Kage no Jitsuryokusha ni Naritakute! - Volumen 3: 7. Epílogo, Los billetes falsos destruirán todo y luego lo volverán a levantar
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- Volumen 3: 7. Epílogo, Los billetes falsos destruirán todo y luego lo volverán a levantar
Finalmente había llegado el día.
La fabricación de billetes que se estaba llevando a cabo en la instalación subterránea ya había acabado, y los trabajadores que quedaban aquí, estaban limpiando todo el lugar.
La fábrica de billetes falsos ya había cumplido con su propósito.
“John-han, ¿podrías ver esto?”
Estaba vestido de John Smith. Y guiado por Yukime, abrí una gran puerta de hierro.
Del otro lado apareció una gran montaña de monedas de oro que alcanzaba hasta el techo.
“Esplendido…”
“Hemos cambiado casi todos los billetes falsos. Esto debería ser suficiente”.
Esta habitación estaba al fondo del subterráneo. Era la habitación donde antes habían apresado a mi hermana, pero ahora fue reconstruida para ser un gran almacén.
Estaba lleno de emoción mirando hacia las incontables monedas de oro que liberaban su brillo.
Todavía no habían descubierto esta fábrica.
Tanto la gran asociación como Mitsugoshi al parecer, ya habían llegado a la ciudad sin ley, pero de ahora en adelante, me saltaré las clases de la escuela para vigilar día y noche.
Por último, logramos cortar por completo la ruta de acceso de la ciudad sin ley a estas instalaciones subterráneas.
“Ahora solo queda intercambiar los billetes reales en el banco de la asociación de comerciantes. Pero ellos no tienen el dinero suficiente para esto, así que finalmente empezaré el colapso del crédito”.
Yukime, además de hacer billetes falsos, también estaba recolectando billetes reales. Intercambiar estos billetes reales en el banco de la gran asociación sería la señal del colapso. La gran asociación de comerciantes ya no tiene el dinero suficiente para cambiar los billetes, y una vez eso salga a la luz, comenzará la ruina para el crédito.
“Sí. Los precios ya comenzaron a aumentar a medida que los billetes siguen extendiéndose. El aumento es de…”
Usé el informe que había recibido de Beta para hacer como si tuviera una gran habilidad de recolección de información.
“John-han, ¿ya habías investigado todo eso…?”
“Ja… por supuesto”.
“Fue buena elección tenerte de aliado. A decir verdad, este plan no hubiera funcionado sin ti, John-han”.
“No todo es gracias a mí, tú también colaboraste mucho, Yukime”.
“Oh, escucharte decirte eso me alegra”. Dijo Yukime con una sonrisa. Ambos nos acercarnos y nos dimos un apretón de manos.
“Bien, vayamos a realizar el trabajo final. John-han, tú sigue vigilando la ruta de conexión entre la ciudad sin ley y este lugar”.
“Está bien”.
“Mientras tanto, yo iré a cobrar el resto del dinero”.
“… ¿Hmm?”
Sentí que algo no cuadraba en esas palabras.
“¿Qué necesidad tienes de ir en persona?”
No había motivo para que ella fuera, podía dejárselo a otro.
“Hay un gran significado”.
Ella desvió la mirada. Ah, ya veo.
Bueno, supongo que las personas tienen su propio estilo para hacer las cosas.
“Te hablaré un poco de mi pasado…” Dijo Yukime.
“Recuerdas que mencioné que hace mucho vivía solo con mi madre? Quiero seguir hablando de eso. Un día cuando ella fue a cazar, la aldea en la que vivíamos fue atacada por una tribu de salvajes. Nadie de los aldeanos tenía el poder para pelear, solo mi madre que en ese tiempo tenía 3 colas. Por eso, todos huyeron, yo misma también solo me oculté temblando debajo de la cama. Pero no paso mucho tiempo hasta que rompieran la puerta, y varios hombres me encontraron. Ellos me sacaron de debajo de la cama y me vieron con miradas lascivas. Cuando pensé que todo había terminado, un hombre entró por la ventana y mató a los vulgares en mi habitación. Él era un general de la raza de los lobos, una raza aliada con la nuestra. Él era un joven con unas grandes orejas brillantes y una cola negra azabache. Él se presentó como Gettan, y luego me abrazó para tratar de tranquilizarme. Por esos tiempos yo tenía 14 años y él 17…”
Los ojos azul profundo de Yukime miraron hacia abajo, recordando el pesado.
***
El encuentro con Gettan resultó en el primer amor de Yukime.
Luego del ataque de la tribu salvaje, la aldea de los zorros fue reconstruida gracias a la ayuda de la aldea de los lobos.
Por esos tiempos, el gran héroe Shiva acababa de morir, y por eso, el país de la raza de los hombres bestia estaba envuelto en caos. Las aldeas se atacaban las unas a las otras, por personas que buscaban poder para ser el próximo gran héroe.
Por eso, era natural y obvio que muchas de las aldeas formaran alianzas para fortalecerse las unas a las otras.
Fue así que Yukime, la hija de la única mujer con 3 colas de la aldea de los zorros, fue elegida como prometida de Gettan, el hijo de la aldea de los lobos.
Yukime que ya amaba a Gettan, por supuesto aceptó muy contenta, y a la madre de Yukime le agradaba mucho Gettan luego de que salvara a su hija, el mismo Gettan también estaba atrapado por la belleza de Yukime.
El compromiso fue celebrado por el resto de la gente de la aldea, aunque el matrimonio oficial sería cuando Yukime cumpliese 15 años.
Ellos no podían vivir juntos hasta que estuvieran oficialmente comprometidos.
No obstante, Gettan visitaba la aldea de Yukime una vez cada ciertos meses, y ella apreciaba mucho el tiempo que pasaba con él.
Para Yukime, esos días eran los más felices de su vida. Ella deseó que aquellos momentos continuarán hasta el día de su tan esperada boda.
Sin embargo, la paz no duró demasiado.
Una gran tribu en las cercanías, había provocado una guerra en la que la tribu de los zorros y los lobos fue involucrada.
Las tribus de Yukime y Gettan fueron obligadas a tomar una decisión. A cuál de las dos grandes tribus apoyar.
Si apoyaban a una, esta les pediría refuerzos para la batalla, y si no apoyaban a la otra, recibirían las amenazas de represalias en su contra. No había decisión correcta. Luego de que los zorros hablaran con los lobos, ellos tomaron una decisión.
No adherirse como aliado o enemigo de ninguna de las dos.
La respuesta a la que llegaron luego de muchas conversaciones, fue pacífica y a la vez estúpida considerando los tiempos de guerra.
Los lobos tenían fuerza, los zorros inteligencia.
Si ambos unían fuerzas, podían sobrevivir a esta situación, o eso pensaron. Sin embargo, la realidad fue muy diferente.
Ambas aldeas fueron destruidas en tan solo una noche.
La sangre llenaba el suelo mientras las casas ardían con el fuego.
Incluso Gettan, el guerrero más fuerte de su tribu, luchó feroz, pero al final, lo único que pudo hacer fue llevarse a su prometida para ponerla a salvo.
Poco a poco llegó la noche, y ambos miraron con pesar las aldeas consumidas por el fuego.
“Si tan solo tuviera más poder…”
“Gettan…”
Yukime trató de consolar a Gettan quien estaba herido.
“¡Si tuviera más poder no nos habrían robado nada!”
“No es tu culpa”.
“¡Cierra la boca!”
Las orejas de zorro de Yukime se estremecieron ante el grito de enojo de Gettan.
“… Lo siento”.
“No te preocupes…”
Gettan bajó la mirada y comenzó a hablar.
“Yo se los propuse a todos. Les dije que, con este poder, podríamos sobrepasar esto sin tener que elegir un bando…” Dijo Gettan, sacando una píldora roja color sangre.
“¡Les dije que con este poder podríamos vencer! ¡Les dije que podríamos sobrepasar esta situación, y aun así esa mujer se negó! ¡Por culpa de esa mujer es que todo terminó de esta forma!”
Yukime se alejó de Gettan quien seguía rugiendo de enojo.
“… Debí matarla mucho antes”.
“¿Gettan…?”
“Yo fui quien mató a tu madre”.
“¿Q-Qué… estás diciendo?”
La madre de Yukime había sido acorralada por una de las tribus y luego desapareció. Ella todavía quería creer que estaba viva en alguna parte.
“Todo es culpa de esa mujer. Si hubiera aceptado la píldora y nos hubiera puesto bajo la protección del culto, esto no habría pasado…”
“¿Culto…? Gettan, yo soy algo tonta así que no sé qué estás diciendo… ¿estás bromeando?”
“¿Bromear? Yo fui quien le arrancó la cabeza por detrás. ¡Debí hacerlo desde hace mucho…!”
“Gettan, estás bromeando, ¿verdad…?”
Yukime retrocedió otra vez.
“No tuve de otra, esto era lo único que podía hacer para protegerte a ti y al aldea”.
“N-No te me acerques…”
“¿Por qué retrocedes? Avancemos, iniciemos nuestra venganza”. Dijo Gettan, extendiendo la píldora roja hacia Yukime.
“Toma esto. ¡Si la ingieres, robaremos todo de aquellos que nos robaron todo a nosotros!
¡Los encontraremos y los mataremos a todos!”
“¡No te me acerques!”
Yukime se dio la vuelta y huyó.
“¡¿Tú también me rechazarás?!”
Algo golpeó a Yukime por la espalda.
Luego ella cayó el suelo. Su espalda estaba llena de sangre, había sido cortada.
“No rechaces este poder”.
“¿P-Por qué haces esto…?”
“No le temas a la venganza. Si te robaron todo, es tan simple como que tú se los robes todo a ellos”.
“N-No, no lo hagas…”
“¡¿Todavía te niegas?!”
Gettan cortó la espalda de Yukime una y otra vez mientras ella trataba de escapar.
Las heridas no eran profundas, pero todas estaban desgarrando la espalda de Yukime. Gettan pisó su espalda y luego le murmuró al oído.
“Vamos Yukime, toma esto, venguémonos juntos”.
“… No”.
Yukime estuvo a punto de perder la conciencia por el dolor, pero justo antes, escuchó la voz de alguien.
“¡Hyaahaaa! ¡Buenas noches perras, entréguenme todo su dinero!”
La voz de un niño, pero con palabras amenazantes. En ese momento, ella pensó que tal vez, había sido su imaginación.
Finalmente ella perdió el conocimiento.
Cuando ella despertó, ya era de noche.
Ella sintió una extraña sensación en su espalda. Las heridas ya estaban curadas y dejaron de sangrar, y aunque todavía quedaban las cicatrices, ya no dolía.
Gettan no estaba por ningún lado, pero por alguna razón, en el suelo había mucha de su sangre y pelaje.
Yukime regresó a la aldea en busca del cadáver de su madre. De camino se preguntó por qué estaban los cadáveres de la gran tribu que los había atacado en el suelo.
Ella encontró de inmediato el cadáver de su madre sin cabeza. La expresión que había dejado en su rostro fue de sorpresa.
Las 3 colas esponjosas que ella tanto amaba ahora estaban quemadas.
“¡Madre…!”
Su madre fue asesinada.
Sus vecinos, amigos, todos fueron asesinados. La aldea fue quemada y el dinero robado.
Sin mencionar que el prometido que tanto amaba ahora era su más grande enemigo.
“Uh…Uhhh…”
Ella grabó aquel escenario en sus ojos mientras lloraba, el cuerpo de su madre y la aldea hecha ruinas.
Al final, apretó sus dientes con fuerza. Ahora no tenía nada, lo único que quedaba era su más grande enemigo.
Sin embargo, era difícil para una niña de 14 años vivir sin dinero, poder o familiares en quienes apoyarse. Yukime al final, decidió sobrevivir al campo de batalla trabajando como prostituta, moviéndose de un lugar a otro.
Luego, cuando fue vendida a los 17 a un burdel de alto prestigio, ella llegó a la cima. Ahora que tenía riquezas, era momento de buscar poder.
Esta vez, para robarle todo a su más grande enemigo, quien le había quitado todo de ella…
***
Yukime terminó de contar todo.
Sentí que había presenciado algo como eso tiempo atrás, así que dejé de escuchar desde la mitad.
“John-han, con esto creo que ya debiste darte cuenta. No tengo interés en el dinero ni el comercio. Mi único objetivo es robar todo de Gettan. Sus riquezas, poder, su vida… todo lo que ha conseguido y mantenido en su vida. Para eso, necesitaba el poder del comercio y también tu poder, John-han… lamento haber intentado engañarte”.
“Ya veo…”
Uhmmm, no logro recordarlo.
“Quiero saldar cuentas con Gettan, así que, por favor, déjame esto a mí”. Yukime sonrió y luego se levantó.
Bueno, no lo recuerdo. Mejor me pongo a trabajar.
“Iré a trabajar”.
“Te acompaño hasta la salida”.
Y así, ambos salimos de la habitación.
***
Los cálidos rayos del sol de invierno entraban por la ventana. En esta tarde soleada, la sede principal del comercio Garter estaba llena de gritos de enojo.
“¡¿Cómo es que no han podido encontrar al maldito de John Smith todavía?!” Gritó Gettan, golpeando el escritorio con su puño mientras el presidente Garter estaba atemorizado.
“P-Pudimos seguirle el rastro hasta la ciudad sin ley, pero como el lugar es demasiado peligroso, no pudimos continuar. Además, las personas que se acercaron demasiado desaparecieron sin dejar rastro…” Dijo el presidente Garter lentamente.
“¡¿Entiendes que ya no tenemos tiempo?! ¡Ya toda la capital sabe de los billetes falsos!”
“S-Sí. El número de personas cobrando sus billetes está en crecimiento…”
“¡Kuhh, todavía es demasiado pronto!”
“¡Esta mañana llegó una gran cantidad de dinero y el cambió sigue acelerándose…! El presidente de la asociación también se quejó de que las cosas no iban de acuerdo al plan y comenzó a sugerir que cerráramos la caja fuerte y detengamos el intercambio…”
“¡No seas idiota! ¡Haz que se calle! ¡¡Si hacen eso, el rumor se expandirá por toda la capital y todas las personas irán en nuestra contra!!”
“¡P-Pero a este paso, no nos alcanzará el dinero…!”
“¡Eso ya lo sé!”
Gettan volvió a golpear el escritorio.
“¡Hii…!”
La pequeña mesa de madera se rompió en pedazos, y uno de ellos hizo una pequeña herida en el rostro de Garter.
Gettan mostró sus filosos dientes mientras miraba hacia afuera con sus ojos cerrados.
“… Dijiste que esta mañana llegó una gran cantidad de dinero, ¿no?”
“S-Sí”.
“Eso es sospechoso…. Haz que lo investiguen”.
“¡¡S-Sí!!”
Garter salió corriendo y luego, Gettan tapó sus ojos con su mano.
La herida palpitaba, aun con dolor, como si los ojos que había perdido todavía estuviesen ahí adentro. En momentos como este, él siempre recordaba su pasado.
“Acaso… no, no puede ser…”
Gettan se quedó un rato cubriendo sus ojos mientras recordaba el pasado.
John Smith es en realidad Shadow. Esa información decidió mantenerse en secreto, solo las 7 Sombras lo sabían.
Se decidió hacerse de esa forma porque si el rumor se extendía, la moral de todo el Jardín de las Sombras se vendría abajo.
La decisión fue correcta, eso pensó Gamma mientras miraba a los ojos a Alfa. El fuego de la chimenea resonaba.
“Él siempre está en un lugar, en una altura donde solo él puede llegar…”
“Alfa-sama…”
“Por eso, ya no me necesita…”
“Eso no es verdad”.
Ellas habían repetido esta conversación ya muchas veces.
Alfa estaba hundida en una gran depresión, en este estado, no podía manejar al Jardín de las Sombras.
Actualmente, la única que podía operar correctamente al jardín de las sombras, era Gamma. Sin embargo, las ojeras debajo de sus ojos que no se podían ocultar ni con maquillaje, demostraban que ella estaba cerca del límite.
Y aun así, todavía tenía que informar de algo más. Ella tomó la decisión y habló.
“El colapso de la gran asociación de comerciantes ya empezó. Desde esta mañana una gran cantidad de personas han acudido al banco a reclamar su dinero. Creemos que, para mañana, ese número se duplicará.:”.
“Ya veo…”
“Varias personas también han venido a retirar su dinero de Mitsugoshi, aunque no tantas como las de la gran asociación. Creemos que el numero irá en aumento una vez ellos colapsen por completo”.
“Ya veo…”
Alfa escuchó el reporte de Gamma aun con una expresión vacía. Luego, dijo una cosa más.
“¿Podremos soportarlo?” Preguntó ella.
Gamma por un momento no supo qué decir al ver la expresión de Alfa, pero al final decidió ser franca.
“… No, no tenemos lo suficiente”. Esa era la realidad.
Gamma había tratado de recolectar fondos de donde fuera posible para esperar la llegada del eventual colapso de la gran asociación.
Ella recolectó todo el dinero que tenían y estaban ganando de todas partes del mundo, pero todavía no era suficiente.
“Ya veo…” Alfa sonrió.
Al ver esa leve sonrisa, casi entre lágrimas, Gamma estuvo a punto de llorar.
“Pero estaremos bien. Si conseguimos una gran cantidad de dinero estoy segura de que saldremos adelante…”
“Ya fue suficiente”.
Nada les aseguraba que las personas siguieran confiando en ellas luego de ver lo que pasaba con la gran asociación de comerciantes.
Gamma y Alfa entendían muy bien eso.
“Ya, fue suficiente…”
“Alfa-sama…”
Alfa miró a Gamma con una sonrisa melancólica.
“Él fue quien decidió crear los billetes falsos y provocar esto. Él fue quien quiso desecharnos…”
“¡E-Eso no es así, Alfa-sama! Shadow-sama jamás nos abandonaría—”
“Lo hizo. Pero porque nosotras al final nunca tuvimos el poder necesario para responder a sus expectativas… eso fue lo que provocó todo esto”.
“¡Eso no es… no es…!”
No es verdad… ella no pudo decirlo.
Su amo las superaba en poder, creatividad y sabiduría. Ellas nunca pudieron alcanzarlo ni, aunque él se hubiera molestado en darles un lugar y la mejor educación posible.
Su amo ya se había dado por vencido con ellas.
“No… es…”
Gamma no pudo permanecer de pie, ella se tambaleó y cayó en el sofá.
A su vez, Alfa se puso de pie, viendo a la chimenea con una decisión en su mirada.
“Si eso es lo que él desea, entonces yo debo cumplir. Esa fue nuestra promesa… siempre que él lo deseara, yo moriría por él… esa fue la primera promesa que hicimos”.
“Alfa-sama…”
En ese momento… “Con permiso”.
Una trabajadora entró a la habitación, una chica de cabello castaño oscuro. Nu.
“Recibimos nueva información. Al parecer, la persona que está detrás de la gran asociación es un hombre llamado Gettan, pero sin lugar a dudas, está involucrado con el culto”.
“Eso pensé”. Dijo Gamma en voz baja.
Ya no importaba esa información, porque ellas ya no podían hacer nada.
“Parece que recibió la misión por parte del culto de destruir Mitsugoshi a la par de la gran asociación de comerciantes”.
“¿Y cuál era su plan?”
“Era… el colapso de los créditos usando billetes falsos”.
“Ya veo… con que era eso”.
Gamma miró al techo sin fuerzas. Cayeron en la trampa.
Ellas no esperaron que el culto decidiera acabar con Mitsugoshi aun cuando su conexión con el jardín de las sombras era desconocida por los demás.
Ellos planearon acabar con Mitsugoshi a través del colapso de la gran asociación de comerciantes.
Pero aun si ellos conseguían eso, habrían sacrificado una gran cantidad de dinero.
Ellas se habían equivocado, no se dieron cuenta de qué tan amenazante eran para el culto. “Parece que caímos en la trampa del culto”.
“No, bueno… en realidad parece ser que el plan del culto todavía no ha empezado”.
“Qué quieres decir con—”
Gamma en un instante, sintió como las piezas en su cabeza comenzaban a unirse, y en ese momento…
“¡Alfa-sama!”
Beta entró corriendo sin tocar a la puerta, ella traía un papel en su mano.
“¡Luego de investigarlo en el laboratorio de Eta, por fin descubrimos lo que decía el mensaje en código de Shadow-sama!”
Eta era la séptima miembro de las 7 Sombras, encargada de todo lo relacionado al laboratorio e investigaciones. Beta le había entregado el mensaje en código de su amo y ella lo había logrado descifrar.
“¡Aquí tiene!”
Beta le extendió el papel y Alfa lo tomó.
Luego de leerlo, la luz finalmente regresó a los ojos de Alfa.
“¿Alfa-sama…?” Dijo Gamma con una mirada curiosa, y Alfa solo soltó una pequeña risa. Por sus mejillas rodó una lágrima, una lágrima de felicidad.
“Nunca fuimos abandonadas…” Dijo ella, dándole la nota a Gamma.
“¡E-Esto es…!”
Esa era la verdad escrita que Eta había descifrado.
“Lo siento, pero decidí traicionarlas. Ahora mismo estoy haciendo billetes falsos con una colaboradora y recolectando dinero. El dinero está en la instalación subterránea donde hace años rescataron a mi hermana. Puede que con esto me gane el rencor de todas ustedes, pero creo que ésta es la mejor opción que puedo tomar”.
Antes de darse cuenta, las lágrimas ya estaban bajando por las mejillas de Gamma. Las piezas que estaba uniendo en su cabeza encajaron, pero de una forma que sobrepasó a su imaginación.
Alfa, Gamma y Beta… todas estaban llorando.
“Shadow-sama hizo todos los preparativos para nosotras”. Dijo Beta en un tono de respeto y admiración.
“Así que este es el escenario que él vio… muy diferente al mío”. Dijo Alfa mezclando palabras y llanto.
“Él entendió todo y escogió la mejor opción… no esperaba menos de nuestro amo”. Dijo Gamma aliviada.
“Él había descubierto el plan del culto mucho más rápido que nadie más”.
“Y no solo eso, sino que además usó su propio plan en contra de ellos. Decidió usar los billetes falsos para recolectar todo el dinero que podría salir del colapso del crédito”.
“Con ese dinero, Mitsugoshi podrá sobrevivir a ese colapso”.
“Al final, los únicos que perderán son los del culto al perder su asociación de comerciantes”.
“Parece que el culto volvió a equivocarse de enemigo. Esto es posible porque Shadow-sama es quien mejor entiende el sistema de créditos”.
“Su habilidad para recolectar el dinero de forma eficaz entendiendo todos los riesgos del sistema de créditos es de admirar”.
“Nosotras no podíamos actuar libremente por miedo a que descubrieran que Mitsugoshi y el Jardín de las Sombras estaban conectados, pero él en cambio, decidió moverse por su cuenta”.
“Supongo que ocultó su identidad para borrar toda huella de nosotras, así nadie sospecharía que estábamos conectados”.
“Sí, por eso Shadow-sama se molestó en fabricar los billetes en ese subterráneo e incluso anotar la ubicación del dinero recaudado”.
“Ya entiendo… entonces nuestro trabajo solo sería ir a recuperar ese dinero”. Todas soltaron un gran suspiro.
“Entenderíamos que esta sería la mejor opción cuando todo terminara… parece que tenía toda la razón”.
“Sí… para engañar a tus enemigos, primero debes engañar a tus aliados”.
“Qué plan tan perfecto realizado en base a cálculos tan detallados… no esperaba menos de Shadow-sama. Pero, ¿entonces qué sucedió con Delta?” Dijo Gamma con duda, no obstante, la mirada de Alfa era de confianza absoluta.
“No te preocupes, ella seguro está bien”.
En ese mismo instante, se escuchó algo afuera.
Luego, la ventana se abrió lentamente y desde ahí entró Delta, como si hubiera venido de hacer algo malo.
“… ¿Lo ves?”
“¡¿Delta?! Cuánto me alegro…”
El rostro de Gamma se llenó de felicidad.
“Uhh… Alfa-sama, Delta tuvo que ir a otra misión, súper ultra secreta… y bueno…” Dijo Delta lentamente mientras veía la reacción de Alfa.
“No te preocupes, lo entiendo. Él te dio otra misión, ¿no?”
Luego, Delta levantó el rostro felizmente y asintió una y otra vez.
“¡Sí, me mandó a derrotar al Jugger el negro y…! Auu, es una misión súper ultra secreta, no puedo decirla…”
“Delta, ¿cuántas veces te he dicho que hables correctamente? No digas súper ultra secreta, es redundante”.
“¡P-Pero el jefe dijo…!”
“Él nunca diría algo como eso. De cualquier forma, me alegra que estés bien…”
Alfa ignoró las palabras que quiso decir Delta y en vez de eso, acarició delicadamente su cabeza y la abrazó.
Gamma y Beta también abrazaron a Delta, todas sonriendo mientras lloraban.
“Él hizo todo esto por nosotras, así que ahora es nuestro turno de trabajar. Recuperemos el dinero que él nos dejó”.
“¡Sí!”
“¡Por supuesto!”
“Uhh~~”
Esa noche, el jardín de las sombras hizo su movimiento.
Luego de cerrar minuciosamente la ruta de la ciudad sin ley al subterráneo, regresé a la instalación.
Yukime ya debería estar de regreso con las monedas de oro en un carruaje.
Solo quedaba esperar eso, recoger mi dinero de la bóveda y luego mirar desde las alturas cómo sucedía el colapso.
Ya lo tengo planeado. En ese momento, John Smith estará sentado en una silla en un hotel súper caro de la capital y murmurará; “Tal y como lo planee, el colapso ya ha comenzado…” Luego tomará una copa de vino fino y mirará sonriente a las monedas de oro en su mesa.
Qué genial.
Seguí caminando por las instalaciones subterráneas mientras imaginaba esa escena. Aunque, estaba demasiado silenciosa.
Los trabajadores ya deberían irse, pero se supone que todavía debían quedar los guardias.
¿Tal vez se aburrieron tanto que se quedaron dormidos? Bueno tendría sentido. Trabajé tan duro que nadie podría acercarse a este lugar.
“Jejeje…”
Seguí caminando riendo de oreja a oreja y luego me detuve frente a la bóveda.
“¿Umm…?”
¿Qué hace la bóveda abierta…?
Además, no parece que se abriera con la llave, sino a la fuerza…
“N-No, no creo que sea eso…”
Mi seguridad era perfecta, dudo que siquiera un ratón hubiera venido desde la ciudad sin ley. Mis piernas temblaban.
Mis manos temblaban.
El sudor frío no dejaba de recorrer mi cuerpo.
“E-Es-Esta bien, de seguro no pasó n-nada…”
Luego, abrí por completo la puerta medio abierta. Adentro… no había nada.
La gran montaña de monedas de oro había desaparecido sin dejar rastro.
“N-No puede ser…”
Dejé de sentir mis piernas y me caí en ese mismo lugar.
“¿Por qué? ¿Cómo…?”
Mi dinero…
“Ja, jajaja, de seguro estoy soñando…”
Puse mi mano sobre mi cabello peinado hacia un lado, tratando de ponerme de pie mientras temblaba.
Está bien, de seguro todo está bien.
Puede que haya sido Yukime y se haya llevado el dinero por alguna razón.
E incluso si fue alguien más, le habrá tomado tiempo llevarse todo ese dinero, por lo que, si no estaba bien preparado, no pudo ir muy lejos.
Con mis rodillas aun temblorosas, salí de la bóveda.
Luego fingí estar tranquilo al sentir dos presencias acercándose.
“— ¡¡John-sama!!”
Dos hermosas y candentes chicas me llamaron. Eran las ayudantes de Yukime, Natsu y Kana.
Sí, lo sé lo entiendo muy bien. Algo sucedió, ¿no? Si no sería raro que la bóveda esté completamente vacía.
“¡Yukime-sama…Yukime-sama desapareció! ¡¡De seguro fue obra de Gettan!!”
“¿Qué…?”
Yukime… ¿Gettan? ¡Ahh, ya entiendo!
Reí al finalmente entender qué estaba pasando.
“¿John-sama…?”
“Ya veo, así que de eso se trata…”
Natsu y Kana estaban confundidas, así que abrí la puerta de la bóveda y se las enseñé.
“¡¿Q-Qué…?!”
“¡¿A-Acaso fue ese maldito?! Pero aun así sería demasiado rápido…” Las dos se sorprendieron aún más.
“¿Saben en dónde está?”
“¡S-Sí…!”
“En ese caso no hay problema, iré a recuperarlo”.
Pasé al lado de ambas y luego hice que mi poder mágico hiciera temblar la atmósfera del lugar.
“P-Pero ¡qué tremendo poder mágico!”
“¡¿E-Este es el verdadero poder de John Smith?!”
De paso, también moví los hilos para que cortaran el aire y mostraran unos pequeños resplandores de luz.
“¡Gettan… pagarás caro haberme hecho enojar…!” Es hora de la venganza—
***
Un poco antes de la escena anterior—
Cuando el sol comenzó a ponerse, empezó a caer nieve. Mientras la ciudad estaba tiñéndose de un color rojo y a las sombras comenzaban a aparecer, la nieve cayó con más fuerza.
Una mujer de la raza de los zorros, con cabello plateado estaba viendo aquel paisaje de la ciudad desde una llanura.
Ella suspiró, liberando un aire blanco y frío mientras esperaba algo con una mirada triste. Cuando el sol se ocultó por completo, alguien apareció detrás de ella.
“¡No pensé que tú estuvieras involucrada en esto… Yukime…!”
En esta noche, llena de nieve y dominada por el silencio, se escuchó una voz más parecida a un aullido.
Yukime se giró, y ahí estaba un hombre bestia de pelaje negro azabache, con sus dos ojos heridos.
“Gettan… siempre esperé por este día”.
“¡Entonces ¿John Smith es tu cómplice?! ¡¿Esta es tu venganza?!”
A diferencia de la tranquila expresión de Yukime, el rostro de Gettan estaba distorsionado con enojo.
“Ya se acabó, mejor date por vencido…”
“No… aun no. Mientras pueda recuperar el dinero que robaron, todavía puedo volver a intentarlo”. Dijo Gettan sacando su espada. Era una espada tan larga como el cuerpo de una persona.
“Gettan…”
Yukime sacó sus abanicos de metal.
“Ya no soy la misma que conociste antes”.
La nieve blanca caía apilada del cielo, del cielo donde brillaban un sinnúmero de estrellas. En medio de esa noche donde el color blanco y negro se mezclaban, dos metales resonaron. La nieve blanca voló de la tierra al suelo y la sangre brotó.
El lienzo blanco en el suelo fue pintado de rojo por la sangre.
“I…Imposible…”
El primero en caer fue Gettan… él cayó en sus rodillas y miró a Yukime. La figura de Yukime había cambiado.
Sus nueve colas ahora eran mucho más gruesas y sus ojos azules ahora eran rojos como la sangre.
El poder mágico que la rodeaba podía ser notado incluso por Gettan que había perdido la vista.
“Esta es la verdadera forma de mi raza… ya no podrás vencerme”.
“¡¡El legendario poder de los zorros… si tan solo hubiera tenido ese poder, si yo tuviera ese poder nunca nos habrían arrebatado nada!!”
Yukime sonrió con tristeza al ver el rostro lleno de odio de Gettan.
“Gettan… cambiaste demasiado. Antes no eras así”.
“¡Cállate!”
“Ya se acabó”. Dijo Yukime, poniendo su abanico de metal contra el cuello de Gettan. Él se quedó quieto, sintiendo el frío del metal en su cuello.
“¡Yukime…!”
Yukime solo se lo quedó viendo en el suelo, con su abanico todavía contra su cuello. Era como si, estuviera recordando el pasado.
Solo por ese momento, ninguno de los dos se movió. Era como si el tiempo se hubiera detenido.
Solo la nieve seguía cayendo sobre ellos.
Luego, ella bajó su abanico. Sus ojos y colas también regresaron a la normalidad.
“¿Qué haces…?”
“Aquí termina mi venganza”.
“¿Terminar…?”
“No sé qué fue lo que te cambió, pero es cierto que fuiste tú quien salvó mi vida y la de todos en mi aldea en el pasado…. Claro que esas acciones no aligeran tus pecados para nada. Aun así, todavía quiero creer que, en algún lugar de tu interior, todavía está la persona que me salvó aquel día…”
Yukime se dio la vuelta y comenzó a caminar sobre la nieve.
“Hasta nunca, Gettan…”
Gettan miró con odio, aun con sus ojos destrozados, hacia la espalda de Yukime.
“No… no me jodas…”
Su rencor, sus quejas, ninguna de ellas llegó hacia Yukime quien no detuvo su paso. Sin embargo, él tomó una píldora roja, sus heridas sanaron en un instante y luego… “… Ah”.
De repente, la nieve volvió a mancharse de sangre.
“¡¿Hasta cuándo piensas burlarte de mí?!”
“Ge…ttan…”
Yukime cayó al suelo luego de ser apuñalada por su espalda.
Una pequeña lágrima rodó por la mejilla de Yukime en medio de una conciencia que iba haciéndose más y más lejana.
“John…han… perdóname…”
En ese momento, un gran viento sopló, la nieve fue dispersada en un instante y luego una sombra negra bajó del cielo.
“¡¿…?! ¡¿Quién está ahí?!”
De esa noche teñida de blanco apareció un hombre.
La nieve comenzó a hacerse polvo alrededor de él mientras que unos hilos metálicos cortaban el aire.
“… ¿Fuiste tú el que me robó la cosa más preciada que tengo?”
Era un hombre vestido con un traje negro y una máscara cubriendo su rostro… John Smith.
“John-han…”
Yukime llamó su nombre con una voz dolorosa. Por alguna razón, ella sintió nostalgia al verlo llegar de esta forma.
“Así que tú eres John Smith. ¿Qué yo te robé, dices? ¡¡Fuiste tú el que me robó a mí!!” Dijo Gettan mirando a John Smith con sus ojos destrozados.
“Vine a recuperar lo que me robaste, solo eso y nada más”.
“¿Te refieres a ella? Ja, me pregunto si podrás recuperarla”.
“Lo haré”.
“Maldito renacuajo… pero lo mismo digo. ¡Yo también recuperaré lo que me robaste!” Dijo Gettan, tomando una postura con su espada.
“No sé de qué hablas”.
“¿Ahora te haces el tonto? Escoria…” Gettan chasqueó su lengua.
“Qué ridículo”.
“Ni siquiera lo intentes”.
John Smith desplegó sus cadenas.
Y luego de que ambos se vieran el uno al otro por unos instantes… “Gettan…”
“¡¡John Smiiiiiiiiiiiith!!” Chocaron violentamente.
La espada de Gettan fue directo hacia John Smith, pero él ni siquiera trató de esquivarlo. Gettan apuntó hacia el cuello, pero de repente su espada se detuvo.
“¡¿…?! … ¡¿Qué?!”
Gettan se sorprendió al ver a su espada detenerse en medio del ataque, así que retrocedió. John Smith solo lo miró y luego murmuró.
“¿Acaso intentaste hacer algo…?”
Gettan chasqueó su lengua con insatisfacción.
“¿Maldito… detuviste mi espada usando tu poder mágico en esos hilos?”
“… Oh”.
“Hay cosas que solo puedes ver cuando pierdes la vista. Cuando dejé de ver, mi capacidad de detectar las cosas y los movimientos con mi poder mágico mejoraron”.
El poder mágico de Gettan recorría todo el lugar.
“¡Puedo verlo! ¡¡Puedo ver todos los movimientos de tus hilos!! Parece que puedes moverlos a voluntad, pero…” Dijo Gettan, mostrando una sonrisa distorsionada.
“¡¡Te equivocaste de contrincante, John Smith!!”
Gettan volvió a atacar a John Smith con su espada. John Smith tomó distancia de Gettan y su espada, pero sus hilos ni siquiera pudieron tocarlo.
“¡¡No lo harás!! ¡¡Te dije que puedo verlo!!”
John Smith retrocedió mientras que Gettan lo seguía persiguiendo.
Yukime simplemente observó la feroz batalla de ambos con lágrimas en sus ojos… en esa mirada, estaba reflejada la figura de John Smith tratando de resistir…
Desde que lo conoció, Yukime jamás había visto a John Smith tan enojado.
Ella no lo conocía de mucho, pero sabía perfectamente que no era el tipo de persona que mostrara sus emociones así de fácil.
Pero aun así, él estaba enojado.
El enojo brotaba de él desde el fondo de su corazón.
Él estaba sumamente enojado con Gettan por tratar de robarle a Yukime y luego herirla.*
“John-han…”
Aunque a simple vista, se veía que John Smith estaba en desventaja, Yukime sabía que esta no era su verdadera fuerza.
Y luego…
“¿Eso es todo…?” Dijo John Smith.
“¡Kuh…!”
Mientras tanto, Gettan poco a poco iba quedándose sin aliento con la mirada fija en John Smith.
Gettan seguía atacando y persiguiendo a John Smith sin parar, pero su espada no lo había tocado ni una sola vez.
Y no solo eso, sino que de repente varias pequeñas heridas aparecieron en el cuerpo de Gettan.
Él ciertamente podía ver los hilos. Pero por eso mismo, él pudo saltar directo hacia ellos.
Los hilos de John Smith estaban dispersados alrededor como si fueran los hilos de una gran araña. Una vez lo tocara, ya no podría escapar de ellos.
(Nota: Jajaja, claro.)
Gettan trató desesperadamente de leer los movimientos de su enemigo para sellarlos y atraparlo.
Pero en cuanto él trataba de acercarse demasiado, era herido.
Si no se acercaba lo suficiente, su espada no lo alcanzaría, pero si se acercaba lo suficiente… moriría al instante.
Al final, Gettan siguió blandiendo su espada sin que esta tocase a su objetivo.
John Smith en cambio, solo se acercó lentamente a Gettan, sus hilos bloqueaban todas sus rutas de escape.
“Dilo… todavía tienes algo que debes decir”. Dijo John Smith.
“¡…!”
Por un momento, Gettan miró a Yukime, pero sacudió su cabeza al instante.
“¡No tengo nada que decirte!”
“Ya veo—”
Luego de esas palabras, la sangre salió chispeando del pecho de Gettan. Los hilos que lo habían rodeado cortaron, y desgarraron su carne.
Sin embargo, aun soportando el dolor, Gettan siguió viendo con fiereza a John Smith.
“¡Lo único que hice fue buscar poder! ¡¡Sacrifiqué muchas cosas para poder conseguir más fuerza!! ¡¡¿Por qué debería retractarme a estas alturas?!!”
Él sacó una gran cantidad de pastillas de su bolsillo y luego se las tomó al mismo tiempo. Aunque eso claramente, era más de lo que él podía soportar.
“Nunca más me volverán a robar nada…. ¡Nunca más…!”
Gettan nuevamente vio en dirección a Yukime, como si tratara de ver algo con aquellos ojos dañados.
Luego, poco a poco su cuerpo comenzó a teñirse de negro.
Sus musculos comenzaron a inflamarse y deformarse, y por último, su gran crecimiento de poder mágico evaporó la nieve a su alrededor.
“Ya no me queda nada… para aferrarme a la vida”. Dijo Gettan abriendo sus ojos. Allí había una protuberancia roja, como si fueran dos grandes coágulos de sangre.
De esos “ojos” cayeron unas lágrimas de sangre. Esta vez, sus movimientos eran incomparables a los de hace un rato, era demasiado rápido.
En cuando la nieve saltó en el aire, Gettan ya estaba frente a John Smith.
“¡¡Oooooooooooooooooooooooh!!”
Gettan atacó con un gran rugido de ímpetu.
John Smith movió sus dedos y los hilos cortaron el aire.
“… Oh”.
La gran espada y los hilos chocaron, pero quien retrocedió fue John Smith. De los dedos de John Smith, cayeron varios hilos cortados.
Pero Gettan no se detuvo ahí.
Él siguió persiguiendo como a un animal salvaje a John Smith quien seguía retrocediendo. Su espada larga iba cortando cada uno de los hilos de John Smith.
Con cada movimiento, con cada corte que lanzaba Gettan, los hilos de John Smith volaban en el aire.
Luego de una intensa persecución e intercambio de ataques, John Smith finalmente se había quedado sin hilos.
“¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaa!!”
Gettan avanzó con una gran risa salvaje al ver a su enemigo quedar desarmado. Sin embargo, John Smith solo se detuvo en ese mismo lugar y suspiró.
“Supongo que las cadenas tienen su límite…” Dijo con decepción mientras veía a Gettan acercándose.
Luego… dos chocaron.
John Smith dio un paso adelante, agachando la mitad superior de su cuerpo y esquivando el ataque de Gettan
Sin embargo, su mejilla recibió un pequeño corte y unos mechones de su cabello negro volaron en el aire.
Aun así, su evasión fue modesta y su movimiento más rápido que cualquier otro. Era un movimiento perfecto que sirvió tanto de evasión como contrataque.
En otras palabras… el punto más alto de las artes marciales.
“¡¿Qué?!”
En el momento en que Gettan vio ese movimiento con sorpresa, el codo de John Smith había impactado justo en su mejilla.
“¡Gaah!”
Gettan retrocedió por ese ataque, pero John Smith no se detuvo y lo persiguió.
Gettan recibió un gran golpe en su estómago seguido de un rodillazo en el mismo lugar, lo que hizo retorcer su cuerpo.
Los ataques de John Smith no se detuvieron.
John Smith siguió golpeando el cuerpo de Gettan con puños, patadas y rodillazos limpios, haciendo retroceder el cuerpo de Gettan que estaba hinchado.
Algunas personas decían que la mejor arma de todas, era el propio cuerpo de la persona, y John Smith lo estaba demostrando.
Aun así, Gettan trató de resistir y escapar de aquella lluvia de golpes.
Gracias al efecto que la píldora le daba a su cuerpo, sus heridas se sanaban casi al mismo tiempo que las recibía. Por eso, él esperó pacientemente a que los golpes terminaran—
Sin embargo, John Smith no se detuvo.
Cada paso que Gettan daba, él lo predecía y lo usaba en su contra para atacar con sus piernas.
Él estaba leyendo cada paso que ambos daban, cada movimiento ofensivo y defensivo para usarlo en contra de Gettan.
De esa forma, John Smith siguió golpeando unilateralmente, siempre pegado a su cuerpo, a una distancia casi nula.
No importa qué tanto se moviera su presa, no podía salir de esa distancia cerrada. Así, él siguió golpeando sin parar.
“¡Gaah… aggh… guhh… gohh… cohh!”
Los huesos de Gettan se rompían, sus dientes se rompían, sus órganos internos explotaban, pero todo eso se volvía a regenerar.
Era casi como una tortura interminable.
La sangre que salía de todo su cuerpo estaba llenando completamente de color rojo la nieve en la tierra.
Luego, poco a poco los golpes de John Smith se volvían más pesados, se volvían mucho más rápidos.
“Dilo. Todavía hay algo que debes decir…”
“¡Gaah… guff!” Dijo John Smith mientras seguía golpeándolo. Hasta que finalmente, había llegado el final.
La regeneración de Gettan se detuvo.
Al darse cuenta de eso, John Smith saltó un poco hacia atrás, tomando distancia y luego lanzando una patada con su pierna derecha.
La patada impactó en la cabeza de Gettan y él rodó por el suelo lleno de nieve.
John Smith pisó con fuerza el cuerpo de Gettan que trataba de levantarse mientras que Gettan simplemente se le quedó mirando.
Sus ojos estaban llenos de ira, como si estuviera recordando algo similar que había ocurrido en su pasado.
“Gah…”
John Smith volvió a darle un puñetazo en la cara.
“—Dilo”.
Luego otro puñetazo más.
“—Todavía hay algo que debes decir”.
“John Smith. Ah, ya veo… entonces tú eras… el de aquella vez…”
Gettan vio a John Smith, con una expresión complicada, pues muchos sentimientos estaban mezclados al mismo tiempo.
Ira, odio, envidia, remordimiento…
“Si hubiera sido tan fuerte como eres tú… ¿habría podido cambiar algo…?” Varias emociones complicadas salieron de su boca junto a esas palabras.
“Este es el final de los idiotas como yo que huyen de su propia debilidad… lo único que quería proteger era…”
Gettan no dijo nada más, y en cambio sonrió.
“Creo que… puedo dejártela a ti…”
Su voz ya no tenía tono alguno, él solo señaló a Yukime con su tembloroso dedo.
“Te dejo a … Yuki…”
“… Está bien”.
John Smith tomó ese dedo tembloroso y luego.
“Acepto tu encomienda, y esos sentimientos”. Finalmente, Gettan dejó de respirar.
“Ya lo recuerdo… tú fuiste quien me…” Dijo Yukime, poniendo su cara contra el pecho de John Smith mientras sus lágrimas manchaban su traje.
Él en cambio, puso algo de su poder mágico en sus dedos y delicadamente tocó las heridas de Yukime.
“Qué cálido… esta calidez es la misma… de aquel día…”
Thump. Thump.
Sus latidos comenzaron a elevarse.
Desde aquel día cuando lo perdió todo, Yukime siempre los había mantenido a raya, había congelado esos latidos.
Sin importar qué pasara a su alrededor, sin importar quién durmiera con ella, ella solo lo aceptaba con una sonrisa.
Después de todo, el hielo que congelaba esos latidos era una protección, una que nunca se derretiría.
Pero ahora, finalmente ese hielo comenzaba a derretirse.
“… Gracias”. Dijo ella, y John Smith la vio con sorpresa. Luego murmuró.
“Creo que dijo que había enterrado el dinero debajo de ese montón de nieve…”
***
“Todavía me queda un último trabajo por hacer”. Dijo John Smith quien estaba cavando un agujero, así que se quedó en el lugar mientras que Yukime decidió regresar a la capital. Tal vez él estaba haciéndole una tumba a Gettan, quien probablemente solo buscaba un lugar en dónde morir.
Aquella expresión de tranquilidad con la que murió Gettan, hizo recordar a Yukime un poco sobre su pasado.
Yukime descansó esa noche en la capital y luego, con el dinero que había cambiado, decidió regresar a su guarida.
Las heridas de Yukime fueron sanadas por John Smith, que incluso logró borrar completamente las horribles heridas de su espalda.
Luego de llegar a la guarida, ella se dirigió directamente a la bóveda y vio el interior con sorpresa.
“Qué rayos…”
La bóveda estaba completamente vacía. Yukime se preguntó qué había pasado, cuando de repente, una mujer vestida de negro apareció detrás de ella sin hacer el más mínimo ruido.
“Supongo que tú eres Yukime de la compañía zorro de nieve…”
“¡¿…?!”
Ella se giró y vio a una hermosa elfa de cabello rubio.
“¿Quién eres?” Dijo Yukime, preparada para tomar su abanico de ser necesario.
“Mi nombre es Alfa, una miembro del Jardín de las Sombras. Por tu reacción supongo que él no te ha contado nada de sobre esto”.
“Alfa…”
Yukime sabía que John Smith, es decir Shadow, era el líder del Jardín de las Sombras.
Sin embargo, él nunca le había hablado directamente sobre el jardín de las sombras, aunque ahora recién le parecía raro.
“Tú eres su cómplice, y también la persona que Gettan de la asociación de comerciantes quería…”
“¿A qué quieres llegar?”
“Quería darte esta carta. Ya está abierta pero aun así pensé que era buena idea entregártela”. Alfa le entregó una carta vieja.
“La gran asociación de comerciantes colapsará muy pronto. Claro que, ya recuperamos lo que teníamos que recuperar. Esta es una carta… no, un testamento de Gettan hacia ti que encontramos en su habitación”.
“¿De Gettan…?”
Yukime tomó la carta y la leyó.
Lo primero que la sorprendió, fue la letra increíblemente fea. Como él era ciego, de seguro la había escrito solo sin ayuda de nadie más. Aun dentro de esas feas letras, Yukime sintió la poca calidez que quedaba de él.
La carta empezó desde la tragedia en la aldea de Yukime y luego su arrepentimiento por no poder aceptar su propia debilidad.
Luego, mientras más avanzaba la carta, más sorprendente era lo escrito en ella.
“El Culto de Diabolos…”
Esa era la organización que había instigado a Gettan.
“Nosotras, el jardín de las sombras peleamos contra el Culto de Diabolos. Por supuesto, él también lo hace…”
“¿John-han también…?”
“La compañía Mitsugoshi es solo una fachada del jardín de las sombras”.
“¡¿…?! ¡¿Entonces…?!”
“Exacto. Todo, desde el principio, estuvo en la palma de su mano. Lo siento, pero nosotras nos quedamos con ese dinero”.
“Ya veo, entonces de esa forma, Mitsugoshi superara el colapso del crédito”.
“No solo eso. Con la inminente disolución de la gran asociación de comerciantes, aseguraremos una posición absoluta en el mercado”.
“Entonces John-han… no, Shadow-han ya había planeado todo eso desde el principio”.
“Puedes culparlo, decirle traidor si quieres. Estoy segura de que él lo hizo aun sabiendo que
eso podría pasar”. Dijo Alfa, pero Yukime negó.
“No tengo intenciones de decir eso. Shadow-han me salvó ya dos veces”.
“… Ya veo”.
Alfa asintió a las palabras de Yukime.
“A decir verdad, tenemos intenciones de aceptarte en nuestra organización. Queremos que sigas controlando la compañía del zorro de nieve y mantengas un contacto con la ciudad sin ley”.
“Entiendo. En ese caso, mi compañía actuará desde las sombras, mientras que Mitsugoshi será la cara pública”.
Tanto Alfa como Yukime sonrieron con la misma expresión. Aunque ambas se sorprendieron al ver ese mismo rostro en la otra.
“Cuento contigo”.
“Será un placer”.
Luego de un pequeño apretón de manos, Yukime murmuró.
“Qué problema. Parece que tiene a más personas importantes para él a su lado…”
Luego, ambas dejaron atrás la guarida mientras discutían sobre qué hacer a hacer a partir de ahora.
***
El colapso de la gran asociación de comerciantes terminó en un instante.
Ellos no tenían el dinero suficiente para cumplir los cambios que la gran multitud de personas pedían, así que algunos comercios cerraron sus tiendas y huyeron en plena noche. Al final, los caballeros intervinieron e hicieron que abrieran las cajas fuerte a la fuerza. Sin embargo, el dinero ahí depositado era mucho menor a la cantidad de billetes en circulación.
Los comerciantes fueron capturados e incluso ahora seguían recibiendo duros castigos.
Luego de acabar con la gran asociación, los ciudadanos esta vez se dirigieron hacia Mitsugoshi.
Al día siguiente del colapso de la gran asociación, las personas se reunieron frente a la sucursal principal del banco de Mitsugoshi en la capital.
La cantidad de personas era tan grande como para llenar la calle principal por completo.
Al mismo tiempo que la tienda abrió, las personas tomaron sus billetes y entraron, quedándose sorprendidos por lo que vieron.
El gran salón de la tienda estaba lleno de monedas de oro.
Las encargadas del banco recibieron a las personas con una sonrisa llena de confianza. Las personas que recibieron su debido dinero, fueron marchándose satisfechos de Mitsugoshi.
Y para el final del día, la gran fila frente a Mitsugoshi desapareció.
El porcentaje de las personas que al final decidieron cambiar los billetes por sus monedas fue del 30%.
El resto de las personas habían quedado aliviadas al ver la respuesta del banco Mitsugoshi ante la situación.
Ellos quedaron satisfechos con la gran cantidad de monedas de oro que vieron, la agradable sonrisa de las trabajadoras y la confianza que emanaba todo el staff de Mitsugoshi.
Debido a eso, muchas personas decidieron cambiar nuevamente sus monedas por billetes.
Gracias al colapso de la gran asociación de comerciantes, el banco Mitsugoshi y la compañía Mitsugoshi como tal, había conseguido una posición absoluta y de gran confianza entre la gente.
Su poder e influencia era tal que ni siquiera el reino podría hacer algo en contra de ellos. Después de todo, si Mitsugoshi decidía retirarse, la economía del reino colapsaría al instante.
El reino vio como una amenaza el sistema del crédito, pero también era cierto que gracias a este sistema inventado por Mitsugoshi, el reino estaba en un auge inmenso.
Al final, el reino decidió negociar con la representante de la compañía y el banco Mitsugoshi y así, llegar a un acuerdo con respecto al crédito.
De esta forma, los problemas terminaron por el momento.
Estaba cavando un agujero con una pala hecha de Slime.
Sí, he estado cavando sin parar.
Pero, me pregunto por qué… Todavía no he encontrado nada. Me pregunto por qué… perdí comunicación con Yukime.
Se suponía que Yukime iría a recoger las monedas en la capital y yo encontraría el resto en este agujero y final feliz para todos.
Y sin embargo, el dinero no estaba por ningún lado y Yukime tampoco. Además, para mi sorpresa, Mitsugoshi había sobrevivido.
¿Por qué?
¿Cómo?
De lo único que estaba seguro ahora. es que mi plan había fallado.
“Jefe, no encuentro nada”. Dijo Delta mientras sacaba la tierra con sus manos.
“Debe estar aquí, estoy seguro… estoy seguro”.
Dije mientras seguía cavando. Si quería abrir un gran agujero en la tierra solo tenía que hacer explotar el suelo, pero si lo hacía, las monedas de oro también se dispersarían por toda la tierra.
Por eso, no me quedaba de otra que seguir cavando.
Delta que llegó hasta aquí siguiendo mi aroma, también me estaba dando una manita de perro, no de gato5.
“Jefe, ¿esto también es una misión súper ultra secreta?”
“Así es, así que no se lo digas a Alfa ni a nadie más”.
“¡Entendido!”
“Delta, a esto se lo conoce como un mensaje antes de morir”.
“¿Mensaje antes de morir?”
“Un último mensaje donde el muerto cuenta la verdad y solo la verdad. Una situación en la que por fin dos grandes enemigos que se odian logran entenderse. Sus últimas palabras fueron “Yuki”, es decir nieve, y en ese momento, él estaba señalando en esta dirección. En otras palabras, él escondió algo importante debajo de la nieve en este lugar”.
“¡Increíble!”
“A esto se le llama razonamiento deductivo”.
“¡Razonamiento deductivo!” Dijo Delta con sus ojos brillando de emoción mientras movía su cola de un lado a otro.
“Cuando terminemos de escarbar, ¿me darás mi premio, jefe?”
“¿Hmm?”
“¡Me lo prometiste!”
“¿Hmmm?”
“¡¡Jefe, me lo prometiste!!”
“¿Hmmmmmm?”
“Uhhh~”
Delta me miró desde abajo.
“Sí, sí, lo siento, creo que sí dije algo sobre eso”.
“¡Lo hiciste!”
“Pero no dije que haría lo que sea—”
“¡Lo dijiste!”
“No, dije que en la medida de lo posible”.
“¡¡Dijiste qué harías lo que sea!!”
Es imposible razonar con ella. Ya Delta está imaginando que realmente dije que iba a hacer lo que ella quisiera.
“Delta, no es bueno mentir. Si tuviera un grabador de sonido aquí, demostraría que estás mintiendo”.
“¿Grabador… de sonido?”
“Un arma de las sombras. Cuando se activa puede destruir al mundo”.
“¡¿Eeeh?!”
“Y tú no quieres que el mundo se destruya, ¿verdad? En ese caso no digas mentiras”.
“Uhh~ No quiero que el mundo se destruya… p-pero tú sí lo dijiste, jefe…” Dijo Delta con sus ojos llorosos.
“Aaah, ya, ya, está bien. Haré lo que sea, en la medida de lo posible. ¿Escuchaste bien, Delta? En la medida de lo posible, tampoco soy Santa Claus”.
“¿Santa Claus?” Dijo Delta con curiosidad.
“Santa Claus… él es el maligno rey demonio rojo que reina en el mundo de las sombras…”
“¡¿Un rey demonio?!”
“Es un tipo vestido con un traje rojo como la sangre. Él traiciona los sueños de las personas, les causa desesperación y luego tiñe su traje con su sangre…”
“¡¡Qué cruel!”
“Exacto, es muy cruel. Incluso yo fui atormentado por él en su día”.
“¡¿El jefe?!”
“Sí, siempre tuve un sueño que quería hacer realidad, pero él siempre me traicionaba cada año”.
“¿Un sueño?”
“Mi sueño era ser una eminencia en las sombras y luego… No, olvídalo. Soy del tipo que nunca dice en voz alta las cosas más importantes. En todo caso, él siempre traicionó mis sueños desde pequeño y eso me causó una gran herida sentimental. En pocas palabras Delta, lo que quiero decir es que yo no soy él, así que no puedo cumplir todo lo que digas”.
Delta se me quedó mirando, pestañeando un par de veces mientras seguía viéndome con incertidumbre.
“Pero Santa tampoco hace todo lo que le digan, ¿no? ¡Santa fue el que te traicionó!” Es verdad.
“¿Eh?”
“¡¿Eh?!”
“Como que no tiene sentido lo que acabo de decir”.
“¡No lo tiene!”
Los dos juntos nos preguntamos sobre eso.
“Bueno da igual. En conclusión, no puedo hacerlo todo, así que te escucharé en la medida de lo posible”.
“Uhh~~”
“Bien. Partiré a un viaje ahora mismo así, que ten pensado lo que quieres que haga cuando regrese”.
“¡¿Un viaje?!”
“Sí, un viaje de autodescubrimiento…”
Alfa y las demás de seguro están súper enojadas ahora mismo, así que necesito darles un tiempo para que se calmen. No hay problema, las emociones de las personas van desapareciendo con el tiempo. En otras palabras, el tiempo lo resolverá todo. Por suerte, ya entramos en vacaciones de invierno en la escuela.
Apareceré delante de Alfa y las demás luego de las vacaciones, por supuesto, no me disculparé y actuaré como siempre, como si nada hubiera pasado.
Después de todo, descubrí una técnica súper secreta que jamás será derrotada en las relaciones sociales.
Sí… exasperar a la otra persona.
En otras palabras, hacer que piensen; “Ah, no sirve de nada hablar con este tipo”.
Si a los bebés no les reprochan nada por ser infantes, entonces la solución está en llegar a ese nivel.
Sin embargo, debo tener cuidado, esta técnica secreta también puede convertirse en una espada de doble filo.
Después de todo, al mismo tiempo que puedo conseguir la victoria en la conversación, también puedo conseguir una gran derrota…
“Ah, ya puedes dejar de cavar. Gracias por la ayuda”.
De cualquier forma, mi plan se echó a perder. Mitsugoshi sobrevivió y ya no tenía sentido recuperar mi dinero.
“¡En fin, me iré de viaje! Adiosito”.
“¡Ah, jefe! ¡Encontré algo—!”
Escuché la voz de Delta tratando de detenerme, pero la ignoré y corrí a toda velocidad antes de que me dijera su deseo.
Al mismo tiempo, recordé que la primera vez que fui traicionado por santa, fue en una noche tan nevada como esta.
-FIN DEL VOLUMEN 3-