Stealing Spree - 1315. Autoridad (1)
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La autoridad del Oficial Disciplinario. Es un poder que me dio Shizu. Al principio, parecía que la chica lo había preparado sólo para legitimar mi estancia en el Consejo Estudiantil. Una decisión egoísta si alguien la señalara.
Sin embargo, con el paso de los días y después de iniciarme en el cargo delante de toda la escuela, empecé a comprender poco a poco la otra intención de Shizu al ponerme en el puesto. Es más que eso.
Aparte de creer en mis habilidades, hacerme ocupar el puesto no era sólo una forma de mantenerme a su lado, sino que también me proporcionaba una protección visible. Seguramente, La chica tuvo en cuenta varias posibilidades y variables cuando lo creó.
Lo más probable es que predijera desde hacía tiempo que, debido a mi forma de actuar, acabaría topándome con gente de mala reputación en la escuela. O si no es eso, lo sacó de la observación de la forma en que me relacionaba con el vicepresidente.
Es decir, con respecto a ese tipo, fui un poco pasivo debido a mi consideración de lo que podía hacer con todos sus ladridos. Nunca fui duro contra él. Aparte de hacerle sentir el pavor de que no es nada frente a Shizu, nunca mandé al perro con el rabo entre las piernas. Además, Shizu era la que se ocupaba de él cada vez que se portaba mal.
Así que, sí. Esa podría ser una de las razones por las que ella creó esa posición para mí. La chica no sólo quería tenerme a su lado, sino que, gracias a su increíble previsión, ahora tenía el poder de la autoridad para balancearme.
Aunque no había pasado mucho tiempo desde la iniciación, mi puesto de Oficial Disciplinario llegó a ser casi tan bueno como el de ella, ya no tenía que atender a los ladridos de Inugaki y Enomoto o Ichihara Jun empezaron a recelar de mí.
También se podría argumentar que me puso en el punto de mira, lo que, en última instancia, me puso una diana en la espalda. No obstante, probablemente seguiría involucrado con Marika o los delincuentes; con o sin ese puesto.
Bueno, supongo que será mejor que vuelva a darle las gracias a esa chica más tarde… Por ahora, volvamos al presente.
Con mis palabras lanzadas como un puñetazo directo a sus entrañas, Ichihara Jun se estremeció y casi dio un paso atrás por precaución. Sin embargo, se recuperó pronto, como si alguien le hubiera susurrado que no debía temerme.
Sus ojos rasgados se clavaron en mí, mutilando mi postura confiada. Incluso sin adivinarlo, pude leer su siguiente movimiento.
Por desgracia para él, mi atención pasó de su fea cara para posarse en la gente que le acompañaba.
Sí. No está solo. Tres tipos estaban de pie detrás de él, todos los cuales centraron su mirada en mí.
A la cabeza estaba el perro al que acababa de reñir en mi mente. Con una clara irritación en la cara, Inugaki se estaba poniendo rojo de tanto aguantarse las ganas de gritarme. Le sonreí con suficiencia, lo que hizo que su cara se volviera más oscura.
Luego, está el cobarde de Goto Kenji cuyo peinado cambió a una cabeza bien afeitada. Ahora es como el capitán del club de béisbol. Como era la primera vez que le veía desde el día en que subí a ese escenario, su transformación fue sin duda una sorpresa.
¿Está intentando un cambio de imagen para alejarse de Kana? No es que importe. Sigue siendo el mismo cobarde que no pudo mantener el contacto visual conmigo después de lo que pasó. Su presencia no tuvo ningún impacto en la situación actual. Mejor que siga en su línea y haga de poste.
En cuanto al último tipo, no es otro que el propio Enomoto.
Por primera vez desde aquella presentación, se presentó ante mí. Visité su club en dos ocasiones, pero en ambas no estaba.
No es que importe, conseguí acortar poco a poco la distancia entre Nakanishi-senpai y yo. Tal vez en mi tercera visita, podría alejarla lentamente.
De acuerdo. Esa última parte era un deseo. No hay ninguna brecha que cerrar ya que, en primer lugar, la chica estaba bastante satisfecha con la protección que le proporcionaba este tipo.
De todos modos, ahora que nos encontramos de nuevo, instantáneamente me puse a observar al tipo escurridizo. En este momento, hay una leve sonrisa en sus labios como si estuviera encontrando esta situación divertida.
Sorprendentemente, también es el más tranquilo de los tres y no pude determinar si estaba aquí como otro elemento hostil o no. Si tuviera que adivinar, el solo esta aquí para actuar como seguidor de Ichihara Jun y observar como me salgo con la mía.
También intenté sondear su expresión, comprobando si el que se movía detrás de ese Tanaka-senpai era él. Sin embargo, resultó infructuoso.
No podía poner su cara en este pequeño plan. Si alguien era tan pésimo en su esquema, definitivamente no era él. Los dos casos fueron dos trampas obvias, después de todo.
Bueno, yo no diría que entiendo la forma en que su mente funciona así que … Yo podría estar equivocado con esa conjetura.
En cualquier caso, el cerebro no era tan importante en esta situación…
"¡Es asunto mío! ¡Se que mi prometida esta aquí! ¡Hazte a un lado!" Volviendo mi atención a él, las primeras palabras de Ichihara Jun llegaron como una orden.
Solo por eso, es fácil darse cuenta de lo malcriado que era. Sin siquiera intentar hablar civilizadamente, exigió al instante que le cediera el paso. Debía de estar acostumbrado a que la gente se mantuviera fuera de su carril y tenía miedo de ofenderle.
Obviamente, yo no pertenecía a esa categoría.
"¿Tu prometida? Lo siento, esto no es el centro de objetos perdidos. ¿Lo has leído?" Respondí con el mismo tono gélido de antes mientras señalaba a la parte superior de la puerta, donde había pegado un cartel improvisado en el que se leía ‘Oficina disciplinaria’.
Los cuatro levantaron la cabeza y siguieron hacia donde yo señalaba.
Efectivamente, Ichihara Jun no se lo tomó a bien. Tal vez pensando que intentaba enfadarlo, el tipo chasqueó la lengua mientras hacía el amenazador ademán de levantar el puño.
Al ver eso, Goto e Inugaki, detrás de él, impidieron que me lo lanzara. Lo más probable es que fueran conscientes de que si este mocoso malcriado empezaba, yo tendría la justificación para joderles.
Goto, en particular, era consciente de mi fuerza, después de todo. En cuanto a Inugaki, está comprobando cautelosamente la puerta del Consejo Estudiantil. Lo más probable es que tema que Shizu se alarme ante esta conmoción.
Si alguna vez apareciera, esa chica se pondría de mi lado, sin duda. Una vez más aplastaría su frágil corazón de perro.
"Eh, ¿por qué me detienen?" Ichihara interrogó a los dos. Sin embargo, dado que realmente no había resistencia viniendo de él, también está tratando de hacerse el duro.
Es decir, me miró fijamente mientras decía eso como si dijera: ‘Tienes suerte de que alguien me haya detenido’.
Y con eso, su aire orgulloso volvió e irrumpió en su persona para intentar engullirme con él. Desafortunadamente para él, es ineficaz para mí.
Me limité a mirarle fijamente como quien mira a un tonto que hace una broma de sí mismo. Y para agregar a eso, lancé otro golpe directo usando mis palabras.
"Si has terminado de alardear de tu pequeño ego, vete. No tengo tiempo para tratar contigo. Estoy ocupado".
Mientras decía eso, me di la vuelta y actué como si fuera a retirarme a la habitación y cerrar la puerta.
"Mira esta pequeña mierda. ¿Estas bromeando? Puedo pavonearme en cualquier lugar de esta escuela. ¡Y tu asquerosa oficina no será una excepción!"
O eso dijo. El tipo me agarró del hombro e intentó tirarme hacia atrás. Pero cuando se dio cuenta de que no cedía, se irritó aún más.
"¡Apártate! Sé que Marika está ahí".
"Como he dicho, este no es el centro para una prometida perdida. ¿Por qué crees que estaría aquí?" Me hice el desentendido mientras reprimía una carcajada para molestarlo aún más. "De todos modos, si no eres un Consejero de Orientación o el Presidente del Consejo Estudiantil, no tienes derecho a entrar en esta habitación".
"¡¿Eh?! ¡No te creo!"
"No me importa. Pero bueno, hay otra forma de entrar en esta habitación. ¿Debería acusarte de mala conducta? ¿Ves este brazalete? Senpai o no, estás bajo mi mando. Dilo y te llevaré al Orientador para que te corrija".
En ese momento, Inugaki parecía a punto de decir algo. Al notarlo, le lancé una mirada de advertencia.
No fue efectivo, por supuesto.
En cambio, golpeó su orgullo vidrioso. Pronto, se puso de pie junto a Ichihara Jun con su asquerosa confianza al frente.
"Hazte a un lado, Onoda. Soy el Vicepresidente, no estás por encima de mí. ¿Esto no acabaría si nos dejaras entrar? ¿Por qué ponértelo difícil?"
Heh, mira a este idiota. Aunque no está equivocado, pero ¿me importa eso?