Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 95. El deseo de una esclava
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- 95. El deseo de una esclava
Noche en la oficina de Palacio.
Habiendo terminado su trabajo, Mira vino a informar.
—Todos han tomado la panacea.
—Buen trabajo.
—También los metí en la cárcel, ¿está bien?
—¿Hm? ¿Por qué?
—Atacaron al Maestro.
Mira respondió como si fuera obvio.
Después de convertirnos en un país y yo en Rey, una de las primeras cosas que sucedieron fue la aplicación de las leyes.
Con Yuria como centro y los Alcaldes ayudando, hicieron un conjunto de leyes que yo revisé y puse en vigor.
Por cierto, yo había dado bastantes sugerencias y opiniones en el proceso, así que se parecía bastante a las leyes de Japón.
Sin embargo, también incluía cosas que me parecían buenas y malas.
—Eso es ilegal.
—Ya veo… ciertamente atacar a otros es ilegal.
—Eso no es todo, atacar al Maestro es un pecado blasfemo y traicionero.
—Ah, olvídate de eso.
—¿Eh?
Mira parecía sorprendida.
Lesa Majestad. Profanar y faltar al respeto al gobernante soberano de la tierra. Era una ley así.
Los que la decidieron fueron mis esclavas y los alcaldes a los que había rescatado… así que supongo que era bastante obvio cuando acabó siendo el primer artículo.
De hecho, no era ‘Falta de respeto al Rey’, sino que estaba redactado así: …. ‘Falta de respeto a Akito-sama’.
Por supuesto que lo eliminé. No necesitaba ese artículo.
—¿Por qué?
—No hay por qué o por qué no… Es porque no lo necesitamos.
Realmente no me importa si me faltan al respeto sinceramente.
Había dos cosas muy importantes para este país.
Los ciudadanos y los esclavos.
En vez de la ley de lesa majestad yo quería leyes que protegieran a los Eternos Esclavos.
Si no hubiera una ley para proteger a tan encantadoras y adorables criaturas vivientes sería extraño.
Por cierto, todavía no se había puesto en marcha. Sentí que si dejaba que ellos decidieran estas leyes, acabarían siendo muy extrañas. Así que por esto sentí que tendría que hacerlo yo mismo.
Había leyes existentes, pero como Rey tenía la capacidad de añadir otras nuevas cuando lo considerara necesario.
—Mou, el Maestro es demasiado blando con ellos.
—¿Es así?
—¡Sí! Deberías ejecutar a gente así…
—No digas eso. Bueno, después de estar encerrados por un día, deberían calmarse.
—¿Por un día?
Mira estaba aún más sorprendida.
—Un día es demasiado poco.
—¿Es así? ¿No tengo razón? Aparte de faltarme al respeto… ¿qué han hecho?
—¿Eh?
—¿Robo? Como mucho fue un intento. ¿Asesinato o asalto? También fueron intentos en el mejor de los casos. De hecho no hubo víctimas. Así que serían absueltos.
—………….
Mira se quedó boquiabierta.
—¡Maestro, eres demasiado blando!
Parecía casi irritada.
¿No sería la primera vez que veía así a una de mis esclavas?
Era una sensación un poco fresca.
Sin embargo, eran mis esclavas y obedecerían mis órdenes.
Mira lanzó un gran suspiro y obedeció de mala gana.
—Lo tengo… pasado mañana los liberaré.
—Te lo dejo a ti. Ah, y…
—También te preguntaré si van a funcionar bien. Lo sé.
Dijo Mira cortándome el rollo.
Me sorprendió…
…pero al mismo tiempo un poco feliz. Me pareció entrañable que me conociera lo suficiente como para predecir lo que iba a decir.
Llamé a Mira cuando estaba a punto de salir de la habitación.
—Espera.
—¿Qué pasa?
—¿Cuántas medallas tienes?
—¿Eh? Por medalla… ¿te refieres a esto?
Mira sacó una medalla de origami.
A pesar de cómo la llevaba con ella, seguía inmaculada. Parece que la cuidaba con esmero.
—Sí, cuántas de esas tienes… no, espera.
Dejé de hablar y sacudí la cabeza.
Saqué mi DORECA e hice diez trozos de papel.
Los doblé todos en medallas y se los entregué a Mira.
—Aquí
—Eh?
—Prometí hacer algo por ti si reunías diez.
—Pero todos a la vez…
—¿Hay alguna ley que diga que no puedo hacerlo todo a la vez?
—Eso…no, no lo hay…pero…
Claro que no lo había…si lo hubiera habido, lo habría aplastado.
Bueno…si mis esclavas hubieran hecho una ley así también podría añadirle excepciones en vez de aplastarla.
—Pero……por qué darles………
—¿Así que si tu Maestro quiere darte algo… tiene que haber una razón?
La verdad era un poco diferente a lo que estaba diciendo, pero no sacaría el tema.
—Uh-uh, no hay tal cosa.
Dijo Mira mientras sacudía la cabeza asustada.
—Ok, ¿entonces qué quieres? Dime lo que sea.
—……¿Cualquier cosa?
—Cualquier cosa.
…….solo por favor nada malo.
Mira se removió inquieta, parecía que le costaba hablar.
Me pregunto qué le causaba tantos problemas.
¿Va a pedir un hijo ahora mismo?
Era una posibilidad dado lo mucho que desean que ambas generaciones trabajen para el mismo Maestro.
—Dime sin contenerte. Como prometí, lo cumpliré si puedo.
—Ok….entonces te lo diré.
—De acuerdo.
—Después de todo……quiero que…….hagas de la lesa majestad una cosa……por favor.
Dijo Mira con la voz a punto de desaparecer.
Mi cabeza se quedó en blanco… no me esperaba esto.
—………..
—L-lo siento, como era de esperar es–
—¿Es eso realmente importante?
—¿Eh?
—Pregunto si es importante.
Pregunté con una sonrisa. Mira se quedó en blanco un momento, luego sonrió y asintió.
—¡Un! La gente que va en contra del Maestro no puede ser perdonada, después de todo!
…….. Santo cielo.
Estas chicas……….estas chicas son……..
Haaaaaaaaa…
—Lo tengo.
Me reí entre dientes y asentí.
—Dile a Yuria que escriba un borrador de esa ley.
—¿Está bien?
—Dije que haría lo que me pidieras. ¿Crees que tu Maestro es alguien que se retracta de lo que dijo?
—¡No, no! En absoluto.
Dijo Mira sonriendo.
—Oye, ¿puedo ir a ver a Yuria ahora?
—Si…
Asentí y Mira desapareció, corriendo como el viento.
Después de unos 5 minutos.
-La magia se ha cargado en 2.000.000-
Parece que Yuria también estaba muy contenta.