El Harem del Emperador - 17. Mi situación
– ¿Se siente mejor ahora?
– Si (Jadeó) el dolor está bajando(Jadeo).
– Inale y exhale tal como yo le dije, el medicamento no tardará en hacer efecto. Avísame de inmediato si siente dolor en alguna otra parte del cuerpo. Es muy importante ya que no sabemos el alcance de los estancamientos.
Asentí con la cabeza a las instrucciones del doctor cara de papa mientras con estetoscopio revisaba mi pecho.
Me encontraba a un en el jardín, ocupando una silla bastante elegante que Claudia sacó de quién sabe dónde.
Al parecer el vejestorio planeó todo con antelación ya que el doctor se encontraba en espera en algún lugar cercano.
– Enviaré a partir de mañana un equipo a explorar el espacio oculto entre los muros. No creo que tenga que explicarte lo importante que es este descubrimiento. Puede que estemos ante la única pista sólida en un siglo que pueda llevarnos a la piedra de control de este viejo palacio.
– Comprendo, haré los arreglos para despejar el comedor para que las estudiantes no interfieran con el equipo.
Por el rabillo del ojo observé a mi izquierda a Claudia y al vejestorio. Solo habían pasado unos minutos desde qué casi me convierto en fertilizante para plantas, pero todos actuaban como si no hubiera sido la gran cosa.
Todos a excepción de mí por supuesto.
– Ahora que eso está arreglado, me gustaría hacerle unas preguntas al muchacho antes de terminar.
El vejestorio de repente se dirigió al doctor. El cuál bajo su estetoscopio y lo miro con un rostro complicado.
– Preferiría que no expusiera al paciente a más estrés por hoy. Pero como se que nada de lo que yo diga lo detendrá, entonces al menos le suplico que sea breve.
Haciéndose a un lado el doctor le cedió la batuta al vejestorio, el cuál se paró frente a mi con aire de autoridad.
– Bien espero que la experiencia de hoy te sirva como escarmiento, la próxima vez que intentes pasarte de listo y escapar recuerda que puedo lanzarte a ese pequeñín como alimento.
Mientras miraba la prepotente mirada del vejestorio sobre mi, cientos de maldiciones pasaron por mi cabeza.
Sin embargo con el poco aliento que tenía al final tuve que conforme con solo una oración.
– ¿Quién se supone eres tú?
Mirándolo directamente a los ojos formulé la pregunta que llevaba dándome vueltas desde que lo vi.
En repuesta su frente se arrugó bastante mientras sus ojos inspeccionaron mi expresión antes de abrir la boca.
– Tu ¿Realmente no me recuerdas verdad?
Ante sus palabras las miradas de todos los presentes cambiaron. Sin embargo yo me encontraba demasiado cansado para seguir fingiendo a si que decidí ser más directo.
– ¿Debería recordarte?
Frente a mi respuesta sincera, el vejestorio hizo una cara aún más complicada mientras con su mano izquierda jugaba con su larga barba blanca.
– Realmente no estás fingiendo… Dime ¿Qué tanto recuerdas?
– Primero responde mi pregunta anciano.
Manteniéndome a la defensiva trato de evitar que el vejestorio tomé las riendas de la conversación. Sin embargo su mirada se vuelve aún más afilada antes de responder en un tono bajo.
– No recuerdas nada ¿verdad? El niño que yo recuerdo nunca sería capaz de mantener una conversación conmigo sin correr a esconderse a las faldas de Claudia. Mucho menos sería capaz de mirarme a los ojos y comportarse de una manera tan insolente.
Ante las declaraciones lanzadas por el vejestorio no pude hacer más que mirar de reojo a todos los presentes en busca de más información. Sin embargo lo único con lo que me encontré fueron dolorosas miradas amargas.
– Muy bien no tengo ninguna razón para ocultarte mi nombre de todas formas. ¡Escucha y grava esto en tu dañada cabeza! Mi nombre es Fergus Augusto Lafou, soy el vigésimo quinto emperador del gran imperio Avalerion. Conquistador del reino Welsh, azote de las tribus de Ringer, asesino de gigantes y tú padre.
Mi boca se abrió con incredulidad ante la escandalosa declaración del anciano frente a mí. Cosa que no paso desapercibida ante sus ojos y por alguna razón pareció satisfacerle.
– ¡Hahaha! Tenía mucho tiempo que no veía a alguien hacer esa clase de cara, después de todo esa es la manera más natural de…
– ¡Imposible! No hay forma de que seas mi padre, si dijeras abuelo podría creerlo y aún así.. ¡?
Inconsciente terminé exclamando mis verdaderos pensamientos antes de que me diera cuenta de mi error y cubriera mi boca con mis manos.
El viejo frente a mi aún tenía una sonrisa en su boca pero sus ojos no sonreían en lo absoluto. Mientras tanto el resto de los presentes habían desviado la mirada como si acabarán de ver a alguien cavar su propia tumba.
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Afortunadamente entre el doctor cara de papa y Claudia lograron convencer de alguna manera al viejo de que si intentaba lanzarme de nuevo a la planta lo más seguro es que moriría solo de la impresión.
Así que no le quedó de otra que tragarse su resentimiento y continuar con la conversación donde lo habíamos dejado.
Yo por mi parte decidí no cortejar más a la muerte y adquirir un tono más serio.
La conversación que siguió después fue bastante extensa y necesitó de la cooperación de Claudia para ayudar a entrar en detalles.
Mi nombre es Vettel Lumdron Lafou. Y soy el único hijo barón dentro de la Gran casa noble Lafou.
Lo se, suena genial.
Pero está el pequeño detallito de que sobre el papel yo no existo.
Al parecer mi cuerpo a padecido un extraño mal desde que nací, lo cual hizo que mi existencia fuera oculta al mundo.
Soy la vergüenza secreta de la familia y al parecer hace poco me salve de estirar la pata gracias a las manos milagrosas del doctor cara de papa.
La cirugía me salvó de morir postrado en cama pero aún necesito tratamiento y asistencia médica muy costosa.
En pocas palabras no podía escapar de aquí y aún si lo hubiera logrado habría muerto en menos de unos meses.
[Adiós vida de aventurero.]
Aunque realmente no creía en las palabras de ellos al pie de la letra, el dolor que aún sentía en mi pecho me hizo lamentarme internamente y creer al menos en esa parte.
Al parecer nos encontramos en la capital del gran imperio Avalerion que es la nación humana más grande con casi el 60% de la población humana total del mundo.
Curiosamente el emperador es elegido tras la muerte del anterior por votación mayoría por una cámara de representantes.
En pocas palabras me libré de estar en una posición bastante jodida, bien por mí.
Realmente me sorprendió saber que este es un mundo de fantasía bastante estándar con razas como elfos, enanos, dragones e incluso dioses que son reales.
La conversación terminó con el viejo teniendo que retirarse para atender sus propios asuntos.
Yo aún tenía muchas dudas, pero de una forma o otra sabía que no podría obtener información fiable de él.
Durante la conversación me di cuenta de como el viejo manipulaba el flujo para evitar tocar ciertos temas y dejar lagunas a propósito. Era justo como si estuviera entrevistando a un político de la tierra.
Supongo que la parte de ser el actual emperador es otra cosa que tendré que creer por ahora.
Después de una tarde de emociones extremas y grandes revelaciones terminé durmiendo apenas volví a mi cama.
A pesar de encontrarme bastante ansioso por el panorama general así como el hecho de no saber en qué información confiar. Tuve que tragarme esas emociones y dejar mi mente descansar por hoy.
Solo podía confiar en que una buena noche de sueño me daría la fuerza mental necesaria para tratar con esta situación de una manera más apropiada cuando despertará.
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[Al día siguiente]
– ¡Se lo ruego por favor mantenga todo en secreto de Miss Claudia, mi integridad depende de ello!
Era la tercera vez en el día que me encontraba con una Maid suplicando desesperadamente mientras apoyaba la cabeza contra el suelo.
Después de que desperté por la mañana me había topado con un trato frío por parte de las maids a mí alrededor.
Tanto el equipo encargado de alimentarme cómo el encargado de mi aseó habían realizado sus tareas silenciosamente y se habían marchado sin nada de su cháchara alegre habitual.
Incluso la Maid en guardia de la mañana se comportaba cómo un guardia del palacio de buckingham en la tierra.
Después del desayuno y cansado del pesado ambiente decidí intentar charlar un poco con la Maid.
Mi primera aproximación no recibió respuesta, sin embargo apenas hice mención de que mantendría mis labios sellados ante todos los “incidentes” de los que había sido testigo durante su turno, ella se tiró al suelo y me agradeció con lágrimas en los ojos.
Al principio pensé que ella solo estaba siendo exagerada, pero después me explico que anoche Mera había sido duramente castigada por dormir durante su turno.
Sintiendo un poco de curiosidad por la situación de Mera, pregunté acerca de su castigo, pero lo único que recibí como respuesta fue.
“La pobre no lo vio venir en lo absoluto fue como ver a un cordero inocente caminar por su propio pié directo al matadero. Aún recuerdo sus gritos pidiendo ayuda y los golpes contra la puerta. Miss Claudia dijo que la dejaría libre después de tres días pero creo que para entonces no quedará nada de la Mera que conocemos.”
Después de esas palabras y de ver la expresión de terror en la cara de la chica frente a mí, decidí no profundizar más en el tema.
Desde entonces había utilizado la misma aproximación con todas las Maids de guardia y obtenido los mismos resultados.
– Levanta la cabeza Regina, no tengo la intención de acusarte por nada. En cambio me gustaría que respondieras sinceramente una pregunta.
Regina se levantó del piso y con ojos suplicantes asintió con la cabeza.
Desde que desperté está mañana me di cuenta de que ayer había olvidado por completo abordar un muy importante tema durante la conversación en el jardín.
Tan estúpido me sentí al respecto que casi me abofeteó a mí mismo al recordar tan importante echo.
– Regina ¿Tu sabes algo acerca de Marie?
Cuidadosamente formule la pregunta mientras me mantenía atento a los cambios en rostro de Regina.
– Miss Claudia dijo que ella tuvo que volver con su familia después de recibir una carta urgente. Al decir verdad yo también encontré rara su desaparición, sin embargo también recibimos la orden de no hacer más preguntas al respecto.
De todas las maids Regina es la más cercana a Marie por lo que investigue. No solo eso si no que también es la de personalidad más cálida y sincera.
– Ya veo, eso es todo lo que quería saber.
Después de ese intercambio le prometí a Regina que mantendría los labios cerrados a cambio de que no se comportará tan tensa durante su turno de guardia.
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La noche comenzaba a caer por la ventana y el día se encontraba cerca de concluir.
Fue cerca del fin del turno de Regina, que la persona que me había esperando todo el día al fin hizo acto de presencia.
Claudia entro en la habitación, para mí sorpresa acompañada por el caballero psicótico.
Después de pedirle a Regina que se retirada, Claudia procedió a sacar de uno de sus bolsillos un extraño cubo de metal negro. El cuál emitió un brillo violeta antes de volver a guardarlo.
– Tenemos mucho de que hablar y me temo que no se muy bien por dónde empezar.
Claudia fue la primera en romper el silencio. Mientras mantenía su póker fece habitual se esforzaba en controlar su voz.
– Así que permítame comenzar por lo más básico. Mi nombre es Claudia Libelux Vald, actual directora de la academia de Maids Vald y también su Maid personal. Para servirle maestro Vettel.
Ante mi Claudia hizo una hermosa reverencia. Sin embargo, no perdí tiempo y disparé la primera pregunta.
– ¿Por cuánto tiempo me sirves?
La póker face de Claudia flaqueo por un segundo antes de responder.
– Desde que usted se encontraba en el vientre de su madre hace 19 años.
Miré detenidamente el rostro de Claudia sin molestarme en mirar al caballero junto a ella. Que como siempre traía su casco puesto.
– El hombre que se hace llamar mi padre dijo que mi madre murió al darme a luz ¿ Es eso cierto?
– Si… La señora Gloria murió en la labor de parto y usted fue entregado a mi para que lo criara.
– ¿Que edad tenías entonces?
– Diecisiete.
Levanté una ceja ante está nueva pieza de información que validaba mi teoría de que aquel sueño debía de tratarse de algún tipo de recuerdo.
– Dime ¿Desde entonces eh vivido en este lugar? ¿Solo tú me criaste o hubo alguien más?
– Si maestro Vettel, desde que usted nació nunca a puesto un pie fuera del palacio ámbar. Originalmente éramos un equipo de 8 Maids pero ahora la mayoría trabaja como maestras en la academia.
Me tomé una pausa para digerir la nueva información. Yo ya había ganado una comprensión general de mi situación a raíz de la charla de ayer. Sin embargo aún me negaba a creer ciegamente en todo y tenía la necesidad de cuestionar en mi cabeza cada pieza de información.
– Muy bien creeré todo lo que dices por ahora. Así que cambiando de tema me gustaría que…
– Joven maestro disculpe la interrupción pero antes de que usted continúe me gustaría señalar que se está olvidando de otra persona que necesita hablar con usted.
Sorprendido por las palabras de Claudia mis ojos se posan sobre el caballero psicótico del cuál solo se podía escuchar su pesada respiración atra vez de la visera del casco.
– ….
– (Jadeó) (Jadeó) (Jadeó).
Después de un incómodo silencio mis ojos se vuelven a posar en Claudia quien parece auténticamente frustrada.
– Hasta cuando vas a seguir con esto. Por los dioses, ya eres un caballero. Creo que deberías comportarte acordé a tu título.
Bajo la presión de las palabras de Claudia la armadura se estremeció un poco antes voltear la mirada.
– Quítate el casco de una vez ¿No sabes que es grasero que un caballero no muestre su rostro cuando confronta a su señor?
Después de estremecerse una vez más la respiración entrecortada se hizo más fuerte a medida que sus manos procedían a remover el caso.
Fue así como con torpes movimientos el rostro del caballero psicótico por fin fue visible para mí, revelando….
– ¡¡Eeee!! ¡¡Espera un segundo!! ¡¿Eras una chica todo esté tiempo?!
Casi me voy de espaldas mientras señalaba con voz incrédula el género del caballero frente a mi.
Era una chica y una bastante joven. Debía tener 20 años cuando mucho y era una chica bastante linda.
Tenía el cabello rubio atado en una modesta cola de caballo y ojos azules que contrastaban con su piel tan blanca como la porcelana.
Ella parecía que iba a comenzar a llorar en cualquier momento y de echo hubiera huido de no ser porque Claudia la detuvo tomándola por la muñeca.
– No huyas y preséntate tu misma.
Ante la presión de Claudia terminó por ceder y finalmente se presentarse ante mí.
– (sollozó) Mi nombre es Teodora Cleiz. Descendiente de la orgullosa casa de caballeros Cleiz y su caballero. A su servicio mi señor (sollozó).
Me quedé sin palabras mientras mi cerebro intentaba procesar la escena frente a mí. Sin embargo aún quedaba más por venir.
(Codazo) (Codazo)
Usando su codo para presionarla Claudia insisto a la chica a continuar. Quién una vez más terminaría cediendo.
– (sollozó) Bueno (sollozó) También soy… Su compañera de juegos desde que éramos pequeños, aunque no lo recuerdes.
[Una amiga de la infancia… ¡Tengo una amiga de la infancia!]
Mi mente se fue a volar completamente ante la inclusión de un personaje tan cliché dentro del género.
Quiero decir, acepto que son personajes bastante atractivos ¡Pero no son lo mío en lo absoluto! Si quieren verme feliz entonces denme una hermanita pequeña… O mejor no, porque sería un completo desastre.
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Nuestra charla se extendió por un espacio de una hora. Tiempo en el cuál ambas intentaron ayudame a recordar algunos momentos de mi vida.
Desgraciadamente no sucedió ninguna escena emotiva en qué pudiera mágicamente recordar flash backs de mi pasado.
Con ambas ya casi despidiéndose le pedí a Claudia que se quedará a hablar a solas un minuto antes de que se marchará.
Teodora se comportó bastante comprensiva marchándose antes dejándonos a Claudia y a mi solos.
– Claudia, tengo una pregunta que me gustaría que respondieras lo más honestamente posible.
– Si es algo que se encuentra en mi poder responder, lo haré joven maestro.
Trague saliva y me preparé para el peor escenario posible. Esto era algo que tenía que saber para encontrar algo de paz mental.
– Dime ¿Tu sabes algo acerca de Marie?
Pregunté con cuidado el tema que todos parecían intentar evitar.
Desde que confronte al anciano en el jardín, el no mencionó para nada mi asalto a Marie. De echó no fue hasta está mañana que me di cuenta de lo sospechosa que fue la manera en que el manipuló el flujo de la conversación evitando siquiera que el tema apareciera en mi cabeza.
– Marie esta con su familia.
Mis ojos se estrecharon ante la respuesta de Claudia. Ella mantuvo su póker face profesional y su tono de voz plano, pero fue justo eso lo que me dio mala espina.
– Claudia yo le hice dañó a Marie.
Tomando un enfoque distinto decidí continuar.
– Estaba consciente en aquel momento. De repente una cosa llevo a la otra y entonces ella entró a mi cama. Era tan cálida y quise abrazarla pero de un momento a otro mi abrazo se convirtió en algo más.
[ Dios realmente voy a caer bajo en este momento, pero si no actuó como el mocoso que se supone que soy van a comenzar a sospechar]
– … Claudia ¿Ella me odia? ¿No quiere verme jamás? ¿Lo que hice estuvo mal verdad? (Sollozo)
Tirando por completo mi dignidad cómo adulto comienzo a llorar enfrente de Claudia la cuál no permaneció indiferente y me abrazo.
[Mierda espero que esto funcione porque me estoy jugando mi último boleto]
– Maestro por favor no lloré.
–(sollozó)Claudia nunca volveré hacer eso en mi vida, no quiero volver a lastimar a nadie más y que me odié después (sollozó).
Ante mis palabras Claudia me tomo fuertemente de los hombros y me confrontó.
– ¡¡Por supuesto que no!! ¡¡Usted no puede hacer eso!!
– ¿Ehh?
– ¡Yo misma hablé con Marie y ella admito su culpa al entrar en su cama! ¡Ella no lo odia!
Los ojos de Claudia daban mucho miedo mientras me sacudía y miraban alrededor. Era como si la vida de su propio hijo dependiera de su siguiente decisión.
– Escúchame bien maestro. Marie se encontraba bastante confundida y asustada por lo sucedido esa noche. Lo que usted hizo con ella es algo que se llama sexo y es el acto que las personas hacen para conceder nueva vida. Pero aún cuando todo fue tan repentino, ella tomó la decisión de aceptar su regalo y marcharse durante un tiempo.
–…[Procesando]
– Ella no lo odia de echó la última vez que la vi ella estaba muy feliz por el nombre que escogió para su bebé. Maestro usted va a ser padre.
–…[Procesando]
– Usted maestro es el único miembro de la familia que a logrado engendrar un bebé y su majestad planea darle la importante tarea de darle vida a una nueva generación. Por eso maestro no se sienta mal, usted tiene una muy importante tarea por delante. Incluso ya escogí a una chica que se adapte mejor a sus gustos. Por ello, usted debe dar su mejor esfuerzo, no sólo por nosotros o la casa Lafou, si no también por Marie y el bebé que está esperando.
–…
Mientras Claudia envolvía sus brazos alrededor de mi y me daba un gran abrazo. No podía dejar de pensar en que diablos me había metido.