por el corredor y cerrar una puerta detrás de sí. Y una vez estuvo claro que el no volvería, ella simplemente abrazo sus propias rodillas y lloró en silencio.