Stealing Spree - 861. Martillando el pobre metal
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Querido lector, Cada traducción que disfrutas aquí es un trabajo de amor y dedicación. Si nuestras traducciones te han hecho sonreír, considera apoyarnos en Patreon. Tu contribución nos ayudará a seguir compartiendo novelas sin anuncios y de forma gratuita. Patreon👉 [Muchas gracias]Con sus ojos alternando entre Nami y yo, el tipo acabó bajando la cabeza y dando un paso adelante, para intentar salir de la habitación.
Sin embargo, con nuestros cuerpos bloqueando el camino, se vio incapaz de avanzar.
Nami quiso abrir el camino, pero la agarré por la cintura y la acerqué. Intentó reprenderme con la mirada pero sólo respondí con un movimiento de cabeza.
Si ella sigue siendo amable a estas alturas, Ogawa se quedaría así. Encogido dentro de su propio caparazón sin siquiera intentar dar un paso adelante fuera de la oscuridad en la que se encuentra actualmente.
La amabilidad de Nami era como un único rayo de luz, que iluminaba el oscuro espacio de su caparazón. Sin embargo, ese rayo de luz provenía de una piedra brillante. Y obviamente, la luz que reflejaba no era ilimitada. Tarde o temprano, se agotaría.
Cuando llegara ese momento, el cobarde se quedaría en su oscuridad, sin una luz que lo guiara para salir de ella.
Por eso esta situación era el mejor momento para hacerle entrar en razón.
Ya le dije lo que debía hacer. Pero probablemente lo olvidó al concentrarse demasiado en sí mismo. En la revelación sobre su patético ser.
"Ogawa, ¿a dónde vas?" Le pregunté al tipo antes de echar un vistazo por encima de su hombro. La pandilla estaba completa excepto por Shizu y obviamente Nami a mi lado.
Y como el sonido de la puerta al abrirse era fuerte, ya estaban mirando en nuestra dirección. O ya estaban mirando en esta dirección incluso antes de que entremos.
Quiero decir, este tipo estaba a punto de salir. Esa es razón suficiente para verlo salir a través de sus ojos.
Tan pronto como mis ojos escudriñaron la habitación. Al instante me fijé en Hina. Parecía indignada, como si estuviera enfadada por algo o, mejor aún, por alguien. Saki y Kikuchi estaban a su lado, frotando su espalda y tratando de calmarla. Arisa-senpai parecía preocupada, mientras que Izumi-senpai tenía una mirada complicada mientras se levantaba de su asiento.
Probablemente estaba a punto de llamar a Ogawa, pero con nuestra aparición, las palabras se atascaron en su garganta.
En cuanto a los dos chicos. Tadano tenía las cejas fruncidas mientras miraba a Ogawa con decepción mientras que Taku, bueno, está tan inexpresivo como siempre.
En cualquier caso, al ver a Hina en ese estado, la ira también surgió en mi pecho. Obviamente, estaba tan afectado como mis chicas aunque no conocía el contexto.
Podría adivinar lo que pasó pero es mucho mejor informarme a través de esto.
Levantando la cabeza para encontrarse con mi mirada, Ogawa frunció el ceño pero seguía pareciendo abatido o desesperado. Lo que más le convenga. "Muévete, Onoda. Me voy".
"Pfft. ¿Otra vez huyendo? ¿Es todo lo que puedes hacer?" Me reí intencionadamente para agitarlo, pero la respuesta que recibí fue totalmente decepcionante.
"¿Y qué? No puedes dictar lo que hago".
Antes de responder a eso, miré a Nami y asentí. Mi mano agarró con fuerza su cintura mientras intentaba comunicarme con ella sin palabras a través de nuestros ojos.
Que ella entendiera o no lo que quería decir no era importante. Pero teniendo en cuenta que asintió con la cabeza, supongo que entendió lo que iba a hacer. Se abrazó a mis brazos con fuerza y se acercó aún más.
Al ver eso, Ogawa apretó el puño patéticamente mientras la ira bullía y estallaba al mismo tiempo en su cabeza. No pudo reunir ningún tipo de ira ante la situación. Lo más probable es que lo que le dije ayer siga resonando en su cabeza. Es un patético cobarde que no pudo seguir adelante.
Por eso, después de conseguir el acuerdo de Nami, usé mi mano libre para empujarle dentro de la habitación con un poco de fuerza.
Como era algo que no esperaba, el tipo fue empujado unos pasos hacia atrás antes de caer de culo.
Al ver eso, Izumi-senpai estuvo a punto de gritarme pero Arisa-senpai la contuvo. Supongo que para ella, lo que hice fue innecesario o demasiado exagerado.
No obstante, bajé ligeramente la cabeza hacia ella cuando nuestras miradas se encontraron antes de entrar en la habitación con Nami y cerrar la puerta tras nosotros.
Quitando la mano de Nami, avancé, con los ojos puestos en Ogawa, que seguía haciendo muecas por el dolor de la caída.
Oí un grito de sorpresa por parte de Kikuchi, así como el sonido de la silla de Tadano cayendo también cuando se levantó apresuradamente justo después de que Ogawa se cayera.
Pero ignoré eso y continué mis pasos antes de ponerme en cuclillas ante Ogawa.
Podría hablarle mientras miraba hacia abajo pero… eso sería de muy mal gusto. Ya está en el suelo, no necesitaba pisarlo más.
"Es cierto. No puedo dictar lo que haces. Eres dueño de tu propia persona. Eso lo respeto".
Empecé; mis ojos se concentraron por completo en el rostro apuesto del cobarde. Es guapo, de acuerdo. Pero más allá de eso, no es más que una tortuga que corre más rápido que una liebre. Lo único en lo que confía es en su encanto natural. Quítale eso y no sería nada. Podría ser más patético que un nerd otaku que ya perdió la esperanza en el mundo 3D. (LoD: Oye khe rayos!? Métete en tus asuntos >:v)
"Sin embargo, ¿realmente vas a aceptar ser así de patético?" Continué. Con cada palabra que decía, el volumen de mi voz aumentaba.
Aunque esto podría ser visto como si yo lo hundiera aún más, podía verme como un herrero con un martillo, forzando a este idiota cobarde a ser un hombre. Lo golpearía muchas veces si fuera posible, pero si al final se rompe, entonces no es más que una chatarra de mala calidad que sólo parecía excelente por fuera.
"Hiciste que te robaran a tu chica. Hiciste que tu amiga de la infancia te odiara. Alejaste a la chica que quedaba tratando de entenderte. ¿Y qué más? Te negaste a reconocer tu maldad…. Como dije, soy un bastardo. Puedes odiarme todo lo que quieras por todo lo que hice, pero Ogawa… Nunca seré tan patético como tú. ¿Por qué no te levantas y me golpeas? Para que, por una vez en tu vida, puedas defenderte. ¡Vamos!"
Diciendo todo eso sin pulsar el botón de pausa, los ojos de todos se posaron en mí. Arisa-senpai estaba un poco sombría, quizás también esté pensando que me he pasado de la raya.
Nami estaba de pie detrás de mí, así que no tenía ni idea de qué tipo de expresión tenía ahora.
El enfado de Hina se había calmado y ahora me miraba preocupada, quizás sea porque le dije a Ogawa que me pegara.
Saki estaba igual pero sus ojos me decían que me estaba animando. Izumi-senpai estaba, sin embargo, sin palabras. Sus ojos temblaban como si estuviera a punto de llenarse de rabia, pero se estaba conteniendo.
En cuanto a los otros tres en la habitación, no tuve tiempo de comprobarlo.
"…Yo".
Esa fue la única palabra que capté del tipo que estaba frente a mí.
"¿Otra vez?" Pregunté.
Un segundo.
Dos segundos.
Tres segundos…
Para cuando todos lograron exhalar el aliento que estaban conteniendo. Los ojos inyectados en sangre de Ogawa me miraban fijamente mientras su mano agarraba con rabia mi cuello. De estar con el culo al aire, el tipo se arrodilló mientras intentaba sujetarme antes de ladrar con rabia.
"¡Ya lo sé! ¡Soy patético! ¿Es eso lo que quieres oír? Acepto que lo soy. ¿¡Qué más quieres!?"
Haa … No es diferente de ayer. Acaba de hacer estallar su ira.
Pero esto estaba bien, podía dirigirlo cerca de mi resultado deseado.
"Te lo dije ayer. Discúlpate. Eso es lo que tienes que hacer. Pero oye, no quieres que yo dicte eso, ¿verdad? Decide por ti mismo.."