El Harem del Emperador - 32.5. Extra - Marie
[NOTA: Este capítulo trascurre después ente capítulo 7 “sin retorno” y un mes antes del capítulo 20 “una nueva meta”]
Lentamente abro los ojos sólo para encontrarme con un techo que no conozco.
– Ugh… ¿Que pasó anoche?
Mientras intento incorporarme sobre la cama, una mano me toma del hombro.
– Marie no intentes levantarte estoy aquí contigo. Solo descansa y deja tu cuerpo reposar.
Rápidamente volteó sólo para encontrarme con la directora Vald a un lado de la cama. Ella tiene una expresión muy complicada en su rostro mientras me mira.
– ¿Miss Claudia? ¿Que fue lo que…Ugh?
Mientras intento preguntarle sobré los suceso de anoche una ola de recuerdos inmunda mi cerebro.
“¡KYAAAAAA! ¡Detengase por favor maestro! ¡Aaaahhh, no lama mi cuello! ¡Nooo! ¡Tampoco muerda mis orejas! ¡Hiiii! ¡Su lengua, su lengua está dentro de mi oreja!”
Inmediatamente me cubro el rostro con las manos mientras intento negar la escena se reproduce en mi mente.
“¡Espere, no, no meta sus manos debajo de mi falda! ¡Naaa! ¡No, no lama… Ahiii! ¡No, no, no.. por favor paré!”
Las imágenes son tan nítidas que no puedo evitar sentir que estoy volviendo a vivir aquel momento.
“ Marie es culpable por ser tan linda e indefensa¡Pero sobre todo, lo eres por entrar a la cama de un hombre y no esperar ser atacada!”
Fue entonces que mis ojos se abrieron en shock al mismo tiempo que las lágrimas caían por mis mejillas. Anoche yo había hecho algo terriblemente estúpido e inapropiado. Entre en la cama del joven maestro y en respuesta yo había sido asaltada.
Mi mente era plenamente consciente de estos dos puntos, sin embargo mi cabeza no podía procesar correctamente la situación frente a mí.
– Marie.
Lloré mientras estaba recostada sobre la cama tratando de asimilar lo sucedido mientras la directora Vald me consuela.
– Lo siento Miss Claudia lo arruiné. Usted confío en mí y yo lo arruine.
Mientras lloro desconsoladamente me disculpo con la persona a la que más le había fallado.
– Marie no, no te disculpes…
– No, no entiende. Yo entré en la cama del maestro porque le tenía miedo a los rayos… Pero después, después.
Lloré mientras me cubría el rostro por la vergüenza de lo estúpido de mis acciones.
Regina-senpai me había advertido durante nuestra charla sobré lo peligrosos que eran los hombres, y aun así yo había entrado en la cama de uno y había echó “eso” solo por curiosidad.
– Marie lamento pedirte esto pero ¿Podrías contarme con más detalles lo que pasó? No estoy enojada contigo, pero necesito saber cómo terminaron ambos así.
Mientras lloro la directora Vald acaricia mi cabeza, ella se comporta gentilmente conmigo a pesar de que he fallado terriblemente en mis deberes. Cosa que me consuela pero también hace que mi corazón duela mucho.
– Yo me encontraba haciendo mi guardia cuando…
Con mucha dificultad procedo a narrar los acontecimientos de esa noche a partir de que Regina me dejara sola en la habitación. Con mucha vergüenza admití que tenía curiosidad por la fisionomía de los hombres después de que Regina senpai ocupará un hongo de la despensa como comparación.
– Yo sólo toque el miembro del maestro por encima de sus ropas pero de repente creció. Yo, yo alejé mi mano inmediatamente pero entonces el subió sobré mí y…
Mientras intentaba obligar a mi boca continuar la directora Vald acarició mi cabeza.
– Es suficiente Marie. No necesitas obligarte a continuar ya escuché suficiente.
– Miss Claudia… ¿Que va hacer de mi ahora? Yo, yo…
Antes de que comenzará a llorar de nuevo, Miss Claudia tomo mis manos con fuerza y con una mirada muy seria dijo.
– Antes que nada, Marie necesito pedirte un favor muy importante. Quiero que hagas circular tu maná y me digas si sientes algo distinto en tu cuerpo.
La petición me tomo desprevenida, pero por lo sería de su mirada terminé accediendo sin pensar.
Lentamente comienzo hacer circular mi maná por todo mi cuerpo utilizando la misma técnica que me enseñaron en clases, pero fortalecer el cuerpo. Más sin embargo, lentamente me doy cuenta de una anomalía que nunca antes había sentido.
– Miss Claudia, Siento algo raro dentro de mí. Es una sensación parecida a cuando tocas un objeto mágico, como si pudiera verter maná en él o mejor dicho es como si pudiera conectarme con él.
La mirada de la directora Vald se volvió mucho más intensa a la vez que aumento la fuerza con la que apretaba mis manos.
– ¡Marie! Por favor vierte maná en él, dime cualquier cambio que sientas por más pequeño que sea ¡Te lo suplico!
Bastante sorprendida por el brusco cambio de su comportamiento, dudé por un momento hacerlo. Pero al final mi gratitud hacia ella ganó.
Cierro los ojos para concentrarme y lentamente comienzo a verter maná en la anomalía. Gracias a eso pronto me doy cuenta de su ubicación exacta.
– Es extraño, el flujo de mi maná comienza a estabilizarse por su cuenta, es como si me estuviera guiando. También siento un agradable sentimiento de calidez proveniente de la conexión… Se siente como un abrazo. Miss Claudia ¿Usted sabe que es esto? Siento que la conexión proviene de algún objeto dentro de la parte baja de mi estóma…go?
Al abrir los ojos casi no logro terminar mi oración. Ahí frente a mí, mientras aún sostenía mis manos con fuerza la directora Vald se encontraba llorando.
Ella derramaba un verdadero torrente de lágrimas de sus ojos lila mientras su monóculo caía lentamente sobre la cama.
Nunca en la vida pensé que vería a alguien tan fuerte y capaz como la directora Vald llorar. Fue tanto el shock que casi olvido mi propia situación al instante.
– Miss Claudia.
Apenas logré pronunciar su nombre, ella soltó mis manos y tras retirarse unos metros de la cama se arrodilló sobré el piso.
– Marie sé que no tengo el derecho de pedirte esto, pero por favor escucha. Incluso si me odias después, incluso si odias a mi maestro por lo que te hizo. ¡Por favor escucha mi egoísta petición!
Fue entonces que ella bajo la cabeza ante mí y mientras apoyaba la frente contra la alfombra continúo.
– ¡¡Por favor ten al bebé que se encuentra en tu vientre, te lo imploro!!
Mantuve mi vista sobre ella mientras trataba de asimilar las palabras que acababan de salir de su boca.
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El día en qué supe que estaba embarazada fue como una tormenta. Hoy la mayor parte de mis recuerdos de aquel día son borrosos o inexistentes.
El único recuerdo que permanece claro e inalterable en mi memoria, es la directora Vald bajando la cabeza ante mí.
Ella se negó rotundamente a levantarse al menos que yo aceptará su petición, cosa que llevó un tiempo.
Admito que antes de aceptar, pasé por todo un amplio espectro de emociones. Miedo, irá, tristeza fueron solo algunos de los estados que mi corazón paso antes de llegar a la aceptación.
Estaba consciente de la nueva vida en mi vientre gracias al vínculo que logré establecer. Quizás por ello, la sola idea de negarme me hizo sentir como si estuviera matando a alguien.
Después de que aceptará la directora Vald sacó una hermosa lágrima de la diosa de su bolsillo y me pidió que pinchará mi dedo para tener una prueba para la familia del joven maestro.
Y tal como esperábamos la pequeña esfera de cristal se volvió rosa con un núcleo rojo apenas mi sangre tocó la superficie.
– La familia del joven maestro tomará responsabilidad por ti y el bebé sin falta. Ellos tienen un alto estatus y mucho dinero, pero desgraciadamente no han nacido nuevos integrantes en varios años. Se que se alegrarán de recibir está noticia.
Dijo la directora mientras con manos temblorosas metía la lágrima en una bolsa de tela negra.
– Marie, descansa por ahora y concéntrate en hacer circular tu maná para alimentarlo. Es muy importante que mantengas un flujo constante y estable. Aunque no lo parezca el maestro proviene de un linaje bastante alto y en consecuencia hay una buena posibilidad que el bebé logré formar un núcleo.
Después de eso los siguientes acontecimientos permanecen borrosos.
Recuerdo a la directora regresar acompañada de cuatro caballeros con armaduras completamente negras.
Recuerdo abandonar el palacio ámbar y la zona de alta nobleza en carruajes sin crestas.
Sin embargo, el resto de los acontecimientos de ese “día" se encuentran completamente borrados de mis recuerdos.
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Cuando volví en mí, me encontraba despertando en una habitación completamente desconocida.
El agradable sonido de las olas se podía escuchar proveniente de una ventana abierta no muy lejos de la cama dónde me encontraba.
Antes de que pudiera alinear los pensamientos dentro de mi cabeza, el familiar sonido de una campana de servicio se escuchó en la habitación.
– Espero que haya dormido bien maestra Lizber. Se que debe encontrarse confundida en este momento, pero le ruego que conserve la calma por unos segundos. En breve un conocido vendrá a explicarle la situación.
Casi salto de la cama cuando me percate de la presencia de una maid desconocida en la habitación.
Tenía cientos de preguntas rondando mi cabeza, pero antes de que pudiera concretar siquiera una de estas la puerta de la habitación se abrió de golpe.
– ¡¡Marie cariño!!
Ahí precipitándose sobre mí, había una persona que no esperaba en lo absoluto.
– ¡¡Heeee!! ¡¿Mamá?!
Completamente sorprendido deje que mi madre me abrazará.
– ¡Lo hiciste cariño! ¡Lo lograste! ¡Atrapaste uno realmente gordo!
(LoD: xd)
Ignorando por completo a dónde se dirían las palabras de mi madre, yo simplemente lloré mientras hundía mi rostro en su pecho.
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Después de llorar hasta desahogar mi corazón, por fin sostuve una conversación seria con mi madre sobré todo lo sucedido.
– Marie, es realmente una pena lo sucedido entre tú y el maestro. Realmente me hubiera gustado que todo hubiera sucedido en mucho mejores términos.
– Madre ¿Crees que fui estúpida? ¿Qué me lo merezco por ser tan idiota?
Madre envolvió sus brazos alrededor de mí y mientras acariciaba mi cabello me consoló.
– Marie todos cometemos errores, si bien lo que hiciste fue inapropiado. Eso no te hace merecedora de lo que te paso. Recuerda esto como una valiosa lección, las mujeres nunca debemos bajar la guardia enfrente de un hombre.
Asentí en respuesta a las palabras de madre.
– Madre cambiando de tema. Hay algo que te he querido preguntar desde que te vi entrar.
– Adelante cariño puedes preguntar lo que quieras, mami está aquí para ti.
– ¿De dónde sacaste el vestido que llevas puesto?
En cuanto lo señalé madre se apartó de mi y con una gran sonrisa se dio una vuelta mientras me lo mostraba.
Era un lujoso vestido azul pastel de varias capas, este tenía bastantes adornos de encaje y perlas por todas partes. Obviamente era algo muy lejos de lo que una familia de nobles pobres como nosotros podía soñar tener.
–¿Te gusta? Más temprano en la mañana vino un equipo de sastres y lo fabricaron usando una novedosa técnica ¿Cómo la llamaban?… No importa. En fin, según tengo entendido fue muy costoso, pero era algo necesario. Después de todo la esposa del nuevo gobernador no puede andar por ahí vistiendo harapos.
Más rápido de lo que mi cabeza podía procesar, nueva información fue lanzada por mi madre. Pero lo que al final lo que atrapó mi atención fue.
– ¿Esposa del gobernador?
Antes de que mi madre logrará responder la voz de mi padre la interrumpió desde la puerta.
– ¡Marie! Papá está aquí para verte mi estrella. Lamento llegar tan tarde, pero el papeleo y la reunión con la junta de la isla me mantuvieron ocupado casi toda la mañana.
Tan pronto mis ojos se posaron sobre mi padre la mandíbula casi se me cae al piso. Quiero decir obviamente esa era la voz de mi padre, pero su apariencia era completamente distinta a lo que recordaba.
– ¡¡¡Heeeeee!!! ¡¡Imposible!! ¡¡Imposible!! ¡¿Quién es usted y que hizo con mi padre?!
– Espera, soy yo Marie ¿Ocaso te olvidaste de papi?
Observé de pies a cabeza al hombre que aseguraba ser mi padre y entonces por fin comencé a reconocerlo.
– ¿Que te paso? ¿Porque…?
Mi reacción no era para menos, el papá que yo recordaba tenía una gran barriga y grasa en el cuello. Sin embargo, el que ahora se encontraba frente a mi tenía un cuerpo delgado lleno de músculos sin nada de grasa a la vista.
No sólo eso, el vestía un elegante traje negro con adornos y bordados de oro. Mientras su cabello, barba y bigote habían sido recortados y bien peinados.
En pocas palabras el hombre frente a mí parecía un verdadero noble en toda regla. Algo muy distinto al padre que yo recordaba.
Mi cabeza se giró hacía madre quien asintió con la cabeza en comprensión.
– Bueno verás, después de que tú ausencia fue descubierta, tu padre fue enviado a las canteras a trabajar como castigo. Fueron meses muy duros para él, en especial porque le prohibieron la entrada a las tabernas y bares de todo el feudo.
– ¿Porque no lo mencionaron en las cartas?
– Tu padre no quería hacerte sentir mal por ello y bueno al final de cuentas ese idiota nos hizo un favor. Tu padre es lo que vez ahora y el dinero que antes gastaba bebiendo lo usamos para enviarte las cartas por mensajería exprés.
Ante las palabras de mi madre recordé lo extraño que era que pudieran enviarme cartas cada semana. De hecho muchas a veces se juntaban al no poder leerlas por estar demasiado ocupada estudiando.
– Muy bien, comprendo el cambio físico de papá ¿Pero podrían responder porque ambos visten ropa tan cara? Y más importante aún ¿Dónde se supone que estamos?
Ante mi interrogatorio fue madre la que tomó la batuta.
– Bueno, eso es a lo que quería llegar. Verás cariño, unos amables caballeros vinieron hasta nuestra casa y nos pusieron al tanto del “incidente”. Dijeron que la familia a la que pertenece el joven maestro tenía la intención de pagar una compensación por las “faltas cometidas al honor de nuestra familia” Más un extra porque aceptaste dar a luz al bebé.
Me sentí extraña al escuchar esas palabras, al menos era un consuelo saber que mi bebé era aceptado.
– ¿De cuánto fue la compensación?
Sabía por charlas con mis compañeras de dormitorio, que en estos casos las familias nobles tenían que mostrar la cara o de otra forma su reputación se vería severamente dañada. Propiedades como mansiones, fincas e incluso en casos extraordinarios pequeños castillos. Eran los regalos estándar, claro que siempre venían acompañados de pensiones vitalicias, acciones de alguna compañía o derechos sobré tierras y esas cosas.
– No lo vas a creer.
Después de que madre digiera esa oración una sonrisa obscena apareció es su rostro. Era la misma sonrisa que Linda hacia cuando contaba la ganancia de sus apuestas.
– Nos dieron una isla.
–“…”
– Marie nuestra familia ahora gobierna una isla.
– “…”
– Mi cielo creo que deberías ser más específica con tu explicación.
Ante la intervención de papá, madre suspiro antes de tomarse un segundo.
– Muy bien es que solo a veces olvidó que nuestra hija es igual de lenta que tú… ( Toser) Una ciudad, cuatro pueblos grandes y siete aldeas pequeñas ¿Cuántos habitantes en total dijo el jefe de la junta?
– Once mil quinientos según el último censo mi cielo.
– Eso, como sea ¡Ahora la familia Lizber tiene tierras propias! ¡Incluso nos dieron un regimiento de soldados y un grupo de caballeros para respaldar nuestra posición! ¡Puedes creerlo! Ah, Pero ahí no acaba la cosa, también nos dieron 20 barcos mercantes, 8 buques de guerra ¡Con todo y tripulación! ¡Jajaja! ¡Estamos devuelta! ¡¡¡Si!!!
– “..”
Mientras miraba a madre levantar las manos mientras gritaba al techo, papá se acercó a mi lado con un documento en sus manos.
– No te preocupes mi estrella, también enviaron algo para ti.
Lentamente tomé el documento que papá me pasó.
– Esto?
– Es el título de propiedad de una mina de diamantes que se encuentra en el centro de la isla. El representante dijo que si el bebé llega a terminó agregaran una pensión vitalicia bastante significativa para ti.
–“…”
Ese día marcaría el comienzo de mi nueva vida al lado de mi familia. Sin embargo, más tarde me daría cuenta de que no todo era miel sobre hojuelas, en especial por los pequeños (grandes) detalles que había pasado por alto.
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Fue increíble como mi familia se adaptó rápidamente a su nueva vida. Padre se volvió rápidamente un noble trabajador y de digna apariencia.
Y madre… Bueno, ella por fin podía actuar libremente como era realmente.
Admito que al principio temí que el dinero junto a sus nuevas posiciones los alejaría de ser los padres que yo conocía y amaba. Pero más temprano que tarde entendí que para bien o para mal el dinero no tiene el poder de cambiar a las personas realmente.
Ellos aún discutían por las mismas cosas, las mismas noches de la semana y al terminar se marchaban directo a su habitación como antes.
Incluso aún tenían las mismas interacciones graciosas cuando no pueden ponerse de acuerdo en algo.
En fin.
La vida en la mansión era calmada y tranquila, tanto así que antes de darme cuenta me encontraba extrañando las locuras de mis senpais dentro del palacio ámbar.
No es que me esté quejando, pero estar embarazada puede llegar a ser algo realmente aburrido.
Mis padres y sus ocasionales payasadas alegraban mis mañanas. Sin embargo durante la tarde y hasta la noche me terminaba encontrando completamente sola con los sirvientes en la mansión.
– (suspiro) Una vida tranquila puede ser tan aburrida~.
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A medida que pasaban los meses y el bebé en mi vientre crecía, también lo hacía la cantidad de maná que me pedía a diario.
Según la Maid que asistía mi embarazo era un fenómeno normal conocido coloquialmente como cuello de botella.
“Un bebé de ascendencia magica tan alta, tiene técnicamente un potencial limitado sólo por las reservas de poder mágico de su madre. Vera, a medida que el bebé se desarrolla va aumentando la demanda de maná hasta alcanzar los límites del cuerpo de su madre. Es entonces cuando se entra en un periodo de estabilización. Metafóricamente hablando, el bebé seguirá pidiendo más maná como un niño mimado pero su cuerpo se negará a dárselo y en respuesta el bebé hará una rabieta.”
En aquel momento no entendía como un bebé podía hacer una rabieta estando dentro del vientre. Pero hoy entendía muy bien porque uso las palabras “niño mimado” y “rabieta”
– ¡Haaaaa! ¡Este bebé me está matando madre! ¡No ha dejado de moverse desde esta mañana! ¡Puedo jurar que intenta patearme el hígado desde dentro!
Mi madre se mantuvo indiferente mientras bebía su té sentado en el sofá frente a mí.
Yo solo podía jalarme el cabello frustrada mientras sentía al pequeño invasor lanzar patadas a diestra y siniestra dentro de mi vientre.
– Cariño, cuando pasamos por nuestro periodo de estabilización, tu utilizaste mi vejiga como pera de boxeo. Mejor toma este dolor como un poco de retribución divina por aquél entonces.
Me encontraba completamente harta de todos los extraños fenómenos que mi cuerpo experimentaba.
Además del indiscriminado ataque a mis órganos internos, también había sido víctima de extraños sueños y un calor en mi parte baja que no se iba.
Al principio solo eran escenas románticas de algunas de las novelas que leía en mi tiempo libre. Pero antes de que me diera cuenta me encontraba soñando con el asalto del joven maestro… Y extrañamente era placentero.
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Pasada la etapa de estabilización el bebé volvió a su humor dócil de antes. Sin embargo el calor en mi parte baja y los sueños se habían intensificado.
Avergonzada por esto, me negué a hablar con mi madre y la maid asistente del tema.
No quería que la gente a mi alrededor pensara que era alguna clase de pervertida que se calentaba estando embarazada.
Así fue como ya pasado el quinto mes de embarazo, llegó el día del primer gran chequeo médico al bebé.
La doctora elegida fue a mi sorpresa una buena conocida del palacio ámbar.
– Abuela Befana que gusto me da verla de nuevo.
– Marie mi dulce niña veo que sigues siendo tan linda y amable como siempre. Enserio que me dan ganas de comerte cariño.
Con una gran sonrisa saludé a la amable anciana que entraba a la habitación.
– Cariño ¿Ya conocías a la doctora?
Involuntariamente incliné la cabeza al ver la incómoda sonrisa en el rostro de mi madre.
– Si, yo la ayudaba con su bolso cada vez que me topaba con ella en el palacio ámbar.
Mi madre parecía querer argumentar algo, pero al final decidió quedarse callada.
– ¿Usted es la madre de Marie supongo?
– Si… Un gusto en conocerla… Doctora Befana.
Confundida miré a mi madre mientras está hablaba con dificultad.
– No, no, no el gusto es mío. No todos los días me encuentro con una madre que educa también a su hija.
– Jaja No es para tanto ella siempre ha sido una niña amable …e idiota por lo que veo.
Incliné de nuevo la cabeza ante el murmullo de madre.
– Bueno vayamos directo al grano. No quiero sonar grosera, pero mi empleador se encuentra impaciente por saber el género de su futuro nieto. Y según me comentó Miss Claudia tú también Marie.
– ¡Si! La última vez que vino le comenté algunos nombres que tengo en mente.
– Entonces Marie por favor acuéstate en la cama y abre tu vestido. Esto no demorará más que unos minutos.
Siguiendo sus instrucciones me recosté sobré la cama y expuse mi abultado vientre. La doctora Befana entonces coloco sus manos sobre él y comenzó a masajearlo. Ella explicó que era usuaria de una técnica secreta que le permitía ver el interior de una persona sintiendo el flujo de maná.
– Mmm… Veo que ambos tienen un vínculo bastante fuerte. Dime ¿Puedes sentir su estado de ánimo atreves del flujo?
– Si, cada vez que le canto puedo sentir como se pone contento. Cuando salgo a pasear a la playa puedo sentir como el sonido de las olas lo relajan. Incluso puedo sentir como se asusta las noches de tormenta.
– Que bello, es raro ver madres con un vínculo tan fuerte. Mmm… También puedo decir que el bebé se está desarrollando sin problemas, su flujo es estable y no detecto ninguna anomalía… ¡Oh! Felicidades Marie tu bebé es una niña saludable. Seguro será una dulzura igual que tú cuando nazca.
Un fuerte sentimiento de alegría llenó mi corazón cuando recibí la noticia.
* Crujido *
Sin embargo, por alguna razón mi madre tenía una extraña expresión en su rostro mientras veía hacia las esquinas de la habitación.
– ¿Está absolutamente segura doctora? ¡Por favor tómese su tiempo y revisé de nuevo!
Miré con extrañeza el comportamiento de mi madre, sin embargo la respuesta de la doctora no cambió.
– Se cómo debes sentirte, pero estoy completamente segura que es una niña.
* Crujido *
Un extraño sonido similar al de alguien pisando una tabla floja se volvió a escuchar proveniente de algún sitio cercano. Incluso la doctora Befana pareció prestarle un poco de atención antes de continuar con el chequeo.
– ¿Sucede algo madre? Te noto un poco preocupada.
– ¡No, no, no! ¡Nada de eso! (Toser) Es solo que hubiera preferido tener un lindo nietecito.
– Bueno, la verdad no tenía ninguna preferencia. Yo…
– ¡¡Lo tiene!!
Repentinamente fui sorprendida por el repentino grito de Befana.
– ¡¡El bebé tiene un núcleo!! ¡Es una niña de sangre real! ¡Las posibilidades eran 1/10 pero lo lograste Marie! ¡Felicidades!
Antes de que me diera cuenta madre me abrazo con fuerza y también me felicitó.
– ¡¡Marie cariño bien echó!! ¡¡Si!! ¡Yo nunca perdí la esperanza en ti!
– ¡¿Heeee?! ¡Madre! ¡¿porque estás llorando?!
– Son lágrimas de felicidad cariño, no les prestes atención. Lo único que importa ahora es que tenemos un bebé de sangre real en camino.
Aquel momento marco el comienzo de mis sospechas entorno a la situación en qué nos encontrábamos. Supongo que fue bastante tonto de mi parte no a ver notado todas las inconsistencias desdé antes.
{La mejor manera de evitar un prisionero escapé, es asegurarse de que nunca sepa que está en prisión. – Fiodor Dostoievski.}