What, the Transition Failed!?……Wait, it was a Success!? - 68. Volumen 6 Prólogo
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Ese día, Nitta, Yamashita y yo fuimos a un salón de juego fuera de la estación, y todos perdimos mucho dinero.
Era tarde y acabábamos de empezar a jugar, pero no tuvimos más remedio que irnos antes porque nos habíamos quedado sin dinero.
Cuando fuimos a la estación para volver a casa, vimos a un hombre de mediana edad y aspecto aburrido, vestido con ropa de trabajo, en el puesto de lotería que había frente a la estación.
Al principio, no le prestamos atención porque parecía cojo, pero eso cambió cuando le vimos ganar boletos de rasca y gana y canjearlos por varias decenas de miles de yenes.
«Vamos a preguntarle a ese tonto si quiere compartirlo con nosotros».
De un rápido vistazo, vi que tenía el boleto con un premio máximo de unos 50.000 yenes, si no recuerdo mal, así que aunque nos tocaran 10.000 a cada uno, al hombre aún le sobrarían 20.000.
Como era dinero fácil, el deber del mayor era invertirlo en los jóvenes.
Además, si yo tuviera 10.000 más, la máquina tragaperras se apiadaría de mí, así que debería poder compensar la pérdida de hoy. Jejeje.
No, si lo hago bien, ¡podría recuperar el dinero de este mes de una sola vez!
Nitta y Yamashita también estaban emocionados, así que seguimos al cojo.
«¡Ganó, pero sigue dando vueltas como un zoquete… eso significa que se merecía que le robaran, y eso significa que podremos recuperar lo que perdimos en esa estúpida máquina…!»
Realmente me cabrea. Muy bien, he cambiado de opinión. Voy a confiscar todo lo que hay en su cartera.
«Hey, Yoshida.»
Nitta me miró con una sonrisa en la cara.
Yamashita también miró a su alrededor y asintió con la cabeza varias veces, mostrando lo feliz que estaba.
(Je, ese tío es idiota. ¿Quieres saber por qué?)
El tonto de mediana edad, sin darse cuenta de que le seguíamos, continuó caminando hacia zonas cada vez más impopulares.
Llegamos a un callejón en el que casi no había cámaras de vídeovigilancia.
Pensando que era hora de ponernos manos a la obra, nos hicimos señas, pero antes de que pudiéramos hacer nada…
«¡¡¡Ahhhhh!!!»
« «¿Eh?» « »
–El cojo¿? se giró de repente y señaló a nuestra espalda, gritando sorprendido.
Por reflejo miramos en la dirección que señalaba.
Giramos la cabeza.
Pero allí no había nada.
Vaya, qué susto me he llevado.
Muy bien, he tomado una decisión. Te voy a confiscar el carnet de conducir y te voy a obligar a «invertir» en nosotros regularmente también-.
«¿Qué?»
–Pero en cuanto nos dimos la vuelta, el cojo se había ido.