Stealing Spree - 2489. Molestando a una hermana mayor
🌟 Apoya Nuestro Trabajo en Patreon 🌟
Querido lector, Cada traducción que disfrutas aquí es un trabajo de amor y dedicación. Si nuestras traducciones te han hecho sonreír, considera apoyarnos en Patreon. Tu contribución nos ayudará a seguir compartiendo novelas sin anuncios y de forma gratuita. Patreon👉 [Muchas gracias]—Kagura-san, ¿cuánto tiempo más vamos a quedarnos mirándonos?
No pude evitar decirlo tras cinco minutos de silencio de parte de la mujer que me había pedido sentarme.
Estábamos en su mesa del comedor, con solo una luz tenue iluminándonos.
De alguna forma, se sentía como si estuviera en una sala de interrogatorio, esperando que me tomara del cuello para estrellarme la cara contra la mesa.
—No estás nervioso.
No jodas. ¿Por qué debería estarlo? Fue lo primero que pensé al escucharla. Más que nervioso, estaba impaciente por cómo parecía simplemente estar perdiendo mi tiempo.
Si tiene algo que decir, ¿qué demonios está esperando?
—¿Debería estarlo? —le respondí al final.
Pese a la penumbra, no era difícil notar cómo jugueteaba con sus manos. No por nervios, sino para distraerse a propósito, abriendo silencios entre nosotros.
Solo podía pensar en dos motivos para que me llamara. Uno: reforzar su postura de que Marika debía aceptar el arreglo pactado con los Ichihara. Dos: intentar intimidarme con nada más que silencio, para medir hasta dónde llegaba mi paciencia.
—Si Kagura-san no tiene nada que decir, me disculpo. Aún tengo que alcanzar el último autobús.
Dije eso y me puse de pie. Ella simplemente siguió mis movimientos con la mirada. Cuando llegué a la puerta que daba al pasillo, giré y seguía en silencio.
¿Qué demonios le pasaba?
No era falta de paciencia de mi parte; tenía un motivo válido. Si me demoraba más, tendría que correr a casa en vez de tomar transporte. Ya estaba cerca de la medianoche.
Aun así, antes de salir, le dejé unas palabras a esa mujer irrazonable:
—Kagura-san, si teme que Marika tenga que pagar el mismo precio que usted para ganar su libertad, no se preocupe. La defenderé incluso si sé que será una batalla imposible contra una familia tozuda.
Con eso, me fui.
No escuché que me llamara ni que reaccionara. Solo vio mi espalda hasta que desaparecí de su vista.
Sin mirar en dirección al complejo Ichihara, abandoné la zona residencial.
Alcancé el autobús. Apenas tomé asiento, saqué el teléfono y envié mensajes a Marika y Akane. A la primera, por si se despertaba y me buscaba. A la segunda, solo para avisarle que pronto estaría de regreso. Esas tres, o quizá cuatro mujeres en casa, seguro no dormirían antes que yo.
Mientras esperaba dentro del autobús, revisé los mensajes de la última hora.
La mayoría eran simples “buenas noches”, así que respondí en texto o audio.
Quienes aún estaban despiertas contestaron de inmediato, haciendo el viaje de regreso más cálido.
Entre esos mensajes estaban los de chicas que no veía desde hacía tiempo, como Juri. Aunque siempre nos mantenemos conectados. También Shiina, Sara y… finalmente, Setsuna-nee.
Las dos primeras bastante ocupadas, en especial Shiina, que se quejaba de no poder cumplir la promesa de visitarme luego del campamento. Sara seguía a duras penas, pero probablemente acompañaría a Shiina cuando ésta pudiera venir. Les hablé de nuestro Festival Cultural y, sin tener que invitarlas, ellas mismas decidieron usarlo como fecha para la visita.
En cuanto a Setsuna-nee… bueno, seguía enredada con lo de nuestra “cita”. Cambiaba constantemente de idea sobre qué quería hacer, o qué quería que yo hiciera por ella.
Al final, retractándose en sus mensajes y diciendo que lo olvidara.
Al imaginarme su expresión mientras los escribía, inevitablemente recordé a Satsuki antes de arrebatársela por completo. Se parecían bastante en la forma de actuar.
Así que terminé ideando volver a molestarla.
“Setsuna-nee, si no puedes decidir nada, ¿por qué no vamos a donde quieras? Subimos a un tren o a un bus y dejamos que nos lleve a cualquier parte. Si quedamos muy lejos, podemos quedarnos juntos en algún sitio.”
Le añadí un emoji guiñando el ojo, enfatizando esa última frase.
Su respuesta llegó, a la vez molesta y divertida:
“Ni ocultas tu intención, descarado.”
“¿De veras? Solo pienso en posibilidades. Además, si no te gusta, siempre puedes proponer algo tú. Al final, la cita es para ti. ¿Qué pasaría si te llevo a un lugar que odies?”
La última vez que hablamos del tema también la provoqué. Incluso me preguntó si solo iba a jugar con ella. Estaba bastante metida ya. Pero, bueno… culpa de Sakuma por no saber retenerla, ¿no?
“Lo que sea… Dudo que pase pronto de todas formas. Tienes una semana ocupada, ¿no?”
“Así que escuchaste lo atareado que estaré, ¿eh? Estoy conmovido, Setsuna-nee.”
“Deja de emocionarte por tonterías, idiota.”
“¿No puedo expresar lo que siento? Está bien, lo haré mejor con Juri y Satsuki.”
Tardó varios minutos en responder esta vez. Probablemente dándole vueltas en su cama, pensando qué contestar tras haber mencionado a Juri y Satsuki.
Es como Anzu-nee, que primero piensa en las chicas que ya están conmigo.
Finalmente llegó su mensaje, haciendo que sonriera de inmediato:
“¿Puedes dejar de ser idiota por un rato? Está bien. Expresa lo que quieras. No me importa.”
“Heh. Pero sí te importa, Setsuna-nee. No tienes que mentir. Solo estamos tú y yo aquí. Nadie más lee tus mensajes, así que… puedes ser honesta de vez en cuando.”
“¡Estoy siendo honesta! Ugh, me duele la cabeza de hablar contigo, descarado.”
“¿Quieres que vaya a darte un masaje en la cabeza?”
“¡En tus sueños!”
De no ser por el silencio calmado en el autobús, me habría reído a carcajadas de lo mucho que estaba disfrutando molestarla.
Igual llevé la charla de nuevo a un camino normal:
“Está bien, Setsuna-nee. ¿Por qué no visitas la escuela otra vez? Puedes venir con Juri. Ella también va a visitarme. Ven a ver nuestro progreso, y tal vez pasemos un rato juntos.”
“¡Mujeriego! En fin… veré si puedo. ¡Pero no esperes nada!”
“¿Por qué no? Puedo ir por ti como la otra vez, ¿sabes?”
“¿Cuándo viniste por mí?”
¿Olvidó o finge no recordar? Fue durante el partido de práctica de Satsuki, con Sakuma presente. Y entiendo que no lo quiera mencionar.
“¿No recuerdas? Da igual entonces. De todos modos… sabes que a Satsuki también le gustaría.”
“Querrás decir que *a ti* te gustaría, pervertido.”
“Lo admito, estoy deseando verte de nuevo, Setsuna-nee. ¿Todavía sigo rondando en tu cabeza?”
Otra pausa de minutos, y luego su “respuesta que no responde”:
“¡Cállate y duerme!”
Sonriendo con malicia, dejé que mis dedos volaran sobre la pantalla una vez más:
“Vale, pero Setsuna-nee… ¿no me mandarías una foto tuya? Así puedo tener un buen sueño pensando en ti.”
No esperaba más que un “no” o nada.
Pero, para mi sorpresa, minutos después llegó a mi bandeja una foto clara de ella, recostada de lado en la cama.
Cubierta por una manta, pero con esa mirada hacia la cámara que probablemente haría desmayarse a Sakuma.
Hipnótica. Aterradoramente atractiva.