El Harem del Emperador - 42.2. La historia de cierto personaje de fondo (Especial 2)
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“El gremio de cazadores”
Este era el nombre de la organización civil, más grande e influyente dentro de las fronteras del imperio.
Con sus ya casi mil años de historia a sus espaldas. El gremio de cazadores presumía de una autonomía casi total, que le permitía operar fuera de la influencia de los nobles y los templos.
Esto se había hecho así, para permitir que el gremio fungirá como escudo protector del pueblo, contra las bestias mágicas que habitaban este mundo.
Después de todo el gremio de cazadores, era una organización del pueblo, para el pueblo.
Así, cierta emperatriz lo había dictado hace muchos años. Y así seguía siendo hasta el día de hoy.
Por esta razón el gremio valoraba las habilidades de sus miembros, sobre otros aspectos como el estatus o raza.
***
– Niño, falsificar tu rango es un delito muy serio.
Dijo la recepcionista, mientras se acomodaba sus gafas. Ella a diferencia del resto de presentes, no se había impresionado en lo absoluto por la placa de plata en el cuello del joven lobo.
– No es una falsificación.
Respondió el niño, con voz suave y rostro inexpresivo.
– Hice el examen de ascenso hace solo dos meses. Tengo conmigo el certificado expedido por el examinador del gremio.
Tras esas palabras mostró un pergamino con el sello del gremio en el.
Por supuesto que esté desarrollo, no pasó desapercibido por los espectadores. Pero sobré todo, para cierto personaje que acababa de llegar a escena.
– Déjame ver qué tienes ahí niño.
Ante los ojos de todos los presentes, una figura femenina apareció de la nada arrebatándole el pergamino de la mano. Y en menos de un párpado, ya se encontraba leyendo su contenido.
– ¡¡Hahaha!! ¡El viejo brazo de hierro ya debe estar muy senil, si aprueba que mocosos como tú asciendan a plata tan fácilmente! ¡Mira Julia, incluso uso palabras complicadas ¿Puedes creerlo?! ¡El apenas aprendió a escribir hace un año y ya se atreve a usar palabras tan rebuscadas!
Con una gran sonrisa, la recién llegada se recargo en el mostrador, cosa que disgusto visiblemente a la recepcionista.
– Maestra de gremio, le advierto que su comportamiento no es para nada apropiado. Si usted misma no da un buen ejemplo, no espere que los demás lo hagan.
– Pero por supuesto que lo harán.
Declaró llena de confianza mientras arrugaba el pergamino y lo arrojaba sobré el mostrador.
– Mis puños se ocuparán personalmente de que así sea.
Con una feroz sonrisa que mostraba todos sus dientes, la maestra de gremio barrio con su mirada los alrededores. Solo eso hizo falta para que todos los curiosos bajarán la mirada en señal de sumisión.
Todos con la única excepción de un joven lobo, quien ahora le mostraba los colmillos.
– No debería burlarse de los esfuerzos de otros de ésa manera. El que sea la más fuerte de aquí no le da el derecho.
Todos los presentes contuvieron la respiración al escuchar aquellas palabras. Nadie daba crédito a la insólita escena que se desarrollaba frente a ellos. Un niño semihumano que había aparecido de la nada, y de repente había plantado cara a la persona más peligrosa en muchos kilómetros a la redonda.
– Vaya y yo que creía que la gente bestia respetaba la fuerza por sobré cualquier cosa.
Dijo la tiránica maestra de gremio, mientras miraba al joven lobo frente a ella.
– Responde esto mocoso. De tu respuesta dependerá si te otorgo una oportunidad de pertenecer a este gremio o simplemente te echó como el perro que eres.
Sin apartar la mirada, ambos continuaron viéndose directo a los ojos, como dos bestias apunto de atacarse mutuamente.
– ¿Qué fue lo que te hizo convertirte en cazador? ¿Dinero? ¿Fama? Oh…
– Me gusta derribar seres más fuertes que yo.
Dejando a todos los presentes estupefactos, el joven lobo respondió sin una pizca de duda en la voz.
Lo cual, solo una fracción de segundo después, recibió como pago una intensa sed de sangre, que casi hizo que todos se mojaran los pantalones.
– Esas son palabras muy grandes para que las use un cachorro recién destetado como tú ¿Porque no me acompañas al gimnasio para educarte un poco al respecto?
***
<POV: Ingrid>
– Mierda, mierda, mierda, no te atrevas a ir tras ellos idiota. Él ya está muerto, la maestra de gremio se lo comerá vivo y escupirá sus huesos.
– Tengo que hacerlo, no puedo permitir que un lindo shota con orejas de lobo sea lastimado. Mi yo del pasado nunca me lo perdonaría.
Usando todas mis fuerzas para detenerla, luche en un intento desesperado de contener a mi impulsiva hermana.
– Ya te dije que dejes de usar palabras tan extrañas para referirte a otras personas. Me importa un bledo lo que piense tu yo del pasado. En especial, si eso hace que te maten. ¡Así que baja tu lanza en este momento o te golpeó con mi báculo hasta dejarte inconsciente!
Ignorando mis advertencias, Leona siguió a la multitud que se dirigía al gimnasio, mientras me arrastrada con ella.
La maestra de gremio era una lunática amante de la lucha con una reputación bien extendida. Quizás por ello a pesar del peligro, muchos se dirigieron al gimnasio para observar la masacre que tendría lugar ahí.
– ¡Por favor Leona, no te metas en esto! ¡¡¡Déjalo pasaaaaarrrr!!!
Aún conmigo tirando con todas mis fuerzas, Leona siguió avanzando hasta llegar al gimnasio en la parte trasera del gremio.
– ¡Las condiciones de victoria para este combate amistoso son simples! ¡Si el cachorro logra darme, aunque sea un solo golpe, pasa! ¡Y para que vean, que su maestra de gremio es justa, solo usaré mi brazo izquierdo para atacar y defenderme!
El estruendoso anuncio hizo eco a través de todo el recinto. Tal parece que la maestra de gremio usaría la Vieja escusa de “combate amistoso” para salirse con la suya en todo esto.
– ¡Maldita bravucona! ¡No puede haber nada justo en un rango mithril golpeando a un recién ascendido rango plata!
Tal y como mi tonta hermana bramaba, no podía haber nada justo en esta situación.
El sistema de rangos existía con la finalidad de tener una evaluación, fácil y rápida de entender. De las habilidades de todos los miembros del gremio.
La brecha entre cada uno de estos rangos representaba una diferencia de poder, habilidad y experiencia. Tan palpables como el día y la noche.
Cobre, Bronce, Hierro, Plata, Oro, Mithril, Virilio y Celestita. Constituían los ocho rangos implementados para catalogarnos, a nosotros los cazadores.
Y si bien era posible dar pelea a alguien un rango por encima de ti. Hacer lo mismo con alguien dos rangos por encima tuyo, simplemente era imposible incluso con las ventajas que la maestra de gremio había otorgado.
– Vamos Ingrid, ayúdame a detener está barbarie.
Rápidamente Leona trata de abrirse paso a través de la gente reunida, llevándome con ella a cuestas. Sin embargo, yo solo intento tirar de ella con todas mis fuerzas.
– ¡¡Escúchame Leona, no estoy jugando!! ¡¡Te vas a morir si pones un pie en esa arena!!
Nosotras éramos simples cazadoras de rango hierro, que nada podían hacer en esta situación.
Incluso si el niño decía la verdad, y era realmente de rango plata. Nuestra ayuda no significaría nada frente a un monstruo de rancho mithril como la maestra de gremio.
– ¡Muy bien cachorro, te cedo la ventaja del primer golpe como simple cortesía! ¡No la desperdicies o lo siguiente que verás, será al Dios Zed ofreciéndote la mano!
Antes de que mi hermana logrará llegar a la arena, la pelea comenzó.
Allí frente a nuestros ojos, se encontraba la maestra de gremio parada llena de confianza ante un niño que sostenía un arco firmemente en sus manos.
– (inhalar) (exhalar) (inhalar) (exhalar).
Sin aún colocar ninguna flecha en el arco, el nuevo interés romántico de mi hermana tomó postura y se concentró en su respiración. Incluso yo, siendo una maga asignada a la retaguardia, supe rápidamente lo que estaba haciendo.
– Leona ¿El muchacho es lo que creo que es?
Buscando la opinión de alguien más experimentado en el tema, interrogue a mi hermana.
– Si, él es un usuario de Praná, al igual que la maestra de gremio.
Luciendo visiblemente frustrada, Leona simplemente se detuvo. Incluso ella entendía que ambas partes no deseaban parar ahora.
– (inhalar) (exhalar) (inhalar) (exhalar).
A medida que el muchacho repetía su ciclo de respiraciones, una fina aura roja comenzó a envolver todo su cuerpo.
Esa aura era la manifestación física de aquel poder misterioso, que solo pertenecía a los artistas marciales.
Aquel poder llamado Praná.
– ¿Eso es todo?
Voces y murmullos comenzaron a oírse entre todos los presentes.
– Es ridículo que ese semihumano piense que pude hacer frente a la maestra de gremio con solo esa patética aura.
– Y yo aquí pensando que quizás veríamos un poco de pelea. E visto cazadores de rango hierro con auras más intimidantes que la de ese mocoso.
Comentarios hirientes comenzaron a ser lanzados por todos los presentes al ver el decepcionante desempeño del muchacho en la arena.
Sin embargo, aquel a quien iban dirigidos, no les prestó atención alguna.
En lugar de ello él simplemente levantó su mano derecha. Y con un elegante movimiento se dispuso a tomar una flecha del carcaj en su espalda.
Pero apenas las puntas de sus dedos tocaron la primera flecha, fuimos testigos de algo que nos dejaría a todos con la boca abierta.
Su mano junto a seis flechas desapareció.
Antes de que pudiera comprender lo sucedido, la maestra de gremio había esquivado algún tipo de ataque, y aterrizaba, apoyada en sus cuatro extremidades como una bestia.
– ¡¡¡Nada mal cachorro!!!
Una gran sonrisa que parecía casi llegar a sus orejas había aparecido en su rostro, mientras concentrada toda su atención en su contrincante.
La maestra de gremio ya no parecía humana.
– ¡¡¡¿Que rayos acaba de suceder Leona?!!!
Tirando de la armadura de mi hermana, la interrogue mientras permanecía con los ojos en la arena.
– Él disparo tres flechas simultáneas, más otras tres de seguimiento que casi la golpean mientras esquivaba en el aire. Todo eso en el tiempo que le toma a una persona normal parpadear. No me extraña que no lo vieras, mis ojos solo lograron ver todo vagamente por la velocidad.
– ¡¡Espera un segundo leona!! ¡¡¿Me estás diciendo que todo eso paso en un parpadeo?!!
Mientras veía a la maestra de gremio tomar una postura que me recordó a cierta bestia mágica felina. Le exigí más detalles.
– Ingrid, creó que todavía no has comprendido lo que es verdaderamente increíble en todo esto.
Con una voz que parecía cada vez más al de una doncella enamorada. Leona continúo.
– El muchacho hizo que la maestra de gremio esquivara sus ataques. En pocas palabras, sus flechas son lo suficientemente peligrosas para que una placa de Mithril elija esquivarlas en vez de bloquearlas.
Consciente ahora de la increíble proeza de la que acababa de ser testigo. Puse toda mi atención en la arena frente a mí.
– ¡¡¡Muy bien, pongámonos serios!!! (inhalar) (exhalar).
Tan pronto la maestra de gremio lanzó su declaración de guerra, comenzó a recubrir su cuerpo con Praná. Solo que, a diferencia del joven arquero, el aura que comenzó a recubrir su cuerpo, era similar a un gran incendio.
– ¡¡Maldición esto es serio!!
– ¡¡A la mierda todo, yo me largo de aquí compañeros!!
– ¡¡Hey, espérenme idiotas!! ¡¡No me dejen aquí con estos lunáticos de las peleas!!
Casi la mitad de los presentes eligió retirarse antes de correr el riesgo de convertirse en daño colateral de lo que estaba por venir.
Consciente de que Leona, no oiría ninguna suplica de mi parte, comencé a formar una barrera en voz baja.
– ¡¡¡Procura no morir con esto mocoso!!!
Lanzándose como una bestia salvaje, la maestra de gremio atacó sin contenerse.
NOTA: En lo personal, este pequeño fragmento esta interesante, me gusto le veo potencial. No te vayas por lo clásico y copies lo que te has leído en las novels, crea algo único para variar y no ser tan cliché, ya que el lector se cansa de leer ´´más de lo mismo todo el tiempo´´, bueno suerte y espero haber sido de ayuda MR C-RAZY
XD
AGUSTUS-34-1001 DE LA LOCURA
XDXDX
O O O